24 de noviembre de 2019

TROPEL 3 del 24.11.2019.

24 de noviembre de 2019
Cuatro años de un desastre mayúsculo con la deuda. Buitres, emisión de bonos descontrolada, dolarización, cesión de soberanía, bombas de Letras y el FMI 
Alberto Fernández tendrá que levantar el default de Macri
El nuevo gobierno tiene urgencia para reestructurar la deuda impagable que heredará de la administración Cambiemos. Necesitará liberar recursos, que hoy se destinan a pagar intereses, para iniciar el tránsito de la recuperación de la economía.
 Por Alfredo Zaiat
Cualquier analista alejado de la influencia de financistas concluirá que lo que hizo el macrismo con la deuda fue un desastre. En apenas cuatro años provocó un desorden mayúsculo de las cuentas públicas. En realidad, lo hizo en los dos primeros años de gobierno y en los dos siguientes trató de administrarlo, sin éxito puesto que terminó en default . El megacrédito del FMI fue clave para poder extender el plazo hasta el fin del mandato. ¿Cómo se califica en el mercado la deuda que un país no puede pagar de acuerdo al contrato de emisión? En default. En esa condición la deja Macri. El detalle de las acciones que provocaron semejante descalabro en tan corto lapso es abrumador.


Buitres. Se concretó el pago de todo y más de lo previsto de las demandas de los fondos buitre. No sólo fue rifar años de defensa de la soberanía financiera en tribunales hostiles de Nueva York, sino que también fue el inicio del entierro de un costoso ciclo de desendeudamiento. Se tiró por la borda el extraordinario apoyo a la posición argentina en la Asamblea General de las Naciones Unidas (nueve principios impulsados por el país y consensuados con el Grupo de los 77 más China, para la reestructuración de las deudas soberanas). El secretario de Finanzas, Luis Caputo, realizó oscuras negociaciones para definir los términos de los acuerdos con cada buitre, a los cuales se les abonaron el capital e intereses de los títulos que reclamaban más "algunos costos y gastos legales" no precisados. Este último ítem merece una investigación oficial para determinarlos y transparentar qué se pagó. Alfonso Prat Gay fue el principal responsable de esa operación como ministro de Economía. La campaña de desprestigio y de extorsión de los buitres al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, con el aval del resto del sistema financiero internacional, quedó en evidencia con el pago de Macri. Cobraron y desapareció la campaña antiargentina.
Dólares para gastos en pesos. Se empezó a emitir en forma vertiginosa deuda en dólares para atender gastos corrientes en pesos . No había ninguna necesidad de hacerlo de ese modo. Peor decisión para la administración de pasivos públicos no existe en el manual de deuda soberana. En una economía como la argentina, con restricción externa por la limitada disponibilidad de divisas, los dólares obtenidos de emisión de deuda deben ser orientados, en caso de ejecutar una adecuada política económica, hacia inversiones que generen posteriormente más dólares para atender ese pasivo. Los dólares deben venir a cerrar la brecha externa; no la fiscal. El absurdo en términos teóricos y prácticos fue que los economistas del gobierno y sus voceros defendieran como buena práctica tomar deuda en dólares para cubrir el déficit fiscal. Fue un disparate con consecuencias terribles en materia de estabilidad financiera y económica.
Más deuda en dólares. Se aumentó más en términos relativos la deuda nominada en moneda extranjera. Como se sabe, la economía argentina padece de una escasez aguda de divisas. Por lo tanto, incrementar las necesidades de dólares para pagar deuda acentúa los riesgos de inestabilidad. El macrismo no dejó pilar por debilitar de la estructura de la deuda, al incrementar la dolarización del stock total. Era del 67 por ciento a fines de 2017 para subirla a casi el 80 por ciento en la actualidad. Esto significa que una devaluación impacta muy fuerte en las cuentas del Tesoro, al requerir un mayor esfuerzo fiscal (más pesos para conseguir dólares) para hacer frente a los vencimientos de intereses y capital.
Cesión de soberanía. Pese a la traumática experiencia con los buitres y los tribunales de Nueva York, el gobierno de Macri incrementó la emisión de deuda bajo legislación extranjera. Recibió un stock de deuda con el 78 por ciento emitido en legislación local, para reducirlo al 54 por ciento en este año. O sea, la deuda con legislación extranjera subió del 22 al 46 por ciento. La política de cesión de soberanía jurídica implica una mayor vulnerabilidad del país en el momento de la renegociación de la deuda.
Deuda provincial. Para acercar más dólares a la economía macrista, se alentó el endeudamiento en moneda extranjera de las provincias . Si era irresponsable la política de endeudamiento en dólares del gobierno nacional, la de las provincias adquiere una dimensión extrema puesto que no tienen fuentes propias para acumular dólares para repagar. En 2016 y 2017, quince provincias, lideradas por la de Buenos Aires con la gobernadora María Eugenia Vidal, fueron motivadas por el gobierno nacional y se lanzaron a una carrera vertiginosa de endeudamiento externo. Emitieron bonos por 12.200 millones de dólares en el mercado de capitales internacional. El descontrol cambiario del macrismo alteró los presupuestos de las provincias endeudadas en dólares. La carga de intereses a pagar más que se ha duplicado medida en pesos, con ingresos que no subieron en esa proporción debido al impacto negativo de la recesión en la recaudación y en la decisión deliberada del gobierno nacional de trasladar a las cuentas provinciales parte del ajuste acordado con el FMI.
