16 de agosto de 2013

CARTA DE NOTICIAS Nº 11. POR QUÉ NO A LA RECONCILIACIÓN‏.



16 de agosto de 2013
 
 
POR QUÉ NO A LA RECONCILIACIÓN
 
 
En la construcción de la Memoria, la búsqueda de la Verdad y la exigencia de Justicia, pilares que sostienen desde hace más de tres décadas la lucha por los Derechos Humanos en Argentina, levantamos las consignas:

No olvidamos, No perdonamos, No nos reconciliamos

No Olvidamos
Nuestra lucha por la construcción de la Memoria tiene como eje central: NO al olvido. Para dar sentido a esta consigna pensamos que para que NUNCA MÁS vuelva a planificarse el terrorismo de Estado, para que en Argentina se consolide una memoria histórica que rechace la IMPUNIDAD, es necesario y vital que todas y cada una de las acciones llevadas a cabo por el terrorismo de Estado conformen y se incorporen a la Memoria colectiva. El camino de esta construcción está en marcha desde el mismo instante que asesinaron, secuestraron, ejecutaron, desaparecieron a un amplio sector de la sociedad. En Argentina se perpetró un genocidio sobre el conjunto social, cuya finalidad perseguía la desarticulación de las redes solidarias y políticas existentes y el desmantelamiento del aparato económico y productivo.
 
La tecnología para llevar a cabo el genocidio se centró en la modalidad concentracionaria. Hubo más de 600 Centros Clandestinos de Detención, Tortura y Exterminio (CCDTyE), espacios esparcidos por el territorio nacional y que fueron identificados por los sobrevivientes de estos. Podemos afirmar que Argentina se convirtió en un gran campo de concentración y exterminio. Por lo tanto, resulta indispensable para la construcción de la Memoria el señalamiento de los lugares donde se llevaron a cabo los mayores crímenes contra la humanidad.
Transformados en Sitios de Memoria, allí se recupera no solo el horror de la maquinaria represiva del terrorismo de Estado, sino que sus paredes son pruebas contundentes de la estructura represiva, y, por supuesto, son recordatorios, que como ecos dolorosos y significativos, nutren los testimonios de los sobrevivientes, también, en estas paredes persiste el último aliento de los 30.000 compañeros secuestrados y desaparecidos; por lo tanto es un deber de memoria conservar su intangibilidad.
 
La Memoria requiere un profundo trabajo de recuperación de las historias de vida, de los ideales y sus compromisos militantes de los detenidos desaparecidos por el terrorismo de Estado, la colocación de baldosas, placas recordatorias en el entramado urbano contribuyen, no solo a marcar sus pasos (donde nacieron, educaron, trabajaron, militaron), sino a dejar una huella en la memoria histórica, que trae al presente la lectura del aniquilamiento genocida y que se proyecta hacia las generaciones futuras.
 
No Perdonamos
Ante la desafección que sabemos a que fueron expuestos nuestros seres queridos cuando fueron secuestrados y llevados a los CCDTyE, torturados, esclavizados, desubjetivizados (les quitaron su identidad y les asignaron un nº), arrancados sus hijos de sus brazos y apropiadas sus identidades, sometidos a las mayores aberraciones imaginables, resulta completamente imposible que en recuerdo de sus apreciadas vidas podamos perdonar tales actos que según la ley universal no prescriben por estar caratuladas como crímenes de lesa humanidad.
 
El daño infringido por el plan genocida criminal al conjunto de la sociedad ha dejado indelebles huellas. El exterminio de toda una generación, el desmantelamiento del aparato económico productivo, la ruptura de las redes solidarias son vacíos en la memoria histórica - colectiva y que inciden en las transmisiones intergeneracionales.
 
No nos Reconciliamos
Porque no olvidamos y no perdonamos nos resulta imposible aceptar un acto de reconciliación.
 
