17 de agosto de 2013

DIFUSIÓN.

DD.HH/Represores y cómplices/2013.VII.31 médico y psiquiatra torturador estaba en Cutral Có.Ahora enfrenta a sus vícitmas

http://memoriastierra.blogspot.com.ar/2013/07/formosa-el-medico-torturador-y-la-nina.html

Médico y psiquiatra torturador estaba en Cutral Có.

Ahora rinde cuentas por lessa humanidad en Formosa

31/07/2013 - Luis Zapiola - Abogado - Liga Argentina por los Derechos del Hombre - Corría el año 1976. Faustino Blanco Cabrera era médico del Regimiento 29 de Infantería de Monte con el grado de Teniente. Había llegado a Formosa por su incorporación al Ejército a encontrarse con la historia.

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Faustino Blanco Cabrera: genocida escondido (¿protegido?) en Cutral Có (Neuquén) rinde cuentas en Formosa.

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Ignacia C” era una joven militante de la Juventud Peronista en Corrientes. No había tenido tiempo a sus 20 años de caer en el escepticismo y vivía esos días en que la concreción de los sueños eran colectivos y el futuro estaba a la vuelta de la esquina. Allí estaba, entre tonadas de chamamé, embarazada en esa juventud.

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En Formosa, el médico se incorporó a la patota que, en el marco de la dictadura militar, se propuso reformatear el país y especialmente a sus jóvenes. Mientras otros militares, gendarmes y policías secuestraban y torturaban, Faustino Blanco Cabrera hacía apoyo “sanitario” para que se torture a las detenidas y detenidos sin que, por el momento, se les mueran para poder seguir obteniendo una supuesta información de un “enemigo” que en Formosa no existió. Eran jóvenes militantes, como los de hoy, que con la mochila a cuestas querían cambiar el mundo. Campesinos, que desde las Ligas Agrarias querían no sólo cambiarlo, sino también que los dejen vivir dentro de él, trabajadores de la Asociación Judicial Formosa, que luchaban por sus derechos como trabajadores.

Ignacia en ese mismo momento era detenida en Corrientes y torturada, por hombres de la dictadura con el objetivo impuesto por el terrorismo de estado de conseguir nombres y más nombres. Tuvo su hija en cautiverio en un Hospital de Ciudad de Corrientes, estando su compañero detenido. Al tiempo fue liberada y huyó a Clorinda, allí en la frontera norte, a pasos de Asunción, con el horror a cuestas.

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El médico con los años, estudió psiquiatría y se estableció en Clorinda, en el más absoluto anonimato respecto a su rol de represor en la dictadura. Allí atendió pacientes y se hizo de un nombre. El destino puso a Ignacia a intentar restaurar sus padecimientos recurriendo, por crueldad del destino, a ese médico. También su hija nacida en cautiverio, con los años fue su paciente, absolutamente ajena a la realidad frente a la que estaba y contaba sus terrores vividos desde la infancia, precisamente a un represor.

Con el impulso de los juicios por delitos de lessa humanidad, la responsabilidad del médico que participaba de las torturas empezó a conocerse y tuvo un fugaz paso por la cárcel, allá por el 2006. Al ser inexplicablemente liberado, huyó de Clorinda abandonando a su esposa y se instaló anónimamente trabajando (¿protegido?) en un hospital, en Cutral Có, Provincia del Neuquén.

En junio de 2013 fue nuevamente detenido por orden del Tribunal Oral Federal de Formosa para comparecer al juicio por los horrores de la dictadura junto a algunos de los secuestradores de entonces.

El genocida preso, con su propia carga

El juicio comenzó hoy y el destino quiso que el médico torturador y la niña nacida en cautiverio, volvieran a encontrarse, él en el banquillo, ella en el público de la audiencia oral, pidiendo Memoria, Verdad y Justicia para tantos compañeros.

El médico y psiquiatra, sólo atinó bajar los ojos y refugiarse en un rosario.

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