MUESTRAS.
Rosario
Lunes 16 al Martes 31 de Mayo
Muestra de pinturas "Felinos en su tela"
y "Que ves cuando me ves".
Acrílicos figurativos y realistas sobre soportes de tela, lienzo blanco y cartón pluma.
Expone: Carlos Nieto
Lugar: Centro Cultural de la Cooperacion (San Martķn 1371 Rosario)
Inauguración: lunes 16 de mayo de 2011 a las 20 hs.
Entrada libre
Viernes, 13 de mayo de 2011
Dolor país
Durante dos años la joven fotógrafa italiana Myriam Meloni —residente en Argentina— se dedicó a retratar lo que produce el consumo de paco en jóvenes adictos y adictas y cómo la desintegración del cuerpo devela también la fragilidad de los lazos sociales.
Por Laura Rosso
”Frágiles son esos cuerpos cada día más delgados, frágiles son esas mentes incapaces de encontrarle un sentido a la vida, frágiles los equilibrios familiares, frágil esta sociedad”, enumera sin cansancio Myriam Meloni, autora del ensayo fotográfico que lleva justamente ese nombre: “Frágil”.
Las imágenes de esta fotógrafa italiana nacida en 1980 en la ciudad de Cagliari, abordan la problemática del paco y el entorno social que lo rodea —dramático, desgarrador— y deja sin horizonte de vida posible a jóvenes de los sectores más vulnerables de nuestra sociedad. Chicos y chicas fragilizados, muertos en vida, adictos al consumo de paco, droga barata y letal generada a partir de los residuos producidos por la elaboración de la cocaína.
Se podría continuar y volver a repetir esa misma palabra porque la fragilidad se desprende de cada foto. La aproximación que realiza esta joven fotógrafa tiene muchos méritos. Es, para empezar, sumamente humana. Con su cámara se acerca a las y los protagonistas y a sus familias —madres, abuelas, mujeres, novias, hijos— y explora ese contexto. Son imágenes que golpean y nos hacen testigos del dolor. Muestra situaciones que anudan la garganta y llevan al corazón a latir con más fuerza. Pero en cualquier caso, conmueve la mirada de la autora. Su ojo, siempre respetuoso y su mirar sensible se mete en la intimidad y acompaña, a veces casi pudorosamente.
Residente en Buenos Aires desde hace dos años y con una licenciatura en Derecho sobre los hombros, a Myriam Meloni siempre le interesaron las temáticas sociales: “En todo momento me encontraba con chicos muy jóvenes y muy abandonados, en el subte, en las estaciones de trenes, por las calles, y del abandono a la adicción el paso es muy corto. Cuando empecé a investigar no me acerqué necesariamente a jóvenes que tenían un cartel en la frente de ‘adicción’, sino que me acerqué a chicos que andaban solos por las calles, y me di cuenta de que la adicción era consecuencia de un abandono previo. Así empecé. Empecé a acercarme también a las madres que los jueves hacían la ronda en Plaza de Mayo y se reunían bajo el nombre de “La madres del pañuelo negro”, y que ahora se están dando una estructura legal y se denominan “Honrando la vida”. A través de ellas empecé a entender todo lo que rodeaba a la adicción a nivel familiar. Tuve la posibilidad de meterme en ambientes familiares muy íntimos y ver que la adicción es muy difícil de combatir, que se crean muchos desbalances a nivel familiar que empeoran la situación, sin duda. Los chicos se transforman enseguida en seres muy egoístas y manipuladores. Llega un momento en que es muy difícil reconocerlos. Cambian las miradas, cambian las palabras, hay altibajos y cambios de humor muy profundos”, resume la autora sobre el origen de este trabajo.
Cuando Myriam entendió lo que quería fotografiar supo enseguida que no quería ponerlos en “un papel de víctimas, sino en un papel de personas que en un momento dado ya no pudieron elegir. Ahí supe que la violencia ya no era un elemento que iba a ser parte de mi trabajo. No los iba a poner en una situación donde ya están puestos todos los días. No iba a tener la misma mirada que tenemos muchas veces, por miedo y por prejuicios, cuando nos encontramos con ellos. Ellos mismos me contaron cuánto sufrían con ciertas miradas. Entonces para mí fue un trabajo evitar ese tipo de estigmatización. No iba a reflejar lo que la mayoría de nosotros sentimos en el momento en que nos cruzamos con ellos. Quise dar vuelta esa situación y volver a ver a estos chicos como chicos antes de la adicción. Y después hubo algo muy instintivo en mi trabajo. En un punto, no hubo un control total de la situación”. Myriam hizo una elección de veintidós fotografías, “pero debo haber hecho más de mil”, recuerda. “Mi búsqueda estética va en línea con la elección de los colores, los encuadres y la elección de la cercanía, por ejemplo. Ver una foto de un chico drogándose a cuarenta metros es lo que hacés cuando bajás en Retiro: esa escena no necesita una fotografía. Quizás una fotografía de cerca sirve para que puedas mirarlo a los ojos, observar los detalles, la textura de la piel, cuán joven es, cuán grandes son los zapatos o la ropa que llevan. Una serie de detalles que para mí son importantes para entender otras cosas.”
¿Hay alguna foto que para vos se destaque del resto?
—Hay dos fotos que me sorprendieron mucho. Una es la de Johnny, un chico de dieciocho años que yo seguí mucho tiempo, que me conquistó literalmente por su forma de hablar, por la esperanza de sus ojos y por la energía que yo le vi poner para tratar de salir. Es un cartonero muy respetuoso que creo que nunca dio el paso hacia el robo, y que yo creo que tiene la posibilidad de salir. Lo que falta es la voluntad de alguien que lo ayude. Es un chico que está muy solo, pero es un chico que no veo perdido. Y es más fácil encariñarse cuando ves esperanza. Es una de las personas que más me tocaron por la voluntad de cambiar, y por el darse cuenta de que se estaba matando.
A Johnny se lo ve en la foto en compañía de una mujer más grande, Patricia, de cuarenta y siete años. Es una foto de ambos en primer plano que a Meloni le sirvió para mostrar algo de las relaciones que se entablan: “Son relaciones que se crean sin complicidad, no hay relaciones de amistad entre ellos. Un chico adicto puede vivir tres meses en Retiro, tres meses en Constitución y tres meses en una villa. Se comparte a veces una pitada o un bocado de comida, pero es muy difícil que se comparta algo a nivel sentimental”.
Otra foto importante para Myriam son las del entierro. Esas fotos no son las de un chico adicto, son las fotos del entierro de un chico al que mataron otros que sí son adictos. “Por lo cual es la cara de la violencia —dice—. Y es importante por todo lo que hay detrás.” “El chico que muere es Luis, un chico peruano —cuenta Myriam— que trabajaba en una fábrica clandestina. Eso implica entrar muy temprano a la mañana para que no se vea la entrada y la salida. El cruzaba la villa 1.11.14 a las cuatro y media o cinco de la mañana —un momento muy difícil para la adicción porque es difícil comprar y la abstinencia se hace muy fuerte—. Y muere yendo a trabajar porque le quieren robar la bicicleta. A partir de ese hecho la familia decide volverse a Perú, una semana después del asesinato. Yo escuché a la madre sentirse culpable de haber traído a su hijo a la Argentina, cuando juntos soñaban con un futuro mejor, y volverse a su país con su hijo muerto.” Después del entierro, Myriam los acompañó a una casa de revelado rápido y se llevaron a Perú todas esas fotos que ella tomó. Fue un registro de ese momento y de cuánto lo querían a Luis en el barrio. Las fotos de Myriam fijaron esos instantes.
