La brutal represión de los islamistas en Egipto suma más de 500 muertos
Agencias El País es El Cairo 15 AGO 2013- Los Hermanos Musulmanes llaman a una lucha pacífica y convocan protestas multitudinarias en desafío a los militares
Los Hermanos Musulmanes comienzan sus marchas en protesta por la represiónEl Gobierno egipcio sostiene que la violencia ha causado 525 muertosLa cofradía islamista habla de 4.500 víctimas y llama a la resistencia "pacífica"
Los Hermanos Musulmanes, la organización islamista expulsada del poder en Egipto en un golpe de Estado del pasado 3 de julio, han prometido seguir luchando de forma "pacífica" y han convocado nuevas manifestaciones para este jueves a pesar de la represión del miércoles contra los campamentos de partidarios del presidente depuesto Mohamed Morsi que, según el último balance oficial, ha causado 525 muertes - entre ellos, 43 policías - y herido a casi 3.000 personas en todo el país. Los Hermanos Musulmanes elevan la cifra de muertos a 4.500.
Las autoridades judiciales han extendido este miércoles la detención de Morsi, retenido por los militares en un lugar secreto, durante otros 30 días, según la agencia estatal egipcia. Los jueces acusan a Morsi de asesinato y espionaje en relación a su huída de una cárcel durante la revolución de 2011.
Cientos de islamistas marcharon a mediodía por las calles de Alejandría, al segunda ciudad del país, en protesta por el brutal asalto de la víspera y en desafío del estado de emergencia decretado la víspera.
En El Cairo, la protesta está convocada para esta tarde, en una manifestación que saldrá de la mezquita de El Imán. "Mantenemos nuestro desafío con fuerza y resolución", ha afirmado el portavoz de la Hermandad Gehad el Haddad en su cuenta de Twitter. "Seguiremos avanzando hasta derribar el golpe".
El miércoles, el Gobierno decretó el estado de emergencia, que estuvo vigente durante tres décadas en la dictadura de Hosni Mubarak y que solo fue levantado en mayo de 2012, en plena transición tras la caída del rais. La mañana del jueves, el Ejecutivo interino ha ordenado el cierre "por tiempo indefinido" del puesto fronterizo de Rafá, el único acceso a la franja de Gaza no controlado por Israel. El régimen de Mubarak había restringido el uso del paso en 2007, tras la toma del territorio por el movimiento islamista Hamás. El levantamiento de las restricciones sobre Rafá había sido una de las medidas simbólicas adoptadas tras la revolución de 2011.
La noche ha sido de calma tras la entrada en vigor del estado de emergencia y el toque de queda. No se han producido incidentes en El Cairo y el tráfico volvía a fluir esta mañana en los alrededores de la mezquita de Rabaa al Adauiya, donde hasta ayer mismo se levantaba un campamento de protesta contra los militares y apoyo al expresidente islamista que incluía ya servicios como hospital o barberías. Sin embargo, los islamistas han convocado nuevas manifestaciones para hoy jueves –ayer, ante el ataque policial, llamaron a tomar la calle- y las fuerzas del orden han asegurado que no aceptarán nuevas concentraciones de apoyo a Morsi, el primer presidente egipcio elegido democráticamente, en las calles.
Según el Gobierno, los disturbios desencadenados ayer tras el asalto policial a los campamentos, el de Rabaa al Adauiya y el de la plaza Al Nahda, causaron la muerte de 343 personas, entre ellos 43 policías, aunque la cifra tiene visos de ser más elevada. Según la agencia AFP, uno de sus reporteros pudo contar 124 cuerpos solo en el hospital de campaña de la acampada de Al Adauiya. Los disturbios, desde estos campamentos, se extendieron a otros puntos de la capital egipcia y a otras ciudades del país, como Alejandría.
En varias localidades del valle del Nilo se han producido quemas de iglesias pertenecientes a la minoría cristiana copta, acusados por los Hermanos Musulmanes de respaldar el último golpe de Estado. En Asiut, en el centro del país, los fieles tuvieron que escapar por una ventana ante la turba que rodeó y apedreó su templo. En las localidades de Minya y Sohag los templos coptos también han ardido.
En este contexto, el Gobierno ha decretado el estado de emergencia en todo el país durante un mes y ha ordenado un toque de queda nocturno -de siete de la tarde a seis de la mañana- en once provincias, incluidas las principales ciudades, para tratar de contener la violencia.
La comunidad internacional ha reaccionado con contundencia en contra de la violencia. Tanto los jefes de la diplomacia estadounidense, John Kerry, y europea, Catherine Ashton, condenaron el baño de sangre, como lo hizo el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon o el Gobierno de Francia. Turquía, que se opuso al derrocamiento de Morsi, así como Irán, denunciaron la “masacre” cometida por las autoridades militares.
Las autoridades judiciales han extendido este miércoles la detención de Morsi, retenido por los militares en un lugar secreto, durante otros 30 días, según la agencia estatal egipcia. Los jueces acusan a Morsi de asesinato y espionaje en relación a su huída de una cárcel durante la revolución de 2011.
Cientos de islamistas marcharon a mediodía por las calles de Alejandría, al segunda ciudad del país, en protesta por el brutal asalto de la víspera y en desafío del estado de emergencia decretado la víspera.
En El Cairo, la protesta está convocada para esta tarde, en una manifestación que saldrá de la mezquita de El Imán. "Mantenemos nuestro desafío con fuerza y resolución", ha afirmado el portavoz de la Hermandad Gehad el Haddad en su cuenta de Twitter. "Seguiremos avanzando hasta derribar el golpe".
El miércoles, el Gobierno decretó el estado de emergencia, que estuvo vigente durante tres décadas en la dictadura de Hosni Mubarak y que solo fue levantado en mayo de 2012, en plena transición tras la caída del rais. La mañana del jueves, el Ejecutivo interino ha ordenado el cierre "por tiempo indefinido" del puesto fronterizo de Rafá, el único acceso a la franja de Gaza no controlado por Israel. El régimen de Mubarak había restringido el uso del paso en 2007, tras la toma del territorio por el movimiento islamista Hamás. El levantamiento de las restricciones sobre Rafá había sido una de las medidas simbólicas adoptadas tras la revolución de 2011.
La noche ha sido de calma tras la entrada en vigor del estado de emergencia y el toque de queda. No se han producido incidentes en El Cairo y el tráfico volvía a fluir esta mañana en los alrededores de la mezquita de Rabaa al Adauiya, donde hasta ayer mismo se levantaba un campamento de protesta contra los militares y apoyo al expresidente islamista que incluía ya servicios como hospital o barberías. Sin embargo, los islamistas han convocado nuevas manifestaciones para hoy jueves –ayer, ante el ataque policial, llamaron a tomar la calle- y las fuerzas del orden han asegurado que no aceptarán nuevas concentraciones de apoyo a Morsi, el primer presidente egipcio elegido democráticamente, en las calles.
