23 de marzo de 2014

LA PLATA-LA CACHA: AUDIENCIAS DEL 12 y 14 DE MARZO.


 Gacetilla de prensa
Juicio La Cacha: Audiencias del miércoles  12/3  y viernes 14/3 de 2014

 Miércoles  12/3/14
La audiencia oral de la fecha  comenzó con un sinfín de planteos de nulidad por parte de la defensa de Claudio Grande, a cargo de su abogado defensor Juan José Lossino;  planteos a los que se acopló la defensa oficial, a cargo de Martín Adrogué.
Resolver estos  planteos llevó al Tribunal aproximadamente tres horas. Este tiempo de larga espera debió ser soportado por los tres compañeros citados para declarar en la jornada: Oscar Horacio Molino, Patricia Pérez Catán y Raúl Elizalde.
Con estos  acontecimientos quedó demostrado que persisten las maniobras dilatorias de la defensa en el desarrollo del debate.
Los planteos de nulidad apuntaron a los reconocimientos fotográficos realizados por Patricia Pérez Catán en instrucción ante la secretaria del Juez Humberto Blanco, Ana Cotter. El Tribunal, por mayoría, decidió diferir para el momento del dictado de la sentencia la resolución de dichos planteos. 

Testimonios
 Oscar Horacio Molino 
Ex integrante de la comisión directiva de la mutual del Banco Provincia.  Lo detuvieron el 17 de febrero de 1977 y lo llevaron al CCD La Cacha, esposado y encapuchado. Después de 8 o 9 días de estar allí, lo trasladaron a otro lugar porque en La Cacha se iban a hacer refacciones.
Recordó a  compañeros que conoció en sus cinco meses de cautiverio, nombrando entre ellos a Jorge Moura, María Rosa Tolosa, a Bettini, a Alcides Chávez.
Los guardias tenían entre 20 y 25 años y se turnaban en grupos de 4 o 5. Hacían guardias de 24 horas de servicio por 48 horas de descanso.
Los interrogatorios se realizaban en un lugar aparte.
Narró la anécdota  cuando ‘Pablo’ entró corriendo y anunciando que ‘Machocha’, María Rosa Tolosa, había tenido mellizos.
El defensor oficial Adrogué preguntó al testigo acerca del día en que lo trasladaron a otro lugar por las refacciones.  Molino expresó que al hacer pocos días que estaba detenido, había preferido no hablar con nadie.  La intervención posterior de Adrogué fue: “Muy bien, muy bien. Por su propia seguridad. Y sí, está perfecto… el hombre se adapta a todo… lamentablemente es así”.  
Más adelante, el mismo defensor inició otra pregunta de esta manera: “Durante su estadía en La Cacha…”,  negando la situación de detención clandestina y secuestro.

Raúl Elizalde
Era militante de la JUP. Fue secuestrado y llevado a La Cacha, ahí lo interrogaron, golpearon y torturaron con picana. Los represores estaban interesados en sacar información de la agrupación estudiantil de Derecho.  De la sala de tortura lo llevaron arrastrando muy dolorido y casi desmayado y lo subieron por una escalera al primer piso. Lo ataron con alambres porque estaba lleno de gente y no alcanzaban las esposas; todos estaban encapuchados. Estuvo secuestrado entre mayo y julio de 1977.
Describió la planta baja del CCD, con restos de maquinarias, cables, sala de armas, baño, cocina, sala con acceso a 2 cuevitas. Los rotaban de lugares. También estuvo en el sótano.  
En el CCD estaba el Ejército, la Marina, el Servicio penitenciario, la patota. Las guardias rotaban: eran 4 por guardias de 24 hs.
Los nombres y apodos que recuerda de los guardias son: Santo, Palito, Gallego, Griego, Willy, Pablo (cantaba y tocaba al guitarra), Jota era más tranquilo. Los Carlitos (de la Marina) eran el enfermero, el bueno, el malo. 
Respecto al guardia bueno, el defensor Adrogué le preguntó si él creía que “¿el guardia fingía ser bueno porque ese era su rol, o si sentía que en realidad el guardia era bueno, que lo hacía de corazón?”.  El testigo respondió categóricamente: “Era una farsa” y afirmó que todo el personal era parte del mismo sistema de terror.
Entre los más rudos y duros estaba el Oso Acuña (del Servicio penitenciario). Aplicaban violencia física y verbal, terror psicológico constante. El francés era personal jerárquico, interrogador.
Se escuchaban los gritos desgarradores de las torturas. Los grupos de tareas tenían radio y escuchó todo el operativo cuando secuestraron a María Elena Corvalán y mataron a Suarez Nelson y llevaron el cuerpo a La Cacha.
Los/as compañeros/as  que vio o escuchó en el CCD son: Liliana Piza; Adriana Bondi; Patricia Rolli y su padre; Javier Quinterno; Patricia Pérez Catán; Dedos; Pepón; Felipe; Perica; la Ratona; la Changa;  Laura Cédola de Monteagudo y su marido; Silvia Bucci; Judit Goldberg; el Huevo, a Mariel. Vio embarazadas a Negrita Corvalán y Pecoraro.
Fuera de La Cacha había una especie de casilla rodante donde estaban " el Ingeniero" y" Marina".
De Bahía Blanca llevaron a Liliana. También llevaban gente desde la ESMA; había circulación de prisioneros entre los campos: al Ratón, Simón, Dedos y Grillo los llevaron a otro lugar que le decían “La Cachavacha Superstar”, decían que era para recuperación.

