6 de mayo de 2013

VENEZUELA.

UNA CRISIS DIPLOMATICA CON VENEZUELA, ZANJADA EN 24 HORAS, FUE AGRANDADA POR MEDIOS Y POLITICOS EN PERU
La derecha los quiere ver peleados
Mientras el presidente Humala recibe presiones para tomar distancia de Maduro y de la Unasur, diputados de la derecha peruana apoyan a sus pares de la oposición venezolana.
Por Carlos Noriega
Desde Lima
Maduro dio una vuelta de página con Humala.Imagen: efe
El presidente venezolano Nicolás Maduro se apresuró en desactivar el conflicto diplomático que había abierto con Perú. Un día después de que acusara al canciller Rafael Roncagliolo de intervenir en los asuntos internos de Venezuela luego de que éste hiciera un llamado al “diálogo y la tolerancia” en ese país, y de que, como reacción a esas declaraciones, llamara a Caracas a su embajador en Lima, Maduro cambió el tono y el sábado dijo que su malestar del día anterior había sido superado y que consideraba “la página pasada”. Aseguró que el mensaje del presidente Humala que su embajador en Lima, Alexander Yáñez, le había llevado a Caracas, cuyo contenido no reveló, lo había dejado satisfecho, saludó al “hermano gobierno del presidente Ollanta Humala” y anunció que había dispuesto el regreso inmediato a Lima del embajador Yáñez. De esta manera, el presidente venezolano cerraba rápidamente una crisis diplomática de 24 horas con Perú. El gobierno de Humala optó por una silenciosa prudencia y no hizo ninguna declaración sobre el tema.

La derecha peruana no ha dejado pasar la oportunidad de utilizar la arremetida de Maduro contra el canciller Roncagliolo para ajustar sus presiones, desde el Congreso y los medios de comunicación, al gobierno de Humala para que se distancie del gobierno chavista y desconozca el triunfo electoral del presidente venezolano. En Lima, diputados de la oposición venezolana se reunieron en los últimos días con dirigentes de la derecha peruana para buscar su apoyo, el que consiguieron sin problemas. La oposición peruana, encabezada por el Partido Aprista del ex presidente Alan García, y el conservador Partido Popular Cristiano de la ex candidata presidencial Lourdes Flores, junto al centro derechista Perú Posible, el partido del ex presidente Alejandro Toledo que es un aliado del oficialismo en el Congreso, han formado el grupo Amigos de Venezuela, para respaldar al ex candidato opositor Henrique Capriles y presionar al gobierno peruano para que asuma una posición contraria a Maduro.

El fujimorismo, con experiencia en golpes de Estado y gobierno autoritario, se ha sumado con entusiasmo a los ataques al gobierno venezolano argumentando que en ese país no hay democracia. Los ataques de la derecha contra Maduro se combinan con sus encendidos cuestionamientos a Unasur, que califican como un “organismo chavista”.

La derecha peruana ha hecho del tema Venezuela y su cerrado apoyo a Capriles un asunto central de la política interna. El objetivo de sus presiones a Humala no es solamente distanciar al presidente peruano de los gobiernos progresistas de la región, sino también alejarlo definitivamente de sus originales postulados progresistas. Desde la oposición de derecha se le ha exigido al presidente, en una campaña que tiene un masivo apoyo mediático, un compromiso público de enterrar definitivamente las propuestas de cambio apoyadas por la izquierda que estaban en el plan de gobierno con el que postuló a las elecciones que lo llevaron a la presidencia hace dos años.

Por dar un caso, cuando hace unos días se supo que el gobierno pensaba comprar, a través de la petrolera estatal Petro Perú, una refinería y una cadena de grifos de la transnacional Repsol, las presiones de la derecha para que de-sista de esa intención llegaron a la histeria. A los pocos días el gobierno de Humala retrocedió y anunció que no compraría los activos de Repsol. En diálogo con Página/12, el sociólogo y miembro del Parlamento andino Alberto Adrianzén señaló que “la derecha peruana quiere trasladar la política venezolana al Perú y aprovechar el tema Venezuela para arrinconar al presidente Humala para que no solamente no vuelva a sus propuestas originales progresistas de las que se ha alejado, sino para que ni siquiera se acerque a la posibilidad de considerar reformas mínimas al modelo económico neoliberal. El cargamontón mediático en ese sentido es impresionante”.