El ensayo fotográfico de Meloni conjuga una mirada sobre distintas situaciones y es, a la vez, una serie con un valor testimonial muy grande. Construyó una confianza con la mayoría de los chicos y chicas que fotografió. “No hay ninguna foto robada”, sintetiza fugazmente. Creó lazos, habló con ellos, entrevistó a las familias, y hasta recibió algunos regalos: “Me regalaron una cadenita y un papelito con un texto escrito, y me contaron también que en un templo evangélico oraron por mí, pequeños gestos de retribución”, ríe tímidamente y sostiene que cuando piensa un trabajo piensa en lo que la mueve en ese momento. Y se involucra a fondo. “Y en este caso no había otra forma de hacerlo”, subraya.
Hay fotos que hablan del contexto, del entorno de los barrios: un operativo policial, o un coche estacionado con un transa que vende droga frente a unos monoblocks. Otras hablan de las consecuencias familiares de la adicción, la soledad y la constante espera de Marcela, mujer de un joven adicto y sus dos hijas, o una abuela que despide a su nieto Ezequiel luego de una salida de la cárcel. “Esa es una foto a la que no voy a renunciar nunca, aunque había muy poca luz... —dispara la autora—. La sensación de que puede ser el último abrazo está siempre.” Y otra vez Ezequiel en otra foto, a quien Myriam siguió mucho. Lo fotografió en su lugar de encierro y también saliendo de su casa para volver a la cárcel: atraviesa un pasillo, “algo parecido a un túnel —compara Meloni—, donde hay una luz, pero hay muchísima más oscuridad”.
Otra foto da cuenta de una cicatriz en el torso de Gustavo, de veinte años. “Simboliza la violencia estructural a la que están acostumbrados y de la que son parte. Esa cicatriz es parte del cuerpo, así como la violencia, en muchos lugares, es parte de la vida cotidiana. Me interesó asociar la violencia estructural de ciertos barrios, de ciertos contextos con el elemento corporal de una cicatriz. Gustavo se fue a internar unas horas después”, se acuerda Myriam de repente. Y en su hombro se lee Betty, el nombre de su madre. Angy es una chica adicta de veintiocho años que le escribió una carta, “es una chica muy dulce, y me interesó mostrar en las dos fotos cómo cambió su rostro en tan solo cuatro meses”.
Toda la serie de fotos de Myriam Meloni, tal como señala Juan Travnik, curador de la muestra, es “un alegato atemporal en el que se presentan el desamparo y la vulnerabilidad que genera la exclusión social en cualquier lugar y momento histórico”. Y lo valioso es, además, que lo acompaña con su mirada repleta de respeto y amor.
“Frágil”, hasta el 5 de junio en la Fotogalería del Teatro San Martín, Corrientes 1530.
Desde las 12 y hasta la finalización de las actividades del día en el Teatro.
Entrada gratuita.
Fuente:Pagina12-Las12
CINE
Comenzó el rodaje de "Estela", el film sobre la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo
Jueves 12 de Mayo de 2011
La argentina Susú Pecoraro ya se ha metido en la piel de Estela Barnes de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, en el drama "Estela", un film que refleja la historia de un ama de casa y directora de escuela, cuya vida cambia radicalmente cuando su hija Laura es secuestrada en noviembre de 1977 y asesinada a fines de agosto de 1978, luego de que sus captores se apropiaran de su nieto Guido.
Producida por Aleph Media, en asociación con Nut´s Studios, el 9 de mayo se inició el rodaje de "Estela" bajo dirección del debutante Nicolás Gil Lavedra, contando con guión de Jorge Maestro y María Laura Gargarella. Además de Pecoraro, el elenco incluye a Alejandro Awada, Laura Novoa, Fernán Mirás, Inés Efrón, Carlos Portaluppi, Guadalupe Docampo, Guido Botto Fiara, Martín Salazar, Nicolás Condito, Elcida Villagra y la participación especial de Rita Cortese.
El film narrará la vida de Estela de Carlotto desde sus años fuera de la militancia hasta que el asesinato de su hija y apropiación ilícita de su nieto Guido, la llevan a unirse en 1979 a Abuelas, un grupo de mujeres que como ella, llenas de dolor y a pesar del miedo, no se inmovilizaron durante la dictadura militar, e intentaron que se conozca su búsqueda, tanto dentro como fuera del país.
La historia llega hasta el presente, en el que aún sin haber conseguido encontrar a su nieto, la institución que preside puede exhibir 103 nietos recuperados, encontrando en cada uno de ellos parte del suyo. Sin claudicar, sigue buscando los más de 400 nietos que todavía siguen apropiados, pero además exige verdad y justicia para los culpables de tanto dolor.
La titular de Abuelas se ha involucrado directamente con el film y antes del inicio de rodaje visitó el predio de la ex ESMA, donde se realizó la preproducción y se rodará en las últimas tres semanas de filmación. En ese sitio que funcionó un centro clandestino de detención y que fue recuperado para convertirse en un centro cultural y un espacio para el ejercicio de la memoria, reunió al equipo de la película y expresó: "Aquí, entre nosotros, yo siento que flota el cariño. Cultivemos esa amistad en medio de este lugar tan siniestro. Si lo conseguimos, estaremos colaborando para que el bien triunfe sobre el mal.”
Las tres primeras semanas de rodaje se realizan en exteriores de la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires.
"Estela" es una producción de Fernando Sokolowicz, que cuenta con producción ejecutiva de Victoria Aizenstat y un equipo técnico integrado por Hugo Colace (director de fotografía y cámara), Silvio Rodríguez Molina (director de arte), Inés Vera (directora de producción), Emiliano Torre (asistente de dirección), Alberto Ponce (montaje), Mónica Toschi (vesturio), Alexis Stavropulos (Sonido), Mauro Debans (jefe de producción), Mario Mahler (casting) y Willy Lemos (couch de actores).
Fuente:Noticine
LIBROS y ESCRITORES
Agua y saneamiento, un derecho humano esencial
La tapa del nuevo libro de Aníbal I. Faccendini. Foto: Gentileza producción.
En la Colección Académica, la Universidad Nacional de Rosario acaba de publicar “Agua y saneamiento. Derecho humano esencial. El bien común”, subtitulado con “La privatización del agua en Santa Fe 1995-2005. Diez años de apropiación indebida. La vulneración de un derecho”, del que es autor Aníbal I. Faccendini.
El nuevo libro combina elementos anteriores y nuevos que refieren a diversas cuestiones. Así, partiendo de la escena de la privatización del agua, reinante en Santa Fe en el período 1995-2005, surgen varias inquietudes, conceptos e ideas, que van a plasmarse en distintas herramientas necesarias para la evolución de los recursos hídricos en el siglo XXI.
El ciclo de la privatización del ente estatal sanitario de la provincia de Santa Fe, Dipos (Dirección Provincial de Obras Sanitarias), acaecida a fines de 1995 marcó una época, que luego terminaría en una frustración. En tal sentido, el libro trata lo que sucedía en la sociedad, la complicidad de los actores del gobierno de ese entonces como así también de una Legislatura que certificaba la privatización sin escuchar a las voces disidentes. El Estado era un anacronismo que generaba vergüenza propia y ajena. De parte de la oposición, las posiciones eran diversas, no obstante que todas comulgaban en su rechazo a esta privatización del agua de 1995.
