1 de noviembre de 2020

TROPEL 4 del 1.11.2020.

Las empresas en EE.UU. de Mario 

Montoto, vendedor de armas en el 

país






















Por Flor Niti, Guillermo Martinez | Resumen Latinoamericano, 30 de octubre de 2020.

El Presidente de Cámara de Comercio Argentina-Israelí, es de los mayores vendedores de máquinas de matar y sistemas de vigilancia y control.

Días atrás, se anunció en el territorio denominado Argentina que las empresas que poseen cuentas en el extranjero no recibirían ayuda oficial del gobierno, esto por los problemas económicos generados por la pandemia. No obstante, esta medida no es llevada adelante en la selección de proveedores que realiza el Estado y particularmente en empresas para la adquisición de sistemas de control, vigilancia y máquinas de matar.

Luego de una intensa investigación de Virginia Bolten, se accedió en exclusiva a la información de las empresas en EE.UU. que posee Mario Montoto. Además de ser el presidente de la Cámara de Comercio Argentina-Israelí, Montoto es uno de los mayores vendedores de máquinas de matar y sistemas de vigilancia y control en Argentina. Con su empresa Surely participa del negocio de lugares de encierro. Esta empresa en Argentina tiene contratos con la mayoría de las provincias. A días de la finalización del mandato en la Provincia de Buenos Aires de Maria Eugenia Vidal, el 28 de octubre se publicó en el boletín oficial la contratación de Surely por un monto de $1.470.804.000 durante dos años, pero con la posibilidad que se extienda un tercer año con un incremento del 100% del presupuesto. Este contrato contempla el control de 2000 personas privadas de su libertad. La compra se realizó mediante el decreto 1344-GPBA-19.

Montoto tiene asociadas  tres empresas activas en EE.UU. una de ellas es Frank Carro LLC en la dirección 9100 S Dadeland Boulevard en Miami, Estado de Florida, la misma fue creada en el año 2010, en la misma Montoto se indica como el gerenciador.

Codesur USA, LLC, empresa creada en el año 2015, constituida en la dirección 355 de Alhambra Circle, también en Miami. Montoto nuevamente figura como el gerenciador. En Argentina este empresario posee la empresa CODESUR (Corporación para la Defensa del Sur) quien representa o se encuentra vinculada a empresas israelíes- Aeronautics, Azimut, Saymar, Metax y Soltam. Asimismo; CODESUR es la empresa que se encargó del mantenimiento del submarino ARA San Juan, hundido con 44 personas dentro sin aún conocerse las causas.

La tercera empresa con fines de lucro que posee Montoto es Loderdile II, CORP. Esta fue creada en el año 2004 en la dirección 9100 S Dadeland Boulevard en Miami. En esta empresa tiene participación su compañera, Claudia Spinelli quien figura como Vice Presidenta y Secretaria.

Montoto también es mencionado en la coordinación del control poblacional a partir del miedo, es uno de las personas que estuvo detrás de la ley anti terrorista en Argentina. Asimismo, otra de las formas de generar una subjetividad en la población sobre el temor a hechos punitivos es su participación en la propiedad de medios de comunicación donde regala miedo para vender seguridad.

Fuente: http://virginiabolten.com.ar/politica-argentina/las-empresas-en-ee-uu-de-mario-montoto-vendedor-de-armas-en-argentina/



El gran okupa argentino




 









Por Estefania Santoro, Resumen Latinoamericano, 31 de octubre de 2020. 

Los terrenos que utiliza el Grupo Clarín bajo la autopista, en Constitución, arrastran una larga serie de irregularidades que vienen desde la última dictadura. El último favor político para sellar la ilegalidad lo hizo Larreta con una concesión por 30 años.

Los gobiernos pasan… el Grupo Clarín queda. El gran pulpo empresarial mediático se sirvió y se sirve de favores del poder político y judicial para seguir creciendo sin ser cuestionado. Tanto los gobiernos democráticos como la última dictadura cívico-militar han tenido injerencia en la expansión del grupo, convertido ya en el siglo XXI en un actor de poder real en la Argentina. Esta nota es apenas un ejemplo de las complicidades que han jugado a favor de la corporación que nació y se desarrolló a partir del “gran diario argentino”, que también es un gran usurpador de terrenos públicos.

