1 de noviembre de 2015

COLOMBIA.

Las razones del triunfo de la derecha en Bogotá tras 12 años 
Por Sebastián Quiroga / Resumen Latinoamericano / LaHaine / 30 de octubre de 2015 – 

El pasado domingo, en Colombia en general y en Bogotá en particular la derecha se impuso de manera aplastante. Desde el 1º de enero de 2004, Bogotá fue gobernada por sectores alternativos a la politiquería tradicional que dirigió el país desde los inicios de la República.

Fueron tres períodos a cargo del Polo Democrático Alternativo (PDA) y el Movimiento Progresistas, que terminarán el último día de este año. Con algo más de 900 mil votos, triunfó Enrique Peñalosa, nacido en Washington, alcalde de Bogotá entre 1998 y 2000 y representante de la clase política más espuria, patética y antipopular.

Con un discurso de “independencia” y con la consigna de “recuperar Bogotá”, ganó unas elecciones luego de cinco intentos fallidos.

El segundo lugar lo ocupó Rafael Pardo, con casi 800 mil votos, miembro del Partido Liberal y representante de una centro-derecha decimonónica, vinculada a la creación de las autodefensas y cooperativas de seguridad, sustento legar del paramilitarismo en Colombia. 

Estos casi dos millones de votos (sumados a los 300 mil de Francisco Santos, candidato explícito del paramilitarismo y de Álvaro Uribe) no acompañaron a la izquierda como lo habían hecho las tres elecciones pasadas.

Clara López, candidata del PDA, quedó en tercer lugar con casi medio millón de votos y sufrió una inesperada derrota electoral

 En un preocupante contexto de abstención, donde la mitad de la población bogotana no asistió a las urnas, se ratifica una vez más el descreimiento de un sector muy importante de la sociedad respecto de los ejercicios políticos electorales.

Se cierran así doce años de gobiernos que recibieron diferentes calificativos: progresistas, de izquierda o alternativos.

Doce años en los cuales la oposición al gobierno nacional llevó los rumbos de la capital del país, manejando el segundo cargo más importante por su peso en la política nacional, el número de recursos y la cantidad de población bajo su gobierno (alrededor de ocho millones de personas, casi el 20% de la población nacional).

Una derrota para la izquierda que debe ser evaluada y valorada de manera juiciosa. Aquí algunas de las lecciones y retos que dejan esta jornada electoral para los sectores democráticos y revolucionarios en relación a la nueva etapa que se abre.

¿Qué paso con la opinión crítica e ilustrada de la ciudadanía bogotana? 
Previo a la elección, el escritor uruguayo Raúl Zibechi confiaba que la opinión crítica e ilustrada de Bogotá iba a mantener a la izquierda en el gobierno. Este era un consenso aparente, sobre el cual se explicaban los triunfos de la izquierda en Bogotá, a pesar de los constantes ataques contra sus partidos, ideas y personalidades. No obstante, parece que esta opinión, esta vez no operó… ¿desapareció?, ¿cambió de perspectivas y preferencias?
Respuestas puede haber varias y de diferente tipo, pero hay una que es central: no hay opinión crítica que tolere un ataque mediático tan grande, tan intenso y tan mal intencionado, como el que ha sufrido la izquierda en Bogotá los últimos 12 años. Más allá de la evaluación real de los errores, que no es una discusión menor, es cierto que los medios masivos atacaban día a día, sin tregua y sin pausa, a las administraciones alternativas. Teniendo claro el monopolio de los medios de comunicación por parte de las familias Santo Do-mingo y Sarmiento Ángulo, no es difícil concluir que el empeño de convencer a la opinión pública bogotana de la perversidad de la izquierda logró su cometido.

Si de malos gobiernos se tratara, hace rato la clase política colombiana debería estar exiliada por vendepatrias y entreguista, por enriquecerse a costa del pueblo y por nunca construir un país serio para los más de 40 millones de personas que habitamos este territorio en condiciones indignas.

Los errores de la izquierda cuestan más que los de la derecha
Aun así, es importante reconocer que la izquierda en Bogotá sí cometió errores. Por supuesto, no se trata de darles la razón a los derechosos constructores de opinión pública, pero en un ejercicio autocrítico es importante reconocer las dificultades.

Errores de comunicación de los logros y ganancias de los tres gobiernos, que no fueron pocos. Errores al implementar políticas equivocadas en temas cruciales para la ciudadanía. Sectarismos, peleas y disputas entre las dirigencias de los diferentes sectores, que se expresaban en distancias a la hora de aterrizar las políticas en los barrios y comunidades. 

