Galvani estuvo detenido en Concordia y Gualeguaychú durante la dictadura
Ex preso político aportó datos sobre cómo se estructuró la represión ilegal en la provincia y la relación con el Uruguay
Dasso, Valentino y Rodríguez ampliarán sus indagatorias en la próxima audiencia. |
Se había ido a Salto alertado sobre los riesgos que corría por su militancia en la Juventud Peronista (JP); sin embargo, el vecino país no sólo no lo protegió, sino que además lo secuestró y torturó sistemáticamente.
A los pocos meses fue trasladado al Regimiento de Concordia, donde se legalizó su situación como preso político. Pasó además por los penales de Gualeguaychú y Coronda, y remarcó la golpiza feroz que recibieron durante el viaje en avión a la ciudad santafesina. A fines de 1977 fue liberado, pero antes mantuvo un encuentro con el general Juan Carlos Trimarco, quien le advirtió que “la próxima es un tiro en la cabeza”. Hubo otra detención ilegal, en 1979, pero las presiones de la sociedad civil lograron que su cautiverio durara unos 15 días.
Por Betiana Spadillero Gaioli,El ex preso político Hugo Alfredo Galvani declaró este miércoles ante el Tribunal Oral Federal de Paraná, para reconstruir los hechos que se produjeron en centros de detención de la provincia. En ese marco, relató que comenzó a militar en la Juventud Peronista (JP) antes de que las Fuerzas Armadas usurparan el poder del Estado, y que su privación ilegal de la libertad se produjo antes del golpe del 24 de marzo.
Frente a las advertencias sobre los riesgos que corría, se había trasladado a la República Oriental del Uruguay, donde pensó que estaría a salvo. No obstante, un operativo de las fuerzas conjuntas del vecino país lo secuestró a principios de 1976, cuando se encontraba en Salto. Tenía unos 20 años.
“Me detuvieron en la calle y me dejaron ir, pero al rato llegó una patota a la casa donde estaba. Me sacaron y me metieron dentro de una camioneta doble cabina, en el baúl. De ahí me llevaron al Regimiento de Salto”. Allí permaneció en un calabozo solo, durante aproximadamente dos meses. Nunca recibió explicaciones de su detención, solamente lo interrogaban y le mostraban fotos de personas conocidas. “Me preguntaban sobre la represa, los paros de la CTM (Comisión Técnica Mixta)”.
Mientras tanto, agentes del Ejército realizaron un allanamiento en el domicilio de sus padres en Concordia. “Los sacaron al patio y dieron vuelta la casa. Eran gente del Ejército, que actuaba bajo las órdenes de (Naldo Miguel) Dasso”, puntualizó el testigo. Y agregó que sus familiares y allegados no sabían su paradero, incluso, fueron hasta el Regimiento de Salto, “pero ellos siempre les negaron que estaba ahí”.
Sobre estos hechos se detuvo el abogado querellante Rubén Pagliotto, a fin de demostrar su relación con el Plan Cóndor, mediante el cual las cúpulas de las dictaduras del Cono Sur coordinaron operaciones en las décadas del ’70 y ’80. Esta coordinación se tradujo en el seguimiento, vigilancia, detención, interrogatorios con tortura, traslados entre países y desaparición o muerte de personas consideradas por dichos regímenes como “subversivas”.
Galvani describió luego que una madrugada lo sacaron del Regimiento de Salto, lo encapucharon y subieron a un vehículo “que se parecía” a los CTM. “Me trajeron al río, me dio mucho temor, pensé que me iban a tirar… Pero me cambiaron las esposas y me introdujeron en una lancha de CTM y me llevaron directamente al puerto de Concordia. Recuerdo que estaba Jorge Gamberale, un oficial de Prefectura. Fue el que participó del interrogatorio en el que me habían torturado”. Según precisó, durante su detención le daban palizas constantemente y sufrió torturas como la aplicación de submarinos: “Entre tres o cuatro personas me llegaron a golpear”, confió.
Una vez en territorio argentino, fue llevado a un lugar que no pudo reconocer, pero por las características que ofreció pudo ser la granja que pertenecía al predio del Ejército, lugar señalado por las víctimas como sitio de torturas. “Era una casa particular que estaba en las afueras. Algunas noches escuchaba gritos. Me seguían haciendo preguntas y una vez me gatillaron una pistola, pero no me golpearon. Me tuvieron ahí hasta que aparecí detenido legalmente en el Regimiento 6 de Caballería”, relató.