Para entender la actualidad, debemos remontarnos a 1978, cuando el brigadier general Osvaldo Cacciatore –por entonces intendente de la Ciudad de Buenos Aires designado por la dictadura militar– cedió gratuitamente a Canal 13 (en ese momento, de gestión estatal) un predio de 8.700 m2 ubicado en el barrio de Constitución.

En 1989, durante el gobierno de Carlos Menem, el canal fue privatizado y lo adquirió la empresa Arte Radiotelevisivo Argentino (Artear), hoy propiedad del Grupo Clarín, que posee el predio en cuestión y también un estacionamiento privado, ambos situados bajo la autopista 25 de Mayo.

Cacciatore fue intendente porteño entre 1976 y 1982, y participó, como integrante de la Fuerza Aérea, en el bombardeo a Plaza de Mayo del 16 de junio de 1955. En su gestión, llevó adelante el Plan de Autopistas Urbanas, que preveía la creación de 9 vías rápidas en la ciudad, de las cuales concretó solo dos: Perito Moreno y 25 de Mayo.

También fue el encargado de llevar adelante el Plan de Erradicación de Villas. En 1980, los militares llegaron a los asentamientos con topadoras, destruyendo cientos de viviendas para el trazado de autopistas que nunca se terminaron. Aproximadamente, fueron expulsadas 180 mil personas de distintas villas porteñas y obligadas a trasladarse al conurbano bonaerense, perdiendo su hogar y su terreno.


El comodato que el intendente de facto le otorgó a Canal 13 por los terrenos de Constitución caducó en 2006 y, a partir de ese año, comenzaron las renovaciones de prórrogas a precios irrisorios. La última venció en 2017, pero Clarín continúa ocupando esos terrenos que son públicos de manera ilegal. ¿Cómo se descubrió este secreto tan bien guardado?


Una corporación floja de papeles

En 2018, el canal comunitario Barricada TV junto a referentes sociales y otros medios de comunicación alternativos realizaron una movilización en la zona donde hoy funciona Canal 13 para exigir que el Grupo Clarín cumpliera con la normativa vigente de incorporar a Barricada –que tiene licencia para transmitir por televisión digital abierta– y a otros canales que están en la misma condición a la grilla de Cablevisión, una de las empresas del grupo.

Cablevisión no solo sigue sin incorporar estos canales, sino que, además, denunció a las personas que se manifestaron ese día en la Fiscalía Penal Contravencional y de Faltas en la Ciudad de Buenos Aires por intromisión a la propiedad privada. A partir de ese hecho, la abogada Gabriela Carpineti y miembrxs de Barricada realizaron un pedido de información pública sobre ese predio. ¿Qué datos obtuvieron? Clarín se encuentra ocupando ilegalmente ese terreno que no le pertenece y, al no poder comprobar que es propiedad de Artear, la causa iniciada por contravención se cayó.

“Las prórrogas se hicieron sin ningún control, sin licitación y con cánones irrisorios hasta el 12 de octubre de 2017, cuando autoridades del Grupo Clarín firman un acta pública con la Dirección de Concesiones del Gobierno de la Ciudad diciendo que devuelven ese predio libre de ocupantes”, explica Nicolás Rechanik, abogado de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP).Hasta hoy, Clarín continúa usando ilegalmente ese terreno con fines privados y usufructuando un espacio que en verdad les corresponde a lxs ciudadanxs porteñxs. Rechanik: “Lo único que hicieron fue dejar de pagar el canon irrisorio. Dejaron de tener cualquier tipo de responsabilidad, sin pagar impuestos sobre el predio, y lo empezaron a ocupar de forma ilegal”.Son 8.700 m2 que Canal 13 y la señal de cable TN utilizan a discreción aunque no haya ningún papel que acredite la propiedad del grupo sobre el inmueble. Algo así como una usurpación VIP en tiempos en que la falta de tierra para vivienda ha ganado la escena pública e, incluso, la pantalla de los canales de Clarín.

La subasta que inventó Larreta

La UTEP y Barricada TV realizaron, en julio de 2019, una denuncia penal contra Clarín por usurpación y también contra el Gobierno de la Ciudad por malversación de caudales públicos, al cederle al grupo ese predio sin exigirle una retribución económica. Rechanik cuenta que esa denuncia causó un gran revuelo en distintos ámbitos judiciales, ya que ni Clarín ni las autoridades porteñas podían justificar las irregularidades vigentes.