Sobre la política exterior, Adrianzén dijo que “a partir del tema Venezuela, la derecha presiona a Humala para que se distancie de los gobiernos progresistas de la región y de Unasur, y se acerque más a la esfera de Estados Unidos y de organismos como la Alianza del Pacífico (formada por Perú, Colombia, Chile y México). Creo que Humala va a mantener una suerte de equilibrio entre su simpatía con Unasur y los gobiernos progresistas y las presiones de la derecha. Pero veo a un presidente Humala muy débil, su retroceso en el caso de la compra de Repsol es una muestra de eso, y no sé cuánto tiempo podrá mantener ese equilibrio”.

Adrianzén indicó que “la izquierda peruana apoya el proceso político venezolano” y advirtió que “aprovechando la ausencia de Hugo Chávez, que era una figura protagónica de la unidad de América del Sur, hay una ofensiva de la derecha internacional contra los gobiernos progresistas de la región; ahora se ataca a Venezuela, pero seguramente después vendrá una ofensiva igual contra otros gobiernos, como los de Argentina o Bolivia”.
Fuente:Pagina12

La insoportable terquedad de la derecha antichavista 
Año 6. Edición número 259. Domingo 5 de mayo de 2013 
Por Modesto Emilio Guerrero Sur en América latina
internacional@miradasalsur.com
Crisis. El presidente Nicolás Maduro debe soportar las denuncias de la oposición y de los EE.UU.
Venezuela. A pesar de la aceptación internacional de los comicios, Capriles insiste con desestabilizar el gobierno de Maduro.
La sociedad venezolana ha ingresado en una fase de definiciones sociales y políticas. Sus tiempos y sus ritmos se moverán al compás de las relaciones de fuerzas y políticas aplicadas. Esa es la marca inevitable del complicado tránsito entre un régimen y otro en la revolución bolivariana. El resultado dependerá de lo que se haga o se deje de hacer en ambas fuerzas, pero la definición se concentra en la inteligencia política del gobierno para blindar lo alcanzado, completando la obra truncada por la desaparición de Hugo Chávez.

La violencia desatada por la oposición de derecha desde el 14 de abril, apenas terminado el escrutinio que dio ganador al chavismo, es el síntoma de la enfermedad. Una enfermedad cuyo contenido nace en la incapacidad de la clase dominante y su sistema mundial de Estados, para respetar el juego democrático del cual se ufanan sólo cuando lo controlan ellos.

Las novedades en el proceso bolivariano señalan un camino inexorable a la confrontación entre quienes sostienen las transformaciones que dieron vuelta al país y aquellos que no las soportan.
Una medida de la tendencia en curso es la escala en las acciones ofensivas desde el 14 de abril, dentro y fuera del país. Estas deben cuantificarse en hechos inusuales, sólo conocidos en los días del golpe de Estado fracasado en 2002. Eso condujo a la confusión y muchos creen que se está en presencia de un posible golpe de Estado.

En realidad, lo que se vislumbra es una perspectiva más abarcadora y peligrosa. Un indicio de esto lo reveló un adolescente margariteño llamado Víctor, quien preguntó por e-mail por el significado de la palabra “fascista”. “Es que la escucho mucho en la televisión”, dijo. Cuando se le respondió, su preocupación contenía signos de una nueva realidad abierta en el país. Esa novedad se llama dilema existencial de lo que se conoce como revolución bolivariana, comenzando por su gobierno y terminando por sus movimientos sociales y Fuerzas Armadas.

Entre la madrugada del 15 de abril y las 9 de la noche del día 17, fueron asesinados ocho militantes identificados con el chavismo. El noveno cayó baleado por la espalda cuatro días después. Uno de los primeros fue incendiado vivo. En menos de tres días, luego de que el Consejo Nacional Electoral emitiera el resultado adverso a Capriles, cinco grupos de activistas armados de la oposición quemaron 11 edificios públicos. En dos de ellos se impartía educación preescolar (Simoncitos), cuatro pertenecían a la Misión Barrio Adentro y atienden patologías complejas (Centro de Diagnóstico Integral), además resultaron quemadas cinco sedes del Partido Socialista Unificado de Venezuela (Psuv) en cuatro ciudades. Entre la noche del 14 de abril y el 27 del mismo mes, grupos de opositores agredieron a una viceministra, 13 periodistas de canales públicos o comunitarios y a un famoso deportista que simpatiza con el gobierno chavista. Durante esas dos semanas se produjeron nueve cacerolazos en los barrios de ricos de Caracas.
La revuelta provocada en una sesión de la Asamblea Nacional el martes 30 de abril trasladó las agresiones al sistema institucional, mediante una acción conspirativa retratada por las cámaras de seguridad del edificio (http://www.aporrea.org/actualidad/n228055.html).

