14 de junio de 2013

PROFUNDA TRISTEZA.

FALLECIO MANUEL CASADO, QUERELLANTE EN LA CAUSA POR DELITOS DE LESA HUMANIDAD
La demora se parece a la impunidad
El dirigente sindical de San Lorenzo fue secuestrado el 25 de marzo de 1976. Murió sin ver a sus verdugos condenados.
Manuel Ricardo Casado declaró el 16 de mayo en el juicio por los crímenes de los que fue víctima.
Manuel Casado murió ayer, cerca del mediodía. Era joven, apenas superaba los 60 años. Esperó 36 para declarar en la causa por los delitos de lesa humanidad que sufrió en marzo de 1976, en la ciudad de San Lorenzo. La demora de estas causas tiene efectos palpables: la víctima no llegó a ver a sus verdugos condenados. La causa Casado se inició en 2004. El denunciante tuvo que testimoniar diez veces. El 16 de mayo pasado se sentó frente al Tribunal Oral Federal número 1, integrado por los jueces Otmar Paulucci, José María Escobar Cello y María Ivón Vella para contar, una vez más, cómo lo secuestraron el 25 de marzo de 1976, en la esquina de los bancos, lo llevaron primero a la Municpalidad de San Lorenzo, luego a la puerta de su casa, donde vio impotente cómo tiraban al piso a su hijo más pequeño, de sólo una semana. Más tarde, lo trasladaron al Batallón de Arsenales, y luego a la Jefatura de Policía de su ciudad. Casado era el secretario general del gremio municipal.

Uno de los testigos del juicio, Edilio Quiroga, lo definió en su declaración como "un dirigente irreprochable". Ayer, Soledad Chiodín, del Espacio Memoria, Verdad y Justicia del Cordón Industrial, confesó que sienten "un dolor muy grande" y subrayó que la muerte de este sobreviviente que "batalló solo" provocó "un cimbronazo" en la sociedad sanlorencina.

Pocos días después del comienzo del juicio, en marzo pasado, Casado dijo: "Espero que se haga justicia, que tenga justicia tanto para mí, para mi familia, para todos los desaparecidos del Cordón Industrial. Porque yo la pasé muy mal, estuve desaparecido, me torturaron, y ahí los tengo enfrente a los tres". Ahora, la acusación quedará sólo en manos del fiscal Gonzalo Stara. El abogado de la querella, Gustavo Feldman, queda excluido del proceso por la muerte de su cliente.

Una viuda, nueve hijos, 20 nietos, cuatro bisnietos. Así es la familia que deja Casado. Si bien él ya no está para reclamar las condenas, su bandera se multiplicará. Roberto, aquél bebé de una semana que los integrantes de la patota tiraron al suelo en la tarde del 25 de marzo de 1976, contó ayer, en el velorio, que su papá estaba confiado en que se hiciera justicia. Por lo mismo, Chiodín desafió ayer: "Ahora, el Tribunal y el fiscal tienen una tarea doble, porque le deben un veredicto".

Los acusados por la privación ilegal de la libertad y torturas a Casado son los militares Rubén Cervera y Horacio Maderna, que eran jefe y subjefe del Batallón de Arsenales, al mismo tiempo que fueron designados intendente de facto y secretario de gobierno en el mismo lapso. También está acusado el entonces Director de Asuntos Jurídicos de la Municipalidad, Pedro Rodríguez.

Casado estuvo secuestrado unos diez días, y al salir fue cesanteado de la Municipalidad. Vivió de changas, enfrentándose al rechazo de empleadores que rehuían contratar a un ex preso. Recién en 1991 fue reincorporado en la Municipalidad, y volvió a la militancia gremial, pero la abandonó años después.

En el comienzo del juicio, se mostró esperanzado. "Estoy confiado, pienso que va a haber justicia", dijo entonces. Sobre los efectos que aquellos días de cautiverio y represión tuvieron en su vida, dijo: "Es que no vivo bien, no estoy tranquilo. Mi vida es un calvario. Hay veces de noche que grito y mi mujer me despierta, ¿qué te pasa viejo? Porque me acuerdo de los muchachos. Eso lo llevo, y lo voy a llevar toda la vida". La vida de Casado se extinguió sin haber sentido el alivio que esperaba de la justicia.
Fuente:Rosario12

San Lorenzo: Murió querellante de juicio a represores
Cuando la justicia no llega
13/06/2013

En el medio Manuel Casado, con Didi Quiroga y Viviana Della Siega. Foto: Graciela Borda.
Manuel Casado, único querellante del juicio a los represores que intervinieron la municipalidad de San Lorenzo durante la dictadura, falleció este jueves. No llegó a escuchar la sentencia contra los tres acusados imputados por su secuestro y torturas.