Según el Gobierno, los disturbios desencadenados ayer tras el asalto policial a los campamentos, el de Rabaa al Adauiya y el de la plaza Al Nahda, causaron la muerte de 343 personas, entre ellos 43 policías, aunque la cifra tiene visos de ser más elevada. Según la agencia AFP, uno de sus reporteros pudo contar 124 cuerpos solo en el hospital de campaña de la acampada de Al Adauiya. Los disturbios, desde estos campamentos, se extendieron a otros puntos de la capital egipcia y a otras ciudades del país, como Alejandría.
En varias localidades del valle del Nilo se han producido quemas de iglesias pertenecientes a la minoría cristiana copta, acusados por los Hermanos Musulmanes de respaldar el último golpe de Estado. En Asiut, en el centro del país, los fieles tuvieron que escapar por una ventana ante la turba que rodeó y apedreó su templo. En las localidades de Minya y Sohag los templos coptos también han ardido.
En este contexto, el Gobierno ha decretado el estado de emergencia en todo el país durante un mes y ha ordenado un toque de queda nocturno -de siete de la tarde a seis de la mañana- en once provincias, incluidas las principales ciudades, para tratar de contener la violencia.
La comunidad internacional ha reaccionado con contundencia en contra de la violencia. Tanto los jefes de la diplomacia estadounidense, John Kerry, y europea, Catherine Ashton, condenaron el baño de sangre, como lo hizo el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon o el Gobierno de Francia. Turquía, que se opuso al derrocamiento de Morsi, así como Irán, denunciaron la “masacre” cometida por las autoridades militares.
El Ejército aplasta la protesta islamistaAl menos 278 personas mueren en el asalto de la policía a las protestas islamistas y los posteriores enfrentamientos
Rocío López El País es El Cairo 14 AGO 2013
Rocío López El País es El Cairo 14 AGO 2013
Una matanza a tiros de seguidores de los Hermanos Musulmanes que causó ayer 278 fallecidos en Egipto, 43 de ellos policías, supuso el desmantelamiento de los inmensos campamentos de protesta levantados en El Cairo contra el derrocamiento del presidente islamista Mohamed Morsi el pasado tres de julio, y la reinstauración del estado de emergencia, vigente durante tres décadas bajo la dictadura de Hosni Mubarak.
Los seguidores de Mohamed Morsi tardaron un mes y medio en levantar una ciudad improvisada en el barrio de Ciudad Naser, con tiendas de campaña, ambulatorios, aseos y puestos ambulantes. Las fuerzas de seguridad egipcias redujeron en pocas horas todo a escombros —con fuego real, gases lacrimógenos y excavadoras— en una operación que incendió las calles egipcias. Al amanecer, las fuerzas de seguridad irrumpieron en las concentraciones de Rabaa al Adauiya y de la plaza de Al Nahda, tratando de dispersar a los congregados con gases lacrimógenos. “Tiraron las lonas [de la tienda de campaña]. Había policías y soldados. Dispararon gases lacrimógenos a los niños”, aseguró Saleh Abdulaziz, un maestro de 39 años citado por Reuters, tapándose una herida sangrante en la frente.
Los Hermanos Musulmanes y sus simpatizantes, que hasta el desalojo aseguraban que recibirían a los agentes de forma pacífica, y que no respondieron en un primer momento, se enzarzaron luego en duros enfrentamientos para proteger los campamentos.
Regueros de sangre comenzaron a marcar el camino hacia la morgue del hospital de campaña que, desde hacía varios días, permanecía alerta ante la inminente entrada de la policía en la sentada de Rabaa al Adauiya. Hora tras hora, se iban amontonando los cadáveres mientras médicos y grupos de voluntarios trataban de mantener con vida a los heridos más graves. Muchos de ellos presentaban heridas de bala en el pecho o en la cabeza. Las víctimas mortales fueron aumentando de forma incesante y será necesario esperar, quizá varios días, para contar con un balance definitivo. El Ministerio de Sanidad cifró las víctimas en 149 muertos (entre ellos 43 policías) y 874 heridos en todo el país. Los Hermanos Musulmanes llegaron a hablar de más de 2.000 muertos aunque finalmente rebajaron la estimación a varios cientos.
Tras los desalojos, se desataron choques en varios puntos de la capital, pero rápidamente se extendieron al resto del país cuando la Coalición Nacional para la Defensa de la Legitimidad llamaba a los partidarios de Morsi a protestar en las calles. De norte a sur, Egipto se tiñó de sangre y, cumpliendo con su promesa de incendiar las calles, cientos de islamistas quemaron coches de policía, edificios gubernamentales y viviendas.
En un repunte de la violencia sectaria que nunca había llegado a desaparecer, también prendieron fuego a varias iglesias. En la localidad de Al Arish, al norte de la península del Sinaí, ardía al menos un templo copto y otros tres lo hacían en la ciudad de Miña, en el Alto Egipto. La Iglesia copta condenó los ataques, que fueron dirigidos también contra monasterios, tiendas y domicilios particulares. También hubo disturbios en otras ciudades como Alejandría, Luxor, Asuán o Suez.
Las autoridades egipcias trataron de aparentar una relativa calma en el país, hasta que les resultó imposible guardar las apariencias, ante el descontrol total. Incapaces de controlar la creciente violencia, el Gobierno interino decretó el estado de emergencia durante un mes en todo el país —una medida que permite detenciones sin cargos— e impuso el toque de queda entre las siete de la tarde y las seis de la mañana en parte del territorio.
Como medidas complementarias las autoridades cerraron todas las calles que conducen a los asentamientos y todos los recintos arqueológicos y museos de manera indefinida. El Ministerio de Exteriores español desaconsejó los viajes a Egipto.
Con la caída del sol, cientos de acampados que todavía permanecían dentro de la sentada de Rabaa al Adauiya aceptaban la oferta del Gobierno de salir de allí pacíficamente. Sin mostrar prisa ni nerviosismo, una hilera de hombres, mujeres y niños abandonaban sus tiendas de campaña frente a la mirada de los agentes desplegados en la zona.
Un número importante de ellos abogaba por continuar con los enfrentamientos e, incluso, por crear nuevos campamentos. Tras huir de los lugares de los desalojos, varias decenas de islamistas acudieron a la mezquita de Mustafá Mahmud, en el barrio residencial de Mohandisin, donde lograron formar brevemente una nueva sentada. Efectivos de las fuerzas de seguridad acudieron rápidamente al lugar y dispersaron a los congregados con gases lacrimógenos. Varios testigos afirmaron, además, haber oído disparos sin determinar su procedencia.