El texto marca el clima festivo de la superioridad despreocupada de los que sostenían la privatización del agua como algo superior sobre el vetusto Estado, al decir de los privatistas. El proceso comenzó desde una superficialidad sobre el tema y desde un abordaje economicista que en nada iba a ayudar a construir un ambiente de agua y saneamiento positivo para Santa Fe.Para el autor, en el proceso privatizador de 1995 a 2005, fracasaron la privatización del agua, las negociaciones y las inversiones. Hubo un gran retroceso en materia de servicios hídricos.
El Lic. Fabián Bicciré sostiene en el prefacio que la producción del Dr. Faccendini “es una clara apelación a la importancia para la vida democrática del tratamiento de los asuntos públicos, y el funcionamiento de las instancias constitutivas de la institucionalidad democrática. En este libro, se puede apreciar con total nitidez el valor de recuperar plenamente el concepto y la gestión de lo público. La importancia estratégica de pensar en políticas públicas sobre el agua que sean perdurables en el tiempo y la historia”.
Faccendini es doctor en Ciencias Jurídicas y Sociales; licenciado en Ciencias Sociales y Humanidades, y docente de la UNR.
Fuente:ElLitoral
Memoria fresca del horror y el exilio
13/05/2011
Testimonios de argentinos refugiados en Italia fueron rescatados y compilados por Delia Ana Fanego en el libro "Quebrantos".
NEUQUÉN (AN).- La historia del exilio argentino en Italia, el de algunos de sus protagonistas que venían de los campos clandestinos de detención y las cárceles de la dictadura, está crudamente retratado en el libro "Quebrantos", una compilación de testimonios realizada por la argentina Delia Ana Fanego.
Fanego rescató del olvido 12 historias de vida sobre el horror de la tortura y la muerte y la alegría de estar "libres y vivos" al llegar a la península, relatadas por sus propios protagonistas. Son, dijo, "testimonios frescos, porque se tomaron en el momento en que sus protagonistas llegaron al exilio y no están mediados por la memoria".
El libro, recientemente presentado en el Centro Cultural Haroldo Conti (ex ESMA) de Buenos Aires y en el Aula Magna de la Universidad del Comahue, tiene un prólogo de Juan Gelman.
Como destaca el propio Gelman, de las experiencias que relatan esos jóvenes surge con claridad "hasta qué punto los fusilamientos de Trelew o de la Triple A, expresión de la primera parte del golpe, la civil, así como todas las interrupciones previas de la democracia y la violencia imperante que impedía pensar con claridad empujaron a la acción armada a jóvenes que a los veintitantos años de edad nunca habían podido votar y sentían el sufrimiento ajeno como propio".
–¿Cómo se le ocurrió compilar estos testimonios?
–En el año 78 conté a una pareja de amigos italianos, él director de cine y ella guionista, el caso de un desaparecido argentino. Los impresionó mucho; estaban tan impactados por esa caída de un compañero que pensaron en hacer una película sobre el exilio argentino en Italia. Aclaro que por ese entonces el exilio argentino estaba muy marginado en la península, el exilio en Italia era el chileno.
Yo les dije que me parecía una buena idea. Ellos le propusieron el guión a la RAI, que en ese entonces estaba dividida en tres, había un canal de la Democracia Cristina, otro del Partido Socialista y otro del Partido Comunista, y el canal del PC lo aceptó. Para hacer el guión nos pidieron que hiciéramos historias de vida. Julia Constenla, que también estaba exiliada en Italia, y yo viajamos por toda Italia y grabamos todas las historias, que fueron muchas más que las 12 que aparecen en el libro. Al final a la RAI ya no le interesó la película porque había intereses fuertes con Argentina y hubo presiones; no se hizo nada y quedó este material, un poco abandonado. Pero hace unos cinco años yo encontré casi todas estas historias, que estaban muy mal traducidas al italiano para que esa señora pudiera hacer el guión; tenía los casetes y las entrevistas desgrabadas en español y me pareció que era un material con el que se podía organizar algo, recuperar ese tesoro que es la memoria.
–¿Qué sucedió entonces?
–Le llevé las desgrabaciones a Juan Gelman y él coincidió con que sólo había que cambiar algunas comas. Me dijo que él ya no hacía prólogos pero que este me lo haría. Creo que el gran mérito de este libro es que no está mediado por la memoria. Los mismos protagonistas, cuando lo leyeron, no se acordaban de muchas cosas que habían relatado. Además, el libro ayudó a rescatar aspectos olvidados o perdidos. Hay tres historias que están firmadas con el nombre sólo, no están los apellidos. Nunca los supe, ni siquiera sé si esos nombres eran verdaderos. Pero cuando se publicó el libro, el único de los protagonistas que todavía vive en Italia, Walter Calamita, pasó por Roma para participar de la presentación y juntos miramos los nombres que estaban sin apellido –Daniel, Hugo y Jaime– y él me preguntó: "¿Jaime es chileno?". Le dije que sí y él se acordó de que había vivido con Jaime. Empezó a averiguar y llegó a dar con él: el hombre vive hoy en Suecia.
El cónsul que salvó vidas
Otros testimonios hablan de un cónsul italiano en Rosario que salvó gente. Yo averigüé a través de (Enrico) Calamai, quien fue cónsul en Buenos Aires y escribió un libro sobre el tema, y él me dijo que no sabía quién era ese cónsul. Pero después de la presentación del libro, que tuvo lugar en la Embajada Argentina en Roma, una de las personas que se ocupa de los argentinos en Italia empezó a buscar y lo encontró: ahora tengo el nombre y apellido del ex cónsul; está retirado y vive en Sicilia, y cuando yo vuelva a Roma lo voy a llamar. La Embajada Argentina quería condecorarlo. En uno de los testimonios se da cuenta de que este cónsul encuentra al protagonista en la calle; él va en auto y le pide que suba y así le salva la vida. No fue el único, ese cónsul ayudó a también a otra gente.
–¿Cuándo llegó a Italia?
–Llegué en el año 72. Yo ya estaba en Italia cuando empezó la Triple A y se produjo el golpe. Junto con cuatro argentinos que vivíamos allí organizamos un comité pequeñito que hizo algunas denuncias. Luego llegó Lilí Mazzaferro y se integró con nosotros; entonces cambiamos el nombre e hicimos un comité mucho más amplio y empezamos a acoger a toda la gente que llegaba y, bueno... trabajábamos como podíamos.
–¿Era fácil conseguir la solidaridad de los italianos? ¿Se entendía lo que ocurría en la Argentina?
–En Italia era bastante difícil. Nuestros aliados naturales, que eran las organizaciones de izquierda italianas, tenían muchos problemas porque en ese momento estaban en plena acción las BR (Brigadas Rojas), entonces lo de Argentina para ellos era incomprensible. Y el peronismo nunca lo entendieron, todavía siguen hablando de qué es el fascismo. En fin, tenían bastante temor a quedarse pegados en una cosa de grupos armados. Entonces no era muy fácil. Con todo logramos hacer muchas cosas, creo que lo más importante que hicimos fue una solicitada en "Clarín" que apareció en el 81, firmada por todo el arco institucional italiano, pidiendo por los derechos humanos y los desaparecidos. Iba firmada por intelectuales de renombre y por los secretarios de todos los partidos políticos.
–¿El libro está traducido al italiano?
–No, yo traté de conseguir una editorial italiana sin éxito y luego apareció la editorial esta argentina –Fabro–, que está en una línea revisionista. Lo presentamos en diciembre en el Centro Haroldo Conti, ex ESMA. En Italia se hizo la presentación en la Embajada Argentina y luego se hizo una obra de teatro con los testimonios.
–¿Cómo ve el tema de los derechos humanos en la Argentina?