Pero si hay algo que le ha costado a la izquierda fue el escándalo de corrupción, por el cual fue destituido Samuel Moreno Rojas. Luego de los hechos que llevaron a la candidata derrotada Clara López a asumir la alcaldía de forma temporal en el año 2011, el PDA no logró recuperar su imagen de alternativa en Bogotá.

No obstante, y sin querer minimizar estos errores que muchas veces fueron deliberadamente cometidos y con altos niveles de gravedad, es importante tener en cuenta que, en un contexto reaccionario, los errores que comete la izquierda son más visibles que los que comete la derecha. Portavoces de una forma diferente de hacer política, al PDA le salió muy caro permitir la corrupción en su interior.

Aunque es muy claro que los escándalos de corrupción del Partido Liberal, Conservador, Cambio Radical, Centro Democrático y Partido de la U han sido mucho peores, mucho más graves, y mucho más extendidos en el tiempo y en el territorio nacional, es verdad que el PDA nunca debió permitir que nuevos delfines, como el agringado Samuel Moreno, tiraran por la borda este importante proyecto histórico de transformación y unidad.

Maquinarias contra construcción de poder popular en los territorios
Otro asunto importante es el alcance y extensión en los territorios populares del proyecto de transformación. La clase política tradicional, que Pacho, Pardo y Peñalosa representan, han perfeccionado por décadas los métodos clientelares y las maquinarias expertas en ganar elecciones, para legitimar un proyecto en el que sólo caben los amigos de los elegidos y sus financiadores.

La izquierda y los sectores sociales populares aún tienen la tarea de mejorar nuestra la relación e incidencia política en los territorios populares, donde las mayorías todavía cambian su voto por un regalo, una comida, una cerveza o un mercado.

No obstante, a pesar de la derrota distrital, hubo importantes ejercicios, algunos victoriosos, otros no, que muestran la importancia de articular la construcción de poder popular en los territorios, si se quiere de forma prefigurativa, y su expresión electoral. Muy importante fue el ejercicio de la Coordinadora Cívico Popular de Ciudad Bolívar, que en cabeza de Cristian Robayo, mantiene al PDA como fuerza política viva y en disputa. De igual manera, distintos sectores en varias partes de la ciudad lograron posicionar al Concejal Álvaro Argote, quien consolida su presencia en el Concejo al servicio de las necesidades de los sectores populares.

Este deberá ser también el camino a seguir en estos cuatro años, articulado la organización territorial, las movilizaciones y la preparación de nuevos ejercicios que permitan al proyecto de transformación y cambio avanzar de manera integral, en las instituciones y en las calles.
El modelo de ciudad… y ¿entonces para dónde va Bogotá?
Con todas las dificultades que hubo en estos últimos 12 años, las administraciones alternativas se concentraron en buscar mejoras para las condiciones de vida de la población bogotana, lo cual llevó a que los empresarios y los grandes capitales desataran enormes campañas de desprestigio y desinformación sobre la izquierda en la ciudad.

Por eso, lo que se perdió ayer es sobre todo la posibilidad de seguir construyendo un modelo de ciudad que priorizaba la vida y la naturaleza sobre el capital.

Pero la tarea de construir ese modelo de ciudad, para la vida digna y en defensa de los bienes naturales, no es sólo ni principalmente de los gobiernos. Cuatro años de organización territorial y sectorial, de movilizaciones barriales y distritales, de asambleas, incidencia política y de oposición al gobierno de un norteamericano que se hace pasar por colombiano, serán algunos de los ejercicios que nos esperan.

Podemos afirmar entonces que, aunque es mucho lo que se pierde, con el triunfo de este conato de político, se gana la posibilidad de volver a mirarnos a los ojos, reconocer los errores mutuos, hermanarnos en la lucha y hacer de Bogotá la capital de la paz, tal como el PDA anunció en la campaña electoral.


Santos dijo que podría haber una tregua bilateral en Colombia. Alto el fuego a fin de año 
Resumen Latinoamericano / Página12/28 de Octubre 2015.-

El jefe guerrillero Rodrigo Granda recogió el guante y afirmó a través de las redes sociales que el armisticio puede pactarse inclusive antes del 31 de diciembre, la fecha mencionada por el presidente colombiano en sus declaraciones.