La respuesta del Gobierno de la Ciudad fue armar una subasta trucha. El 24 de septiembre de 2019, la gestión de Horacio Rodríguez Larreta le cedió por un plazo de 30 años, a un canon de 265 mil pesos mensuales, el predio de Constitución que Clarín ocupa ilegalmente desde hace dos décadas.

Medios comunitarios y legisladores presentaron un amparo en el juzgado Contencioso Administrativo y Tributario Nro. 24 de la Ciudad para frenar la maniobra pensada a la medida del grupo: “Fue una subasta armada con las características para que solamente pueda ofertar Canal 13, que, de hecho, fue el único oferente”, dice Lucía Maccagno, integrante de Barricada TV.

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(Imagen: Barricada TV)

Sigue: “Lo que llegamos a lograr nosotros con esta acción fue que se frenara por unos días la entrega de estos terrenos. Finalmente, la jueza que le dio lugar al amparo y frenó durante estos días la entrega de los terrenos le pidió información al Gobierno de la Ciudad. Entendemos que debe haber respondido de alguna manera, porque se prosiguió con el proceso y, finalmente, los terrenos fueron entregados”.Las soluciones inmobiliarias de Larreta difieren según el destinatario. Por un lado, no hay políticas de vivienda a largo plazo para un distrito con un gran déficit habitacional (alcanza a unas 400 mil personas), barrios sin agua potable y familias enteras hacinadas. Por otro lado, a un multimedios poderoso se le entrega un predio a 30 años, con una bajísima cotización por metro cuadrado.Rechanik detalla: “Se subastó un predio para estacionamiento, cuando es una de las cosas que está prohibida por la LegislaturaEn la subasta que se le pidió al Banco Ciudad, se tazó el predio por 1.900 metros cuadrados y el predio tiene 8.000. Nosotros estamos planteando la defensa del patrimonio público de la ciudad y la utilización social de ese predio. Desde una perspectiva de derecha, que es la que tiene el Gobierno de la Ciudad, tampoco se entiende desde el punto de vista económico entregar un predio a 33 pesos el metro cuadrado por 30 años. Estoy seguro que muchas empresas podrían pagar un canon de 265 mil mensuales o mucha más plata, y que ese dinero podría ser utilizado para, por ejemplo, aumentarles el sueldo a los médicos”.

Pacto de silencio

Algunas preguntas que surgen al calor de la agenda mediática actual: ¿Qué pasa cuando usurpan terrenos las empresas privadas? ¿Se las criminaliza como lo hace Clarín o TN en sus titulares con las 1.400 familias de Guernica? ¿O hay una doble vara moral y legal según la cercanía con el poder real?

El Grupo Clarín no cumple con las leyes vigentes y el Gobierno de la Ciudad lo ampara. ¿Será que Clarín paga esos favores con blindaje mediático? ¿Será que la carrera presidencial en construcción de Larreta necesita de algunos silencios periodísticos?

Rechanik: “Está tan clara la complicidad entre el Gobierno de la Ciudad y el Grupo Clarín que ni siquiera tratan de disfrazarlo de un negocio rentable para las partes. Para Clarín es muy rentable, claramente, pero estamos hablando del precio de un alquiler de un departamento de 3 ambientes en Puerto Madero. Es una vergüenza. Nadie parece preocuparse por estos ocupas que tenemos en frente de nuestros ojos todos los días y siendo una situación tan clara por la cantidad de pruebas que hay”.

Cuando las organizaciones presentaron el amparo para evitar la subasta, pasó por las manos de tres jueces distintos y ninguno se atrevió a fallar en contra de Clarín y el Gobierno de la Ciudad. El abogado de la UTEP dice: “Hay una situación de gravedad institucional importante, es tanta la prueba que fuerzan a los magistrados a tener que hacer resoluciones de bajísimo contenido jurídico porque no hay otra forma de justificarlo. La resolución judicial en un momento dice ‘la Legislatura votó la concesión de los predios bajo autopista e, incluso, legisladores del grupo peronista lo votaron’, como si eso fuera un argumento para entregárselo a Clarín. Lo que prevé esa ley es un proceso de concesión que no se puede utilizar para ciertas cuestiones y la Justicia pone al mismo nivel al Grupo Clarín que al centro de jubilados o la canchita de fútbol 5 que funcionan bajo autopista. El Grupo Clarín es el verdadero poder en este país, más que cualquier grupo económico y que cualquier otro político del establishment”.