La terrible situación que vive Egipto ha abierto una crisis política en el seno del Gobierno interino. Cumpliendo con su palabra, el vicepresidente para Asuntos Exteriores, Mohamed el Baradei, presentó su dimisión afirmando lo siguiente: “No puedo soportar la responsabilidad de tomar decisiones con las que no estoy de acuerdo”. El Ejecutivo interino dio por fracasada, hace varios días, la mediación diplomática de las diferentes delegaciones extranjeras que visitaron el país.
Desde la revolución de enero de 2011, Egipto ha sido escenario de diversos enfrentamientos provocados por las dificultades asociadas a la transición, aunque la brutal represión marca un antes y un después dada su crudeza y sus implicaciones. No hay indicios de que la violencia vaya a remitir tras una jornada en la que los periodistas tampoco se libraron de la violencia. Un cámara del canal británico Sky News, Mick Deane, y la reportera del canal árabe UAE, Habiba Abdel Aziz, murieron mientras cubrían el desalojo.
Dos periodistas entre las víctimas de la represión
La periodista Habiba Ahmed Abd Elaziz, de 26 años, empleada de Gulf News, ha fallecido en la represión desatada por el Ejército contra los seguidores del expresidente islamista, Mohamed Morsi, depuesto el pasado 3 de julio por un golpe de Estado militar, según comunica el medio. Además, un cámara de televisión británico de 61 años también está entre las víctimas de hoy. Mick Deane, casado y con dos hijos, trabajaba para Sky News desde hace 15 años. Anteriormente había desempeñado su labor en Washington y Jerusalém. La cadena ha creado un portal para homenajear al periodista,
"La pérdida de un compañero tan querido será sentida muy profundamente en Sky News. Nuestros pensamientos y oraciones están con su mujer y familia", ha señalado John Ryley, jefe del canal de noticias británico en un comunicado.
El primer ministro, el conservador David Cameron, también se ha mostrado entristecido por la muerte de Deane a través de su cuenta de Twitter.
Los seguidores de Mohamed Morsi tardaron un mes y medio en levantar una ciudad improvisada en el barrio de Ciudad Naser, con tiendas de campaña, ambulatorios, aseos y puestos ambulantes. Las fuerzas de seguridad egipcias redujeron en pocas horas todo a escombros —con fuego real, gases lacrimógenos y excavadoras— en una operación que incendió las calles egipcias. Al amanecer, las fuerzas de seguridad irrumpieron en las concentraciones de Rabaa al Adauiya y de la plaza de Al Nahda, tratando de dispersar a los congregados con gases lacrimógenos. “Tiraron las lonas [de la tienda de campaña]. Había policías y soldados. Dispararon gases lacrimógenos a los niños”, aseguró Saleh Abdulaziz, un maestro de 39 años citado por Reuters, tapándose una herida sangrante en la frente.
Los Hermanos Musulmanes y sus simpatizantes, que hasta el desalojo aseguraban que recibirían a los agentes de forma pacífica, y que no respondieron en un primer momento, se enzarzaron luego en duros enfrentamientos para proteger los campamentos.
Regueros de sangre comenzaron a marcar el camino hacia la morgue del hospital de campaña que, desde hacía varios días, permanecía alerta ante la inminente entrada de la policía en la sentada de Rabaa al Adauiya. Hora tras hora, se iban amontonando los cadáveres mientras médicos y grupos de voluntarios trataban de mantener con vida a los heridos más graves. Muchos de ellos presentaban heridas de bala en el pecho o en la cabeza. Las víctimas mortales fueron aumentando de forma incesante y será necesario esperar, quizá varios días, para contar con un balance definitivo. El Ministerio de Sanidad cifró las víctimas en 149 muertos (entre ellos 43 policías) y 874 heridos en todo el país. Los Hermanos Musulmanes llegaron a hablar de más de 2.000 muertos aunque finalmente rebajaron la estimación a varios cientos.
Tras los desalojos, se desataron choques en varios puntos de la capital, pero rápidamente se extendieron al resto del país cuando la Coalición Nacional para la Defensa de la Legitimidad llamaba a los partidarios de Morsi a protestar en las calles. De norte a sur, Egipto se tiñó de sangre y, cumpliendo con su promesa de incendiar las calles, cientos de islamistas quemaron coches de policía, edificios gubernamentales y viviendas.
En un repunte de la violencia sectaria que nunca había llegado a desaparecer, también prendieron fuego a varias iglesias. En la localidad de Al Arish, al norte de la península del Sinaí, ardía al menos un templo copto y otros tres lo hacían en la ciudad de Miña, en el Alto Egipto. La Iglesia copta condenó los ataques, que fueron dirigidos también contra monasterios, tiendas y domicilios particulares. También hubo disturbios en otras ciudades como Alejandría, Luxor, Asuán o Suez.
Las autoridades egipcias trataron de aparentar una relativa calma en el país, hasta que les resultó imposible guardar las apariencias, ante el descontrol total. Incapaces de controlar la creciente violencia, el Gobierno interino decretó el estado de emergencia durante un mes en todo el país —una medida que permite detenciones sin cargos— e impuso el toque de queda entre las siete de la tarde y las seis de la mañana en parte del territorio.
Como medidas complementarias las autoridades cerraron todas las calles que conducen a los asentamientos y todos los recintos arqueológicos y museos de manera indefinida. El Ministerio de Exteriores español desaconsejó los viajes a Egipto.
Con la caída del sol, cientos de acampados que todavía permanecían dentro de la sentada de Rabaa al Adauiya aceptaban la oferta del Gobierno de salir de allí pacíficamente. Sin mostrar prisa ni nerviosismo, una hilera de hombres, mujeres y niños abandonaban sus tiendas de campaña frente a la mirada de los agentes desplegados en la zona.
Un número importante de ellos abogaba por continuar con los enfrentamientos e, incluso, por crear nuevos campamentos. Tras huir de los lugares de los desalojos, varias decenas de islamistas acudieron a la mezquita de Mustafá Mahmud, en el barrio residencial de Mohandisin, donde lograron formar brevemente una nueva sentada. Efectivos de las fuerzas de seguridad acudieron rápidamente al lugar y dispersaron a los congregados con gases lacrimógenos. Varios testigos afirmaron, además, haber oído disparos sin determinar su procedencia.
La terrible situación que vive Egipto ha abierto una crisis política en el seno del Gobierno interino. Cumpliendo con su palabra, el vicepresidente para Asuntos Exteriores, Mohamed el Baradei, presentó su dimisión afirmando lo siguiente: “No puedo soportar la responsabilidad de tomar decisiones con las que no estoy de acuerdo”. El Ejecutivo interino dio por fracasada, hace varios días, la mediación diplomática de las diferentes delegaciones extranjeras que visitaron el país.