El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, afirmó que la mesa de diálogo entre su gobierno y las FARC en La Habana puede llegar a un acuerdo para iniciar un alto el fuego bilateral antes del 1º de enero de 2016. El jefe guerrillero Rodrigo Granda recogió el guante y afirmó, a través de las redes sociales, que la fecha puede pactarse inclusive antes. Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores de Chile, Heraldo Muñoz, afirmó que su país está dispuesto a ser parte de la veeduría internacional de un posible alto el fuego bilateral entre el gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC.

Santos se refirió ayer al quinto punto de las negociaciones, el cual refiere a las víctimas e incluye el apartado de justicia, uno de los más espinosos, que ya fue parcialmente acordado el pasado 23 de septiembre. “Hagamos ese esfuerzo para que de aquí al 31 de diciembre podamos, por ejemplo, terminar el punto cinco, el fin del conflicto, y así poder decretar un cese del fuego bilateral, verificado internacionalmente, a partir del primero de enero”, señaló el mandatario durante un acto de gobierno. El presidente hizo también un llamado a las FARC para que hagan ese esfuerzo “para terminar antes” el conflicto y recordó que el máximo cabecilla de la organización, Rodrigo Londoño Echeverry, alias Timochenko, mencionó la posibilidad de “darle un buen regalo de Navidad al país”.

Santos anunció además que esta semana una delegación del Congreso viajará a La Habana, con el fin de explicar los trámites que se llevan a cabo en el Legislativo con relación al proceso de paz, para acelerar la implementación de los acuerdos de paz que se pacten. “Hay que acortar, en la medida de lo posible, el tiempo entre el momento en que se firman los acuerdos y el momento en que se implementan”, dijo.

Horas después del comentario presidencial, Granda, alias Ricardo Téllez, sugirió que no es necesario esperar al primer día del año nuevo para declarar ese alto el fuego. “Navidad sin temores. Cuando se desea dar algo, se hace en el mejor momento. El 16 de diciembre comienzan aguinaldos. ¿Por qué esperar al 1° de enero?”, se preguntó el líder rebelde en su cuenta de Twitter, en un mensaje que fue destacado en la red social por Timochenko.

El anuncio de Santos se conoció poco antes de otra declaración de virtual apoyo al proceso de paz que causó alguna sorpresa en el mundo político colombiano, ya que provino del ex presidente Alvaro Uribe, un tenaz opositor de los diálogos de paz.

El ex mandatario afirmó ayer que aceptaría formar una Asamblea Constituyente con miembros de las FARC para refrendar los futuros acuerdos de paz siempre y cuando no participen en ella responsables de delitos de lesa humanidad o graves crímenes de guerra.

La idoneidad de la Constituyente para refrendar los futuros acuerdos de paz es un constante debate en Colombia, pues mientras la organización guerrillera defiende esta posibilidad, el gobierno prefiere el llamado “Congresito”, un órgano legislativo transitorio conformado por legisladores y un grupo de delegados de esa guerrilla. La última vez que se convocó a una Asamblea Constituyente en Colombia fue en 1991, cuando durante cinco meses se redactó una nueva Constitución, que sustituyó a la de 1886. Por su parte, y en el marco de el diálogo entre el presidente Santos y las FARC, el jefe de la diplomacia chilena opinó que, tras un enfrentamiento bélico de tal magnitud, es necesario un proceso de verificación.

“Estamos dispuesto a hacer lo que está a nuestro alcance si el Gobierno de Colombia así lo solicita”, afirmó en una rueda de prensa tras reunirse con su par colombiana, María Angela Holguín. “Veremos si será con otros países, pero la voluntad política de colaborar con la consolidación del proceso de paz por parte de Chile está presente”, destacó Muñoz.

Durante su intervención, el ministro chileno afirmó además que Colombia debe sentirse acompañada en este momento crucial para la paz. “Chile puede prestar apoyo político, informar de lo que está sucediendo y ayudar a crear un clima favorable”, expresó. Por su parte, Holguín agradeció a Chile su papel en las negociaciones de paz con las fuerzas insurgentes, que se iniciaron hace casi tres años y en los que jugó junto con Venezuela el rol de “país acompañante”.

La canciller colombiana destacó que “el corazón de la relación” con Chile es la “asociación estratégica”, un consejo creado en 2011. Las FARC iniciaron un alto el fuego unilateral el pasado 20 de julio que fue respondido unos días después por Santos con una nueva suspensión de los bombardeos sobre los campamentos de esa guerrilla.

Según un informe publicado el pasado mes por el Centro del Recursos para el Análisis de Conflictos , la violencia en Colombia relacionada con el conflicto armado se redujo a su nivel más bajo en 40 años.