La noticia golpeó como un mazazo a los integrantes del espacio Memoria, Verdad y Justicia del Cordón Industrial, y a quienes participan cada audiencia del “aguante” frente a los tribunales federales –dónde se lleva adelante el primer juicio a represores de la ciudad de San Lorenzo–.

La muerte de la única víctima –y querellante– del proceso generó “un profundo dolor por la partida del valioso compañero”, tal cual refirió Edilio Didi Quiroga, uno de los testigos de la causa, quien explicó a Redacción Rosario que Casado había sido internado días atrás por el agravamiento de una presunta hepatitis.

Quiroga también manifestó su “bronca por las demoras de la justicia”, ya que –dijo– “ahora Casado, como ha ocurrido con muchas Madres, familiares de desaparecidos, o sobrevivientes, no podrá escuchar la sentencia a sus captores”.

Casado había declarado el jueves 16 de mayo ante el Tribunal Oral Federal 1 de Rosario –compuesto por Otmar Paulucci, María Ivon Vella y José María Escobar Cello–, que fue secuestrado y torturado durante la dictadura, y logró reconocer a los tres imputados en la causa por delitos de lesa humanidad iniciada en marzo pasado, los ex militares Rubén Cervera y Horacio Maderna y el civil Pedro Rodríguez.

Casado, la única víctima en el juicio oral en el que hay dos militares y un civil acusados de violaciones a los derechos humanos, relató en aquella audiencia ante los integrantes del tribunal, cómo fue secuestrado el 25 de marzo de 1976 y brindó detalles de su periplo por lugares de detención.

En su declaración testimonial, Casado –ex secretario general de del Sindicato de Trabajadores Municipales de la localidad de San Lorenzo– acusó a los militares retirados Rubén Osvaldo Cervera y Horacio Hugo Maderna, jefe y subjefe del Batallón de Arsenales 121 de Fray Luis Beltrán durante el terrorismo de Estado, y al civil Pedro Rodríguez, asesor jurídico de la Intendencia.

“El 25 de marzo voy al cementerio a llevar flores a mi padre con mi madre y tres hermanas. Cuando regresamos frente al Banco Nación de San Lorenzo se detienen un auto y un camión con soldados, se bajan unos soldados, me pegan dos culatazos en la parte de atrás de la cabeza y me suben al camión”, había declarado Casado.

“Me llevan a la Municipalidad, donde se acercan Rodríguez, Maderna y Cervera, me interrogan y me preguntan si pueden ir a mi casa”, narró la víctima, quien además, contó que después fue trasladado al Batallón de Arsenales 121 de Fray Luis Beltrán donde ve a los tres imputados dando órdenes.

Casado recordó que a los “tres, cuatro días me trasladan a la Jefatura de Policía de San Lorenzo, al altillo”, donde le dicen que se va a poder ir.

Pero antes los militares fueron a su casa, donde “revolvieron todo y tiraron a mi hijo que entonces tenía 7 días junto al colchón donde estaba durmiendo”, contó.

Durante su declaración testimonial, el ex dirigente sindical puntualizó que durante su estadía en la Municipalidad de San Lorenzo, de la que Cervera era interventor y Maderna secretario de Gobierno de facto, “me pega el cabo Pinto” en presencia de los tres acusados en el juicio.

Casado también contó que conoció al civil imputado en la causa, Rodríguez, desde antes del golpe de Estado porque ya trabajaba como asesor jurídico de la Intendencia de San Lorenzo y militaba en el peronismo. Y relató ante los jueces que cuando lo llevan al edificio municipal tras el secuestro, le pide a Rodríguez que le explique a los militares quién era él, a lo que el abogado replicó: “De esta no te salvás”.
Casado había declarado que fue torturado con golpes y “picana eléctrica en los testículos”.