Desde la revolución de enero de 2011, Egipto ha sido escenario de diversos enfrentamientos provocados por las dificultades asociadas a la transición, aunque la brutal represión marca un antes y un después dada su crudeza y sus implicaciones. No hay indicios de que la violencia vaya a remitir tras una jornada en la que los periodistas tampoco se libraron de la violencia. Un cámara del canal británico Sky News, Mick Deane, y la reportera del canal árabe UAE, Habiba Abdel Aziz, murieron mientras cubrían el desalojo.
Dos periodistas entre las víctimas de la represión
La periodista Habiba Ahmed Abd Elaziz, de 26 años, empleada de Gulf News, ha fallecido en la represión desatada por el Ejército contra los seguidores del expresidente islamista, Mohamed Morsi, depuesto el pasado 3 de julio por un golpe de Estado militar, según comunica el medio. Además, un cámara de televisión británico de 61 años también está entre las víctimas de hoy. Mick Deane, casado y con dos hijos, trabajaba para Sky News desde hace 15 años. Anteriormente había desempeñado su labor en Washington y Jerusalém. La cadena ha creado un portal para homenajear al periodista,
"La pérdida de un compañero tan querido será sentida muy profundamente en Sky News. Nuestros pensamientos y oraciones están con su mujer y familia", ha señalado John Ryley, jefe del canal de noticias británico en un comunicado.
El primer ministro, el conservador David Cameron, también se ha mostrado entristecido por la muerte de Deane a través de su cuenta de Twitter.
Más de 150 muertos en Egipto tras la carga del Ejército a los seguidores de MursiEl Gobierno ha confirmado 95 muertos y 847 heridos en el país en el marco de los enfrentamientos entre los seguidores del anterior presidente, Mohamed Mursi, y las fuerzas de seguridad.
Un manifestante abandona el campamento obligado por las fuerzas de seguridad egipcias.- EFE
EFE El Cairo 14/08/2013
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La intervención del Ejército egipcio contra los seguidores del anterior presidente del país, Mohamed Mursi, derrocado por un golpe de Estado el pasado 3 de julio, han dejado decenas de muertos en El Cairo y en otros puntos del país. Las cargas del Ejército y de la Policía se iniciado a primera hora de la mañana, con el deslojo de los dos campamentos de protesta en El Cairo. Los últimos datos oficiales del recuento de victimas alcanza los 149 fallecidos en diversas provincias del país, según fuentes del Ministerio de Sanidad egipcio. Sólo en la capital egipcia el Ministerio de Sanidad señala que al menos 49 personas han perdido la vidad. Además, hay 1.403 heridos. Anteriormente, el Ministerio de Sanidad había hablado de víctimas en las provincias de Beheira y Daqahiliya (norte), en Suez (este), Luxor (sur) y Alejandría (norte), entre otras.
Entre los fallecidos se encuentran dos periodistas, uno británico de Sky News y una egipcia de Xpress. Igualmente, entre los fallecidos figura la hija adolescente uno de los líderes de los Hermanos Musulmanes, Mohamed el Beltagy, detenido este miércoles durante uno de los desalojos en la capital egipcia. El hermano de la joven ha afirmado que la adolescente ha recibido disparos en la espalda y en el pecho.
También, cuatro policías egipcios murieron por disparos realizados por seguidores del depuesto presidente en un barrio del oeste de El Cairo, según la televisión estatal. Además, según los medios oficiales, se han producido incidentes separados a lo largo del país, en los que varias comisarías y edificios del Gobierno han sido objeto de ataques después de que las fuerzas de seguridad dispersasen las protestas que piden la vuelta de Mursi.
Hermanos Musulmanes, por su parte, ha afirmado que el hospital de campaña situado cerca del campamento de Raba al Adawiya ha declarado 2.200 muertes y ha atendido a más de 10.000 personas, según el diario egipcio Al Ahram.
Ataque al campamento
El Ejército egipcio ha abierto fuego contra manifestantes partidarios del anterior presidente de Egipto, Mohamed Mursi, que intentaban sumarse a uno de los campamentos de protesta de El Cairo que está siendo desalojado por los agentes de las fuerzas de seguridad, según ha informado un reportero de Reuters presente en el lugar.
20 personas han recibido disparos en las piernas por parte de militares egipcios
El periodista ha indicado que ha visto a unas 20 personas que han recibido disparos en las piernas por parte de militares egipcios. Los partidarios del presidente depuesto estaban lanzando piedras y cócteles molotov contra los militares egipcios.
Además, la policía ha detenido al destacado dirigente de los Hermanos Musulmanes Mohamed el Beltagui en las inmediaciones de la plaza de Rabea al Adauiya. Una fuente de los servicios de seguridad informó de que El Beltagui fue arrestado en un edificio próximo a la plaza.
Contra El Beltagui penden varias órdenes de detención por su supuesta implicación en disturbios desde el pasado 3 de julio, cuando el presidente Mohamed Mursi, que militó en la Hermandad hasta su acceso al poder, fue depuesto por el Ejército. Ahora los agentes persiguen al clérigo islamista Safuat al Higazi, que también se encontraba entre los acampados en Rabea al Adauiya.
Miles de seguidores del expresidente Mursi se encuentran concentrados en Rabaa al Adawiya, para reclamar el retorno al poder del mandatario, que fue desalojado por un golpe de Estado perpetrado por militares. Un testigo ha asegurado que ha visto quince cuerpos en el hospital de campaña que hay en el campamento de protesta.
La televisión estatal agregó que al menos 200 simpatizantes de la Hermandad fueron detenidos durante el asalto policial. La policía comenzó a primera hora de esta mañana a tirar gases lacrimógenos contra las acampadas, lo que derivó en choques con los islamistas. Ambas partes se acusan de haber empleado armas de fuego durante los enfrentamientos.
Desde el golpe de Estado del 3 de julio, más de 300 personas han perdido la vida "Es repugnante, están destrozando nuestras tiendas. No podemos respirar y hay mucha gente en el hospital", ha relatado a Reuters Murad Ahmed, uno de los acampados situado junto al hospital del campamento, en el que los Hermanos Musulmanes han llevado sacos terreros para resistirse a la operación de desalojo lanzada por las fuerzas de seguridad.
La agencia de noticias oficial MENA ha indicado que las fuerzas de seguridad van a llevar a cabo un plan para dispersar por fases a los manifestantes partidarios de Mursi. En la otra punta de El Cairo, se ha podido ver una nube de humo que sale del campamento de protesta de Nahda, donde los agentes han irrumpido para desalojar a los manifestantes.
Desde el golpe de Estado del 3 de julio pasado, más de 300 personas han perdido la vida, incluidos decenas de seguidores de Mursi abatidos por las fuerzas de seguridad egipcias.
"Dureza y firmeza"
El Gobierno egipcio, por su parte, ha amenazado este miércoles con hacer frente con "toda la dureza y firmeza" a los ataques contra propiedades públicas y comisarías. El portavoz del Consejo de Ministros Sherif Shauqi ha leído un comunicado del Ejecutivo en el que asegura que perseguirán a "los alborotadores" para proteger las propiedades del pueblo.