100 añosLa manía del endeudamiento macrista derivó en el disparate de preparar en secreto la emisión de un bono por 2750 millones de dólares, a una tasa altísima del 7,12 por ciento anual del cupón, pero cuyo costo real fue de 7,91 por ciento, a un plazo de 100 años . Al Tesoro no ingresaron esos 2750 millones de dólares, sino que fueron 2475 millones, porque los bonos fueron entregados con un descuento del 10 por ciento. Es decir que por cada lámina de 100 dólares, el comprador pagó 90. No hubo difusión entre inversores y la colocación de los papeles de deuda fue definida en una conferencia telefónica en la cual participaron unas pocas grandes firmas administradoras de fondos millonarios. La operación fue liderada por bancos amigos (HSBC, Citi, Santander y Nomura) del entonces ministro de Finanzas, Luis Caputo. El bono a 100 años fue una muestra nítida de la desmesura de este nuevo ciclo neoliberal de valorización financiera.
Lebac y Leliq. Se armaron dos inmensas bombas de deuda en pesos de cortísimo plazo del Banco Central: Lebac y Leliq. Las primeras Letras fueron utilizadas por Federico Sturzenegger, el primer titular del BCRA de Macri, para facilitar una inmensa bicicleta financiera, en la cual participaron en forma muy activa grandes fondos especulativos internacionales. El stock de Lebac superó el billón de pesos, equivalente en su pico máximo a unos 64 mil millones de dólares. La corrida cambiaria de abril de 2018 empezó a licuar esos pasivos. La orden de largada para huir fue del JP Morgan: liquidó sus Lebac y compró inmediatamente con esos pesos 800 millones de dólares al Banco Central, a una paridad (20,50 pesos) regalada por Sturzenegger, antes de la fuerte devaluación. En la gestión de Guido Sandleris en el Banco Central, las Leliq reemplazaron a las Lebac , limitando la bicicleta a los bancos del sistema local. Estas emisiones de deuda tuvieron un costo inmenso en términos financieros por el pago de intereses: en Lebac se desembolsaron el equivalente a 26 mil millones de dólares, y en Leliq acumulan casi 700.000 millones de pesos, desde octubre del año pasado. Estos montos han sido una transferencia obscena de recursos públicos hacia el sistema financiero local e internacional.
Festival de Letras. El frenesí endeudador tuvo otro capítulo en la emisión de papeles de deuda de cortísimo plazo del Tesoro Nacional. A las letras del Banco Central (Lebac y Leliq) se les sumaron las Letes, Lecap y Lecer por un total equivalente a 32.500 millones de dólares. Con el mercado internacional clausurado, para cubrir vencimientos de deuda y para atender el desequilibrio del fisco, el Tesoro empezó a colocar Letras, en pesos y en dólares. Esa deuda inmensa que se fue acumulando, con vencimientos posteriores a las elecciones PASO y anteriores al 10 de diciembre de este año, no pudo ser cumplida de acuerdo a las condiciones de emisión. Fue "reperfilada", el eufemismo macrista para ocultar que defaulteó la deuda que había emitido.
FMI. El 4 de enero de 2018 fue la última emisión de bonos públicos en el mercado internacional por 9000 millones de dólares. Fue el aporte final de Wall Street a la causa macrista. Los principales fondos de inversión y bancos fueron inundados de papeles de deuda argentina. En marzo de ese año, el entonces ministro de Finanzas Luis Caputo viajó a Nueva York junto a sus colaboradores más estrechos para reunirse con bancos y administradores de grandes fondos de inversión. Pasó la gorra y lo que consiguió fue que le cerraran la puerta de más financiamiento. La economía macrista se quedó así sin el pulmotor de la deuda. Para eludir el default inminente, Macri corrió desesperado a abrazarse al Fondo Monetario Internacional. El organismo, dominado por Estados Unidos, le entregó el préstamo más abultado de su historia a un solo país. Lo hizo por los intereses geopolíticos de la potencia mundial. El monto inicial del stand by fue de 50 mil millones de dólares, acuerdo rubricado el 20 de junio. El programa se derrumbó a los dos meses, para pactar un segundo, elevando el crédito a 57 mil millones de dólares. El gobierno de Macri regresó al FMI a la economía argentina, presencia que implica un inmenso condicionamiento, al limitar aún más los estrechos márgenes de autonomía de la política económica.
Default. Como se mencionó, la cesación de pagos de la economía macrista fue en marzo de 2018, cuando Wall Street cerró el grifo de dólares. No fue declarada oficialmente porque el rescate del FMI extendió la agonía a un costo fabuloso. Pero hasta ni eso alcanzó. El default de Macri es inédito porque se concretó con deuda emitida por el mismo gobierno. En el repaso de las cesaciones de pagos de Argentina no se encuentra un caso así. Las anteriores fueron de deudas heredadas de otras administraciones. Este default también es insólito porque involucró deuda emitida en pesos. O sea, el gobierno de Macri decidió no pagar deuda en la moneda que el país emite. Después de recibir una economía desendeudada, la entregará en default. O sea, Macri endeudó y defaulteó en menos de cuatro años. Es una marca notable para un ciclo político-económico tan breve.  

Herencia

A los pocos meses del gobierno de Macri, el economista Jorge Gaggero ofreció la lúcida observación acerca de que estaba comenzando el tercer ciclo largo del endeudamiento argentino. El primero fue de 124 años, arrancando con el crédito de la Baring Brothers en 1823 y terminando en 1947 con la cancelación final de toda la deuda. El segundo ciclo comenzó con la dictadura cívico-militar en 1976 y estalló en el 2001. El tercero lo inauguró y lo clausura Macri, con una intensidad y velocidad récord.
Gaggero ilustra que en la historia argentina, con pocas excepciones, los endeudadores han sido los gobiernos autoritarios, de facto, reaccionarios, y los pagadores los gobiernos democráticos populares.
Esto último es lo que le toca a la próxima administración liderada por Alberto Fernández. La clave es cómo lo hará para dar sustentabilidad y legitimidad política a su gobierno.
La deuda macrista actúa como un gran limitante, como lo fue la pesada deuda de la dictadura en el primer gobierno de la recuperación de la democracia. Raúl Alfonsín no logró disminuir la carga de la deuda al no prosperar el club de deudores reunido en el Consenso de Cartagena (junio de 1984; once países que concentraban el 80 por ciento de la deuda regional). Quedó así muy condicionado a lo largo de su gobierno, con el único respiro de los meses del Plan Austral, para terminar en una hiperinflación.