El 23 de septiembre el gobierno y las FARC anunciaron que a más tardar el 23 de marzo de 2016 llegarán a un acuerdo para poner fin a medio siglo de conflicto armado. Los diálogos de paz, que comenzaron hace casi tres años están actualmente en un receso por las elecciones de alcaldes y gobernadores que se celebraron en Colombia el pasado domingo. Foto: Santos pidió avanzar en el tema de la justicia para las víctimas para cerrar el acuerdo.


Colombia y la lucha contra el feminicidio 
Por Maximiliano Pedranzini* / Resumen Latinoamericano / 28 de Octubre 2015.- 

América Latina viene mostrando un crecimiento en los índices de feminicidios a nivel mundial y construir una legislación que ampare este hecho aberrante constituye una urgencia en el que Colombia se ha convertido en un paradigma para toda la región

 El 2 de junio de este año, Colombia a través de la Cámara de Representantes aprobó por mayoría la Ley Nº 1761 que condena este crimen atroz contras las mujeres. Esta ley que lleva el nombre de “Rosa Elvira Celis” en homenaje a su figura, quien fuese víctima de violencia de género, tipifica los feminicidios con penas de entre 20 y 50 años de cárcel.

Una ley que define el feminicidio como “la muerte violenta a una mujer por su condición de ser mujer, ya sea en el ámbito público o privado”,tipificándolopenalmente como delito autónomo.

Esto sin duda es un avance en la lucha que viene llevando adelante la mujer colombiana, no solo en su país, sino en todo el continente. Despojarse del mal de la violencia de género es una tarea irrenunciable que las coloca como luchadoras de una causa muchas veces ninguneada por las instituciones e invisible a los ojos de una sociedad de fuerte raigambre patriarcal.

No fue sino la ex senadora Gloria Ramírez perteneciente al Polo Democrático Alternativo quien llevó este tema al centro del debate nacional, presentado un proyecto de ley que tuvo un fuerte respaldo de distintos sectores de derechos humanos y esencialmente el movimiento de mujeres de todo el país quienes comenzaron a tener un rol protagónico decisivo para que esta ley fuera aprobada y sancionada un mes más tarde por el presidente Juan Manuel Santos el 6 de julio.

La notoriedad pública de esta lucha atravesó de punta a punta el vasto territorio colombiano y en el que la única bandera fue la de la movilización. La mujer comenzaba a entrar desde otro lugar en el escenario de los derechos humanos. A mostrarse como una víctima proclive a la violencia y lo que es peor, a la muerte.

Otro relieve la constituía en la geografía de los derechos humanos y civiles en una Latinoamérica que ve morir a una mujer cada 35 horas por violencia de género y que ha significado que muchos países empiecen a tomar un poco más en serio la cuestión del feminicidio desde el punto de vista, tanto legal como en materia de derechos humanos.

La cuestión de la violencia de género en sociedades machistas y patriarcales como la nuestra se mezcla con los conflictos armados que vienen amenazando la paz del país desde hace décadas.

La guerra, lo paramilitar,el narcotráfico y la violencia cotidiana se combinan en un coctel difícil de digerir para cualquier país y donde la violencia de género particularmente ha venido teniendo un crecimiento preocupante, producto del clima de violencia permanente que acosa a la sociedad en su conjunto.

Los conflictos en el que la violencia es moneda corriente lo que hace es generar violencia, y ésta se transmite a la vida doméstica en el que las principales víctimas son los grupos más vulnerables,en este caso las mujeres.

En este sentido, los números para Colombia siguen siendo alarmantes. Según estadísticas, una mujer muere por caso de feminicidio cada tres días y lo coloca como uno de los países de Sudamérica con las cifras más altas de asesinatos de mujeres, la mayoría vinculados con relaciones de pareja.

Así lo determinó la Corte Suprema de Justicia en marzo de este año, caratulando el asesinato de mujeres como feminicidio, dando un giro trascendente en la visión, tanto jurídica como ideológica que tiene la sociedad colombiana sobre este tipo de crímenes y que pone al desnudo el poder que ejercen los hombres sobre las mujeres en una relación de claro sometimiento físico y psicológico que las lleva a la muerte.

Esto representó, en consecuencia, un paso fundamental para lo que será la elaboración de la ley sancionada el pasado 6 de julio. Sin embargo, el contexto de paramilitarismo en Colombia empaña la reivindicación de las mujeres, donde este tipo de organizaciones ha tenido prácticas sistemáticas de asesinato, violaciones y desaparición forzada de mujeres como parte de su lógica beligerante.