Este jueves, minutos antes de conocerse su deceso, en los tribunales se había desarrollado un nueva audiencia en el juicio que lo tiene como única víctima, en la que se presentó un testimonio por escrito. Tras su fallecimiento, el proceso continuará bajo la acusación de la fiscalía.
Fuente:RedaccionRosario


14.06.2013 
Falleció Manuel Casado, querellante en la causa por delitos de lesa humanidad
El dirigente sindical de San Lorenzo fue secuestrado el 25 de marzo de 1976. Manuel Ricardo Casado declaró el 16 de mayo en el juicio por los crímenes de los que fue víctima. Murió sin ver a sus verdugos condenados.
Falleció Manuel Casado, querellante en la causa por delitos de lesa humanidad
Casado Manuel
Manuel Casado murió ayer, cerca del mediodía. Era joven, apenas superaba los 60 años. Esperó 36 para declarar en la causa por los delitos de lesa humanidad que sufrió en marzo de 1976, en la ciudad de San Lorenzo. La demora de estas causas tiene efectos palpables: la víctima no llegó a ver a sus verdugos condenados. La causa Casado se inició en 2004. El denunciante tuvo que testimoniar diez veces. El 16 de mayo pasado se sentó frente al Tribunal Oral Federal número 1, integrado por los jueces Otmar Paulucci, José María Escobar Cello y María Ivón Vella para contar, una vez más, cómo lo secuestraron el 25 de marzo de 1976, en la esquina de los bancos, lo llevaron primero a la Municpalidad de San Lorenzo, luego a la puerta de su casa, donde vio impotente cómo tiraban al piso a su hijo más pequeño, de sólo una semana. Más tarde, lo trasladaron al Batallón de Arsenales, y luego a la Jefatura de Policía de su ciudad. Casado era el secretario general del gremio municipal.
Uno de los testigos del juicio, Edilio Quiroga, lo definió en su declaración como "un dirigente irreprochable". Ayer, Soledad Chiodín, del Espacio Memoria, Verdad y Justicia del Cordón Industrial, confesó que sienten "un dolor muy grande" y subrayó que la muerte de este sobreviviente que "batalló solo" provocó "un cimbronazo" en la sociedad sanlorencina.

Pocos días después del comienzo del juicio, en marzo pasado, Casado dijo: "Espero que se haga justicia, que tenga justicia tanto para mí, para mi familia, para todos los desaparecidos del Cordón Industrial. Porque yo la pasé muy mal, estuve desaparecido, me torturaron, y ahí los tengo enfrente a los tres". Ahora, la acusación quedará sólo en manos del fiscal Gonzalo Stara. El abogado de la querella, Gustavo Feldman, queda excluido del proceso por la muerte de su cliente.

Una viuda, nueve hijos, 20 nietos, cuatro bisnietos. Así es la familia que deja Casado. Si bien él ya no está para reclamar las condenas, su bandera se multiplicará. Roberto, aquél bebé de una semana que los integrantes de la patota tiraron al suelo en la tarde del 25 de marzo de 1976, contó ayer, en el velorio, que su papá estaba confiado en que se hiciera justicia. Por lo mismo, Chiodín desafió ayer: "Ahora, el Tribunal y el fiscal tienen una tarea doble, porque le deben un veredicto".

Los acusados por la privación ilegal de la libertad y torturas a Casado son los militares Rubén Cervera y Horacio Maderna, que eran jefe y subjefe del Batallón de Arsenales, al mismo tiempo que fueron designados intendente de facto y secretario de gobierno en el mismo lapso. También está acusado el entonces Director de Asuntos Jurídicos de la Municipalidad, Pedro Rodríguez.

Casado estuvo secuestrado unos diez días, y al salir fue cesanteado de la Municipalidad. Vivió de changas, enfrentándose al rechazo de empleadores que rehuían contratar a un ex preso. Recién en 1991 fue reincorporado en la Municipalidad, y volvió a la militancia gremial, pero la abandonó años después.

En el comienzo del juicio, se mostró esperanzado. "Estoy confiado, pienso que va a haber justicia", dijo entonces. Sobre los efectos que aquellos días de cautiverio y represión tuvieron en su vida, dijo: "Es que no vivo bien, no estoy tranquilo. Mi vida es un calvario. Hay veces de noche que grito y mi mujer me despierta, ¿qué te pasa viejo? Porque me acuerdo de los muchachos. Eso lo llevo, y lo voy a llevar toda la vida". La vida de Casado se extinguió sin haber sentido el alivio que esperaba de la justicia.
Fuente:AgenciaFe

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