Quita

Desde las veredas de la heterodoxia y de la ortodoxia coinciden en que el actual stock de deuda, con gran parte de los vencimientos concentrada en el corto plazo de los próximos cuatro años, debe ser reestructurado. A partir de ese punto de acuerdo aparece la disidencia acerca de cómo hacer esa renegociación, con quita o sin quita de capital, suspensión de pagos de intereses o extensión del plazo de pago.
La reestructuración de la deuda tiene que ser pensada en función a cuántos recursos libera para impulsar un consistente ciclo de crecimiento; no debe evaluarse en función de los intereses del mundo de las finanzas. Debería ser entonces una negociación intensa, con quita de capital, extensión de los plazos y tasas de interés bajas ; más aún porque la deuda con el FMI es abultada y sólo se podrá refinanciar, y porque la economía mundial no muestra signos de vitalidad para recibir un viento de cola del exterior.

Tiempo

En esta instancia, como enseñan negociaciones pasadas, si el objetivo es abordar con firmeza la cuestión de la deuda no será efectivo el voluntarismo político ni los guiños amigables hacia el mercado. Hay un escenario que los financistas y sus voceros quieren maquillar, pero que no debería ser ocultado: el ciclo financiero neoliberal de la economía macrista ha sido fulminante.
La economía fue arrojada hacia la insolvencia por las políticas de desregulación financiera y, por lo tanto, existe corresponsabilidad del FMI y del mundo de las finanzas por la crisis económica, social y laboral que padece la mayoría de la población.
Será muy complicado consolidar una legitimidad política para impulsar el crecimiento económico si no se liberan recursos del presupuesto con la postergación del pago de intereses y capital de la deuda. Y el gobierno que comenzará el próximo 10 de diciembre no tiene mucho tiempo para cerrar la instancia de negociación con los acreedores privados.
El apuro es para evitar un default descontrolado, que inicialmente implicaría costos adicionales a los ya pesados que dejará el macrismo. La urgencia es también para ampliar los márgenes fiscales para alentar la demanda interna que impulse el crecimiento económico.
Desde el día que Alberto Fernández ingrese como presidente a la Casa Rosada hasta el inicio del segundo trimestre del año próximo es el plazo que brinda márgenes para liderar con más fuerza esta crucial negociación. Hasta entonces se librará la madre de todas las batallas para dejar atrás la noche macrista y empezar a alumbrar un horizonte de mejora de la economía.
24 de noviembre de 2019
Floreal Gorini y el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos
Un movimiento de resistencia 
El IMFC se posicionó como una imprescindible herramienta de crítica a las políticas económicas ortodoxas. El rol que tuvo Floreal Gorini en la expansión del movimiento cooperativo.
Por Diego Rubinzal
El Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos (IMFC) nació en en noviembre de 1958. 
“Muere con Gorini alguien que, como cualquiera, tuvo todos los errores que pueden y quieran encontrarse cuando hay una vida entera dedicada a la acción política. Pero que jamás, nunca jamás, se quebró ideológicamente. Es decir que muere con Gorini alguien que nunca se equivocó en lo esencial”, Eduardo Aliverti, Página/12, 14/10/2004.
El 3 de octubre se cumplió quince años del fallecimiento de uno de los principales dirigentes del cooperativismo de crédito argentino: Floreal Gorini. La mayoría de las cajas de crédito cooperativas se constituyeron, en la Argentina, sobre la base de las primigenias mutuales de la comunidad judía. El sello distintivo de esas entidades sería la cercanía con los usuarios y sus mecanismos de gestión participativos.
La creación del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos (IMFC), en noviembre de 1958, fue un hito fundamental en su desarrollo. Funcionó como una cámara compensadora. Con el paso del tiempo, el IMFC se posicionó como herramienta de resistencia de las políticas económicas ortodoxas acuñando consignas tales como “la economía es una actividad de servicio y no de lucro”;“un país se hace desde adentro o no se hace”; “el dinero de los argentinos en manos argentinas”; “sin solidaridad no hay futuro”.
En septiembre de 1960, Gorini fue convocado para organizar la Delegación Buenos Aires del IMFC. Meses después, fue designado Gerente de la Delegación. El movimiento cooperativo de crédito registró un crecimiento exponencial en pocos años: de 197 entidades en 1958 a 974 en 1965. Las cajas de créditos llegaron a captar el 10 por ciento de los depósitos del sistema.
Ese salto cuantitativo y cualitativo no pasó desapercibido para ciertos sectores. En 1965, la Federación Argentina de Entidades Democráticas Anticomunistas  publicó nueve solicitadas en los diarios más importantes “denunciando” a los agentes comunistas en la Argentina. En una de ellas, sostenía que “en nuestro país el comunismo se infiltra en el campo económico para una vez controlado una parte del mismo, desatar una falsa crisis favorables a sus fines subversivos por ello: PARA QUE EL PUEBLO LO SEPA. Denunciamos hoy: quiénes dirigen el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos”. La solicitada continuaba con el nombre y apellido de nueve dirigentes del IMFC que pertenecían al Partido Comunista de la Argentina.
Las cooperativas de crédito soportarían muchas embestidas a lo largo de su historia. Por ejemplo, el gobierno de Onganía dictó una serie de medidas que restringieron su operatoria. El acoso oficial provocó el cierre de 500 cajas de crédito entre 1966 y 1973. La última dictadura militar (1976-1983) comandó la ofensiva final. El primer anteproyecto de reforma financiera las excluía de la actividad bancaria. El texto rezaba que “las entidades financieras solo podrán funcionar bajo la forma de sociedades anónimas”. El movimiento cooperativo resistió la arremetida a pesar del contexto represivo.
El resultado final de la puja fue un “empate”: la ley mantuvo fuertes restricciones para las cajas de crédito (por ejemplo: no podían operar con cuentas a la vista), pero otorgó un año de plazo para su transformación en bancos cooperativos.