Además, el Gobierno pidió a los Hermanos Musulmanes que dejen de instigar a sus seguidores para que perjudiquen la seguridad nacional. "El ejecutivo atribuirá a los dirigente de los Hermanos Nusulmanes la responsabilidad total de cualquier sangre que se derrame y de todo el caos y la violencia actual", advirtió el portavoz. Asimismo, insistió en que las autoridades seguirán adelante con el plan trazado para la transición, que contempla la celebración de elecciones anticipadas y la reforma de la Constitución.
El Consejo de Ministros alabó, además, el papel desempeñado por las fuerzas de seguridad para aplicar la ley en las plazas de Rabea al Adauiya y del Nahda, en El Cairo, "lo que se refleja en el reducido número de heridos".
Reacciones en Europa
La Unión Europea (UE) reclamó este miércoles contención a todas las partes en Egipto y consideró "extremadamente preocupantes" las informaciones sobre víctimas en el desalojo de las acampadas de los seguidores del depuesto presidente Mohamed Mursi.
"La violencia no ofrece soluciones", señala el portavoz comunitario Peter Stano
"La violencia no ofrece soluciones y por eso estamos instando con fuerza a todas las partes a ejercer la mayor contención", señaló el portavoz comunitario Peter Stano. Además, aseguró que la UE sigue con "gran preocupación" la situación sobre el terreno y subrayó su compromiso con un Egipto "fuerte, democrático, inclusivo y próspero".
Bruselas se había mostrado en contra de las intenciones de las autoridades egipcias de desmantelar por la fuerza los campamentos de los Hermanos Musulmanes y había pedido "que se garantice el derecho de expresión mientras las manifestaciones sean pacíficas".
La UE ha instado a todas las partes en Egipto a dar pasos para una "genuina reconciliación" y preparar "lo antes posible" elecciones presidenciales y parlamentarias, una postura que ha defendido junto a Estados Unidos.
Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores alemán, Guido Westerwelle, instó a su homólogo egipcio Nabil Fahmy a no renunciar a los esfuerzos para encontrar una solución pacífica a la crisis en Egipto.
Westerwelle, según el Ministerio de Exteriores, habló por teléfono con Fahmy y dijo que todas las partes en conflicto deben comportarse de manera responsable y contribuir a detener la escalada de violencia.
Simultáneamente, el gobierno alemán actualizó sus advertencias acerca del riesgo que implica viajar a Egipto debido a la incertidumbre por las repercusiones de la violencia en las zonas turísticas.
Entre los fallecidos se encuentran dos periodistas, uno británico de Sky News y una egipcia de Xpress. Igualmente, entre los fallecidos figura la hija adolescente uno de los líderes de los Hermanos Musulmanes, Mohamed el Beltagy, detenido este miércoles durante uno de los desalojos en la capital egipcia. El hermano de la joven ha afirmado que la adolescente ha recibido disparos en la espalda y en el pecho.
También, cuatro policías egipcios murieron por disparos realizados por seguidores del depuesto presidente en un barrio del oeste de El Cairo, según la televisión estatal. Además, según los medios oficiales, se han producido incidentes separados a lo largo del país, en los que varias comisarías y edificios del Gobierno han sido objeto de ataques después de que las fuerzas de seguridad dispersasen las protestas que piden la vuelta de Mursi.
Hermanos Musulmanes, por su parte, ha afirmado que el hospital de campaña situado cerca del campamento de Raba al Adawiya ha declarado 2.200 muertes y ha atendido a más de 10.000 personas, según el diario egipcio Al Ahram.
Ataque al campamento
El Ejército egipcio ha abierto fuego contra manifestantes partidarios del anterior presidente de Egipto, Mohamed Mursi, que intentaban sumarse a uno de los campamentos de protesta de El Cairo que está siendo desalojado por los agentes de las fuerzas de seguridad, según ha informado un reportero de Reuters presente en el lugar.
20 personas han recibido disparos en las piernas por parte de militares egipcios
El periodista ha indicado que ha visto a unas 20 personas que han recibido disparos en las piernas por parte de militares egipcios. Los partidarios del presidente depuesto estaban lanzando piedras y cócteles molotov contra los militares egipcios.
Además, la policía ha detenido al destacado dirigente de los Hermanos Musulmanes Mohamed el Beltagui en las inmediaciones de la plaza de Rabea al Adauiya. Una fuente de los servicios de seguridad informó de que El Beltagui fue arrestado en un edificio próximo a la plaza.
Contra El Beltagui penden varias órdenes de detención por su supuesta implicación en disturbios desde el pasado 3 de julio, cuando el presidente Mohamed Mursi, que militó en la Hermandad hasta su acceso al poder, fue depuesto por el Ejército. Ahora los agentes persiguen al clérigo islamista Safuat al Higazi, que también se encontraba entre los acampados en Rabea al Adauiya.
Miles de seguidores del expresidente Mursi se encuentran concentrados en Rabaa al Adawiya, para reclamar el retorno al poder del mandatario, que fue desalojado por un golpe de Estado perpetrado por militares. Un testigo ha asegurado que ha visto quince cuerpos en el hospital de campaña que hay en el campamento de protesta.
La televisión estatal agregó que al menos 200 simpatizantes de la Hermandad fueron detenidos durante el asalto policial. La policía comenzó a primera hora de esta mañana a tirar gases lacrimógenos contra las acampadas, lo que derivó en choques con los islamistas. Ambas partes se acusan de haber empleado armas de fuego durante los enfrentamientos.
Desde el golpe de Estado del 3 de julio, más de 300 personas han perdido la vida "Es repugnante, están destrozando nuestras tiendas. No podemos respirar y hay mucha gente en el hospital", ha relatado a Reuters Murad Ahmed, uno de los acampados situado junto al hospital del campamento, en el que los Hermanos Musulmanes han llevado sacos terreros para resistirse a la operación de desalojo lanzada por las fuerzas de seguridad.
La agencia de noticias oficial MENA ha indicado que las fuerzas de seguridad van a llevar a cabo un plan para dispersar por fases a los manifestantes partidarios de Mursi. En la otra punta de El Cairo, se ha podido ver una nube de humo que sale del campamento de protesta de Nahda, donde los agentes han irrumpido para desalojar a los manifestantes.
Desde el golpe de Estado del 3 de julio pasado, más de 300 personas han perdido la vida, incluidos decenas de seguidores de Mursi abatidos por las fuerzas de seguridad egipcias.
"Dureza y firmeza"
El Gobierno egipcio, por su parte, ha amenazado este miércoles con hacer frente con "toda la dureza y firmeza" a los ataques contra propiedades públicas y comisarías. El portavoz del Consejo de Ministros Sherif Shauqi ha leído un comunicado del Ejecutivo en el que asegura que perseguirán a "los alborotadores" para proteger las propiedades del pueblo.