Muchos responsables de crímenes contra las mujeres han salido en libertad y esa es una contradicción que debe ser revisada por el Estado. Ergo, el feminicidio se ha tornado constitutivo de la guerra que se lleva adelante desde hace varias décadasy que haya una salida pacífica aeste largo conflictosignificará, en buena medida, el finaldeeste proceso criminal a gran escala. Por eso la paz es una necesidad y una urgencia para Colombia.Porque sin paz, jamás habrá justicia.
*Ensayista. Miembro del Centro de Estudios Históricos, Políticos y Sociales “Felipe Varela”, de Argentina. 


Santos propuso una tregua bilateral a las FARC
Resumen Latinoamericano/ 28 de Octubre 2015.- 

El presidente de Colombia pidió a la guerrilla con la que mantiene negociaciones de paz en La Habana, Cuba, “hacer el esfuerzo de aquí al 31 de diciembre” para decretar un “cese del fuego bilateral y verificable internacionalmente a partir del 1 de enero” del año próximo.

“Si hacemos ese esfuerzo para avanzar, como se ha venido avanzando en ese tema del fin del conflicto y tenemos la disposición, por lo menos de mi parte existe y esas son las instrucciones a los negociadores, podemos proceder en esa dirección”, aseguró Juan Manuel Santos durante un acto en la Casa de Nariño.

En el proceso de paz de La Habana que transcurre desde hace casi tres años, el gobierno colombiano y las FARC han llegado a consensos sobre desarrollo rural, participación política y solución al problema de las drogas ilícitas.

Actualmente, debaten el tema de verdad, justicia y reparación para las víctimas del conflicto armado. En este sentido, la propuesta de Santos es una apuesta fuerte.

“Hagamos ese esfuerzo para que, de aquí al 31 de diciembre podamos terminar el punto del fin del conflicto, y así poder decretar un cese al fuego bilateral y verificable internacionalmente a partir del 1 de enero”, dijo.

Después de medio siglo de conflicto armado, las FARC, con unos 7 mil combatientes según cifras oficiales, iniciaron una tregua unilateral desde el 20 de julio pasado, a la que el gobierno respondió con una suspensión de los bombardeos que no incluye, sin embargo, el cese de operaciones militares antiguerrilleras en tierra.

Este miércoles, precisamente, el ministro de Defensa de Colombia, Luis Carlos Villegas, reveló que cuatro presuntos guerrilleros dedicados a la extorsión fueron abatidos en el departamento del Caquetá, suroeste del país.


La emboscada del ELN que cobró doce militares abatidos confirma la necesidad de un cese al fuego bilateral y el inicio de las negociaciones con dicha formación guerrillera
Resumen Latinoamericano / 27 de Octubre 2015.- 

El uniformado Angerson José Tonguino aseguró en LA F.m. que fueron cerca de 60 los guerrilleros que los atacaron.

Habló con LA F.m. tras sobrevivir a la masacre del ELN en Güicán (Boyacá). Según dijo, ”ayudas de mi Dios” le permitieron escapar a la ofensiva guerrillera.

”Llegué en arrastre bajo hasta la orilla de un río. Me escondí hasta las 6 de la tarde que escuché el avión”, aseguró.

”Nos atacaron de 3:30 a 3.40 de la madrugada del lunes. Estábamos durmiendo cuando escuché que empezaron a disparar y a caer granadas por todo lado. Tatucos.

La reacción fue salir a protegerme”.

El patrullero agregó que ”éramos un pelotón de soldados profesionales y soldados regulares. Estaba nublado el cerro porque la situación climática es complicadita. Eran aproximadamente 60 guerrilleros.

La reacción fue salvarse”, enfatizó.

Según dijo, fueron pocos los compañeros suyos que alcanzaron a responder con fuego. Tonguino explicó que estaban en Güicán (Boyacá) cuidando a la población que estaba votando.

Y en medio de ese trabajo les informaron que cinco guerrilleros habían sido capturados, dos de ellos comandantes. Aún así, el patrullero aseguró que no sabe si guardan relación las capturas con los hechos posteriores.