Carlos Heller cuenta que “algún comentario que nos llegó años después de alguien que tenía trato cercano con Martínez de Hoz fue que en una reunión le preguntaron por qué nos había autorizado y dicen que a la pregunta contestó algo así como: “mirá, si los prohibimos, los victimizamos, es imposible que puedan hacer lo que quieren hacer, en un año los va a matar la gente, y nosotros nos ahorramos el trabajo de tener que victimizarlos y convertirlos en héroes. No pueden tener éxito; eso que se proponen es imposible”. Las profecías de Martínez de Hoz no se cumplieron porque se crearon 85 bancos cooperativos. Floreal Gorini fue uno de los actores centrales de ese proceso.
24 de noviembre de 2019
El debate por las retenciones 
La alta burguesía agraria amenaza al gobierno de Alberto Fernández 
Después de cuatro años de fiesta en la que ni siquiera estuvo obligada a liquidar exportaciones, con su consecuente impacto en las devaluaciones y la salida de capitales, la alta burguesía agraria quiere seguir teniendo "almuerzos gratis".
Por Claudio Scaletta
Los sectores más concentrados del agro están batiendo tambores de guerra por las retenciones. 
“No hay almuerzo gratis”. La frase, muy estadounidense, fue popularizada por Milton Friedman, aunque no le pertenece. La idea es simplemente que antes o después todo se paga, aunque en boca de libertarios remite a la austeridad fiscal, a que los gastos “excesivos” de un período indefectiblemente deberán pagarse en otros, sin que medie la agregación de valor en el medio. La paradoja del presente, sin embargo, es que quienes no parecen entender que no existen los almuerzos gratis son precisamente quienes más comulgan con las ideas del padre del monetarismo, como por ejemplo la “alta burguesía agraria” local.
En el mismo diciembre de 2015, esta alta burguesía agroexportadora fue beneficiada por la quita y rebaja de retenciones. El beneficio se sostuvo en el tiempo a pesar de las fuertes devaluaciones de la etapa. Sólo la presión del FMI llevó, recién sobre fines de 2018, a que las retenciones se reestablezcan parcialmente pero como suma fija, con lo que rápidamente fueron licuadas por más devaluaciones, como se predijo desde el minuto cero. La eliminación y rebaja de las retenciones provocó otro efecto predecible, retroalimentó el déficit interno. Nunca debe olvidarse que cuando las clases privilegiadas y sus voceros hablan de equilibrio presupuestario lo que está en la mira son los gastos, nunca los ingresos. No es una obsesión por la prolijidad contable, sino la búsqueda de impuestos mínimos.
Pero la baja de impuestos que benefició durante estos cuatro años a la alta burguesía agraria no fue un almuerzo gratis, sino una de las piedras angulares del modelo macristaSu contrapartida fue el desfinanciamiento del erario y el endeudamiento público, situación que llevó al retorno de la lógica del ajuste permanente. El resultado fue la destrucción de las funciones del Estado, el parate del aparato productivo, el aumento del desempleo, la pobreza y el hambre. Dicho de otra manera, nada como los impuestos refleja las relaciones de poder al interior de una sociedad. La falta de visión sobre los procesos de desarrollo llevó a la alta burguesía agraria local a creer que efectivamente había almuerzos gratis y que a ella nunca le llegaría la cuenta.
Siguiendo la lógica de los impuestos como reflejo de las relaciones de poder en un momento dado, si el cambio de gobierno significa el empoderamiento de un sector distinto de la sociedad los impuestos deberán reflejarlo. Alberto Fernández no lo ocultó durante la campaña. Cada vez que le preguntaron por las retenciones contestó que el déficit fiscal que heredará del macrismo, cercano a los 7 puntos del Producto, deberá ser financiado por los sectores más favorecidos por el régimen que finaliza, entre otras razones porque ya no hay más espacio para seguir ajustando a los que menos tienen. Se lo dijo incluso a los enviados del FMI. En el camino Fernández abandonó el esencialismo fiscalista de los primeros tiempos. Sostuvo que parte de la reducción del défict será financiada por el crecimiento, pero al comienzo la suba de retenciones será inevitable.
Frente a la realidad de los hechos, desde los sectores más concentrados del agro batieron tambores de guerra. Un video que circula en las redes sociales, firmado por “Guardianes de la república. Campo + Ciudad” expresa, con fondo de imágenes de maquinaria agrícola y movilizaciones en las rutas que rememoran 2008, una literal amenaza: “Las urnas eligieron a Fernández. Respetamos ese resultado y trabajaremos como siempre por el bien del país. Pero que nadie se equivoque. Aceptar la decisión de las mayorías no significa que nos pasen por encima. Estamos organizados y trabajando, a lo largo y ancho del país y al costado de las rutas, en cada ciudad, en cada pueblo, estamos conectados y alertas, para responder a cualquier medida autoritaria y abusiva.” El video cierra con un contenido más político en un intento de trascender lo meramente sectorial: “Delirios como una justicia militante, la reforma agraria, la persecución a la prensa, nos encontrarán juntos y más fuertes que nunca. Defenderemos la libertad. A los abusos, a los aprietes y al saqueo les decimos nunca más”. Vale destacar que las amenazas preventivas son contra un gobierno que todavía no asumió.
En la misma línea se manifestó la Sociedad Rural, para quien “la caída de actividad, la persistente inflación, la falta de crédito y el déficit fiscal” no son culpa del gobierno saliente y sus privilegios sectoriales, sino “consecuencia de desajustes en la economía de larga data, a causa de un gasto público creciente, desmedido, poco transparente y de baja calidad”, factores que serían causantes del “aumento de la pobreza y la marginalidad que, como argentinos, nos preocupa y nos duele”. Si estas son las causas, entonces el problema no se resuelve “con un aumento de la presión impositiva, ya de por sí insoportable, ni con nuevos tributos ni derechos de exportación”, lo que a juicio de los ruralistas sería contraproducente, sino continuando con el ajuste del gasto, “el esfuerzo no puede recaer siempre sobre el sector privado. La política argentina, el Estado nacional y las jurisdicciones provinciales y municipales deben hacer un ajuste profundo, sincero y sustentable de una vez por todas”. O sea más de lo mismo: antipolítica, antiestado, apretar a los que menos tienen y “a mí no me toquen”. Después de cuatro años de fiesta en la que ni siquiera estuvo obligada a liquidar exportaciones, con su consecuente impacto en las devaluaciones y la salida de capitales, la alta burguesía agraria quiere seguir teniendo almuerzos gratis.