Además, el Gobierno pidió a los Hermanos Musulmanes que dejen de instigar a sus seguidores para que perjudiquen la seguridad nacional. "El ejecutivo atribuirá a los dirigente de los Hermanos Nusulmanes la responsabilidad total de cualquier sangre que se derrame y de todo el caos y la violencia actual", advirtió el portavoz. Asimismo, insistió en que las autoridades seguirán adelante con el plan trazado para la transición, que contempla la celebración de elecciones anticipadas y la reforma de la Constitución.
El Consejo de Ministros alabó, además, el papel desempeñado por las fuerzas de seguridad para aplicar la ley en las plazas de Rabea al Adauiya y del Nahda, en El Cairo, "lo que se refleja en el reducido número de heridos".
Reacciones en Europa
La Unión Europea (UE) reclamó este miércoles contención a todas las partes en Egipto y consideró "extremadamente preocupantes" las informaciones sobre víctimas en el desalojo de las acampadas de los seguidores del depuesto presidente Mohamed Mursi.
"La violencia no ofrece soluciones", señala el portavoz comunitario Peter Stano
"La violencia no ofrece soluciones y por eso estamos instando con fuerza a todas las partes a ejercer la mayor contención", señaló el portavoz comunitario Peter Stano. Además, aseguró que la UE sigue con "gran preocupación" la situación sobre el terreno y subrayó su compromiso con un Egipto "fuerte, democrático, inclusivo y próspero".
Bruselas se había mostrado en contra de las intenciones de las autoridades egipcias de desmantelar por la fuerza los campamentos de los Hermanos Musulmanes y había pedido "que se garantice el derecho de expresión mientras las manifestaciones sean pacíficas".
La UE ha instado a todas las partes en Egipto a dar pasos para una "genuina reconciliación" y preparar "lo antes posible" elecciones presidenciales y parlamentarias, una postura que ha defendido junto a Estados Unidos.
Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores alemán, Guido Westerwelle, instó a su homólogo egipcio Nabil Fahmy a no renunciar a los esfuerzos para encontrar una solución pacífica a la crisis en Egipto.
Westerwelle, según el Ministerio de Exteriores, habló por teléfono con Fahmy y dijo que todas las partes en conflicto deben comportarse de manera responsable y contribuir a detener la escalada de violencia.
Simultáneamente, el gobierno alemán actualizó sus advertencias acerca del riesgo que implica viajar a Egipto debido a la incertidumbre por las repercusiones de la violencia en las zonas turísticas.
Tensión en Egipto: 149 muertos y renuncia vicepresidente Mohamed el Baradei14 agosto 2013 Cubadebate
La cifra de muertos tras una operativo militar contra manifestantes en El Cairo y numerosos enfrentamientos en todo Egipto escaló el miércoles a 149, informó el Ministerio de Salud.
La agencia oficial de noticias MENA también citó a un portavoz del ministerio egipcio cuando dijo que 1.403 personas estaban heridas.
Por otra parte, el vicepresidente egipcio de Relaciones Exteriores, Mohamed el Baradei, renunció hoy al cargo, tras los disturbios de las últimas horas en el país, en una carta dirigida al jefe de Estado interino, Adli Mansur.
“Presento mi dimisión del puesto de vicepresidente y pido a Dios el altísimo que preserve nuestro querido Egipto de todo lo malo, y que cumpla las esperanzas y aspiraciones de pueblo”, explicó El Baradei en su misiva.
(Con información de las agencias)
Europa se limita a llamar a la calma mientras EE UU rechaza la represiónTurquía llama a una intervención internacional para detener la “masacre”La Unión Europea insta a la “contención” al Gobierno interino egipcioLuis Doncel / Eva Saiz El País es Bruselas / Washington 14 AGO 2013
Tras una de las mayores matanzas que se recuerdan desde el principio de la primavera árabe, Europa solo ha sabido echar mano de una declaración intenciones a favor de la calma y de rechazo a la violencia. “Deploro la pérdida de vidas, heridos y daños registrados en El Cairo y otros lugares de Egipto. Llamo a las fuerzas de seguridad a ejercer la mayor contención y a todos los ciudadanos a evitar más provocaciones y una escalda de violencia”, dijo a través de un comunicado la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton. “La confrontación y la violencia no son el camino para resolver los asuntos políticos”, añadió. Más rotundo fue el presidente del Parlamento Europeo, el alemán Martin Schulz, que aspira a convertirse en el candidato socialista a presidir la Comisión el próximo año, quien condenó “cualquier intervención violenta por parte de las fuerzas policiales contra los partidarios del expresidente Morsi”.
Varios países europeos —como Reino Unido, Francia y Alemania han mostrado su consternación por la violencia en Egipto. El Ministerio de Exteriores español recordó en un comunicado la necesidad de que “participen todas las fuerzas políticas y sociales en un diálogo nacional que haga posible el regreso de Egipto a la normalidad institucional”.
La violencia lleva a EE UU a "revisar" su postura hacia el Gobierno interino salido del golpe de Estado
“El actual Gobierno interino y el Ejército son los únicos responsables de acabar con esta violencia y el resto de fuerzas políticas deben tratar de acercar posturas por la vía pacífica”, insistió el jefe de la Diplomacia estadounidense, quien defendió la necesidad de una transición democrática inclusiva. “La promesa de la revolución del 2011 no se ha materializado todavía”, advirtió Kerry.
Ni el secretario de Estado ni el portavoz de la Casa Blanca anunciaron medidas concretas por parte de EE UU en respuesta a la escalada de violencia en Egipto. El portavoz de la Casa Blanca ha reconocido que la Administración “revisará la ayuda a Egipto” en función de la evolución de los acontecimientos y “de lo que sea mejor para los intereses de EE UU”. El Departamento de Estado insistió en esa idea. "Estamos revisando nuestra relación con El Cairo continuamente, y eso incluye la ayuda", señaló su portavoz, Jen Psaki.
Kerry transmitió “su preocupación” por los últimos acontecimientos al actual ministro de Asuntos Exteriores de Egipto así como al ya ex vicepresidente del Gobierno interino, Mohamed el Baradei, con quien conversó después de que presentara su dimisión, según la portavoz del Departamento de Estado. “Con cada llamada, el secretario de Estado está tratando de reconducir la situación en el país y restaurar la democracia”, indicó Psaki
El presidente del Parlamento Europeo, Martin Schluz, condenó “cualquier intervención violenta de las fuerzas policiales contra los partidarios de Morsi”
La Casa Blanca sí condenó abiertamente la violencia ejercida contra los manifestantes islamistas en Egipto y mostró su oposición a la declaración del estado de emergencia. En una rueda de prensa en Martha’s Vineyard, donde el presidente de EE UU, Barack Obama, está pasando unos días de descanso, el portavoz de la presidencia, Josh Earnest, instó a los responsables del Ejército egipcio a que respeten los derechos humanos de sus ciudadanos y advirtió de que esta espiral de violencia "dificulta el camino hacia la estabilidad".