El objetivo, sobre todo en el escenario parlamentario, es darle continuidad al desacato a la legalidad y legitimidad del nuevo gobierno de Nicolás Maduro, una estrategia sostenida por la OEA, los gobiernos de España y EE.UU., como lo develó el canciller del reino español, quien se ofreció como virrey para supervisar el reconteo de votos, una oferta que le valió la expulsión del país, ordenada por el mismísimo presidente Nicolás Maduro.

La oposición proclamó, desde el día 14 de abril, el desconocimiento de los escrutinios y el gobierno resultante. Pero, además, sostiene hasta nuevo aviso, un desacato al resto de las instituciones del poder. Prepara acciones contra la Corte Suprema de Justicia, y adelanta expedientes que reclamen a la Corte de la Haya, a la Organización de Estados Americanos y ante otros organismos de control internacional, el repudio al gobierno electo en Venezuela. En respuesta, el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, declaró el desconocimiento de la bancada de diputados opositores y su puesta en cuarentena.

Esta es la medida de la escalada opositora, nutrida de métodos y recursos variados, sólo recordada en los acontecimientos decisivos de 2002, 2003, 2004 y 2005.

El foco de esa estrategia es la destitución de Maduro y del gobierno, aprovechando la fragilidad institucional que significa haber ganado por tan poco. Pero el objetivo es más ambicioso. La oposición venezolana busca que las Naciones Unidas, o varios Estados fuertes del mundo, declaren a Venezuela como “un Estado fallido”, única vía actual para legitimar una intervención imperial. Ese fue el camino escogido en Haití, Libia, Irak, Siria.

Esta aparente fuerza de la derecha venezolana, alentada por el 49% obtenido en las elecciones, al mismo tiempo disimula su debilidad relativa en la relación de fuerzas nacional, es decir, más allá y por debajo del escenario electoral. Ellos no tienen capacidad, en las actuales condiciones, de organizar y sostener un golpe de Estado ni de desarrollar acciones serias que pudieran conducir a una guerra civil. Ese límite los obliga a acudir a métodos y técnicas de guerrilla urbana, preparando, como diría el insurgente brasileño Carlos Marignela, “la retirada antes de actuar”.

En menos de 15 días, varios grupos de “escuálidos” armados golpearon, quemaron y mataron en pocos minutos, huyendo de inmediato para evitar un enfrentamiento físico con las fuerzas sociales del chavismo, muchas veces superiores. Uno de los jefes militares conocidos es el general retirado Antonio Rivero, cazado por una cámara callejera, hoy procesado en los tribunales caraqueños. De sus órdenes de barricada el día 15 de abril, resultaron varios de los asesinatos. (www.youtube.com/watch?v=9zNOl33NQTc)

Hay una pequeña diferencia. Las técnicas usadas por los caprilistas venezolanos no los aproxima a los guerrilleros izquierdistas del siglo XX, sino a los grupos fascistas o nazis en Italia y Alemania. Antes de hacerse del poder en 1922, Musolini usó sus fasci di combattimento, mientras que Adolf Hitler acudió a los Escuadrón de Protección (SchutzStaffel, conocidas como las SS); ambos imponían el terror en las calles y la dislocación en las instituciones, aunque luego ganaran las elecciones para imponer sus regímenes totalitarios.

Ni la burguesía desplazada del poder soporta más el gobierno izquierdista establecido desde hace 14 años, con proyección a durar dos décadas enteras con Nicolás Maduro, ni el gobierno de Estados Unidos está dispuesto a permitir que se consolide.

Pero en el mismo espacio-tiempo, el chavismo, y sus vanguardias sociales y militares, no están dispuestas a retroceder.

En el cruce de intereses opuestos de ambas fuerzas sociales, nace el dilema existencial de la revolución bolivariana.
Fuente:MiradasalSur


05.05.2013 

enérgica respuesta del gobierno bolivariano al mandatario de ee uu 
Maduro responsabiliza a Obama por la "violencia planificada" en Venezuela 
Dijo que "el hemisferio está viendo la violencia, las protestas y los ataques a la oposición". Pero omitió que hubo muertos chavistas.
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, responsabilizó al mandatario estadounidense, Barack Obama, de la violencia "planificada" registrada en Venezuela en los últimos días y lo tildó de ser el "jefe mayor de los diablos" luego de sus comentarios a una cadena de televisión sobre la situación poselectoral en Venezuela.