Al nuevo gobierno le tocará la tarea de enmendar los errores de los tiempos de la 125. Será necesario separar la paja del trigo y educar a los medianos y pequeños productores para que comprendan que sus intereses no son los mismos que los de los grandes exportadores. La tarea principal será entender que los bajos precios primarios en relación a los precios que pagan los consumidores no se relacionan con el nivel de retenciones, sino con los procesos de formación de precios. La explicación deberá acompañarse con la práctica. Será necesario “abrir las cadenas de valor” y estudiar la formación de precios a su interior. Las economías regionales vienen de experimentar en carne propia como la eliminación de retenciones no cambió los precios recibidos. También saben que es mucho más lo que pierden en los procesos de comercialización que por presuntos “impuestos insoportables”. 
Un Estado inteligente y activo tiene mucho por hacer para mejorar los ingresos de la producción primaria, lo que a su vez es el primer paso para el aumento de las cantidades producidas y la prosperidad de todos los actores de las regiones, no sólo de los exportadores.
24 de noviembre de 2019
Alberto Fernández quiere al diputado de Consenso Federal en el Indec 
Un Lavagna en el gobierno de les Fernández 
El presidente electo le confirmó además a sus colaboradores que Zannini será el procurador del Tesoro. Las incógnitas están en Economía y en el Ministerio de Igualdad y Género.
Por Felipe Yapur
Marco Lavagna y Carlos Zannini. 
En el gobierno de Alberto Fernández habrá un Lavagna y estará al frente del Indec. La posibilidad de que el diputado Marco Lavagna se hiciera cargo de la institución que investiga y determina la infliación, la pobreza y el costo de vida había circulado durante la semana en los mentideros políticos. Ayer, finalmente el presidente electo le confirmó a sus principales colaboradores que Lavagna había dado el sí y como tal reemplazará a Jorge Todesca. Al mismo tiempo y a pesar de las críticas que surgieron, principalmente desde los grandes conglomerados mediáticos, Fernández avanza en su intención de designar a Carlos Zannini al frente de la Procuración General del Tesoro. El presidente electo considera que el ex secretario de Legal y Técnica y es una de las personas que más conocimiento tiene del derecho administrativo.
El futuro desembarco de Lavagna en el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos tiene que ver con la búsqueda de Fernández de un economista que no integre las filas del Frente de Todos pero que de alguna manera comparta los lineamientos generales de la política económica de un gobierno nacional y popular. Para el presidente electo ese perfil coincide con el de Marco Lavagna y a quien llamó para convencerlo de conducir el Indec. El actual diputado nacional que participó en el armado electoral de su padre no dudó en aceptar el convite y se lo comunicó a Fernández poco después de recibir el ofrecimiento. "Se le ofreció la conducción del Indec y le garantizamos total autonomía porque lo que se necesita es alguien con capacidad, como la de Lavagna, que no forme parte de nuestro espacio político pero que tenga critieros similares a los nuestros en economía", aseguraron los colaboradores de Alberto Fernández.
Fernández conoce a Roberto Lavagna desde los años en que integraban el gabinete de Néstor Kirchner. A partir de esa relación es que el presidente electo conoce a Marco Lavagna. La relación se intensificó cuando ambos formaron parte del Frente Renovador hasta que Fernández se retiró del espacio que lidera Sergio Massa. Ahora volvieron a encontrarse cuando el presidente electo buscaba un relevo para Jorge Todesca, quien había anunciado su retiro si el Frente de Todos se imponía en las elecciones presidenciales. "Lo conozco mucho, es un hombre muy preparado y autónomo. Desde lo económico tenemos coincidencias", se lo escuchó decir a Fernández sobre Lavagna hijo. Según trascendió, durante la charla acordaron también algunas modificaciones a la ley que regula al Indec. La intención, dicen, es dotar al organismo de más autonomía.
Por otra parte, los colaboradores de Alberto Fernández están cada vez más convencidos de que Carlos Zannini será el próximo procurador del Tesoro. Ayer le preguntaron a Fernández sobre esta designación y respondió que existe "un 90 por ciento de posibilidades" de que a partir de diciembre se convierta en el jefe de los abogados del Estado. Para el presidente electo resulta estratégico contar con la colaboración de Zannini. Suele recordar los 12 años que estuvo al frente de la Secretaría de Legal y Técnica y, por lo tanto, quiere aprovechar el conocimiento profundo de la cuestión administrativa del Estado. Hay también un costado reivindicativo en esta decisión es que considera que el ex candidato a vicepresidente fue injustamente perseguido y detenido durante más de cien días.
Fernández quiere a Zannini e incluso desoyó la recomendación que Cristina Kirchner le había hecho. Hace unos días, la vicepresidente electa le dijo que no era conveniente porque sería blanco de críticas. Dicen que Fernández la escuchó y le dijo: "Es mi decisión". 
Con estos dos nombres el elenco de funcionarios poco a poco va completándose. Todavía resta conocer quién se hará cargo de la economía e incluso del novedoso Ministerio de Igualdad y Género. Entre los nombres que se barajan para este cargo está el de la actual directora para América Latina y el Caribe de Unicef, Marita Perceval y la abogada Elizabeth Gómez Alcorta. Fuente:Pagina12
Cambiemos
Macri termina su mandato con la inversión en Ciencia y Tecnología un 40% más baja que con Cristina 
A pesar de haber prometido en 2015 “más que duplicar” la inversión pública y privada en el sector, para cuando concluya su gestión dentro de 17 días, el presidente saliente habrá hecho trizas la ciencia y la técnica en la Argentina: los datos oficiales muestran que los recursos para CyT en los años PRO bajaron en términos reales, en relación al presupuesto total y hasta contra el PBI.
"Vamos a duplicar la inversión en Ciencia y Tecnología", prometió Mauricio Macri en un texto que publicó en sus redes sociales el 30 de octubre de 2015, cinco días después de la primera vuelta de las elecciones nacionales, donde resultó segundo con un 34,15%, frente al 37,08% de la fórmula que encabezaba Daniel Scioli (FpV), que luego lo harían Presidente de la Nación hasta el 10 de diciembre de 2019.