Patricia Pérez Catan
En enero de 1977 militaba en la Juventud Universitaria Peronista (JUP) de La Plata y cursaba el último año de Medicina.
El 31 de enero de 1977, a la noche, una patota de civiles con medias en la cabeza y armas largas destrozó la puerta de su departamento en Mar del Plata. Rompieron, desparramaron, robaron alhajas y dinero. En una habitación bajo llave encerraron a su sobrina de dos años y a un matrimonio de amigos. A ella y a su hermano Jorge Enrique los vendaron, los esposaron, y los metieron en baúles de autos diferentes para llevarlos al lugar de detención clandestina.
Los entraron a "la cueva", un subsuelo maloliente bajo el radar abandonado de la Base Aérea de Mar del Plata. Los torturaron salvajemente. En la enfermería los médicos tenían uniforme militar.
De a ratos escuchaba los gritos de otros cautivos, entre los que estaba su hermano. Al momento de su traslado la dejaron acercarse a él, pero no pudo verlo. 
La llevaron a La Cacha. La recibió un tipo al que le decían el Francés. Era uno de los hombres de inteligencia con mayor rango, tenía voz gruesa de teleteatro, una voz de fumador. El Francés trabajaba en el Destacamento 101, había sido entrenado como espía con excelentes calificaciones. Le gustaba la música clásica.
Otros represores vistos: los “Carlitos” de la guardia, eran de Marina.  Los de la patota eran jóvenes más instruidos: Pablo, Jota, Mr X, Gallego. Los del servicio penitenciario eran el Oso, Palito, el Griego. También había del Ejército.  Daniel era jefe no integraba la guardia.
Compartió cautiverio en la Cacha con Patricia Rolli y su papá; Gerónimo García: el Cigüeña; Daniel Crescimbeni: el Grillo; Héctor Irastorza: el Pesca; Benavídez; Graciela Quesada; Machocha y Quique; el Ingeniero; la Negrita Corvalán; Amerise; Omar Diesler: la Momia; Antonio Benítez; Mario Gallego; Tonineti; Formiga; Arce; Dedos; Lucrecia y Pecos Mainer; Domingo “Mono” Moncalvillo. 
Permaneció en La Cacha cuatro meses, como estaba por recibirse de médica, la destinaban a la atención primaria de los secuestrados, a llevar remedios, suplementos de leche para varias embarazadas, cronometró las contracciones de María Rosa Tolosa, “Machocha”. Después de que nacieron los mellizos –lo supo por el guardia Pablo- nunca más volvió a verla.
Durante unos días la llevaron a otro lugar que no reconoció.
Cuando volvió, La Cacha estaba refaccionada. La pusieron en el sótano, cerca de Elsa, la mujer de Cuky Torrillas embarazada y con un brazo fracturado.
Luego a la cueva primera de abajo, ahí el Francés la interrogó dos o tres veces más sobre el “Colorado”, y una compañera de la facultad. Sostuvo que todo el trabajo de averiguaciones lo habían hecho en Mar del Plata.
Un día la llevaron afuera de La Cacha, a una casilla rodante, también el Francés.
El Tribunal resolvió que la testigo haga un nuevo reconocimiento fotográfico siempre y cuando estuviera de acuerdo. La fiscalía le preguntó si estaba preparada, la testigo no titubeó.
Losinno le realizó una pregunta mencionando que “desde su primera declaración, en el juicio por la Verdad, había aumentado sus señalamientos a represores. ¿Eso se debe a un ejercicio de memoria, a investigaciones propias, a charlas con otros testigos?".
El juez Rozanski reprendió al abogado, pero la testigo pidió contestar, lo hizo de esta manera: “Es muy sencillo: yo regresé en el año 95 después de un largo y doloroso exilio –dijo llorando-. Si algunos no pueden entender eso, allá ellos. Fue una decisión muy discutida con mi marido. Lo realizamos. En el ’98 fue mi primera declaración: miedo. ¿Sabe lo que es eso? Miedo a lo que me podía llegar a pasar si reconocía alguna cara o alguna persona. Esa es mi respuesta.”
Luego Pérez Catán pasó a una sala contigua, con los jueces, querellas y abogados defensores, donde se enfrentó por tercera vez a las fotos de sus torturadores. Reconoció a los imputados Claudio Grande y  Espinoza.