Al menos once soldados murieron y dos más resultaron heridos en un ataque de esa guerrilla a una patrulla del Batallón de Alta Montaña, en una zona rural del departamento de Boyacá.
Foto: Doce uniformados dados de baja en la emboscada del ELN. A su derecha, el patrullero Tonguino que se salvó del ataque. Escuche a Angerson José Tonguino, entrevista por LA F.m.: https://app.box.com/s/evhfn6177bfnf5dpv0qu9bof5jlp72gz
fuente ANNCOL


Elecciones 2015- Triunfo de la ´nueva´ vieja política y ¿crisis en la izquierda? 
Por Alejandro Mantilla Q* / Resumen Latinoamericano /Colombia Informa / 26 Octubre 2015.- 

El nuevo mapa político del país muestra una reorganización de los viejos poderes, según el analista Alejandro Mantilla. Para la izquierda colombiana estas son las elecciones más regresivas de la historia reciente, a pesar de los buenos resultados en Putumayo, Boyacá, Nariño, Ibagué y Pasto. La paz, ausente de la agenda. .

Al célebre lema del gatopardismo, “que todo cambie para que todo siga igual”, puede proponérsele una variación: la renovación de lo viejo ahuyenta la aparición de una genuina novedad.

Hubo un tiempo en que los dos partidos tradicionales se organizaron como la suma de múltiples microempresas electorales controladas por barones regionales. La reforma política de la década pasada introdujo la figura del umbral para obligar a que esas pequeñas colectividades se agruparan en grandes partidos con mayores identidades ideológicas, al menos en teoría. La reciente elección revela el fracaso de ese propósito. Hoy esos grandes partidos lucen como puras maquinarias electorales cuyo principal oficio es operar como fábricas de avales a gran escala. Con la posible excepción del Polo y el Centro Democrático, los partidos no tienen ideologías definidas, su único propósito es la victoria electoral.

Aquí cabe la pregunta del viejo patriarca liberal ¿el poder para qué? Hoy el control del poder político está ligado a la captura de rentas, sobre todo a la obtención de los recursos de las regalías de las actividades extractivas y a los contratos del sector público, especialmente en materia de salud, infraestructura, saneamiento básico y programas focalizados como desayunos escolares.

Así el Estado deja de ser un espacio de administración de los negocios comunes de los ricos, para convertirse en una fuente directa de riqueza. Tales rasgos pueden ayudarnos a entender una campaña electoral marcada por la pugnacidad, las reiteradas denuncias de fraude y trasteo de votos o la manipulación de encuestas. En esta campaña se desdibujaron los partidos, desaparecieron las ideologías y fue más importante la movilización de maquinaria que la movilización de conciencias.

Algunas alianzas inesperadas permiten corroborar esta tesis. En Santander, Horacio Serpa apoyó a su otrora enemigo Didier Tavera. Rodrigo Lara y Carlos Fernando Galán, hijos de dos líderes asesinados por los cárteles del narcotráfico, avalaron a candidatos acusados de vínculos con el crimen organizado. Las alianzas estuvieron más marcadas por la conveniencia rentista que por la coincidencia política.

La vieja derecha y el nuevo despojo 
El indiscutible ganador de la jornada es Germán Vargas Lleras, quien controlará buena parte del poder político local. El vicepresidente tendría influencia directa en nueve de las gobernaciones electas, Cundinamarca, Antioquia, Huila, Guajira, Cesar, Magdalena, Sucre, Vaupés y Amazonas, y en las alcaldías de Bogotá, Cali y Barranquilla. Además es el señor y dueño de Cambio Radical, colectividad que tendrá la bancada más grande en el Concejo de Bogotá, y que hoy se perfila como la fuerza política de mayor crecimiento a nivel nacional.

La victoria de Vargas Lleras es un juicio unánime, sin embargo, tiende a soslayarse el modelo de acumulación de capital que promueve. Al ser el gestor de los grandes proyectos de infraestructura, el vicepresidente es el dueño de la chequera pública y el principal gerente del nuevo ordenamiento territorial a favor de los grandes negocios. Por su escritorio pasan las decisiones clave sobre carreteras, represas, puertos y otras megaobras. Para viabilizar tales proyectos, Vargas Lleras cuenta con las herramientas jurídicas emanadas del Plan de Desarrollo, en especial los PINES (Planes de Interés Nacional y Estratégico), una figura que permitirá acelerar la ejecución de obras declaradas de interés público (aunque en realidad beneficien al capital privado) y permitan la expropiación administrativa (nombre técnico para el despojo legal) de propiedades urbanas y rurales.

Hoy Germán Vargas Lleras, controla buena parte del poder político local, tiene injerencia directa sobre una porción importante de los recursos públicos y define las grandes megaobras impulsadas por el Estado colombiano. Además, es el vicepresidente de la República, y el favorito para ser el próximo Presidente.

