8 de septiembre de 2011

PARANÁ: Hubo pocos aportes de los testigos en el juicio por robo de bebés en la dictadura.

Hubo pocos aportes de los testigos en el juicio por robo de bebés en la dictadura
En la séptima jornada se escucharon seis testimonios que dijeron desconocer los delitos que se investigan. Sin embargo, tres de ellos, entre los cuales se encuentra un militar, admitieron que oyeron comentarios al respecto. Volverán a revisar a Costanzo.

Fuente: Infografías UNO/Ayelén Morales
En la séptima jornada del juicio por robo de bebés, que se desarrolla desde el 24 de agosto en Paraná, declararon seis testigos que no aportaron datos sobre los delitos que se investigan: la sustracción y sustitución de identidad de los hijos mellizos de la detenida-desparecida Raquel Negro. Sin embargo, tres de ellos admitieron que escucharon comentarios sobre el parto de una mujer detenida que había tenido mellizos en el Hospital Militar.

Entre esos tres testigos se encuentra un militar que durante la dictadura se desempeñaba como preparador de laboratorio en el nosocomio de avenida Ejército. Él reconoció haber escuchado el comentario sobre aquellos acontecimientos, pero dijo no haber visto nada. Su insistencia en remarcar su desconocimiento de los hechos motivó que la abogada querellante Ana Oberlin le preguntara si fue amenazado antes de la audiencia. Su respuesta fue negativa.

La primera en declarar fue una instrumentadora quirúrgica del Hospital Militar, quien aseguró que sigue el caso “por televisión” y que le da “mucha lástima esa chica que anda buscando al hermanito”. Sin embargo dijo que no tiene conocimiento del nacimiento de los bebés en ese nosocomio ni de su internación en Terapia Intensiva.

Además declaró un médico pediatra que detalló cómo era el funcionamiento del área de Neonatología del Instituto Privado de Pediatría (IPP), donde se desempeñó desde mayo de 1978. Dijo desconocer la internación de los hijos de Raquel Negro en esa institución –derivados del Hospital Militar– en marzo de ese año.

Luego fue el turno de una empleada –los nombres se preservan por razones de seguridad– que se desempeñaba en el consultorio externo de Ginecología del hospital y que negó haberse enterado del parto de Raquel Negro, ni directamente ni por intermedio de terceros. La mujer defendió a la institución del Ejército: "Nunca vi nada, ningún movimiento raro de custodia, nunca", dijo. Y agregó: "Todos los internados, que yo sepa, estaban bien registrados, bien atendidos, tenían una atención muy buena".

Le siguió una enfermera de Terapia Intensiva del nosocomio, que aseguró no haber tenido contacto con los bebés cuando fueron internados en ese servicio, pero sí que algunos de sus compañeros le contaron sobre lo sucedido: "Recuerdo por comentarios que habían dicho que nacieron dos mellizos que estaban delicados de salud y que estuvieron unas horas y que fueron derivados al Sanatorio del Niño. Eran un varón y una mujer, todo por comentarios". No supo decir quiénes los atendieron, ni quién los recibió, ni quién los derivó.

Finalmente, otra ex empleada que al momento de los hechos trabajaba en consultorios externos del noscomio, también manifestó escuetamente haberse enterado, sólo por lo dicho de boca en boca, de una mujer detenida que tuvo familia en marzo de 1978.

Volverán a revisar a Constanzo
En la continuidad del juicio por la sustracción y sustitución de identidad de bebés durante la última dictadura cívio militar, el Tribunal Oral Federal dispuso que el médico del Tribunal Oral 2 de Rosario corrobore nuevamente el estado de salud del represor Eduardo Costanzo.

El ex integrante del Grupo de Tareas de Rosario había dado detalles sobre el operativo de traslado de la detenida desaparecida Raquel Negro hasta el Hospital Militar de Paraná, y había mencionado que los ex militares e imputados en la causa Walter Pagano y Juan Amelong habían dejado a uno de los hijos de Negro -Sabrina Gullino, cuya identidad fue restituida tres décadas después- en la puerta de un convento de Rosario.