Viernes 14/3/14

Testimonios

Elsa Luján Luna de Beltaco
El 14/4/77 irrumpieron en su casa un grupo de tareas vestidos de civil. El marido Julio Beltaco (Enrique), militaba en la JP. Lo interrogaron en la habitación de al lado y ella escuchaba llorar a su hijo,  pedía que se lo dieran pero no lo hicieron.
Luego los metieron en el baul de un auto. Los llevaron a La Cacha.  Tenía 20 años y el marido 23.  Ella estuvo 38 días hasta su liberación. La custodiaba permanentemente alguien que se hacía llamar "cabo Sabino".
Allí estuvo con Rodolfo Axat (Simon) y su esposa Ana Inés Della Croce quienes le hablaban de su hijo Julián y la ayudaron a sobrellevar lo que tuvo que vivir allí dentro. Además recuerda a Esteban Cuenca; Darío; Pajarito de la UES; Susana Marroco quien tenía una hermana secuestrada también allí dentro, estaba embarazada y perdió su bebé a raiz de las torturas; Roberto Martínez que le avisó que su esposo estaba vivo, militaba en el "Comando Juan Perón" pero ella cree que pertenecía al CNU; Ignacio Cisneros (corcho); Ana María Caracoche quien tenía un brazo fracturado; Bettini; Mario y Jorge Icardi. Había una chica Mariel que ayudaba, servía la comida. También nombra a Patricia Rolli que militaba con su marido y estaba allí con su padre.
Requirió atención médica porque estaba amamantando. Le dieron unas inyecciones para cortar la leche, ella se la sacaba pero eso atraía a las ratas.
Nombró a los represores: Tarzán; Palito, él dijo que le decían así porque era igual a Palito. lo miró una vez, era delgado, de 30 años, de piel bastante oscura, cabello muy cortito;  el cabo Sabino; el Francés; el Griego; el Oso era un hombre grandote, fuerte, con habilidades de lucha. El francés la maltrató verbalmente.
“Fulano” era de operaciones tácticas, otros de la marina como el Francés o el Griego. Los “cabos” era un apodo. Había un personaje de una revista de la época.
A ella la interrogó Tarzán.
Le  preguntaron por Luis Arenas, Hugo Iglesias, Mario Ricardi.
La dejaron ver al marido el 26/4 día en que cumplía años. Le costó reconocerlo porque "estaba muy deteriorado". Fue la última vez que lo vio, permanece desaparecido.
La liberaron el 22 de mayo, la dejaron en el País de los Niños. Cuando preguntó por su marido le dijeron que se olvidara de él.
Más de un mes después Luna pudo reencontrarse con su hijo.