Hoy, a 19 días de de esa fecha, su salida de la Casa Rosada, se sabe que era una mentira violenta: Macri terminará su mandato con la inversión en Ciencia y Tecnología casi un 40% más baja que la que heredó de la gestión de Cristina Fernández de Kirchner, ahora vicepresidente electa de Alberto Fernández.

Según un informe del sitio Chequeado, del análisis de los datos oficiales del Ministerio de Hacienda de la Nación surge que la inversión en Ciencia y Técnica en los años de gestión de Cambiemos se hundió tanto en términos reales -es decir, versus la inflación-, así como en relación al presupuesto total -todo lo que gasta el Estado nacional- y en relación al Producto Bruto Interno (PBI) -el tamaño de la Economía-.

Los datos se extraen -debido a las modificaciones de ajuste que impulsó Macri de las dependencias vinculadas al sector- del análisis de la finalidad presupuestaria, que permite identificar a qué política pública aporta un programa presupuestario más allá de en qué ministerio esté. Se incluyen los fondos para investigación y desarrollo, transferencia de tecnología, educación de postgrado para formación de investigadores y promoción de las actividades científicas y técnicas.

La inversión privada en Ciencia se mantuvo entre 2015 y 2017, que fue el último dato disponible, mientras que la inversión pública cayó, aunque no tanto como en los años siguiente de mandato PRO.

En términos reales, la caída del presupuesto para Ciencia y Técnica entre 2015 -último año de gestión de CFK- y 2018 fue de 25%. Para 2019, la estimación oficial del Gobierno en el Presupuesto es que caería incluso más en términos reales, por lo que en el mandato de Macri la caída sería de 38%.

Como parte del gasto total también cayó. Mientras en 2015 el gasto en Ciencia y Técnica llegaba al 1,46% del presupuesto total, en 2018 representó el 1,13%, el valor más bajo desde, por lo menos, 2004 -primer año completo de gestión de Néstor Kirchner-. En 2019, según la estimación del Gobierno, caería incluso más y llegaría al 1,06% del gasto.

La misma baja se ve en la relación entre la inversión en Ciencia y Técnica y el PBI. En 2015 la relación era de 0,35%, mientras que en 2018 llegó al 0,26%, el dato más bajo desde 2007. Para 2019, según la estimación oficial, caería incluso más y llegaría al 0,22% del Producto.
Fuente:PoliticaArgentina

En menos de dos meses, el Gobierno sacó U$S 80 millones de los jubilados a cambio de bonos 
Sábado 23 de Noviembre |
A través de dos resoluciones, el Ministerio de Hacienda ordenó entregar los "excedentes de liquidez" de organismo públicos por títulos de deuda con vencimiento para el año que viene. Desde que asumió Macri, el Fondo de Garantía de sustentabilidad perdió más de la mitad de su capital.
El Gobierno sigue vaciando al Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) y a menos de tres semanas de entregar el mando le sacaron unos $ 80.000 millones a través de bonos reperfilados, lo que pone en riesgo al sistema previsional.
Mediante las resoluciones conjuntas 69 y 72 de 2019 de la Secretaría de Finanzas y la Secretaría de Hacienda dispone que los organismos descentralizados deben entregarle al Tesoro Nacional sus “excedentes de liquidez” a cambio de Letras. Mediante este mecanismo, ya le sacaron dinero al FGS en tres ocasiones.
En detalle, previa a la publicación de los decretos en el Boletín Oficial, el 16 de septiembre, la cartera que depende de Hernán Lacunza se llevó $ 35.000 millones y U$S 275 millones por bonos con vencimiento el 13 de marzo de 2020, según informa Ezequiel Orlando en El Destape.
El 8 de octubre entregó dos Letras con vencimiento el 1 de abril del año que viene a cambio de $ 12.000 millones y U$S 57,1 millones. La operación redondea una transferencia de $ 15.700 millones.
El tercer movimiento tuvo lugar el 5 de noviembre, con un bono por $ 4.000 millones y otro por U$S 120 millones. La primera letra vence el 30 de abril de 2020 y la otra, el 17 de abril. Este giro significó el uso de $ 11.800 millones.
Según cifras oficiales, el FGS tenía en octubre de 2015 U$S 64.000 millones, pero para agosto de este año le habían evaporado poco más de la mitad, quedando un saldo de U$S 31.900 millones.
Pino Solanas renunciará a su banca como diputado por pedido de Alberto Fernández 
El diputado electo señaló a una agencia de noticias que el proximo presidente "me ha pedido que renuncie porque me quiere tener en su Gobierno".
El diputado electo Fernando "Pino" Solanas confirmó este viernes que renunciará a su banca a pedido del presidente electo, Alberto Fernández, para cumplir con "una tarea de Gobierno". En su reemplazo asumirá el ex embajador ante el Vaticano Eduardo Valdés.
"El Presidente de la Nación (electo) me ha pedido que renuncie porque me quiere tener en su Gobierno", afirmó Pino Solanas en declaraciones a la agencia Noticias Argentinas, respecto a la consulta de si va a ser nombrado como posible embajador ante la UNESCO. "Yo me he desempeñado buena parte de mi vida con temas culturales, incluso con la UNESCO", agregó.
Solanas encabezó la lista de candidatos a diputados nacionales del Frente de Todos por la ciudad de Buenos Aires mientras que Valdés, ex embajador ante el Vaticano durante el gobierno de Cristina Kirchner, fue en quinto lugar y quedó afuera.
Pacho O´Donnell con todo: "Macri y Dujovne deberían ser juzgados" 
Sábado 23 de Noviembre
El historiador reclamó que se haga Justicia debido a que "no se puede hacer tanto daño y luego irse".
"El Gobierno ha hecho de la Argentina una gran timba", disparó el historiador Mario Ernesto "Pacho" O´Donnell en relación a Mauricio Macri y su Gabinete, aunque sus dardos específicos fueron para el Presidente y el exministro de Hacienda, Nicolás Dujovne. "Deberían ser juzgados", consideró.
En diálogo con el periodista Luis Novaresio, el exfuncionario del kirchnerismo afirmó que Macri "es un hombre que evidentemente no sirve para gobernar". Y puntualizó: "Su gobierno ha sido muy malo. Los bien intencionados piensan que fue impericia; yo creo que ha sido una gran impericia y también una timba".
"Conozco a Mauricio, ha estado en mi casa. Creo que han hecho lo que saben hacer: son millonarios de negocios con el Estado; han sabido explotar todas las facilidades financieras que les ha ofrecido la historia argenitna y de pronto se encontraron con que tenían el Estado en sus manos y ellos determinaban la timba", arremetió O´Donnell. 
"No tienen escrúpulos", disparó también el experimentado dirigente, que también protestó por "la falta de sanción social que tiene la Argentina, que es casi más terrible que la ineficiencia judicial".
"Yo me pregunto si Dujovne puede dormir tranquilo. Y sí, debe dormir tranquilísimo, no tiene ningún problema", apuntó. 
Fuente:Infonews

El gabinete que viene, los nombres que faltan y el desgobierno macrista 
A menos de 20 días para la asunción ya faltan completar cada vez menos casilleros del nuevo Gobierno. La incógnita en Economía y la crisis en Cambiemos.
Por Nicolás Lantos 