–Ha habido un avance importantísimo. Creo que la memoria es importante pero no hay memoria sin justicia. Todo lo que se hace en este sentido debe continuar, rechazo a los que dicen basta. Este capítulo debe seguir abierto como ocurrió en Europa con los crímenes del nazismo.
HÉCTOR MAURIÑO
Fuente:RioNegro.com
Las mil vidas del escritor Emilio Rodrigué
Por Pablo E. Chacón
En "Mi prontuario", el psicoanalista y escritor Emilio Rodrigué esboza una teoría de la cultura argentina, al tiempo que relata las peripecias de un personaje que -en su infinita curiosidad- no se niega a experiencia alguna, incluyendo una autobiografía compuesta por una serie de separaciones, desde mujeres a teorías o cosmovisiones.
El libro, publicado por Ediciones de la Flor, está precedido por dos pequeñas intervenciones de quienes fueron amigos y colegas y quienes consideraban a este hombre, que vivió buena parte de su vida en Bahía (Brasil), como un maestro de vida: Eduardo "Tato" Pavlovsky y Hernán Kesselman. Fernando Ulloa, que completaba el trío de incondicionales, falleció antes de publicarse este libro.
Rodrigué nació en Buenos Aires el 8 de enero de 1923, y murió en la ciudad natal de Caetano Veloso y Jorge Amado el 21 de febrero de 2008.
Médico, hizo su carrera como analista didáctico en Londres, con Paula Heymann, y se relacionó con Melanie Klein -con quien supervisó dos casos- y Wilfred Bion. Eso fue entre 1948 y 1953.
Entre 1958 y 1962 se radicó en Massachussets (Estados Unidos), donde entró en contacto con Erik Erikson y David Rapaport.
A su vuelta, Rodrigué, sorprendido por los cambios culturales, por la explosión de las matrículas en psicología y sociología, se convirtió en presidente de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA).
Para esa época, Enrique Pichón Riviére, a quien siempre consideró "su maestro", también había "iniciado" en las artes del desciframiento inconsciente a un joven escritor, eterno estudiante de filosofía, Oscar Masotta, que armado con el arsenal que le facilitó Jacques Lacan, puso en jaque los supuestos teóricos del kleinismo y de la APA. Y hasta escribió un artículo demoledor, "Un psicoanálisis para Rodrigué".
"Mi prontuario" es la continuación por otros medios de su autobiografía, "El libro de las separaciones", donde el psicoanalista hace un recuento de sus separaciones, afectivas, amistosas, teóricas, geográficas, en términos que si bien tienen en cuenta al duelo, intenta menos una nueva argumentación al respecto que la práctica de cierto estoicismo hedonista.
Rodrigué escribió una biografía heterodoxa de Sigmund Freud (su inspirador más profundo junto con Vladimir Lenin), pero también "La lección de Ondina", "Heroína" (novela llevada al cine por Raúl de la Torre), "El Anti-yoyó" (junto a Martha Berlín), "El contexto del proceso psicoanalítico", "Biografía de una comunidad terapéutica", "Psicoterapia de grupo", entre otros libros.
En el volumen no faltan anécdotas de casi todos sus cruces y experiencias: desde su viaje a Moscú, la marihuana, la protocomuna hippie "La Casona", que fundó con Pavlovsky en Belgrano, la muerte de su esposa, la ruptura con la APA y la fundación del grupo Plataforma, sus diatribas con los lacanianos, su relación con la escritura y su exilio en Brasil después de la muerte de Perón.
Es interesantísimo el detalle de su viaje a México en 1972: invitado a dar unas conferencias, sigue después rumbo a Oaxaca en busca de María Sabina, la legendaria hechicera que había iniciado al escritor británico Aldous Huxley en el consumo de hongos alucinógenos.
Rodrigué, quizá tanto como Ulloa, se radicalizaron políticamente, invitaron a la Argentina por esos años al autor de "La muerte de la familia", David Cooper, íntimo amigo de Ronald Laing, pero la experiencia antipsiquiátrica resultó un fiasco, no sólo por el alcoholismo del británico sino por la inconsistencia teórica de sus fundamentos que -sin embargo- sobreviven en la actualidad bajo el formato de hospitales ambulatorios.
En Salvador, Rodrigué conoce de primera agua la experiencia del candomblé, pero miembro de un "terreiro" (sitio donde se practica ese culto) no expuesto a las invasiones turísticas, incorpora elementos de esa práctica a la cura; "inventa" una manera de tratar a sus pacientes de corte holístico, donde el cuerpo adquiere una importancia suprema.
Su casa, frente a la playa de Ondina, es objeto de múltiples visitas. El corre todas las mañanas varios kilómetros; los hijos de sus amigos emigran debido a la dictadura y se instalan en Bahía.
Lee a Jacques Lacan tarde, lo reconoce, como reconoce que lo aburre. Y pierde a un amigo, Bernardino Horne, que hoy es analista miembro de la Escuela de Orientación Lacaniana, cuya dirección intelectual ejerce Jacques-Alain Miller.
Pero "Mi prontuario" está escrito bajo la divisa de que el amor es eterno mientras dura, como dice un verso de Vinicius de Moraes.
El hombre que muere feliz a los 84 años, rodeados de familiares, mujeres y amigos es el que recuerdan sus discípulos, un bon vivant que eligió la libertad del mar y los imperativos restrictivos de una sociedad que todavía, en el plano de las costumbres, atrasa varios años.
Fuente:Telam
El arte y la medicina, al alcance del público infantil
Una introducción a la obra del artista Luis Felipe Noé escrita por Vali Guidalevich y un volumen titulado “La medicina no siempre fue así” –ambas obras presentadas por estos días en la Feria del Libro- demuestran que el arte y la medicina también pueden ser disciplinas atractivas para el público infantil.
Por Julieta Grosso
Escrito por Martín De Ambrosio e Ileana Lotersztain, “La medicina no siempre fue así” recorre en formato ágil y colorido la historia de la ciencia médica desde los tiempos en que las enfermedades se atribuían a causas sobrenaturales o místicas, ya sea el hechizo de un brujo o la ira de una divinidad.
Eran los tiempos en que los pueblos de la antigua Mesopotamia disponían de dos clases de médicos –el ashipu o hechicero que realizaba el diagnóstico y el asu, encargado de recetar al paciente remedios a base de hierbas- y los interrogatorios sobre un síntoma incluían preguntas del estilo “¿Has enemistado al padre contra el hijo o al hijo contra el padre?”.
Los autores recuerdan que luego llegó la época de los faraones egipcios –obstinados con la idea (equivocada) de que las personas nacen sanas pero se enferman por la comida que se descompone en el intestino-, y apunta que también esta cultura disponía de extraños rituales para curar las enfermedades.
“La medicina no siempre fue tal como la conocés. No nació de un día para el otro ni es el invento de un genio iluminado. Detrás de cada tratamiento, cada vacuna o cada hallazgo hay personas de carne y hueso, años de experimentación , éxitos, fracasos, frustraciones y quizá un golpe de suerte. Y en su historia sobran anécdotas curiosas y divertidas”, explica la obra.
El volumen fue editado por el prestigioso sello Iamiqué –responsable de la colección “Asquerosología, entre otras”- y aborda los inicios del arte de curar y los hitos más salientes en su historia con un estilo narrativo basado en el humor y los guiños “cómplices” con el lector.
Las ágiles ilustraciones de Javier Basile ayudan a entender los procesos que se explican en el libro, como los cambios que introdujo Hipócrates a la ciencia, la importancia de un médico romano llamado Galeno y la llegada de los primeros métodos de análisis.