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(Imagen: Rebelión)

Ahora que es de público conocimiento que Clarín ocupa ilegalmente un predio, ¿por qué motivo los medios alternativos y comunitarios son los únicos que abordan este tema? Pareciera que hay un pacto de silencio entre los medios corporativos. El Grupo Clarín no solo usurpa terrenos públicos, sino que, además, continúa incumpliendo con la normativa de incluir en la grilla de Cablevisión a Barricada TV, justamente el medio que dio a conocer esta acción ilegal.

Maccagno, de Barricada, opina: “Lo que genera la censura que el Grupo Clarín comete contra nuestros canales de televisión al no incorporarnos a la grilla hace que estos temas no se puedan visibilizar. Por eso es tan importante dar esta pelea y dejar bien en claro que lo único que hacen estos medios monopólicos es lesionar el derecho a la comunicación y a la libertad de expresión como sociedad y como medios populares, y también el derecho a la comunicación de las audiencias, que no nos pueden encontrar en el cable porque a una empresa monopólica se le ocurre no cumplir con la normativa”.

En las entrañas del grupo

Muy pocas personas se han atrevido a cuestionar o poner de relieve la historia oscura de un grupo con tanto poder como Clarín. Durante años, el abogado y periodista Pablo Llonto fue delegado de lxs trabajadorxs del diario Clarín y testigo no solo de la explotación laboral, sino también de la serie de irregularidades y acciones ilegales que lleva adelante el grupo para expandir su monopolio, gracias a los beneficios que le otorgaron los distintos gobiernos de turno.

Llonto recuerda: “Cuando estábamos en el diario en el edificio de Tacuarí, que tiene dos calles de acceso (Tacuarí y Piedras), los diarios se editaban ahí y se cargaban los camiones a la noche con todos los paquetes de diarios. Los camiones de Clarín ocupaban toda la calle y se estacionaban de forma cruzada, no como corresponde; dejaban solo un espacio muy chiquitito para que pasen los autos y todas las noches, durante horas, había una ocupación ilegal también del espacio público. Eso era porque tenían arreglos con el comisario de la zona para que no les dijeran nada”.¿Cómo caracterizar al gigante empresario? “El Grupo Clarín es especialista en apropiaciones, empezando por cómo se apropiaron de las acciones de Papel Prensa en la época de la dictadura. Hoy ocupa un terreno estatal como playa de estacionamiento. Esto no pasaría si tuviésemos un cuerpo de inspectores del espacio público permanentemente encima, sobre todo, de los grandes evasores como Clarín, que es un gran evasor impositivo”.En uno de los tramos de su libro La noble Ernestina, Llonto describe cómo vivió la viuda de Roberto Noble la adquisición de Canal 13, un paso decisivo para la expansión de los negocios de Clarín:

“De elegante trajecito beige, inseparables anteojos oscuros a lo Loren, un peinado con elevado jopo sostenido a base de batido y spray que nunca había usado en actos públicos y que dejaba su frente tan libre como la emisora que recibía, la Viuda siguió atentamente el discurso de Menem. Su sonrisa parecía programada en horario y hasta exagerada en el ambiente formal de la ceremonia. No la abandonó ni en los momentos más tediosos. Se puso de pie cuando Menem terminó de firmar el decreto 1540 y, a las dos de la tarde, recibió las felicitaciones de todo el gabinete, del grupo Telefe que se llevaba canal 11 y del hombre que presidía el país y que cuatro años más tarde diría: “Cometí un error. Derogar el artículo 45 de la ley de radiodifusión. No medí las consecuencias y se monopolizó la prensa. No esperaba que algunas empresas se convirtieran en propietarios de diarios, canales de televisión, radios y hasta una cuota de Papel Prensa”.

“Fue por la tarde de ese día que se sintió la dueña de todo”.