Estuvo junto con otros presos políticos en una de las cuadras del Regimiento concordiense; en total, eran unas “60 ó 70 personas”. Recordó a Echeverría (presidente del Banco Entre Ríos), Garamendi, Félix Román, Aníbal González (dirigente sindical de Salto Grande) y Jorge Bombicino. Allí estuvo casi 15 días. En una oportunidad, fue convocado por Dasso a su oficina, quien le comunicó su situación y le dijo que “primero estaba bajo el área del Ejército y que luego estaría a disposición del Ejecutivo”. Al respecto, comentó que el jefe del Área 225 no le ofreció explicaciones, sólo le manifestó que “estaba en la etapa de averiguación de antecedentes”.
Su cautiverio continuó en la Unidad Penal Nº2 de Gualeguaychú, donde mantuvo contacto con Juan José Durantini, entre otros presos políticos. El traslado se llevó a cabo en un colectivo. Eran unos 25 ó 30 hombres, algunos de los cuales "bajaron" en Concepción del Uruguay. Cuatro o cinco meses más tarde fueron llevados a la cárcel de Coronda, Santa Fe, en un procedimiento a cargo del Instituto Penal Federal.
“Nos llevaron al aeropuerto y nos subieron a un avión muy grande. Nos bajaron pegándonos, nos esposaron, pusieron una venda en los ojos y una capucha. Nos fueron torturando todo el viaje, nos sacaban las cosas de valor, nos golpeaban permanentemente, nos pateaban en el suelo… Había gente que tenía costillas quebradas, llegamos llenos de hematomas, fue un viaje muy duro”.
El testigo recuperó su libertad el 24 de diciembre de 1977. Desde Coronda, Galvani fue llevado al Comando de Paraná. “Me trajeron directamente a hablar con el general (Juan Carlos) Trimarco. Me dijo que me iban a dejar libre, pero que recuerde que ‘la próxima es un tiro en la cabeza’”.
La promesa de quien fuera comandante del II Cuerpo del Ejército estuvo próxima a cumplirse en 1979, cuando el testigo volvió a ser detenido. “Militaba en el Partido Intransigente (PI), estábamos en una reunión con un grupo de gente. Estuvimos bajo el área militar durante más de diez días. Nos llevaban e interrogaban en varias comisarías. Después nos fueron soltando, porque había mucha presión afuera. Fui el último en poder irme”, refirió.
La megacausa
El juicio oral y público reúne tres causas por delitos de lesa humanidad. En Concordia, las víctimas fueron los desaparecidos Sixto Francisco Salazar y Julio Alberto Solaga, además de Juan José Durantini -detenido entre el 24 de marzo y el 23 de noviembre de 1976. Está imputado el entonces jefe del Regimiento de Caballería de Tanques 6 Blandengues, Naldo Miguel Dasso.
En el expediente por delitos cometidos en Concepción del Uruguay, están imputados quien fuera jefe del Área de Defensa 223, Juan Miguel Valentino; el ex comisario de la Delegación de la Policía Federal, Francisco Crescenso; y el ex sargento de esa fuerza Julio César Rodríguez, alias el Moscardón Verde. El agente de Inteligencia Darío Massaferri se encuentra prófugo.
Mientras que por el Área Gualeguychú se investigan diversos crímenes, entre ellos las desapariciones de Oscar Alfredo Dezorzi y Norma Beatriz González. Están imputados Valentino; Dasso; Santiago Kelly del Moral, retirado del Ejército con el grado de teniente coronel; y los ex policías de la provincia Marcelo Pérez y Juan Carlos Mondragón.Represores sin condena
El ex ministro del Interior de la última dictadura, Albano Harguindeguy, falleció este lunes en Buenos Aires, semanas antes de que se establezca su responsabilidad en los hechos que se investigan. La Justicia deberá aplicar el artículo 59º del Código Penal, que prevé que la muerte del imputado es una de las causales que hacen extinguir la acción penal; y el artículo 336 del Código Procesal Penal de la Nación, que dispone el sobreseimiento cuando la acción penal se ha extinguido.
Otro de los represores que no estará en el banquillo de los acusados al cierre del debate oral y público es Ramón Genaro Díaz Bessone, retirado con el grado de general del Ejército. Durante el juicio se llevaron adelante estudios médicos que avalaron el pedido de la defensa de separarlo por razones de salud.Continuidad del proceso
Para el 7 de noviembre, desde las 12.30, está prevista la inspección judicial en el Escuadrón de Exploración de Caballería de Tanques Nº 2 y la Unidad Penal Nº 2. En tanto, el comienzo de los alegatos se fijó para el 28 de noviembre, con la exposición de las partes querellantes. Se anunció que con anterioridad ampliarán sus indagatorias los imputados Dasso, Valentino y Rodríguez.
El Ministerio Público Fiscal podrá exponer sus argumentos el 5 y 6 de diciembre. El turno de las defensas de los acusados será el 12 de diciembre. Se espera que el fallo del Tribunal Oral Federal se conozca antes que finalice el año.
FuentedeOrigen:AnalisisDigital
Fuente:Agnddhh
No hay comentarios:
Publicar un comentario