A partir de anécdotas, apostillas y crónicas breves, la obra aporta datos tan inesperados como divertidos –como el de aquellos médicos de la Antigua India que probaban las secreciones de sus pacientes para diagnosticar “la enfermedad de la orina dulce”- y da cuenta de todo tipo de terapias “delirantes” pero reales.
Los pequeños lectores encontrarán también un catálogo de medicamentos abominables – con carne de serpiente, sangre de pato y otros ingredientes tan temibles- un recorrido por el devenir de las cirujanos que de tan mal pagos y ponderados competían con los barberos y un relato sobre le surgimiento de los hospitales.
No faltan en el libro las alusiones a las enfermedades más cruentas, como la peste bubónica –que puso a la especie humana al borde la extinción- y la viruela, además de datos sobre el hallazgo de vacunas y la llegada de grandes aportes a la ciencia como el termómetro clínico, las radiografías y el estetoscopio.
“¿Quieren saber acerca de mi historia, de mis ideas o de mis secretos? ¿O descubrir los personajes más queridos de mis pinturas? Para eso, los invito a subirse a mi tren y bajar en diferentes estaciones… Un viaje muy especial, con valijas cargadas de pinceles y brochas, zambullidas, manchas, lupas y largavistas”, promete a su vez la introducción de “Arte para chicos”, libro dedicado a la obra de Noé.
La colección, editada por el sello Albatros, se vale del mismo formato dedicado antes a Xul Solar, Antonio Berni y Emilio Pettoruti para contarle a los chicos cuáles son los disparadores y las líneas expresivas características en la obra del gran artista neoexpresionista argentino.
Este nuevo eslabón de “Arte para chicos”, escrito por la doctora en Arte y Educación Vali Guidalevich, arranca con una dinámica biografía de Noé que recorre desde sus primeros escarceos artísticos hasta el nacimiento del grupo La Otra Figuración –que compartió con Ernesto Deira, Rómulo Macció y Jorge de la Vega- y su alejamiento de la pintura tradicional para abordar nuevos formatos artísticos.
“¿Es posible que chicos y chicas aprendan no sólo a ver sino a tener una experiencia vivida en relación con una obra de arte? ¿Puede el arte, a través del juego, abrir la posibilidad de ver, preguntar, imaginar, crear y aprender? ¿De qué manera impactan las experiencias estéticas en nuestros modos de conocer y entender el mundo”, se interroga Guidalevich en el libro.
La obra alterna tipografia de distintos tamaños -que la autora utiliza para enfatizar algunos rasgos o bien para diferenciar una secuencia de otra- y está plagada de ilustraciones y fotografías que juegan con la distribución del espacio gráfico y multiplican la ultracolorida apuesta visual.
“Yo no dejé de pintar, sino que la pintura me dejó a mí” y “Sentí que la pintura me dejó en el momento que yo más las quería” son algunas de las tantas frases que aporta el artista a lo largo de una obra que además ilustra sobre cuestiones centrales del arte, como los componentes de una instalación y la diferencia entre arte figurativo y abstracto.
El libro no pasa por alto el exilio y los crudos años de la dictadura militar, que lo impulsaron a instalarse en París: “Nunca dejé de mostrar mis obras en mi país, y de expresar en ellas el terror, el drama y la esperanza”, testimonia el artista nacido en 1933.
A pesar de la cantidad de datos que ofrece, “Arte para chicos” no tiene como propósito el recorrido exhaustivo por la vida y la producción de Noé: sus intenciones apuntan más bien a estimular la curiosidad por el arte en general a través de relatos, imágenes, preguntas y juegos.
Para profundizar el vínculo entre artista y lector, el volumen incluye múltiples actividades que buscan también propiciar la creatividad a través de consignas periodísticas –como buscar palabras relacionadas con el tema del caos y cotejar su significado con amigos y familiares-, comparar los personajes de las distintas obras del creador y “jugar” con los fragmentos de sus cuadros.
Fuente:Telam
Brodsky y Stavans retoman el atentado a la AMIA en una arriesgada fotonovela
El artista visual Marcelo Brodsky, creador junto al escritor mexicano Ilan Stavans de la fotonovela "Once 9:53", presenta hoy la muestra homónima en el Centro Cultural Rojas donde relata -desde una ficción arriesgada- situaciones barriales horas antes de que tuviera lugar el atentado a la AMIA, en 1994.
“Once 9:53” -fotonovela publicada bajo el sello La Marca editora- y que en estos días se traslada a las paredes del Rojas tiene varios elementos visuales y ficcionales que plantean “la falta de justicia” frente al mayor atentado terrorista en Argentina, que dejó un saldo de 85 muertos y 300 heridos.
Desde el “agitprop” -una categoría que promueve al arte como dinamizador de discusiones públicas- este proyecto realiza cuestionamientos sobre este tema aún no resuelto y retoma en forma de viñetas pequeños episodios cotidianos, enmarcadas en la jornada del atentado.
Brodsky, fotógrafo y miembro del Comité de Gestión del Parque Nacional de la Memoria, sostuvo en diálogo con Télam que en su obra “hay una mezcla entre la realidad y la ficción. Es un lugar intermedio donde uno no sabe dónde pararse y que lleva a la reflexión”.
El libro, devenido en muestra, se presenta en un género clásico de los 60: la fotonovela, una mezcla de cómic con televisión. "Aunque es un género `bastardeado` -opina el creador- `Once 9:53` retoma el renacimiento actual de la novela gráfica -sobre todo en Estados Unidos- que incorpora imágenes a la narrativa clásica y promueve "una lectura más rápida".
Una mañana de 1994, un fotógrafo sale a retratar el Once y los hechos que lo rodean son señales a partir de las cuales terminará envuelto, sin quererlo, en lo que fue el atentado terrorista que voló el edificio de la Asociación Mutual Judía Argentina.
Junto al escritor Stavans, Brodsky, autor también de “Buena memoria” -sobre alumnos desaparecidos del Colegio Nacional Buenos Aires-, decidieron hacer una fotonovela relacionada con el atentado pero “con un enfoque sobre un día en la vida del Once”.
Brodsky trabajó dos ejes que en la fotonovela se vieron indefectiblemente unidos: "Por un lado, aquellas cosas que me han afectado de forma directa personal, política y emocional de la historia del país”, por otro “una experimentación en torno al medio fotográfico como lenguaje”.
El Once como barrio atrae visualmente -sobre todo en los últimos tiempos- a fotógrafos y cineastas. “El atentado a la AMIA fue uno de los primeros en el mundo y lo leo como una acción contra la sociedad y contra el mismo barrio, que es una expresión cosmopolita en la que confluye toda la Argentina”, señala Brodsky.
La memoria y su representación se convirtieron en temas centrales del arte contemporáneo. Para Máximo Jacoby, curador de la exposición, en este caso el tratamiento sobre el atentando se ve desde "una ficción arriesgada, un rol que sólo tiene el arte". “Hay tantas dudas y teorías sobre el hecho. Entonces ¿por qué no poner al espectador en otro lugar para que ejerza sus propias preguntas?”, interroga.
Para Jacoby, en este proyecto 2hay mucho riesgo ético y artístico” que ponen en revisión y en diálogo público lo que pasó.
“El arte genera que el público pueda ver una historia de amor o un policial negro en el marco de un atentado que sigue hasta el día de hoy siendo muy complejo de abordar”, sostiene.
Brodsky vio el elemento ficcional como una instancia para “introducir elementos de duda”. “En los últimos años, en materia Derechos Humanos -dice el fotógrafo- hemos tenido mucho éxito: los militares están siendo juzgados por su crímenes y, además, que se pueda hablar de lo que pasó, es liberador".