Si Costanzo, quien padece diverticulitis aguda y fue agente de inteligencia del Ejército, está en condiciones de declarar, se fijará fecha para la audiencia ante el TOF en la capital entrerriana.

El ex integrante de uno de los Grupos de Tareas durante la dictadura cívico militar había manifestado que a Raquel Negro "la internan en el Hospital de Paraná como sobrina de Galtieri, en una habitación con dos camas, aislada del resto, y uno de nosotros de custodia las 24 horas. Cuando tuvo los mellizos, uno había nacido muerto, y quedó una nena que Pagano y Amelong dejaron en un convento. La noche que los mataron a los 14 en La Intermedia, la habían traído a ella de Santa Fe en el baúl de un Peugeot 504, totalmente desnuda".

Además, dio detalles de la "Operación México". "Valenzuela -esposo de Raquel Negro y padre de los mellizos desaparecidos- pactó una reunión con Vaca Narvaja y Firmenich, y los iba a entregar allá a Fariña, Amelong y Cabrera. Cuando llegan, dejan a Valenzuela libre para que vaya a la reunión, pero (se fugó) fue a un diario y denunció que los militares estaban matando montoneros en México y se armó el gran revuelo".

Están procesados por el delito de sustracción y sustitución de identidad en perjuicio de los hijos de Raquel Negro y del también detenido desaparecido Tulio Valenzuela, el médico Juan Antonio Zaccaría, y los ex militares integrantes del Destacamento de Inteligencia 121 de Rosario Pascual Guerrieri, Juan Amelong, Jorge Fariña, Héctor González y Walter Pagano.








Fuente:DiarioUno


08/09/2011
Un médico que trabajó en la guardia especificó el funcionamiento del Instituto de Pediatría
Hoy habrá nuevas testimoniales en el juicio por delitos de lesa humanidad cometidos en Paraná
Son seis los represores imputados en la Causa Hospital Militar.
El Tribunal Oral Federal de Paraná escuchará este jueves nuevas declaraciones de especialistas que cumplieron funciones en el Hospital Militar y en el Instituto de Pediatría, cuando Sabrina Gullino y su hermano mellizo nacieron en cautiverio. En la jornada de ayer, José María Demartini, quien trabajó en el laboratorio del nosocomio, reconoció conocer los hechos “por comentarios, de boca en boca”. Incluso sostuvo que no tomó contacto con Raquel Negro: “Nunca supe si había una embarazada o era una persona obesa, a mí no se me notificaba, sólo sabía que era un paciente”, deslizó. Por su parte, el médico Alfredo Sors aclaró que se sumó a la guardia del Instituto en mayo de 1978, tiempo después de que habrían sido dados de alta los hijos de la detenida-desaparecida. Además, dio detalles sobre el funcionamiento del centro de salud, confirmó que recibían pacientes del hospital castrense y reafirmó que hubiese sido “un hecho inusual” la internación de dos menores sin registrar. Durante la audiencia también se presentaron cuatro enfermeras.
Por Betiana Spadillero Gaioli
La etapa de producción de prueba comenzó la semana pasada con las declaraciones de Sabrina Gullino –quien recuperó su identidad en 2008- y de su hermano Sebastián Álvarez, ambos querellantes en la causa. En cuanto a la situación del represor Eduardo Tucu Constanzo, el Tribunal recordó que se esperaba una mejoría para esta semana, por lo que se dispondrá que un médico de Justicia Federal de Rosario vuelva a visitarlo en su domicilio para constatar su estado de salud y analizar la posibilidad de que comparezca en fecha a determinar.

Por delitos de lesa humanidad están imputados Juan Antonio Zaccaría, y los ex integrantes del Destacamento de Inteligencia 121 de Rosario, Pascual Guerrieri, Juan Amelong, Jorge Fariña, Héctor González y Walter Pagano.