"Estamos defendiendo las instituciones, la paz, la democracia, al pueblo de Venezuela (...) podemos sentarnos con quien sea, hasta con el jefe mayor de los diablos: Obama", desafió Maduro.

La denuncia del presidente bolivariano fue desplegada en una cadena nacional de radio y televisión en la que su ministro de Relaciones Exteriores, Elías Jaua, leyó un comunicado de rechazo a las declaraciones de Obama en México consideradas como "injerencistas". En una entrevista con la cadena Univisión, Obama había dicho que los venezolanos deben "determinar su propio destino libre de la clase de prácticas que ya se han desterrado" en gran parte de América Latina. Luego abundó en que según informes a los que da crédito, en el país bolivariano no se observan los principios básicos de "Derechos Humanos, democracia, libertad de prensa y libertad de reunión".

"El hemisferio completo está viendo la violencia, las protestas y los ataques a la oposición", señaló Obama, antes de dejar México para trasladarse a Costa Rica. Nada dijo entonces sobre los nueve muertos registrados luego de anunciarse el resultado del comicio. Todos ellos militantes chavistas .

"Causa indignación en el pueblo venezolano, en los familiares de las víctimas del 15 de abril, que afirme de manera falaz" que el hemisferio completo está viendo un "ataque" de que es "víctima" la oposición en Venezuela, leyó Jaua.

El gobierno afirmó que el presidente de Estados Unidos está impulsando el surgimiento de un "Pinochet" en Venezuela, a través del apoyo a Henrique Capriles. Jaua invitó a Obama a informarse mejor sobre los alcances del sistema electoral en Venezuela, "uno de los más seguros del mundo entero". En el comunicado alertó sobre el "plan del Gobierno Norteamericano de provocar la llamada 'Guerra de Perros' en Venezuela, para justificar la intervención imperialista".  
Fuente:TiempoArgentino

05.05.2013
Venezuela
El presidente venezolano dio por superado el incidente diplomático con Perú, luego de llamar al embajador
Nicolás Maduro dio por superado un incidente diplomático con Perú, generado por una declaración del canciller de este país, Rafael Roncagliolo, a favor de que la Unasur emitiera un pronunciamiento reclamando “tolerancia y diálogo” en Venezuela.

Maduro llamó el viernes a consultas a su embajador en Lima, Alexander Yáñez, luego de que Roncagliolo revelara ese día que Perú, a cargo de la presidencia temporal de la Unasur, había propuesto a los países del bloque “la publicación de un comunicado sobre Venezuela”.

“No aceptamos que nadie se meta en los asuntos internos de Venezuela; a Venezuela se la respeta y no nos importa lo que opine el canciller del Perú sobre Venezuela”, advirtió Maduro.

Sin embargo, ayer por la tarde, el mandatario anunció que Yáñez le había transmitido “información de una conversación” con el presidente peruano, Ollanta Humala, “suficiente” para dar por superado el entredicho.

“Quiero aprovechar este momento para informar que recibí a nuestro embajador en Perú y me trajo información de una conversación con el presidente Ollanta”, dijo Maduro durante un acto oficial, reportaron las agencias noticiosas AVN, ANSA, DPA y EFE.

“Yo considero suficiente la información que me ha trasladado el embajador nuestro y le he dicho que regrese a su trabajo en Lima, consideramos la página pasada con esta situación”, agregó el jefe del Estado venezolano.

La declaración de Roncagliolo fue motivada por los disturbios ocurridos el martes en el parlamento venezolano, donde en un enfrentamiento entre legisladores resultaron heridos en sus rostros los opositores Julio Borges y María Corina Machado (ésta, con cuatro fracturas en el tabique nasal, debió ser operada el jueves).

El gobierno de Humala no se pronunció públicamente tras lo dicho por Roncagliolo, pero la agencia noticiosa estatal Andina difundió expresiones de apoyo al funcionario del excanciller peruano y actual presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, Diego García Sayán, y del titular de la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso, Víctor García Belaúnde, entre otros.

También, por otros medios, respaldaron al canciller representantes de la oposición peruana.
Fuente:Telam

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