Como forma de conseguir algunas respuestas y de “seguir poniendo sobre el tapete” lo que sucedió, los organizadores realizarán el 24 de mayo a las 11.30 una caminata por el barrio (saliendo desde el Rojas) y una charla abierta en la rotisería OLAM (que aparece en el libro) con los abogados de la causa, representantes de Memoria Activa, escritores y artistas.
“El arte no tiene la intención de responder a los problemas. La fotonovela pretende plantear la falta de justicia, el hecho de que no haya responsables, ni juzgados”, concluye el fotógrafo.
La muestra estará abierta hasta el 11 de junio, de lunes a sábados de 9 a 22, con entrada libre y gratuita en Corrientes 2038.
Luego seguirá su camino por el Museo de Memoria de Rosario que inaugurará en 16 de julio para continuar por espacios públicos de Nueva York y Massachusetts, en Estados Unidos.
Fuente:Telam
Wilbur Smith y el año que vivimos en peligro
Por Julieta Grosso
Bajo el título "Los que están en peligro", el escritor sudafricano Wilbur Smith construye un thriller que enfrenta a terroristas islámicos con magnates norteamericanos como represalia por las operaciones militares de Estados Unidos en Medio Oriente, e instala la cuestión del petróleo para entender las disputas de poder en el mundo actual.
Desde la portada, dominada por la gigantesca tipografía negra que se sumerge sobre un fondo de aguas turbias y horizonte bélico, se anticipa una vez la contigüidad entre vida y arte, aunque en este caso la asociación irrumpa sin premeditación, casi por azar: se trata de una novela, pero que la caprichosa coyuntura puede llevar a confundir con el titular de un periódico de los últimos días.
"Los que están en peligro" (Emecé), escrita por el hombre que lleva vendidos más de 100 millones de ejemplares de sus 35 novelas, parece quebrar una de las máximas ineludibles de su narrativa -aquella que la ficción busca entretener antes que concientizar- por efecto de la súbita coincidencia entre los episodios que narra su libro y la reciente muerte del líder islámico Osama Bin Laden.
De visita en la Argentina para presentar su libro, el autor de "Río sagrado" y "Hechicero" sostuvo en una entrevista con Télam que "la Humanidad vive en peligro desde siempre, pero eso es justamente lo que vuelve más atrapante este mundo, tanto para los individuos como para las sociedades".
FuenteFoto:Telam
- T: ¿Cuando pensó en la historia de su libro se imaginó que tendría semejante grado de actualidad? ¿En qué medida cree que el mundo está bajo situación de amenaza?
- S: Creo que todos estamos en peligro, aunque por otro lado este es un mundo emocionante y atrapante para vivirlo. Mis padres y mis abuelos vivían en mundos pequeños dentro de un gran universo, sólo conocían su ciudad. Ahora en cambio somo ciudadanos de un mundo cada vez más interconectado que en cuestión de horas nos puede depositar en la parte opuesta del planeta.
Sin embargo, no creo que la sensación de amenaza sea reciente. Los griegos, por ejemplo, temblaban cuando veían el avance de los persas sobre su territorio porque temían que hicieran colapsar el imperio. Nuestros padres vivieron bajo los tiempos tormentosos de una Alemania nazi y de repente algo falló y todo cambió. El mundo es peligroso desde su misma creación, tan peligroso como emocionante.
Por otro lado, deberíamos agradecer que nada sea estático porque sino todo sería muy aburrido. La gente que escala hasta los 8.000 metros de la cima del Everest se coloca de manera consciente en situación de peligro.
La amenaza puede estar en todas partes y es de distinto orden: uno puede estar en un restaurante y sentirse atraído por una mujer sentada en la mesa contigua. Eso también es peligro. La vida es peligrosa y divertida a la vez.
- T: De alguna manera, se podría pensar entonces que la sensación de amenaza no sólo es consustancial al ser humano sino que en ocasiones ha obrado como motor para el avance de las sociedades...
- S: Si retrocedemos cien años en el tiempo, detectamos que la mitad de la vida del planeta se extinguió en un sólo día por efecto de una guerra, así que es posible que ya hayamos vivido lo peor.
Por otro lado, somos seres humanos y podemos llegar a envenenar el planeta, a convertirlo en un sitio donde ya no podamos vivir. Sin embargo, muchas sociedades encuentran en esta lógica un argumento para evolucionar.
Igual soy optimista: este pequeño mundo nuestro es capaz de regenerarse a sí mismo, capaz de curarse. Tiene el poder de la sanación propia sin importar el abuso al que lo sometamos, así que no creo que se vaya a acabar rápido. Tenemos mundo para rato.
-T: El tema del petróleo es crucial para entender la relación Oriente-Occidente y las oscilaciones en el mercado bursátil ¿Le interesaba reflexionar sobre el poder?
- S: El petróleo es hoy el torrente sanguíneo de las actividades del mundo. Si hoy desapareciera, todos nos moriríamos de hambre porque nos hemos vuelto dependientes de él. Necesitamos petróleo en todos lados para la manera en que está pensada hoy la vida cotidiana y social. La desaparición del petróleo marcaría el fin de la civilizació tal como la conocemos.
- T: La novela retoma un tema polémico que es el de la justicia por mano propia ¿En qué medida la muerte de un ser querido justifica esta modalidad?
- S: Lo que plantea el libro es que en el pensamiento religioso islámico está la base del "Ojo por ojo, diente por diente", que hoy se traduciría como "líder por líder". Si alguien de forma deliberada planifica un asesinato en masa de seres inocentes -no estamos hablando de un batallón o de soldados enemigos en combate- para esa persona hay un único castigo: la muerte.
Casi todos han visto el video de Osama Bin Laden en el que se regocija con el atentado a las Torres Gemelas. Creo que la mínima sentencia para una persona así es la muerte. Hace años que se habla de abolir la pena de muerte, pero a mí me parece que es una ley natural.
Cuando éramos simios y teníamos que formar ciertas unidades tuvimos que formar sociedades tribales para protegernos contra los demás mundos. Tuvimos que tener un código de conducta y este código nos permitía vivir: si nosotros matábamos a alguien de la tribu o robábamos comida había algún tipo de penalización.
- T:¿Sugiere entonces que hay situaciones en la que la justicia convencional resulta insuficiente para lo cual es necesario apelar a soluciones más drásticas?
- S: Si nosotros hubiésemos atrapado a Bin Laden y lo hubiéramos a sometido a juicio ordinario, tras largos años de litigio y argumentaciones se lo hubiera sentenciado a cincuenta años de prisión, pero a los diez años lo hubiesen soltado. Pensemos en las miles de madres que perdieron sus hijos ¿Es justicia para ellas? Bin Laden fue condenado por su propio destino y comportamiento. El admitió lo que hizo y se regocijó. Cavó su propia tumba.
Fuente:Telam
II FESTIVAL DE LA PALABRA
Arturo Fontaine gana el primer premio Las Américas con su novela 'La vida doble'
El chileno narra la transformación de tres combatientes de Pinochet en represoras activas
La vida doble ha sido el libro más costoso de Arturo Fontaine (Santiago de Chile, 1952). Por el método seguido para ponerlo en pie, propio de la investigación periodística o histórica, y por las dificultades de armar una metamorfosis psicológica tan atroz como la de sus protagonistas. Tres mujeres, que pertenecen a un grupo de resistencia antipinochetista, acaban engrosando la siniestra nómina de la dictadura. Y no sin mancharse las manos, si no como activas represoras. "Escribí la novela tratando de contestar a la pregunta de por qué se produce esa transformación y cuando terminé me quedé con la idea de que no la había contestado", comentaba el autor en San Juan (Puerto Rico), poco después de anunciarse que había ganado el premio Las Américas, dotado con 25.000 dólares (unos 17.500 euros).