Fuente: La Tinta



Guerreras de la primera línea

























Resumen Latinoamericano, 30 octubre 2020.-

Desde el inicio de la pandemia, cientos de mujeres realizaron la tarea de alimentar a otrxs, acompañar las postas sanitarias, de sostener ollas y comedores. La lucha de Gladys, vecina de la Villa 31, inicia una serie de relatos que ponen en la historia a aquéllas que estuvieron al frente de esa línea esencial y fallecieron por coronavirus.

Por Carina López Monja y Dina Sánchez.

Gladys era una mujer sencilla, madre de ocho hijos, chaqueña y vecina histórica de la Villa 31. Su figura fue importante para muchos niños y niñas del barrio, que acudían al comedor que abrió en su casa y sostuvo durante treinta años hasta que falleció. Su vida, como la de tantas trabajadoras invisibles, dejó huella en el barrio.

En la crisis de 1989 y ante la falta de trabajo, se instaló en la Villa 31. La suya fue una de las primeras casas del barrio, una casilla de madera a dos aguas, donde no había cloaca ni agua. La organización comunitaria fue parte de la vida de Gladys. Cuando otros saqueaban supermercados, los vecinos de su sector decidieron en asamblea hacer un pedido conjunto a Supercoop, el hiper que funcionaba a la entrada del barrio. Con los alimentos entregados comenzaron a cocinar.

Desde entonces, en el comedor «Comunidad Organizada» se servía almuerzo para 120 personas y merienda para lxs niñxs; por la tarde daban talleres de oficio y los sábados funcionaba apoyo escolar y un programa estatal para terminar la primaria.

Cuando comenzó la pandemia, Gladys hizo cuarentena estricta, y como no quería cerrar el comedor, sus hijos lo sostuvieron. Recién entonces dimensionaron el trabajo. » Mi mamá se levantaba a las seis para baldear. Cocinaba, limpiaba todo, repartía la merienda y a las cinco dejaba todo listo para los talleres. Los sábados también. Si vos lo ponés en personas físicas, era el trabajo de cinco personas», cuenta su hija María Laura.

Franco está convencido de que su mamá se contagió de Covid-19 por compartir el baño con su familia y otras quince personas. Llevaba dos años esperando que el Gobierno de la Ciudad cumpliera la intervención en su baño por el proceso de urbanización. «Si hubieran tenido el baño, mis papás no se contagiaban», afirma. «Estaban aislados desde marzo, y en mayo les diagnosticaron coronavirus. Sólo bajaban al baño. Así se contagiaron.»

La pandemia mostró la desigualdad y la falta de servicios básicos. La Villa 31 estuvo varios días sin agua. Ironías: cuando internaron a Gladys y a su esposo en el Hospital Rivadavia, tampoco había agua. Un mes después ella falleció en el hospital. Su esposo se recuperó, y el día que volvió a su casa llegó el inodoro para el baño que no tuvieron. Con dos años de retraso.

«Siempre es doloroso el proceso de muerte de tu vieja. Pero acá sentís que era evitable. Si hubiera tenido mejores condiciones de vida tal vez no pasaba. Y eso tiene que ver con las responsabilidades del Estado. Es una muerte rodeada de injusticias», lamenta Franco.

Gladys dedicó su vida a construir espacios comunitarios. Hoy, su familia busca continuar la tarea en el comedor y pelear el reconocimiento salarial a las trabajadoras que desarrollan una tarea esencial con las ollas populares.

Sólo falta la despedida. Los hijos quieren llevar las cenizas de Gladys a Chaco, la tierra que aprendieron a amar casi sin conocer, escuchando las historias de su mamá y bailando chamamé con ella. En la Villa 31, Gladys seguirá presente. En la olla y en el compromiso de quienes siguen peleando por una vida digna.



Rentismo y centrismo


























Por Miguel Mazzeo; Resumen Latinoamericano, 30 de octubre de 2020.

Es sintomática la enfática defensa de la propiedad privada por parte de las clases dominantes y la derecha en un contexto donde no existen sujetos contrahegemónicos que la impugnen seriamente; es decir: sujetos políticos capaces de imponer una agenda de derechos de propiedad social. Esa defensa se relaciona con un capitalismo que cada día se torna más irreformable y rentístico. Manda la renta: agraria, financiera, inmobiliaria, etc. El título de propiedad adquiere un significado especial. Lo que sobresale cada vez más en el discurso de las clases dominantes y la derecha es la defensa de la obtención pecuniaria a partir de un derecho de propiedad individual. Con cada defensa de la propiedad privada reactualizan el crimen originario, alimentan todas las violencias estructurales (que incluyen prácticas mafiosas) y ratifican los fundamentos de su poder.  

No se trata de embellecer a la tradicional ganancia industrial capitalista (la distinción entre capital productivo y capital financiero es cada vez más difícil de fundamentar), simplemente queremos señalar un aspecto muy general que subyace a algunos conflictos recientes y que, muy probablemente, se haga presente en los venideros. Tanto en Guernica (Buenos Aires) como en Santa Elena (Entre Ríos), se hizo evidente la profundización de la contradicción entre el derecho a ganar sin acumular, sin invertir (o invirtiendo lo menos posible) y los derechos sociales básicos. Asimismo, los esfuerzos por compatibilizar las demandas del mercado y las necesidades sociales mostraron su esterilidad.  

También es sintomática la escalada impiadosa de diversos actores, económicos, sociales, políticos, judiciales, policiales. En ella late una certeza: el capitalismo, devenido rentístico, carece de toda función progresiva. Lo saben y no pierden el tiempo en cosmética. Tal vez en esa certeza se sustente el planteo antipolítico de las clases dominantes y la derecha: las demandas y las reivindicaciones de los propietarios (rentistas o beneficiarios indirectos de la renta) son innegociables. Para actuar solo bastan las razones del poder (que son grandes sinrazones). No hay resquicios para filtrar reivindicaciones de derechos de propiedad social, aunque estos no contemplen ninguna expropiación. Este planteo antipolítico, a diferencia de otros, se acerca peligrosamente al fundamentalismo. Algunos sectores están pensando, desde el poder, una sociedad autoritaria, oscura, en donde quede erradicado todo atisbo de ética.   

Finalmente, también es sintomático el clasismo de las clases dominantes y la derecha. Pareciera que se empecinaran en dejar en claro que sí, que la lucha de clases existe, y que están ganado. Las clases dominantes y la derecha cierran las puertas a cualquier reconocimiento parcial, a toda integración subordinada. Hasta parece que se desentienden de las funciones típicamente hegemónicas.  

En la actual situación, el clasismo de los y las de arriba es la principal (y lamentablemente la única) fuente de activación del clasismo de los y las de abajo que se manifiesta como respuesta especular, espontánea, visceral. En este contexto, ante la ofensiva económica, política y cultural de los sectores más reaccionarios de la sociedad argentina, la convocatoria a la unidad nacional recitada como una letanía por parte del gobierno solo contribuye a debilitar las posiciones –de por sí frágiles– de los sectores populares. El gobierno es un agente de la despolitización por abajo. Imposible no ver en esto el signo de un déficit de una buena parte de las dirigencias populares (sindicales, sociales). Estas últimas deberán rever los costos sociales y políticos de su función de garantes de la gobernabilidad.   

Resulta evidente que, ante este tipo de conflictos, no queda mucho espacio para las retóricas piadosas pero abstractas, para la negociación política tradicional, para las lógicas consensualistas. No alcanza con no halagar las pasiones del poder. No alcanza con la “transferencia de responsabilidades”. Toda “prescindencia” gubernamental, toda intervención estatal dizque “ecuánime”, no hace más profundizar las asimetrías reales, profundas, de la sociedad argentina.  

No pasará mucho tiempo para que el gobierno nacional, el de la provincia de Buenos Aires o de cualquier otra provincia del país, vuelvan a enfrentarse a situaciones similares. La opción volverá a presentarse de manera tajante, una y otra vez.  

Hay una invariante que signa nuestro tiempo y que conspira contra el centrismo y la moderación de gobernantes y dirigentes. El centrismo y la moderación no alcanzan para una gubernamentalidad reparadora. Cuando algo tan básico como la lucha por la vida se considera un atentado contra la propiedad privada no hay mucho margen para quedar bien con Dios y con el Diablo.   

En las actuales condiciones históricas el centrismo no es otra cosa que el punto intermedio entre la ineficacia y el agravio, entre el servilismo y la represión a los sectores populares. Un camino ancho para que avance un proyecto ultraconservador y reaccionario.  

Envio:RL

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