No mintió Alberto Fernández cuando dijo, el lunes pasado por la noche, a la salida del departamento de Cristina Fernández de Kirchner en Recoleta, que tenía el gabinete “prácticamente definido”. La cuestión, en todo caso, es que lo que aún falta por definir es quizás la incógnita más importante: quién será el interlocutor del gobierno argentino ante los protagonistas de las finanzas globales, banqueros, potencias y fondos de inversión, a la hora de discutir las condiciones de renegociación de la deuda externa que deja Mauricio Macri. El que resulte elegido para ese rol llevará, con seguridad, el título de ministro de Economía. 
El ortodoxo Guillermo Nielsen, que figuraba como número puesto hace siete días, cayó víctima de fuego amigo, aunque conserva sus chances. Sobre el final de la semana apareció en las charlas de la City otro nombre, novedoso. Se trata de Martín Guzmán, un economista argentino que vive desde hace once años en New York, donde trabaja en el equipo del Nobel Joseph Stiglitz en la Universidad de Columbia. Fernández y Guzmán charlaron durante más de dos horas hace un par de semanas, en Ciudad de México, a instancias de Matías Kulfas. La propuesta del economista interesó al presidente electo, que quiere repatriarlo.
Kulfas, por su parte, encabezará una especie de superministerio de Producción, a cargo todos los aspectos de la economía real. Allí reportarán los secretarios de Energía (Sergio Lanziani), Transporte (Carlos Caserio), Agroindustria (Gabriel Delgado), Comercio Interior e Industria. Cecilia Todesca, en tanto, tendrá un despacho en la propia Casa Rosada para ser la primera voz cerca de Fernández en materia económica. El equipo se completará con el titular del Consejo Económico y Social. Si no llegan a buen puerto las charlas en curso con Roberto Lavagna, suena Carlos Tomada para ese asiento.
Otras novedades en el gabinete responden a una cuestión completamente distinta. El primer borrador que se diseñó en las oficinas de la calle México cumplía en representar a todos los sectores del Frente de Todos, estaba compuesto por cuadros técnicos de primer nivel, gozaba de la confianza del presidente electo y pasó el primer filtro de aprobación a medida que los nombres se fueron filtrando en los medios y la opinión pública. Sin embargo Fernández decidió que debía reforzarlo con un puñado de figuras de mayor envergadura política para darle masa muscular, capaz de hacer frente al desafío que tendrá por delante.
Primero, desembarcó en el equipo Agustín Rossi. Ex ministro de Defensa y titular de la bancada de diputados del peronismo entre 2005 y 2013, y de nuevo a partir de 2017, su llegada rompía la regla no escrita de no repetir funcionarios del kirchnerismo. En las últimas horas se confirmó otro refuerzo: según pudo averiguar El DestapeGinés González García se hará cargo, nuevamente, de Salud. Florencio Randazzo, por su parte, fue visto el viernes almorzando con un dirigente de la mesa chica que ocupará un cargo clave en jefatura de Gabinete. Nadie cree que haya ido de Chivilcoy a Puerto Madero sólo por un almuerzo.
El fantasma de los vetos de Cristina sobrevoló los rumores desde el 27 de octubre: cualquier operación en los medios que se pinchó antes de tomar vuelvo encontró en la expresidenta el chivo expiatorio perfecto. En los hechos, sólo un puñado de dirigentes que se cuentan con los dedos de la mano no pasarían su filtro, y Alberto Fernández se cuidó bien de no proponerlos. Ni Nielsen ni Randazzo están en esa lista. Pero lo cierto es que la noche del lunes, en el departamento de Recoleta, se habló poco del gabinete y bastante más de lo que sucederá en el Congreso.
Las negociaciones parlamentarias que se sucedieron en los días siguientes dieron cuenta de que el tándem Fernández - Fernández funciona de manera fluida y efectiva. Menos de 72 horas bastaron para vencer algunas resistencias e imponer las condiciones que habían decidido: bloques unificados en ambas cámaras, con conducción kirchnerista, que en diputados quedará en manos de Máximo Kirchner y en el Senado de José Mayans. Para completar el escenario, la mendocina Anabel Fernández Sagasti está a punto de entrar en la línea de sucesión como presidenta provisional de la Cámara Alta.
No hubo, casi, protestas ante ese esquema. Sergio Massa en persona sugirió a Máximo Kirchner como jefe de bloque; hoy en día tiene mejor vínculo con el líder de La Cámpora que con el mismo Fernández, que le atribuye algunas de las complicaciones para cerrar el equipo económico. Además, tiene sus propios problemas tratando de asegurar los votos que le permitan al peronismo decidir el reparto de autoridades y comisiones si tener que negociar con Cristian Ritondo. Todavía le faltan un par de cabezas para llegar al número mágico de 129. La clave la tiene su amigo Emilio Monzó. Si no lo consigue el fracaso será doble.
Los gobernadores, por su cuenta, no encuentran una motivación válida para oponerse a la voluntad del tándem Fernández - Fernández en este momento. A lo sumo podían insistir con mantener una bancada aparte dentro de una estructura de interbloque, pero sería menos numerosa que la que conduce CFK, por lo que no podrían poner a uno de los suyos a conducir. Finalmente hubo acuerdo, habrá un solo bloque y lo comandará Mayans, el más cercano al kirchnerismo de todos los senadores que responden a las provincias. El único perdedor, Caserio, será generosamente recompensado por correrse de su lugar.
La unificación, rápida y poco traumática, de los bloques peronistas, contrasta con la descomposición acelerada de Juntos por el Cambio. En un mes desde los comicios, dos debates, sobre el golpe de Estado en Bolivia y sobre la Interrupción Legal del Embarazo, dejó al borde del estallido a la bancada todavía oficialista. En la despedida de Monzó, hubo homenajes al presidente de la cámara baja de todos los espacios políticos, menos del PRO. 
Elisa Carrió, que anunció su retiro, se fue por la puerta grande en su última función, amenazando delante de todo el recinto a la diputada radical Brenda Austin. Tic-tac. Tic-tac.
La promesa que hizo Mauricio Macri la noche del 27 de octubre se desdibujó incluso antes del final de su mandato. Después de pasar un fin de semana jugando al golf en Córdoba mientras el continente se prende fuego, los argentinos nos enteramos de su afición por el helado de pistacho justo en el momento en que su secretario de Salud escribía su carta de renuncia. El Estado argentino está paralizado. Hay funcionarios que no pisaron su despacho desde el lunes 28. Las lectoras de huellas dactilares que mandó a instalar Macri al comienzo de su mandato podrían dar información muy valiosa al respecto, si alguien se encargase de averiguar.
El protocolo de aborto promulgado el martes y derogado el jueves dio una muestra cabal del nivel de desgobierno que se vive en los últimos días del peor gobierno democrático de la historia reciente. La resolución del secretario Rubinstein no pudo llegar al Boletín Oficial sin pasar por el despacho de la ministra Carolina Stanley, y luego por la secretaría Legal y Técnica de Presidencia, a cargo de Pablo Clusellas, compañero de Macri en el Newman desde los seis años. Si es cierto que el Presidente no estaba al tanto, sólo existe otra explicación: hasta sus colaboradores más cercanos dejaron de responder a sus órdenes 
Fuente:ElDestape .                                               

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