El galardón, instaurado en el marco del II Festival de la Palabra, distingue a la mejor obra publicada en español en 2010. Su principal singularidad es que el jurado está integrado exclusivamente por escritores. En el de esta edición -la primera que se celebra- quedaron finalistas el argentino Ricardo Piglia (Blanco nocturno), el español Marcos Giralt Torrente (Tiempo de vida), el chileno Álvaro Vizama (Estrellas muertas) y la mexicana Orfa Alarcón (Perra brava). El jurado que se decantó finalmente por la obra de Fontaine estuvo compuesto por Edmundo Paz Soldán, Jorge Volpi, Santiago Gamboa y Yolanda Arroyo.
Al agradecer el premio, Arturo Fontaine desveló su sorpresa porel efecto catalizador que había tenido su novela en Chile. "Nuestra misión se conecta solo con contar, sino con hacer contar", dijo tras explicar que varios lectores le habían confesado que sus familiares habían comenzado a relatar sus terribles vivencias durante la dictadura.
El autor de Oír su voz (1992) ha construido la novela sin violencia explícita ("quería evitar las descripciones directas del tipo 'me pusieron electrodos en los pezones") y sin violencia falsa ("me prometí a mi mismo no contar una escena de violencia que alguien no me hubiera contado como testigo directo").
Durante años se entrevistó con represores de la dictadura chilena, aunque su principal fuente de inspiración fue la entrevista que logró con una mujer que protagonizó la evolución que Fontaine ficciona. No fueron viajes raros en la hedionda moral de la dictadura. El escritor chileno Carlos Franz recuerda uno de los casos más sonados: un exnovio de la anterior presidenta de Chile Michele Bachelet, víctima a su vez de torturas.
Fuente:ElPais
2011-05-11
Murió la escritora y académica Alicia Jurado
A los 88 años falleció el lunes pasado la escritora y miembro de la Academia Argentina de Letras Alicia Jurado, gran amiga de Jorge Luis Borges, de quien escribió una biografía donde se dibuja con nitidez la amistad que los unió durante treinta años, un vínculo basado en el afecto y el amor por la literatura.
Nacida en Buenos Aires, el 22 de mayo de 1922, Jurado hizo el doctorado en Ciencias Naturales, pero pronto se dedicó a la literatura. Por su trabajo recibió el Primer Premio Municipal de Novela y de Ensayo, y el Premio Interamericano Alberti-Sarmiento.
Entre sus obras, destaca una exhaustiva biografía de W. H. Hudson, el célebre autor de "Allá lejos y hace tiempo" y "Días de ocio en Patagonia".
Integrante de un grupo de escritores muy cercanos al autor de "El Aleph", Jurado escribe en "Genio y figura de Jorge Luis Borges" "a partir de sus recuerdos, sentimientos y opiniones propias", como resumió hace años en el transcurso de una entrevista.
"Estela Canto nos presentó. Fue en el año 1954, yo era una joven de 32 años y él tenía 55. Al principio sólo hablábamos de literatura aunque nos veíamos muy a menudo. Pero poco a poco surgió una relación más personal. Es que treinta años es mucho tiempo y las reticencias se van desgastando", describió en aquella oportunidad.
En cuanto a la experiencia de escribir un libro con Borges, "¿Qué es el budismo?", Jurado aclaró que ella solo lo ayudó. "En un principio empezó con mucho entusiasmo. Trabajábamos en mi campo.
Fue cuando escribió ese poema que salió en `La rosa profunda`, que termina diciendo `Sombras los dos copiamos lo que dictan/ Otras sombras: Heráclito y Gautama`, y después, con esa arbitrariedad que tenía lo dejó. Años después lo quiso retomar y lo terminamos".
"Yo lo ayudé en ese libro en el sentido de que todo trabajo para el cual se precisara ojos yo lo hacía. Revisar pruebas, investigar, leer. Bueno, él era tan cortés. Me decía `¿Qué te parece? Te parece que lo pongamos así, si a mí se me ocurría algo diferente, yo se lo decía, y él no tenía problemas si le parecía mejor", apuntó.
Fuente:Telam
HOMENAJE
Padre Mugica y la urbanización
Publicado el mayo 10, 2011 por tupacamaria
El Padre Mugica, una bandera
A 37 años del asesinato del Padre Carlos Mugica, por despintados fusiles de la triple A, entregamos otro adelanto del libro ”Villa 31. Historia de un amor invisible” de Demian Konfino. En los siguientes párrafos se advertirá una crónica ficcionada de la visita a Villa 31 por parte de la presidenta Cristina Fernández, al cumplirse 36 años de la masacre de Mugica.
“… Recién el lunes por la noche se confirmó. Horas antes ya se conocía que vendrían algunos ministros. Este hecho ya era trascendente. Sin embargo, nada se compararía con los zapatos de Cristina pisando el barro villero.
Llegó el martes. Los integrantes de la mesa chica dela Unión de Vecinos tuvieron graves problemas de sueño, sin excepción. Ansiedad justificada. Sentían, silenciosamente, que los molinos de viento ya no soplaban contra sus rostros. Jugaban para su propio equipo, por primera vez desde Perón. Si hacía apenas tres años el Jefe de Gobierno había ganado las elecciones, prometiendo –entre otras cosas- la erradicación de la villa; si había cooptado, el primer año, a la mayoría de los referentes; si existían maquetas con edificios altísimos proyectados en esas tierras; cómo no reir el nocturno cosquilleo, íntimo, de comenzar a mantener una victoria arrancada a un sistema opresor y racista.
Si bien la cita era a las once treinta, la Unión ya había movilizado doscientos vecinos al predio lindero a la autopista, atravesando el puente peatonal por detrás del viejo correo. Otras organizaciones hicieron lo propio.
Esa mañana el hosco frío se había dejado mitigar por un sol enorme que, haciendo fintas a alguna nube que rondaba, se las arreglaba para anotar el momento.
La presidenta llegó cerca del mediodía como copiloto de una combi blanca estilo traffic. Saludaba y sonreía sincera. Diversas voces entra la multitud fraseaban la placentera bulla: “Grande Cristina”, “Cristina, el pueblo está contigo” o simplemente “Gracias”, fueron algunas de las palabras que llegaron a apreciarse, aunque no lograran significar exactamente el entrañable sentimiento de gratitud de aquellos dignos olvidados de siempre.
Muchos vecinos cortaron parcialmente la autopista Illia para lograr su palco. Otros, abarrotando el vallado de seguridad, le entregaron cartitas, ositos, banderas. Ella se acercó a la valla, enlazándose con manos y rostros adultos: Acariciando bebés. Maternal.
Dentro de la capilla con techo a dos aguas de chapa, se exhibían orgullosos recuerdos del padre Mugica. Los invitados aguardaban, sentados bajo un tinglado aledaño, la llegada de Cristina al templo. Los restos físicos del religioso mártir, tras un mausoleo de ladrillos a la vista y varias placas recordatorias, esa mañana descansaban satisfechos.
Entre los invitados hubo lugar para tres miembros de la Unión de Vecinos. Allí estaban Juana, Palomino y Tena. Nerviosos. Temblando.
El cura párroco les dio la bienvenida, abrigado con una colegial Adidas verde.