Los militares retirados son representados por el defensor Oficial Mario Franchi, y el anestesista por el abogado Humberto Franchi. En tanto, por el Ministerio Público Fiscal están José Ignacio Candioti y Marina Herbel. Por las querellas Álvaro Baella y Ana Oberlin; Florencia Amore y Álvaro Piérola; y Lucas Ciarnela.

Una instrumentadora dijo desconocer sobre la permanencia de detenidos políticos
“Entré en el ‘69 a trabajar en el quirófano del hospital porque soy instrumentadora. Todos los años de trabajo en el quirófano fueron iguales, estaba de 7 a 13 y luego hacía una semana pasiva”, explicó la profesional. A su vez, remarcó que desempeñaba funciones a “casi una cuadra de la maternidad” -para lo cual detalló la disposición de las salas en el nosocomio- y que no participaba en partos, “salvo que sea una cesárea”.

Interrogada por las partes querellantes la testigo sostuvo que no vio a nadie que fuese detenido en esa época: “La única persona que conocí que estaba por cuestiones políticas fue un ex funcionario, pero fue antes de 1978”, aclaró. También manifestó que “algunos profesionales vivían en el nosocomio”, pero descartó que haya sido la situación de Zaccaría.

Respecto de la declaración de una de las enfermeras que mencionó que colaboró con la atención de los mellizos, la profesional negó haber tomado conocimiento del nacimiento de los hijos de Negro.

Paso seguido, interpelada por la defensa, la mujer refirió a los médicos que estaban a cargo de los partos en 1978: “Me acuerdo de dos, han pasado más de 30 años. Yo me acuerdo de (Jorge) Cantaberta y (Miguel) Bottero Brollo”, apuntó, pero señaló que no recordaba los nombres de los pediatras de entonces, así como quién era el encargado de derivar a los pacientes de Terapia Intensiva.

Ante las respuestas inconsistentes de la deponente, el Tribunal le recordó que prestó juramento y que podría caer en la figura de falso testimonio: “Sé del caso, lo sigo por televisión y me da mucha pena la chica que está buscando al hermanito. Pero es todo lo que recuerdo”, enfatizó.


Demartini: “Nunca supe si era embarazada u obesa”
Según el testigo, todos los pacientes que ingresaban al hospital eran registrados, por lo que aseguró que no supo sobre personas internadas en forma ilegal.

“Vine desde Comodoro Rivadavia en el ‘77 hasta el ‘78 y estuve destinado en el laboratorio del Hospital Militar”, indicó Demartini, quien subrayó que no le “competían” esos datos: “Siempre saqué sangre a los pacientes normales. Francamente nunca supe si había una embarazada o era una persona obesa, a mí no se me notificaba, sólo sabía que era un paciente”.

Sin embargo, admitió que supo “por comentarios, de boca en boca” sobre el nacimiento de los mellizos y que “llamó la atención que uno de ellos había fallecido”, aunque no supo qué pasó con el menor. “Era raro que haya parturientas en el hospital, no se acostumbraba”, precisó. Y negó en forma contundente saber dónde estuvieron alojados ni cuál fue su destino.

En ese contexto, la parte querellante le preguntó si recibió amenazas y le recordó que estaba bajo juramento. Frente a lo cual confirmó que sus tareas eran limitadas en el centro de salud, donde se investiga el funcionamiento de una maternidad clandestina durante la última dictadura cívico-militar.

Declaró un médico que trabajó en el Instituto de Pediatría
Sors comenzó su declaración poniendo sobre la mesa que se desempeñó en la guardia del Instituto de Pediatría desde “mayo del ‘78”, cuando tenía 26 años, de modo que no intervino en la atención de los niños. "Creo que por todo lo dicho, no estaba en esa época desempeñando funciones", asentó.