El millonario y el gangster
Merece la pena, literalmente, indagar sobre un rasgo común de los nuevos mandatarios de las principales capitales del país. Peñalosa en Bogotá, Armitage en Cali, Hernández en Bucaramanga y Char en Barranquilla, ganaron las elecciones mostrándose o bien como empresarios, o bien como gerentes, y no como políticos; aunque todos ellos sean parte del paisaje político habitual.

Armitage, Char y Hernández son tres millonarios que usaron su imagen empresarial para aparecer como alternativa viable ante la ciudadanía, mientras Peñalosa se catapultó por su imagen de gerente urbanista. Encontramos entonces un fenómeno muy curioso: los antipolíticos ya no son personajes que se muestran antisistémicos y luego se adaptan al sistema (como Lucho, Mockus, Apolinar o Fajardo), más bien son personajes abiertamente representativos de la economía y de la política dominante. Hoy en Colombia la alternativa a los políticos, son millonarios respaldados por los políticos.

El otro modelo de político victorioso es el gangster. Hablo del personaje señalado de tener vínculos con el crimen organizado, denunciado por columnistas y seguido de cerca por las ONG, pero cuyo ascenso nadie puede detener. Oneida Pinto en la Guajira, Nebio Echeverry en Guaviare, Didier Tavera en Santander, Rosa Cotes en Magdalena, Luis Pérez en Antioquia, Andrés Londoño en Cartago y Cesar Rojas en Cúcuta, son buenos ejemplos, pero el más representativo es el electo alcalde de Yopal, conocido como “John Calzones”, quien celebró su victoria recluido en la cárcel modelo de Bogotá, sindicado de constructor pirata y enfrentando posibles acusaciones por narcotráfico.

En la política colombiana se cumple ese procedimiento dialéctico del teatro de Brecht donde el empresario se confunde con el ladrón y viceversa. Si en sus obras aparece “Mackie cuchillo” en la versión colombiana bien puede aparecer “John Calzones”.

La paz no apareció en la agenda 
Se supone que las elecciones definirían a los gestores locales de un eventual posacuerdo de paz, pero en los debates casi no apareció este asunto, opacado por cuestiones como la movilidad, la seguridad o la corrupción. Cuando apareció el tema, surgió en debates televisados a través de típicas preguntas efectistas carentes de profundidad como “¿Si usted fuera alcalde le daría un cargo de Secretario a Timochenko?”. Así la solución política al conflicto estuvo ausente de la mayoría de debates, o fue banalizada por los periodistas de ocasión.

El otro aspecto es aún más inquietante. Aunque se dice que el uribismo sale derrotado por sus malos resultados en Bogotá, Manizales, Medellín, Cundinamarca y Antioquia, algunas de sus victorias ocurren en lugares clave para un eventual acuerdo de paz. El Centro Democrático ganó las alcaldías de San Vicente del Caguán, Florencia, Leticia y Puerto Carreño, y se hizo a la Gobernación de Casanare. Tales administraciones serían claves en el posacuerdo, pero serán agenciadas por individuos abiertamente hostiles al proceso de paz. A lo anterior se suma el consolidado poder de Vargas Lleras, cuyo silencio sobre la paz puede ser leída como una señal de hostilidad disimulada.

¿Nueva crisis de la izquierda?
Si los sectores de derecha lograron perfeccionar sus prácticas clientelistas habituales, o bien presentaron lo viejo con el empaque de lo nuevo, la izquierda fue víctima de su propio anquilosamiento. El Polo no obtuvo la alcaldía de Bogotá después de 12 años de gobiernos de izquierda, no disputó la administración de ninguna ciudad capital, ni gobernación de departamento.

Un indicador clave es la situación del Concejo de Bogotá. Los Verdes perdieron a figuras clave como Mafe Rojas, Roberto Saenz y Yesid García, lo que sugiere, ojalá me equivoque, una cierta derechización de ese partido. El Polo apenas consigue conservar sus concejales actuales sumando la entrada de Manuel Sarmiento, quien jugará un papel clave en la oposición a Peñalosa. La Unión Patriótica, a pesar de su campaña valiente y altiva, no alcanzó los votos necesarios para llegar al Concejo, y Progresistas apenas logró la curul de Hollman Morris. Las condiciones para la oposición parlamentaria distan de ser las mejores. 

