Entrevista a daniel hendler, autor de la guerrilla invisible
“Las acciones de las FAL eran precisas, audaces y científicas”
Publicado el 16 de Mayo de 2011
Por Franco Mizrahi
El periodista rearma el enorme e intrincado rompecabezas que representaron las Fuerzas Argentinas de Liberación en las décadas de los ’60 y ’70. Recorre su modus operandi desde su nacimiento hasta su desaparición.
Las Fuerzas Argentinas de Liberación (FAL) fue una organización guerrillera que actuó en las turbulentas décadas del ’60 y ’70 en la Argentina. Realizó acciones revolucionarias inéditas para la época, pero su historia no fue conocida. Ariel Hendler, periodista y psicólogo, se interesó en ella y escribió el primer libro sobre esta fuerza que pasó desapercibida para la historia argentina: La guerrilla invisible. De acuerdo al investigador, las FAL fue vanguardista en lo que respecta a las organizaciones de su tipo: “Tiene todos los records Guinness imaginables”, aseguró en una entrevista con Tiempo Argentino. Entre aquellos “logros” se destacan: haber sido la primera guerrilla urbana en atacar de manera contundente una base militar en el país; haber tenido entre sus filas al primer militante detenido – desaparecido de la lucha armada; y haber secuestrado por primera vez a un funcionario extranjero para exigir la libertad de sus compañeros, entre otras cuestiones.
–¿Por qué cree que nunca se escribió un libro sobre esa organización vanguardista y revolucionaria?
–Hay varias respuestas posibles. Una es la dificultad que implicaba, al no existir una revista de la organización que sirviese como guía. En Montoneros, por ejemplo, está la colección de El Descamisado. De las FAL no hay nada. Pocos conocen su existencia.
–Una organización muy atomizada y con puntos por donde podía ser abordada.
–Sí. Hay un informe de inteligencia que dice: “Fue la primera organización insurreccional que protagonizó operaciones armadas de envergadura contra unidades de las Fuerzas Armadas.” Lo dice por la incursión de las FAL en Campo de Mayo, en 1969, sin saber que siete años antes había hecho el ataque al Instituto Geográfico Militar. Ese fue el primer acto de guerrilla contra una unidad militar y fue el primer acto de guerrilla urbana, un año antes que el Policlínico Bancario, que suele ser considerado el primero.
–¿Por qué la Central de Inteligencia cita sólo el de Campo de Mayo?
–Habla del que fue reivindicado. Pero fue reivindicado porque fracasó. Eso es lo curioso. Si no, probablemente la organización sin nombre hubiese seguido manteniéndose en secreto todo el tiempo que hubiese podido. Ese era su objetivo. En ese hecho no hubiera podido mantener el anonimato. Y en esa época comenzaron los contactos con otras organizaciones. Cuando asaltaron el Instituto Geográfico Militar, sus militantes tenían 21 años en promedio y se abstuvieron de reivindicar el hecho, exitoso, para poder seguir existiendo en el secreto más absoluto. Nadie se enteró de que ese hecho fue realizado por ellos hasta este libro.
–Volviendo a Campo de Mayo…
–Al fracasar el ataque, sabían que iban a llegar a ellos –por una pista que dejaron involuntariamente. En ese momento decidieron convertir un operativo de acumulación fallido en un objetivo de propaganda armada exitoso. En principio, lo reivindicaron sólo al interior de los distintos grupos armados.
–¿El primer documento que difunde la organización es el secuestro al cónsul paraguayo Waldemar Sánchez?
–Sí. Ese también fue otro “hito”, en marzo de 1970. Fue el primer secuestro de un diplomático para pedir liberar y legalizar compañeros secuestrados. Este hecho inspiró la novela El Cónsul honorario, de Graham Greene, y no, como sostiene otra versión, el secuestro de un cónsul inglés por parte del ERP. En ese documento se reivindicó públicamente el caso de Campo de Mayo. En el segundo comunicado cuentan todos los actos que hicieron. Pero la aparición pública fue forzada.
–En el caso del cónsul piden por dos compañeros…
–Sí, uno de ellos fue el primer detenido-desaparecido de la lucha armada: Felipe Vallese, que era un militante sindical.
–¿Cómo fue ese hecho?