El especialista aludió en forma extensa al funcionamiento del centro de salud, puntualmente, sobre las registraciones de los pacientes indicó: “Es muy difícil decirlo, porque la parte administrativa no la trataba prácticamente nunca. Lo que sí era normal era que se anote el nombre del pacientito, la obra social”. De todos modos, señaló que en “urgencias a veces esos datos no se tenían en cuenta”, porque “lo importante” era la vida del bebé. “De eso se terminaba de encargar la parte administrativa”, insistió.

“Después de mayo puedo asegurar que atendíamos a niños que ingresaban del Hospital Militar, aunque no era lo más frecuente”, certificó, y nombró los centros privados desde los cuales solían ingresar menores en esa época. Igualmente, reconoció que hubiese sido “un hecho inusual” la internación de dos mellizos sin registrar, y entendió que si uno de ellos tenía una cardiopatía congénita debía ser derivado a centros especializados en Córdoba o Capital Federal.

Afirmaron que “se atendía solamente al personal militar”
Una enfermera que “era empleada civil del Ejército” y cumplía funciones en consultorios externos manifestó que jamás se enteró del nacimiento de los hijos de Negro y Edgar Tulio Valenzuela. Asimismo, sostuvo que mientras trabajaba en obstetricia, como auxiliar de Bottero Brollo, los partos solían estar programados y cada paciente tenía una historia clínica. Y aclaró que “el doctor Cantaberta tenía su partera”.

“Se atendía solamente al personal militar y su familia. De otra cosa, no sé, no la conozco, nada”, sentenció ante el Tribunal Federal. En esa línea, negó haber visto algún “movimiento raro” en el nosocomio: “Todos los pacientes estaban bien registrados, bien atendidos”, contrapuso.

Por último, dijo que conoció a Paul Navone en 1985, cuando fue al Segundo Cuerpo del Ejército de Rosario.

Enfermeras reiteraron que supieron del parto “por comentarios”
Tras un cuarto intermedio comparecieron dos enfermeras. Una de ellas estuvo en Terapia Intensiva y recibía órdenes del “médico de turno”. También confirmó que Zaccaría era el jefe de área, por lo que supuso que “era el que daba el ingreso y alta”.

En coincidencia con otros ex profesionales de la salud, refirió conocer del caso “por comentarios”. Al respecto, compartió: “Habían dicho que nacieron mellizos, que estaban delicados de salud, que estuvieron unas horas y fueron derivados al Sanatorio del Niño. Me dijeron que el nene estaba más delicado y como nosotros no teníamos adaptada la Terapia, lo llevaron”.

La testigo aseveró que no conoció a la madre de los bebés y que sobre ella no escuchó rumor alguno. “Recuerdo que llegué y me hicieron el comentario, pero no recuerdo el turno”, abundó, y corroboró que los menores nacieron en el nosocomio. Tampoco pudo establecer si había aumentado la presencia militar en la fecha que dio a luz Negro.

Finalmente, en su breve declaración, otra enfermera confió que le llegó la novedad del parto “por comentarios”, pero no amplió lo detallado en la etapa instructoria. De hecho, hubo datos que no mencionó y el Ministerio Público Fiscal debió leer su testimonial de entonces.

Los hechos que se investigan en la causa
La causa tuvo su inicio en la denuncia realizada el 18 de mayo de 2005 por el entonces coordinador del Registro Único de la Verdad, Guillermo Germano. En la presentación hizo referencia a dos clases de hechos: la internación de mujeres en estado de gravidez en el Hospital Militar de Paraná, quienes se hallaban privadas ilegítimamente de su libertad; y el asesinato y entierro clandestinos de personas en el Escuadrón Comunicaciones

En ese contexto, se investiga la apropiación de los hijos de Negro, quien fue detenida ilegalmente al igual que su pareja Edgar Tulio Valenzuela y su hijo menor Sebastián Álvarez, el 2 de enero de 1978 en Mar del Plata. La mujer fue trasladada desde la Quinta de Funes en Rosario hasta el nosocomio castrense, donde dio a luz a los mellizos.
Foto: ANALISIS DIGITAL
Fuente:AnalisisDigital




07/09/2011
Juicio por robo de bebés en Paraná
“Se atendían niños que venían procedentes del Hospital Militar”
En Paraná, como en todo el país, siguen los juicios contra ex represores.
El médico pediatra Alfredo Sors, quien en mayo de 1978 ingresó a trabajar en el Instituto de Pediatría de Paraná (IPP), reconoció que en ese centro asistencial ingresaban bebés provenientes del nosocomio militar local.