Luego de unas sentidas palabras, en registro de sermón, le tocó el turno a la presidenta. Comenzó recordando sus anteriores visitas: como primera dama en dos mil cuatro y como legisladora en mil novecientos noventa y cinco. Rápidamente pasó a enaltecer la figura del padre Mugica. “Es un símbolo”, dijo y explicó: “dio la vida, pero otros se la quitaron”.
A la par, en una mezcla de cholulismo y orgullo, Mirta Ochoa se quejó ante Marcos Morales. No alcanzó a verla. Un bombo con la estampa de Carlos, batía el parche a cada respiración de la presidenta. Un redoblante acompañaba, repiqueteando.
Cristina habló de los setenta. La militancia social y política de Mugica. Subrayó esto: la opción política de Carlos. Instó a la necesidad de organizarse. Cristina reconoció tácitamente a la Unión de Vecinos al decir que se encontraba en un lugar que se estaba “organizando” y “urbanizando”. Nombró esa palabrita: urbanización. Un triunfo para tantos anónimos que lo esperaban. Término de musicalidad extravagante, aunque alimentador de quimeras.
Reconoció Cristina, por último: “Siempre va a faltar, mientras haya un pobre en la patria”, versión similar a una memorable frase que había lanzado en los días de la crisis del campo: “Mientras haya un pobre en la patria, no habrá victoria definitiva en la Argentina”. También ella cargaba combustible al tanque de la esperanza.
Ni bien concluyó, estalló la fiesta popular. Rondas de charangos, sikus y pasos improvisados entonaron la marcha peronista. Muchos se plegaron. Incluso aquellos que siempre reprimieron ese honor por palpar la popularidad de esa letra igualitaria.
Hugo Tena, viejo erpiano, la supo silbar íntegra en el secreto de saberse a solas ¿cómo negarse ese día? esos altos y bajos que tiene el ritmo, esa letra profunda y hermosa que llega a la cima cuando retumba en los bombos el estribillo PerónPerón. Justo eso era lo que Tena y tantos reprimían. Ese día, se permitieron una licencia a la conciencia.
También se mandó, cuando vio la ronda, Sabina Bolívar, quien había llegado justo a la hora del discurso de Cristina en representación de Los Condenados.
–No soy peronista –expresaría luego en diálogo telefónico con Ciro –Pero la marchita tiene un no sé qué. Me encanta sentirla en las movilizaciones cuando la entona el pueblo. Cuando agitan los militantes. Cómo se nota el fervor, la pasión de un sentimiento. Esos dedos en “v” que van y vienen como latigazos. La postura corporal que se agazapa para llegar al estallido y transformarse en salto ahí en el Perón Perón que grande sos. No puedo explicarlo bien, porque me encantaría poder vivirla. De alguna manera, a través de ellos, la siento. Si, aunque sea, diría Evá Evá la gran mujer, por ejemplo, ay cómo la cantaría. ¡Cómo gritaría ese himno!
Ese mediodía, las cincuenta personas que danzaban la marcha peronista con pasos andinos, imploraron la realidad de una meta cada vez más cercana.
Cristina había anunciado la instalación de un Centro de Asistencia Jurídica y un polo informático. Su presencia constituía una piedra fundamental histórica.
… Cristina, conocedora, como nadie, de gestos y sutilezas, se pronunció militante de la urbanización, aún sin haberlo expresado de ese modo. Ella lo sabía, hay silencios, miradas, quizá una sola palabra que formula más que cien discursos de atildados académicos.
Sabina preguntó a una señora entradísima en años.
–Doña, es guapa la presidenta ¿no?
La mujer contestó rutilante.
–No sé si es guapa lo que sí sé es que es una buena persona. Eso es lo importante, querida. Yo no entiendo mucho de la política… pero, mirá, ¿queré que te diga una cosa? Hay una vecina paraguayita que tiene un montón de pibe, que ahora puede darles la copa de leche por la tarjetita esa, la universal… y no se la dio ningún puntero…lo ordenó ella, la señora…”
Fuente:TupacamariaporDemianKonfino
MÚSICA
14-05-2011
Más de 80 grupos protagonizarán el ciclo "Música x la Identidad"
Se dará comienzo al ciclo “Música x la Identidad – Mar del Plata 2011” este domingo desde las 14 en la Plaza San Martín con el objetivo de concientizar y difundir la búsqueda de los casi 400 nietos que faltan recuperar, apropiados en la última Dictadura argentina.
Een el espacio público de la Plaza San Martín (San Martín e Yrigoyen), se dará el inicio del Ciclo “Música x la identidad – Mar del Plata 2011” con la llamada del grupo de tambores “Mano ahí”. Varias expresiones artísticas y grupos musicales de todos los géneros se suman al objetivo de Abuelas: concientizar y difundir la búsqueda de los nietos que faltan recuperar, apropiados en la última Dictadura argentina.
La apertura oficial se realizará cerca de las 17 a cargo de la Comisión organizadora y Abuelas de Plaza de Mayo, filial Mar del Plata.
“Música x la Identidad – Mar del Plata 2011” contará con 9 jornadas en los espacios culturales más representativos de la ciudad y la participación de más de 80 grupos confirmados de todos los géneros musicales. El cierre especial del domingo 29 de mayo, contará con la presencia de la prestigiosa canta-autora Liliana Herrero.
Las sedes donde se desarrollará el ciclo serán el Teatro Municipal Colón, el Teatro Radio City, el Teatro Auditórium y el espacio público de la plaza San Martín, en el centro marplatense. El costo de las entradas en los teatros será de $5.
Fuente:0223.com
POESÍA
CONVOCATORIA
Convoco a los que todos los días se levantan
y salen a yugarla por migajas que no alcanzan,
a que se rebelen.
Convoco a los que todos los días vacilan en ir o no ir
al templo que envejece los corazones.
Convoco a los que caminan sin rumbo en una tarde cualquiera,
buscando una razón.
Convoco a los pacíficos que no están cumpliendo con su deber
a pesar de sus buenas intenciones.
Convoco a los que no comen lo suficiente ni se abrigan lo necesario
y tienen sed torrencial.
Convoco a los pequeños de ambiciones que dejan a los demás
ambicionar más de la cuenta.
Los convoco a dar vuelta el pulóver, a pegarle al prepotente
y a escupir en la cara a los que no han sido convocados.
Los convoco a romper lo que no sirve,
a perpetrar los robos necesarios,
y a recuperar lo perdido.
Los convoco a cagarse en el miedo y patear las puertas
donde encerrados están los condenados.
Los convoco a abrir las cárceles a ventilar las tumbas
y a levantar las calaveras de los hermanos heridos de muerte.
Los convoco a abrazarse en las plazas del país, a escribir los muros,
y a fusilar a los fusiladores.
Los convoco a no atar nada, sino a despedazar las cadenas.
Los convoco a agitar banderas y colores
y correr liberados por las calles y por los campos húmedos de rocío.
Los convoco a ser sinceros, a putear a los hijos de puta,
a desobedecer al tirano, a amar sin límites y a odiar.
Y si, a ésa convocatoria por impolítica no concurre nadie,
¡Mala leche! Quedan entonces convocados al entierro de la vida
del que tuvo ésta pésima idea.
Sí a ésta convocatoria vienen algunos, pero no todos los convocados,
no importa, en la próxima seremos más.
Y, si a ésta convocatoria, vienen todos los convocados,
la cordura habrá invadido en Revolución nuestro país para siempre.
Eduardo "Carlon" Pereyra Rossi
Nota:Las fuentes de las fotos son tomadas de la Web.
No hay comentarios:
Publicar un comentario