Earnest insistió en que la Administración Obama ha transmitido a los responsables del Gobierno interino, con los que, aseguró, mantiene un contacto permanente, “su preocupación” por los últimos acontecimientos y que su actitud no se corresponde con “su compromiso de respetar las libertades públicas y liderar un proceso de transición democrática inclusivo”.
La Administración Obama se ha resistido hasta el momento a calificar la salida forzosa del poder de Mohamed Morsi, impuesta por el Ejército egipcio, como un golpe de Estado para salvaguardar la ayuda económica y militar de 1.500 millones de dólares que Washington envía a El Cairo cada año. La ambigüedad con la que la Casa Blanca ha reaccionado a la escalada de violencia en Egipto ha sido criticada por varios miembros del Congreso, entre ellos el senador republicano John McCain, que la semana pasada viajó al país norteafricano, para tratar de mediar en el conflicto. McCain ha advertido de que si el actual Gobierno desoye la llamada a la moderación de EE UU y continúa hostigando a la oposición, el Congreso deberá replantearse el envío de ayuda a Egipto. El portavoz de la Casa Blanca reconoció ayer que la Administración "revisará la ayuda a Egipto" en función de la evolución de los acontecimientos.
El secretario general de Naciones Unidas, Ban ki-moon, condenó con dureza los hechos en un comunicado en el que lamentaba que “las autoridades egipcias eligieran usar la fuerza para responder a las manifestaciones”.
El Gobierno de Turquía fue el más contundente en su reacción ante la violencia en Egipto. Según un comunicado de la oficina del primer ministro, el islamista moderado Recep Tayyip Erdogan: “la comunidad internacional, encabezada por el Consejo de Seguridad de la ONU y por la Liga Árabe, debe pasar inmediatamente a la acción para que cesen las matanzas”. El presidente de Turquía, Abdulá Gül, calificó también de “inaceptable” la “intervención armada contra civiles que se manifiestan” en El Cairo, en referencia a los partidarios del depuesto presidente Mohamed Morsi. “Egipto se dirige hacia el caos, hacia un callejón sin salida”, dijo Gül a la prensa en el aeropuerto de Estambul.
Quizás, el último acontecimiento parecido fue la invasión de la antigua Checoslovaquía por los tanques soviéticos que pusieron fin a “la primavera de Praga”, aquella experiencia de socialismo en libertad que la URSS liquidó a sangre y fuego. Entonces, una parte considerable de la izquierda internacional aplaudió la criminal acción y el resto se limitó a mirar para otro lado como cínicos “compañeros de viaje”. El terrorismo de Estado tenía buena prensa si lo practicaba “uno de los nuestros”, y hasta intelectuales de primera fila, como el filósofo Jean-Paul Sartre, apadrinaron el golpe. Eran tiempos de la “guerra fría” y eso justificaba lo injustificable.
Sin embargo ya no hay “guerra fría”, salvo que se acepte como enemigo a esa ingente humanidad que tiene en el Islam su ideal religioso, moral y cultural, en línea con lo apuntado por el ideólogo norteamericano que formuló el concepto xenófobo de “choque de civilizaciones”. El “bloque del Este” hace años que se desmoronó como un castillo de naipes y aún está esperando al cronista que cuente al mundo cómo fue posible que la superpotencia que lideraba el “socialismo real” desapareciera para dar paso al régimen de los oligarcas y los pogroms homófobos. En la andaluza Marbella, los multimillonarios rusos ya son la jef de referencia, casi superando en fortunas, influencia, ostentación y despilfarro a los jeques árabes.
Las reiteradas masacres de islamistas en Egipto no tienen aquellos parámetros “exculpatorios” de lucha de clases a nivel mundial. Los contendientes son otros. Por un lado están los que respaldan al primer gobierno democráticamente elegido en la historia del país, y por otro los que han apoyado su derrocamiento por los militares bajo el supuesto de abortar un proyecto de islamización social desde el poder. Con este último argumento de “justicia preventiva” se ha dado vía libre a un brutal golpe de Estado de una gravedad incalculable, que ha hecho correr ríos de sangre entre la población civil. Y además, esta segunda fase “reaccionaria” de la primavera árabe va a dejarse sentir como una losa sobre los movimientos sociales surgidos en diferentes partes del mundo por el “efecto Tahrir”. El socialismo de cuartel que acabó con la “primavera de Praga” está al acecho en Egipto.
De la izquierda dependerá; de esas organizaciones laicas que han apoyado la represión de la policía y sus matones; de esos sindicatos y partidos obreros que están siendo cómplices de las matanzas a islamistas y defensores del depuesto presidente Morsi; de la opinión pública internacional y los sectores progresistas que callan ante la barbarie programada por los generales; de esos profetas de la “revolución pendiente” que ven de nuevo en el terrorismo de Estado un atajo hacia el poder. En fin, de todos cuantos, desde posiciones ideológicas distintas e incluso opuestas, prefieren la injusticia al desorden y están secundando a los grandes intereses económicos occidentales, de la Unión Europea, Estados Unidos e Israel, para ”restaurar la democracia” en Egipto a través del “golpe militar de los civiles”. Como ha dicho el secretario de Estado norteamericano Kerry, seguramente pensando en el derrocamiento de Salvador Allende.
Urge que el 15-M, la sociedad civil y todos los movimientos autoorganizados que luchan por un mundo mejor proclamen, alto y claro: ¡no nos representan!,¡lo llaman democracia y no lo es!
El vicepresidente egipcio El Baradei dimite tras los disturbiosEl premio Nobel de la Paz lo comunicó a través de una misiva donde agregó: "Pido a Dios el altísimo que preserve nuestro querido Egipto de todo lo malo, y que cumpla las esperanzas y aspiraciones del pueblo"
EFE El Cairo 14/08/2013
Mohamed El Baradei, en una imagen de archivo.-REUTERS
El vicepresidente egipcio de Relaciones Exteriores, Mohamed el Baradei, renunció hoy al cargo, tras los disturbios de las últimas horas en el país, en una carta dirigida al jefe de Estado interino, Adli Mansur."Presento mi dimisión del puesto de vicepresidente y pido a Dios el altísimo que preserve nuestro querido Egipto de todo lo malo, y que cumpla las esperanzas y aspiraciones del pueblo", explicó El Baradei en su misiva, a la que tuvo acceso Efe. "Ha llegado a ser difícil para mí continuar al frente de la responsabilidad de tomar decisiones con las que no estoy de acuerdo y de las que temo sus consecuencias", agregó el premio Nobel de la paz egipcio.