Sin embargo, los sectores alternativos logran victorias importantes en Putumayo, Boyacá, Nariño, Ibagué y Pasto. También se alcanzan victorias en municipios donde se ha evidenciado fuerza social movilizadora, sobre todo campesina, como El Tarra (Norte de Santander), San Pablo, San Lorenzo y Samaniego (Nariño), para citar unos pocos ejemplos. Estos gobiernos tienen el reto de enfrentar una política nacional abiertamente hostil a los territorios y a las entidades territoriales, por eso deben estar muy cerca de movimientos sociales para defender las regiones. Si a propósito del MAS boliviano, Podemos, Syriza y otras formaciones se ha hablado de “partidos- movimiento”, no es descabellado hablar de “gobiernos locales-movimiento”, pero eso dependerá de la audacia de los gobernantes.

Para la izquierda colombiana estas son las elecciones más regresivas de la historia reciente. Es urgente un recambio de estrategia, de programa y de métodos de trabajo, máxime cuando el modelo a seguir en los últimos quince años, el de los gobiernos progresistas latinoamericanos, hoy parece seriamente amenazado por crisis variadas en unos casos y por giros a la derecha en otros.

Hoy, parafraseando a Julio Cortázar, nuestra verdad posible tiene que ser invención.


800 militares colombianos participarán en agresión saudí a Yemen

Al menos 800 exmilitares de las fuerzas del Ejército colombiano entrarán en Yemen para respaldar la ofensiva del régimen saudí y sus aliados, según las fuentes militares. Bajo un contrato, 800 militares retirados de las Fuerzas Especiales del Ejército colombiano, se desplegarán a finales de este mes en el territorio yemení para luchar en las filas de las tropas de la coalición liderada por Arabia Saudí contra Yemen.

Pese al calor, no es lo mismo combatir con apoyo aéreo irrestricto, una jornada fija, equipos y armas nuevas y la certeza de que si no se regresa, el futuro de la familia está asegurado”, dice un comando retirado del Ejército colombiano.

“Pese al calor, no es lo mismo combatir con apoyo aéreo irrestricto, una jornada fija, equipos y armas nuevas y la certeza de que si no se regresa, el futuro de la familia está asegurado”, dice un comando retirado del Ejército colombiano quien no duda en dar un paso al frente para ir a Yemen que está a más de 13.000 kilómetros de su país.

Según ha informado esta semana el diario local El Tiempo, este avezado capitán, forma parte de la primera compañía de fuerzas colombianas, unos 92 hombres, que portando el uniforme saudí, han llegado esta semana en la ciudad portuaria de Adén, en el sur de Yemen.

A las tropas colombianas que se envían a Yemen con un máximo de tres meses en el área y tres turnos diarios de trabajo, el régimen saudí le pagará un sueldo adicional de 1000 dólares semanales, independiente de la paga que recibirán desde Emiratos Árabes Unidos (EAU), un fuerte aliado de Riad en su ofensiva contra Yemen. “(…)

Cada elemento que llevaremos es de última tecnología. No es lo mismo que combatir contra las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), pero las condiciones de bienestar sí son óptimas”, subraya el mencionado oficial.

La fuente apunta que estos exmilitares tras llegar a Adén, junto a las tropas saudíes e emiratíes y soldados de otras nacionalidades tendrán como tarea tomar la ciudad de Saná, la capital de Yemen que actualmente está bajo control del Ejército y los combatientes del movimiento popular yemení Ansarolá.

El envío de soldados colombianos a Yemen se produce después de que países como Egipto, Catar, Baréin, entre otros, han enviado cientos de soldados, como parte de la ofensiva militar liderada por Riad contra Yemen.

Los soldados extranjeros que no regresen tienen la garantía de que sus hijos y esposas recibirán la nacionalidad y se garantizará su educación hasta la universidad. El envío de soldados extranjeros a Yemen se produjo después de que el pasado septiembre, durante un ataque del Ejército yemení contra un depósito de armas en la provincia central de Marib, 300 soldados saudíes, emiratíes y bareiníes, perdieron la vida.

El pasado 26 de marzo, Arabia Saudí lanzó una ofensiva militar contra Yemen, sin la autorización de la ONU, en un intento por eliminar de la ecuación a Ansarolá y restaurar en el poder al expresidente fugitivo Abdu Rabu Mansur Hadi, un estrecho aliado de Riad. Conforme a las últimas cifras anunciadas por la Coalición Civil de Yemen, al menos 6090 yemeníes —entre ellos, 1698 niños y 1038 mujeres—, han perdido la vida como consecuencia de la agresión saudí, y unos 13 552 han resultado heridos.
fuente: Hispan TV
Envío:ResumenLatinoamericano

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