Sergio Beltaco
Tenía 16 años cuando fue secuestrado en su casa de Ringuelet, en abril de 1977. Buscaban a su hermano que era militante de la JP y él era el único que sabía dónde vivía. Recordó que fue brutalmente golpeado y que simularon fusilarlo; dio una dirección falsa. La tortura posterior fue peor y  ya no aguantó. Les dio la dirección donde vivía Julio, su hermano y hasta el día de hoy lo está pagando. “Llevo una mochila muy grande...", dijo y el llanto cerró su garganta.
Con ese dato, los represores lo llevaron a la casa de su hermano Julio, lo bajaron del auto con un gran operativo. El estaba encapuchado y escuchó que por altoparlante gritaban que salgan con las manos en alto e insultando le gritaban al hermano que lo tenían a él.  El hermano vivía con su señora, ella fue secuestrada también. Supo que estuvo en la Cacha. Pusieron a su sobrinito, un bebé de 3 meses, en el auto al lado de él.  Y lo llevaron a la casa de la mamá de la cuñada.
Fue llevado luego a La Cacha de donde lo liberaron tras un interrogatorio con torturas. Una semana después otros represores volvieron buscando a su hermano, eran militares.  Cuando les creyeron que ya estaba detenido, se fueron.
Era estudiante  y becario en YPF, cuando le pasó esto lo echaron.

Reinaldo Vignolo
Conoce a un imputado, Grande, fue veterinario de su perro. Eso no le impide decir la verdad.
Ante la pregunta si conocía a Samuel Slutzky, expresa que por el relato de la familia, sabe que fue secuestrado las primeras horas del 22 de junio de 1977. Golpearon la puerta y cuando la familia abrió, entraron uniformados. A Samuel lo llevaron las fuerzas conjuntas, así se identificaron. Nunca más supieron de él, hasta que hubo un llamado anónimo. Había sido encarcelado por una participación en el año 68, era integrante de las fuerzas armadas peronistas. Samuel y otros compañeros adherían por la no beligerancia.  El lo conoció fuera de la cárcel, hicieron una gran amistad.
Lo que quedaba de la familia se fue en el poco tiempo, a vivir a CABA al departamento de la madre de Samuel.
No se hicieron gestiones luego de su secuestro.
Recién cuando se abrió la CONADEP, él y otros compañeros fueron a denunciar las desapariciones de amigos. También denunció en un área de derechos humanos.
Conoció a Grande en su profesión de veterinario. A partir del 88, en una veterinaria en calle 117 entre 39 y 40. Tenía una relación de cliente. Le preguntaron si sabía que era personal civil de inteligencia, Losinno se opuso a la pregunta.

 
En el transcurso de las 2 audiencias se volvió a notar la poca presencia de los represores imputados.
De los 21 imputados sólo 5 o 7 están sentados presenciando el debate, el resto no aparece en la sala.
También se observa con estupor y preocupación que los reos se levantan, se acercan a sus defensores, se van de la sala por su cuenta, sin los custodios y sin permiso. El miércoles se fue sorpresivamente el imputado Cacivio; el viernes Etchecolatz se fue y volvió solo y con una taza de té a la sala.
El público y las querellas ya reclamaron en varias oportunidades  al Tribunal por éstas y otras situaciones de descontrol respecto a los imputados. También se hizo notar que los custodios de los reos no deben estar armados, ni mirando hacia el público en vez de controlar a los represores.
 
Por l@s 30.000 compañer@s desaparecid@s!

Juicio y cárcel efectiva a todos los genocidas!

Restitución de tod@s l@s niñ@s apropiad@s!

Basta de impunidad!

Julio López y Silvia Suppo Presentes!

No olvidamos, no perdonamos, no nos reconciliamos
.


UNIÓN POR LOS DERECHOS HUMANOS LA PLATA
Ex-detenid@s desaparecid@s, Familiares y Compañer@s
 
Matrícula nº 39453  D.P.P.J. 
Envío:
Asociacion Ex Presos Politicos Cordoba
sitio web: https://sites.google.com/site/expresospoliticoscordoba/home

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