"Ha llegado a ser difícil para mí continuar con la responsabilidad de tomar decisiones con las que no estoy de acuerdo" En ese sentido, señaló que no es capaz de asumir la responsabilidad de una sola gota de sangre ante Dios, ante su conciencia y los ciudadanos, especialmente, porque estaba convencido de que la violencia era evitable. Advirtió de que "lamentablemente los que se benefician de lo sucedido hoy son quienes llaman a la violencia, al terrorismo y a grupos más extremistas".
El Baradei llevaba en el cargo desde el pasado 14 de julio, después del golpe de Estado militar que depuso al presidente, el islamista Mohamed Mursi, el día 3 de ese mes. En el texto, el exdirector del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) apuntó que ha intentado defender en su puesto los principios de la Revolución del 25 de Enero, que derrocó al régimen de Hosni Mubarak en febrero de 2011.
"Creo que la estabilidad y la prosperidad solo se lograrán mediante un consenso nacional, y la paz social, a través de la creación de un Estado civil, en el que no se implique la religión en política", indicó. Destacó que hay grupos que adoptan la religión como "un telón" y que tuvieron éxito en dividir el país tras alcanzar el poder hace un año, en referencia a los Hermanos Musulmanes, grupo en el que militó Mursi hasta que accedió a la Presidencia.
Apuntó que con el derrocamiento de Mursi esperaba que se pusiera fin a la polarización y que por ese motivo aceptó el cargo. Sin embargo, con el cambio de autoridades, "hemos llegado a un estado de polarización más dura y el tejido social está amenazado porque la violencia no trae más que violencia", lamentó. El Ministerio de Sanidad de Egipto informó hoy de que al menos 149 personas murieron y 1.403 resultaron heridas en los enfrentamientos ocurridos en varias provincias del país.
Los disturbios se desencadenaron después de que las fuerzas del orden lanzaran esta mañana una operación policial para desmantelar las acampadas de los seguidores de Mursi en El Cairo.
La Presidencia egipcia declara el Estado de Emergencia
Con esta medida se suspende un gran número de derechos personales, civiles y políticos como el de huelga. Además, da manos libres al aparato militar para irrumpir en una vivienda y detener a cualquier persona sin necesidad de notificarlo a las autoridades judiciales.
EFE El Cairo 14/08/2013
EFE El Cairo 14/08/2013
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La Presidencia egipcia decretó este miércoles el Estado de Emergencia en todo el país durante un mes a partir de las 16.00 hora local (14.00 GMT), tras los disturbios de las últimas horas. Además, las autoridades egipcias han declarado el toque de queda desde las 19.00 a las 06.00 hora local (17.00 a 04.00 hora GMT) en varias provincias del país, entre ellas El Cairo y Giza, según la televisión egipcia.
Al menos 278 personas han muerto y más de 2.000 han resultado heridas en Egipto en el marco de los enfrentamientos entre los seguidores del anterior presidente, Mohamed Mursi, y las fuerzas de seguridad, después de que los agentes iniciaran el desalojo de los dos campamentos de protesta en El Cairo, según ha informado la cadena de televisión británica BBC.
Según un comunicado de la Presidencia, leído en la televisión estatal, la decisión fue adoptada debido al "peligro" que se cierne sobre "la seguridad y el orden en los territorios del país". El presidente interino egipcio, Adli Mansur, encargó a las fuerzas armadas, con la ayuda de la policía, adoptar las "medidas necesarias" ante esta situación.
Las autoridades denunciaron "actos intencionados de destrucción y ataques contra instalaciones públicas y privadas y la muerte de ciudadanos a manos de grupos radicales". Esta medida de excepción ha contado con la aprobación del Consejo de Ministros.
Los disturbios se han extendido por distintas partes del país, después de que la policía iniciara esta mañana una operación para desmantelar las acampadas de los seguidores del depuesto presidente Mohamed Mursi en las plazas de Rabea al Adauiya y de Al Nahda, en El Cairo. El Ministerio de Sanidad ha confirmado al menos 278 muertos y más de 2.000 heridos en choques en distintas provincias de Egipto.
El estado de emergencia estuvo en vigor en Egipto con la excusa de la lucha contra el terrorismo desde 1981 hasta mayo de 2012, cuando decidió no renovarlo la junta militar que gobernó el país desde el derrocamiento del régimen de Hosni Mubarak (1981-2011) hasta la ascensión de Mursi al poder en junio del año pasado.
Con el estado de emergencia se suspende un gran número de derechos personales, civiles y políticos como el de huelga, el de ser asistido por un abogado en caso de ser detenido o a celebrar mítines políticos.
Esta medida da manos libres a los aparatos de seguridad para irrumpir en una vivienda y detener a cualquier persona de manera indefinida sin necesidad de notificarlo a las autoridades judiciales.
Fuente:Amarelle
Al menos 278 personas han muerto y más de 2.000 han resultado heridas en Egipto en el marco de los enfrentamientos entre los seguidores del anterior presidente, Mohamed Mursi, y las fuerzas de seguridad, después de que los agentes iniciaran el desalojo de los dos campamentos de protesta en El Cairo, según ha informado la cadena de televisión británica BBC.
Según un comunicado de la Presidencia, leído en la televisión estatal, la decisión fue adoptada debido al "peligro" que se cierne sobre "la seguridad y el orden en los territorios del país". El presidente interino egipcio, Adli Mansur, encargó a las fuerzas armadas, con la ayuda de la policía, adoptar las "medidas necesarias" ante esta situación.
Las autoridades denunciaron "actos intencionados de destrucción y ataques contra instalaciones públicas y privadas y la muerte de ciudadanos a manos de grupos radicales". Esta medida de excepción ha contado con la aprobación del Consejo de Ministros.
Los disturbios se han extendido por distintas partes del país, después de que la policía iniciara esta mañana una operación para desmantelar las acampadas de los seguidores del depuesto presidente Mohamed Mursi en las plazas de Rabea al Adauiya y de Al Nahda, en El Cairo. El Ministerio de Sanidad ha confirmado al menos 278 muertos y más de 2.000 heridos en choques en distintas provincias de Egipto.
El estado de emergencia estuvo en vigor en Egipto con la excusa de la lucha contra el terrorismo desde 1981 hasta mayo de 2012, cuando decidió no renovarlo la junta militar que gobernó el país desde el derrocamiento del régimen de Hosni Mubarak (1981-2011) hasta la ascensión de Mursi al poder en junio del año pasado.
Con el estado de emergencia se suspende un gran número de derechos personales, civiles y políticos como el de huelga, el de ser asistido por un abogado en caso de ser detenido o a celebrar mítines políticos.
Esta medida da manos libres a los aparatos de seguridad para irrumpir en una vivienda y detener a cualquier persona de manera indefinida sin necesidad de notificarlo a las autoridades judiciales.
Fuente:Amarelle
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