–Las FAL estaba preparando vehículos para realizar un operativo financiero: el asalto a un vagón postal. Para eso, camuflaron dos camionetas, en Luján, como si fueran de la Aeronáutica. Eso lo hacía el militante Carlos Della Nave. Alejandro Rodolfo Baldú iba a controlar cada tanto. Pero los vecinos comenzaron a sospechar porque veían movimientos raros y alertaron a la policía. Así es como detienen en el galpón a Carlos Della Nave y lo empiezan a torturar ahí mismo con la batería de uno de los coches. Y se lo llevan detenido. Esa misma tarde llega Baldú le hacen una ratonera y cae preso. Todo indica que Della Nave murió en la tortura. Jamás hubo pistas certeras de qué pasó con él –eso fue en el ’70–. Justamente, el hecho de que Baldú y Della Nave hayan sido detenidos en forma ilegal motiva el secuestro del cónsul para exigir su liberación. Decidieron liberarlo para dejar en claro que ellos eran más humanitarios que los dictadores Juan Carlos Onganía y el paraguayo Alfredo Stroessner.
–¿Cómo caracteriza a las FAL?
–Como un mosaico de todas las tendencias revolucionarias de la época, confluyendo en una misma organización. Eso fue lo que los llevó a su atomización. Nunca lograron establecer una línea política común. Había tres líneas fuertes en su interior: la del PCR; la del grupo original, que era marxista leninista pura; y la línea de la brigada Masseti, que es la más ecuménica, en la que confluyen el peronismo de izquierda, el catolicismo y el guevarismo.
–Eran perfeccionistas en sus acciones…
–Las primeras operaciones de las FAL eran precisas, audaces y científicas, el ideal de toda organización. El tema es que no siempre lo pudieron llevar a la práctica. El caso del Banco de Liniers era una operación perfectamente planeada pero el comandante de la operación, Villa, la descarta porque tenía una personalidad cada vez más paranoica –de hecho, termina internado en un psiquiátrico. Esto entra con la manía de perfección que tenía la organización hasta que llega un punto en que se confunden la manía perfeccionista con la enfermedad paranoica de su jefe. Esto fue así hasta la rebelión interna que saca a Villa de la conducción. Recién entonces realizaron la operación en el banco. Siempre su idea fue no generar enfrentamientos para evitar bajas, tanto en sus filas como en el bando enemigo.
–¿Cuándo se puede fechar el nacimiento de las FAL?
–La organización original, a fines de 1960, pero sin ese nombre. Con el nombre FAL, cuando hacen los primeros comunicados para exigir la liberalización de un compañero a fines de marzo del ’70. En el medio, en el año 1968, ya había miles de células pequeñas que estaban en el mismo proceso, creciendo de manera silenciosa. Las FAL fue una de las organizaciones que se hicieron conocer entonces públicamente y la que, hasta 1969, tenía el crecimiento más grande y las operaciones más audaces.
–¿Cómo era su funcionamiento?
–Las FAL funcionaban como una coordinadora de organizaciones. Al mismo tiempo, intentaban elaborar una línea política en común, pero no lo consiguieron y se atomizaron. Otra característica del grupo originario era que casi todos eran visitadores médicos. En otro grupo de esta organización heterogénea, el de los Zárate, había muchos que eran médicos o estudiantes de Medicina. De hecho, el contacto entre ellos se produjo porque algunos de los visitadores médicos visitaban el Policlínico de Lanús, donde el líder de uno de estos grupos, Luis María Aguirre, trabajaba como médico. Ahí es donde se generó el contacto.
–¿Y cómo es que esta fuerza “vanguardista” termina disolviéndose?
–Lo que podría haber sido la mayor virtud de las FAL se convirtió en la causa de su disolución: su heterogeneidad, su atomización. Porque las FAL, al tener esta amplitud tan grande, podrían haber sido a lo mejor el aglutinante de todos los grupos armados. Todos los grupos armados podrían haber coincidido en un frente. En realidad, todas las organizaciones armadas se proponían una unión que nunca pudo darse ni remotamente. Por todo esto, las FAL son como un botón de muestra de todo aquello que sucedía en las organizaciones guerrilleras de la época. Por eso es tan interesante su estudio.
Fuente:TiempoArgentino
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