“Puedo asegurar que, después de mayo del `78, atendíamos a niños que ingresaban desde el Hospital Militar y de otros centros privados", afirmó el profesional durante la séptima jornada del juicio oral y público que investiga el funcionamiento de una maternidad clandestina en el hospital militar de la capital entrerriana.

En la causa se investiga la sustracción y sustitución de identidad de los hijos mellizos de la detenida-desaparecida Raquel Negro, nacidos en el hospital militar local en 1978 luego de que trasladasen a su madre desde el centro de detención clandestino conocido como Quinta de Funes, ubicado a pocos kilómetros de Rosario.

En su declaración, Sors sostuvo que hubiese sido un hecho inusual la internación de los mellizos de Raquel Negro sin un debido registro administrativo en el IPP, y opinó que si el varón de los mellizos padecía una cardiopatía congénita, como declararon otros médicos y enfermeras, debió haber sido derivado a centros especializados de Córdoba o de la Capital Federal, de mayor complejidad.

El médico aclaró que ingresó al IPP en mayo del `78 y que no intervino en la atención de los mellizos, uno de los cuales, Sabrina Gullino, recuperó su identidad en 2008.

Durante la jornada de este miércoles también declararon cuatro enfermeras del hospital militar, una de las cuales dijo no haber tenido "ninguna noticia" del nacimiento de los bebés en ese lugar.

También dieron su versión una instrumentista y un laboratorista, que admitieron conocer "por el boca en boca" el nacimiento de los mellizos de Raquel Negro en ese nosocomio castrense durante la última dictadura militar.

Por otra parte, el Tribunal Federal local dispuso que un médico del Tribunal Oral 2 de Rosario verifique el estado de salud del represor Eduardo Costanzo, quien no se presentó a declarar la semana pasada a causa de estar afectado por un problema de salud.

Constanzo, ex integrante de un grupo de tareas de Rosario, fue quien dio los detalles sobre el operativo de traslado de la detenida desaparecida Raquel Negro hasta el Hospital Militar de Paraná.

Según el represor, la mujer fue trasladada desde el centro de detención ilegal conocido como Quinta de Funes, cerca de Rosario, hasta el hospital militar de Paraná, donde dio a luz a mellizos.

Constanzo declaró que, tras el parto, la niña fue dejada en un asilo de huérfanos de Rosario, desde donde fue entregada a la justicia y dada en adopción legal a un matrimonio. Esta niña, anotada como Sabrina Gullino, recuperó su identidad en el año 2008.

Según la declaración de Constanzo, después del parto, Raquel Negro fue ejecutada por el jefe del batallón de inteligencia 122 de Rosario, Paúl Navone, quien también se apropió del mellizo varón de la detenida-desaparecida.

Constanzo también dio detalles de la "Operación México", en la que la pareja de Raquel Negro y padre de los mellizos, Tulio Valenzuela, fue trasladado a ese país para entregar a la cúpula de la organización Montoneros al gobierno militar.

Valenzuela logró escaparse del grupo de militares con los que viajó a México y denunció públicamente la operación.

En la causa del Hospital Militar están procesados, por el delito de sustracción y sustitución de identidad de los hijos de Negro y de Valenzuela, el médico Juan Antonio Zaccaría, y los ex militares integrantes del Destacamento de Inteligencia 121 de Rosario Pascual Guerrieri, Juan Amelong, Jorge Fariña, Héctor González y Walter Pagano.
Fuente: Télam | Foto: Gustavo Vaccalluzzo
Fuente:RedaccionRosario

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