Otro patotero de la CNU que vive del Estado
Año 4. Edición número 179. Domingo 23 de octubre de 2011
Por Daniel Cecchini y Alberto Elizalde Leal
Gustavo Fernández Supera (a) El Misto trabaja en el Archivo General de la Nación.
Quienes se lo cruzan en las dependencias del Archivo General de La Nación, en Leandro N. Alem 246, y no conocen su pasado suelen definirlo como un tipo amable, de buen trato y propenso a hablar de las alegrías y tristezas - más de éstas de que aquellas en los últimos tiempos - que le ocasiona el club de sus amores, Gimnasia y Esgrima de La Plata. Esa es la imagen que ofrece al mundo Gustavo Guillermo Fernández Supera (a) El Misto, otrora temible pistolero de la patota de la Concentración Nacional Universitaria (CNU), quien en lugar de estar respondiendo ante la Justicia por los crímenes de lesa humanidad cometidos por esa banda parapolicial no sólo sigue en libertad sino que cobra un salario pagado por el Estado argentino.
Lejos de la ciudad de La Plata, donde su nombre está indisolublemente asociado a los de Carlos Ernesto Castillo (a) El Indio, Juan José Pomares (a) Pipi, Ricardo Calvo (a) Richard y Antonio Jesús (a) Tony por su participación en aparato ilegal del terrorismo de Estado durante el gobierno provincial encabezado por el sindicalista de ultraderecha Victorio Calabró y los primeros meses de la dictadura iniciada en 1976, El Misto Fernández Supera se ha reciclado también en un pacífico ciudadano de la localidad de Olivos, donde preside una ONG vecinalista y conduce una agrupación peronista.
Empleado público. Algunos de los actuales compañeros de trabajo de Fernández Supera en el Archivo General de la Nación se sorprenden cuando se les habla de su pasado. "Es increíble, no puede ser la misma persona", dijo uno de ellos a Miradas al Sur. La única constante que parece haber en la existencia de El Misto es la de vivir a expensas del Estado. Su primer empleo público fue en el Registro de la Propiedad de la Provincia de Buenos Aires, que funcionaba en la sede del Ministerio de Economía bonaerense, en 7 entre 45 y 46 de La Plata. Allí, entre 1973 y 1975, su presencia no pasaba tan inadvertida como hoy en el Archivo. "Andaba siempre con Pomares, que también trabajaba ahí, y eran la encarnación del terror. Los recuerdo como si fuera hoy. Los dos iban vestidos con unos sobretodos oscuros que abrían deliberadamente para que todos pudiéramos ver que iban armados. Andaban por el ministerio como si fuera su casa, intimidando a la gente y apretando a los delegados. Fernández Supera era el que mandaba", relató a los autores de esta investigación una antigua empleada del Ministerio, hoy jubilada, que pidió que se mantuviera en reserva su nombre. "Allí trabajaba también su madre, María Esther Supera, una señora muy bien que estaba enloquecida por el comportamiento de su hijo y se lo reprochaba", agregó. "Me acuerdo que no podíamos andar solas por el Ministerio. Los compañeros nos tenían que acompañar al baño porque si íbamos solas esos dos nos, que sabían que éramos militantes, nos seguían y nos amenazaban o directamente nos pegaban", relató a Miradas al Sur otra ex empleada del Ministerio que militaba en la Juventud Trabajadora Peronista (JTP).
Por este accionar, la relación de Fernández Supera con su madre se deterioró al punto que El Misto se fue de su casa. Ello no fue obstáculo para que el 29 de abril de 1976, cuando fue detenido junto con otros integrantes de la patota por haberse largado a robar por la libre, diera la dirección de la casa materna, en 524 bis N° 1074, como domicilio. Lo mismo hizo uno de sus cómplices, Tony Jesús. Cuando la policía se presentó en la vivienda, María Esther Supera dijo que a Jesús no lo conocía, que su hijo no vivía allí desde hacía meses y que era un mentiroso.
La investigación de Miradas al Sur sobre el accionar de la CNU ubica a Gustavo Fernández Supera (a) El Misto como participante en decenas de secuestros y asesinatos cometidos por la banda, entre ellos los de Horacio Urrera, Jorge Ruda, Luisa Marta Córica, Carlos Scafide, Salvador De Laturi, Carlos Satich y Leonardo Miceli.
Vecino notable. Hoy Gustavo Fernández Supera asegura que nunca conoció al resto de los integrantes de la CNU, que nunca participó de sus acciones y que estuvo preso por oponerse a la dictadura. La mayoría de sus vecinos de la localidad de Olivos desconocen su pasado. Lo tienen como un vecino preocupado por la comunidad. El Misto ha construido cuidadosamente su imagen de buen vecino desde la conducción de la agrupación peronista La Scalabrini Ortiz (http://lascalabriniortiz.blogspot.com/) y desde la ONG Gestión del Puerto de Olivos. Viejo lobo disfrazado de cordero, con esa fachada hasta hoy ha logrado escapar a la acción de la justicia.
Fuente:MiradasalSur
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