16 de Mayo
El campamento de Cañadón Perdido, tierra del Eternauta
Por Franco Córdoba, enviado especial
El campamento de los Yacimientos Petrolíferos Fiscales de Cañadón Perdido tiene una curiosa historia y es la de ser parte de una historieta de uno de los guionistas más importantes que dio la Argentina, Héctor Oesterheld, el autor del célebre "Eternauta", que por la década del 40 llegó a las tierras del “oro negro”.
Oesterheld se desempeñó como geólogo en YPF, en la zona de Comodoro Rivadavia y Cañadón fue uno de los lugares que en una historia de ficción, fue contada a partir de un hecho real.
Un empleado de YPF llega a Cañadón Perdido y en el auto de la empresa, ante la pregunta del chofer, que le dice si ya había estado en el sur argentino, el protagonista le contesta que no y así comienza la historieta.
Tras el desarrollo de la historia, el geólogo de YPF que llega y se presenta en una oficina del campamento no era más que Héctor Oesterheld.
Este fanático de las historietas y graduado como geólogo, decide a partir de 1950 comenzar con la escritura de los guiones de historietas y relatos de aventuras.
El creador del “Eternauta” publicó sus historias o guiones en las revistas "Misterix", "Hora Cero", "Frontera", y sus personajes más conocidos son el Sargento Kirk, Bull Rocket, Ernie Pike, Sherlock Time y Mort Cinder.
Aunque “El Eternauta” fue la creación que le dio un lugar entre los maestros de la historieta, y le permitió se referente en el género, a partir de finales de los años 50.
A principios de la década del setenta, Oesterheld comenzó con la militancia política y el 27 de abril de 1977 fue secuestrado en la ciudad de La Plata.
Estuvo detenido en Campo de Mayo y en una cárcel clandestina de La Tablada, pero se cree que fue asesinado en Mercedes, aunque sus cuatro hijas están desaparecidas.
Fue uno de los pioneros entre los geólogos de YPF que llegaron a los campamentos centrales y de ahí trabajar en alrededores, como así uno de los mejores guionistas de las historietas, donde marcó un hito y se inmortalizó hasta nuestras épocas.
Fuente:Telam
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