En el acto conciliatorio, es necesaria la comparecencia del otro, de aquel que ha cometido los mayores actos contra la humanidad. Ni en el desarrollo de los actuales juicios ni en la lectura de los alegatos antes de dictar sentencia, ninguno de los imputados por crímenes de lesa humanidad en el marco de un genocidio social planificado ha manifestado arrepentimiento por sus ferocidades cometidas, más aún, muchos de ellos vuelven a reivindicar su actuación y orgullo por tales actos de exterminio y amenazan con repetirlos. Ninguno de ellos ha proporcionado a los querellantes información sobre el destino de sus seres queridos.
En pos de la Memoria, la Verdad y la Justicia, reclamamos:
 
   la apertura de los archivos, su entrega a la Justicia y a los organismos de DDHH;
   la información sobre dónde están los 30.000 detenidos desaparecidos, qué hicieron con ellos, y quienes fueron sus verdugos;
   la restitución a sus familias biológicas de los 400 bebes/niños, actualmente jóvenes, secuestrados y robados a sus padres detenidos desaparecidos;
   la lista completa de los miembros de las FFAA y de Seguridad actuantes durante el terrorismo de Estado;
   la presentación voluntaria de miembros de las FFAA y de Seguridad como testigos de las aberraciones cometidas para dar fin al silencio corporativo;
   una exhaustiva investigación del patrimonio de los miembros de las FFAA y de Seguridad y sus vinculaciones con las redes de financiación y el encubrimiento de las mismas.
   la desarticulación de dichas redes financieras, la rigurosa aplicación de la ley contra los encubridores;
   rechazamos la apelación a la Obediencia Debida, lo cual significaría retrotraer la lucha de los ODH a la etapa anterior a la anulación de las leyes de Impunidad, promulgada por la ley 25.779 del ejecutivo en el año 2003, y sancionada por el Congreso de Diputados y por el Senado.
 
Todos los miembros de las FFAA eligieron pertenecer a estas instituciones y cuando fueron instruidos y formados en las respectivas escuelas, ya sea de oficiales, suboficiales, gendarmería, policía, recibieron y aceptaron expresas instrucciones de aniquilamiento de “subversivos” (englobando en este concepto a todo aquel que integrara desde organizaciones armadas hasta gremios, sindicatos, asociaciones vecinales, unidades básicas, etc.) no olvidemos las declaraciones de Ibérico Saint Jean cuando dijo: En mayo de 1977, Saint Jean pronunció en un discurso la siguiente frase: «Primero mataremos a todos los subversivos, luego mataremos a sus colaboradores, después a sus simpatizantes, enseguida a aquellos que permanecen indiferentes y, finalmente, mataremos a los tímidos». Todos se comprometieron en el exterminio y cumplieron las directivas desde el puesto que ocuparan porque eran piezas del engranaje de la maquinaria de exterminio del terrorismo de Estado.
 
Nuestras consignas No olvidamosNo perdonamosNo nos reconciliamos sostienen la fortaleza de las banderas de Memoria, Verdad y Justicia. Nos indican el justo camino emprendido, un camino que sabemos largo, pues nos queda por juzgar a todos los que participaron, planificaron, apoyaron el terrorismo de Estado - ya sea por acción u omisión-, civiles, militares, gendarmes, policías, empresarios, políticos, sindicalistas, medios de comunicación, jueces, entre otros, ya que a medida que profundizamos en las investigaciones y en los testimonios aportados por los sobrevivientes, familiares, compañeros y amigos de los 30.000 detenidos desaparecidos surgen nuevos nombres que demuestran el intrincado entramado de la maquinaria de exterminio.  
 
 

30.000 Compañeros Detenidos Desaparecidos ¡Presentes! ¡Ahora y Siempre!


Herman@s de Desaparecidos por la Verdad y la Justicia
 
 
Esta es una Carta de Noticias realizada por el Grupo Herman@s de Desaparecidos por la Verdad y la Justicia. Permitida la reproducción citando la fuente. Dirección de correo electrónico: treintamilhermanos@yahoo.com.ar  - Teléfono de contacto: (011)  15 4176 5474
Envío:AexPPCdba.

No hay comentarios: