19 de agosto de 2013

MADRE HAY UNA SOLA.

19.08.2013 
Taty Almeida, integrante de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, dialogó con este diario. Recordó su infancia e hizo referencia a un hecho que la marcó de por vida: la desaparición de su hijo Alejandro, a quien nunca más vio. "Esa herida no se va a cerrar jamás", dijo
Las hojas de su documento dicen Lidia Almeida. Sin embargo, es conocida como Taty. Nació en el barrio porteño de Belgrano el 28 de junio de 1930, cuando el mundo atravesaba una de sus más duras crisis económicas de la historia, la cual repercutió en los ámbitos sociales y políticos.

Nunca imaginó que iba a vivir los momentos que vivió. No obstante, en su interior, aun quedan las huellas de una fecha que jamás borrará de su memoria. Ese 17 de junio de 1975 marcó a fuego un antes y un después en la vida de Taty. Ese día fue la última vez que vio a Alejandro, su hijo. Fue la jornada en la que por última vez lo escuchó decir una palabra, la cual todavía deambula en su prestigiosa memoria.

Durante la anterior semana, Almeida, integrante de Madres de Plaza de Mayo-Linea Fundadora, compartió su experiencia en diferentes entidades educativas de nuestra ciudad. Visitó escuelas y brindó una enriquecedora charla en el centro cultural La Casona, donde la importante concurrencia que asistió al lugar apreció las palabras de una mujer que nunca perdió las esperanzas.

En una amena conversación con este diario, Almeida recordó su infancia, a la cual la definió como "maravillosa" y "estupenda". Entre sus apreciaciones, resaltó la figura de su hijo Alejandro y realzó la política de derechos humanos emprendida en el 2003 por el ex-presidente Néstor Kirchner, a quien lo definió como "el otro hijo".

Hija de Carlos Vidal Miy Olivera y Alicia Uranga, Taty Almeida destacó la imagen de sus padres. "Tuve una infancia, niñez y adolescencia maravillosa. Mi padre era un militar de Caballería. Dejaba afuera las botas y dentro de nuestra casa era un padre ejemplar. Tengo recuerdos muy buenos de él, los cuales me han marcado".

En este sentido, agregó que "le teníamos respeto pero no temor, eso nunca. Manteníamos unas charlas muy interesantes y teníamos una relación muy abierta. La gente decía que mis padres tenían un matrimonio de avanzada, algo que en esa época no se veía para nada".

Taty Almeida, la segunda de los cuatro hijos del matrimonio, mencionó que "en mi familia eran todos radicales y militares. Yo me había criado en todo ese ambiente".

Marcado sentimiento
En tanto, la integrante de Madres de Plaza de Mayo-Linea Fundadora, expresó que "mi entorno era antiperonista, un sentimiento que se remarcó con la desaparición de Alejandro. Despúes de muchos años me di cuenta que se trataba de toda la parte 'facha' del peronismo, como la Triple A, y no era algo de los peronistas en sí".

Posteriormente, dijo que "un poco en broma siempre digo que yo me afeité hace rato y no soy gorila. Tampoco soy peronista. Las Madres de Linea Fundadora no tenemos ningún tipo de partidismo, pero apoyamos a la presidenta como en su momento lo hicimos con Néstor -Kirchner-".

En este sentido, Almeida amplió sus conceptos al decir que "Cristina es la presidenta de todos los argentinos y apoyamos el proyecto de país. No soy peronista pero pienso que el kirchnerismo marcó un antes y un después".

Añadió que "luego de un tiempo hubo una mujer que me convenció. Evita fue una persona extraordinaria, cosa que nunca pensé que lo iba a reconocer. La acepto como mujer revolucionaria que en tan poco tiempo hizo muchísimas cosas".

Nunca jamás
Alejandro Almeida desapareció el 17 de junio de 1975. Con apenas 20 años, cursaba el primer año de Medicina y trabajaba en el Instituto Geográfico Militar.

Con la mirada puesta en aquella época, recordó que "al día siguiente de su desaparición, al ver que no estaba, empiezo a buscar alguna notita o algo que él siempre me dejaba para avisarme dónde estaba. De eso no encontré nada. Lo que sí encontré fue una agenda, en cuyas últimas 24 hojas había 24 poesías escritas por Alejandro, una de las cuales era para mi y otra para su novia. Nunca supe que escribía poesías, las cuales eran muy comprometidas".

Remarcó que "a mi me dejó una poesía por si algo le pasaba. Ahí me di cuenta del compromiso que él tenía por ayudar al otro. En ese momento sentí un shock muy fuerte. En muchas de esas poesías que escribió sabía que lo iban a matar, algo que lo dice en esos escritos".

Seguidamente, Almeida sostuvo que "nunca pude asimilar el golpe de la desaparición de Alejandro. Esa herida no se va a cerrar jamás. Hay una frase que dice que el tiempo cierra todas las heridas: eso es mentira".

Nueva era
Entre sus apreciaciones, señaló que "nunca pensé que íbamos tener los logros que conseguimos en cuanto a derechos humanos. En su momento, el juicio que hizo el doctor Alfonsín fue único en el mundo. Leyes y civiles juzgaron a los 'milicos' y los condenaron a perpetua. Ahí se empezó a respirar otro aire".
Seguidamente, resaltó que "las leyes de Obediencia Debida, Punto Final y los indultos fueron un golpe muy duro, pero no perdimos las esperanzas, siempre las tuvimos, sino no hubiéramos seguido".

"Continuamos remando y llegamos, por fin al 2003, cuando Kirchner llegó a la presidencia. Nunca nos imaginamos ver a estos amos de la vida y la muerte en esos juicios que estamos llevando adelante", dijo Almeida, quien agregó que "ver llegar esposados a los juicios a estos tipos era algo que ni ellos ni nosotros imaginamos".

Por último, mencionó que "todo esto fue gracias a que Néstor Kirchner, nuestro otro hijo, quien fue el único presidente que tomó a los derechos humanos como política de Estado. No se trata de un gobierno, sino de un Estado. Gracias a eso podemos juzgar a los genocidas".
Fuente:LaVozdelPueblo

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