La Cámara Federal de Apelaciones de Bahía Blanca ordenó la captura internacional del ex capellán del V Cuerpo de Ejército durante la dictadura cívico militar religiosa Aldo Omar Vara. Los fiscales Miguel Palazzani y José Nebbia habían pedido su detención e indagatoria por crímenes de lesa humanidad.
“El fallo de la Cámara data de más de dos meses, hizo lugar al recurso de apelación interpuesto por Fiscalía y ordenó la inmediata detención de Vara. Obviamente por razones de éxito y efectividad de la medida se había mantenido la reserva tanto desde el juzgado como de parte de la Unidad Fiscal y evidentemente Interpol lo ha publicado en su página”, dijo esta mañana el fiscal Miguel Palazzani en el programa Enredados.
Palazzani explicó que “el capellán, de acuerdo al reglamento de operaciones psicológicas es un oficial orgánico y en ese plano está probado también que, de acuerdo al reglamento, el oficial en su ámbito de actuación operaba en la inteligencia y en el aporte al plan criminal desde su lugar de sacerdote, tratando de entrar por ese lado a las personas que estaban en cautiverio”. En el Batallón de Comunicaciones 181 esa función la desplegó el represor Vara.
Interpol detalla en su página web que el cura es buscado por privación ilegal de la libertad agravada por amenazas y violencia, homicidio agravado por alevosía y concurso de tres personas por lo menos, homicidio (desaparición forzada) e imposición de tormentos.
La detención e indagatoria había sido rechazada en abril por el juez subrogante Santiago Ulpiano Martínez quien no quiso incomodar al religioso -como luego lo haría con Vicente Massot y Mario Gabrielli- y ni siquiera encontró elementos suficientes para tomarles declaración.
“Investigar el rol de la jerarquía católica en la región es una avance en el proceso y desde el punto de vista procesal porque la argumentación por la cual Vara no estaba citado, la situación procesal de las causas delegadas, es la misma que la de Massot que está pendiente de resolución. Por eso este paso que se ha dado me parece importante”, afirmó el fiscal.
En base a numerosos testimonios -ver abajo- el Tribunal Oral Federal infirió en su sentencia del 12 de septiembre de 2012 “la participación del Padre Vara en esas situaciones de ilegalidad en que se hallaban esas personas y nos habilita —apoyados en un principio de fundada sospecha— a tener por determinado a esta altura de los hechos y con el grado de probabilidad suficiente, la culpabilidad del sacerdote Aldo Omar Vara en dichos hechos”.
De ser detenido fuera del país Vara deberá ser sometido a un proceso de extradición antes de ser trasladado al juzgado de primera instancia para comenzar a defenderse de las acusaciones en su contra.
Testimonios de la causa Bayón que involucraron al cura católico:
José María Petersen —quien estuvo secuestrado en “La Escuelita” y detenido en el Comando en una celda del Batallón— relata los detalles de su cautiverio en “la Escuelita”; luego que fueron liberados en un costado del cementerio y en una especie de “parodia”, después de oír disparos, fueron rescatados por el Ejército y remitidos a una celda del batallón, reconocida en la inspección ocular, lugar donde estaban detenidos, en algunas oportunidades vendados e interrogados de manera similar a cuando estuvo en el CCD, pero sin violencia.
En esa situación fue visitado periódicamente por el Padre Vara, quien les daba una especie de contención, apoyo anímico, cigarrillos, golosinas y cuando le relataban las torturas sufridas permanecía en silencio como justificando el hecho, según el declarante; añadió que eran grupos de paramilitares que actuaban por su cuenta y que los estaban buscando, pero sin darles explicación alguna.
Guillermo A. Roth, hermano de uno de los estudiantes de la ENET secuestrados, refiere que entrevistaron al Padre Vara quien les refirió que desconocía lo que pudo haber sucedido y, en otra oportunidad, en la sede del Comando un grupo de padres fueron recibidos por dicho sacerdote y añade el testigo, coincidiendo con Petersen, que una vez allí a los estudiantes les ofrecieron cigarrillos, tortas, chocolate.
Otro de los secuestrados, Gustavo López, fue conteste con los testimonios anteriores y agregó que el Padre Vara fue a verlo en dos oportunidades aunque no había pedido asistencia espiritual; en ese contexto, añadió que la primera vez que estuvo con ellos —en alusión a los chicos de la ENET— estaba muy serio, muy duro pero ya en la restante visita, coincidiendo con sus compañeros, expresó que les llevó cigarrillos y galletitas y les “dio algunos consejos”; agregó que les hizo varias preguntas aunque si bien no puede recordar esos diálogos, describe cómo iba vestido, con sotana, o con pantalón y tenía un cuello blanco de los sacerdotes.
María Gallardo Lozano, madre del estudiante anterior, refiere que su hijo le pidió al Padre Vara, entre otros, que le avisara a sus familiares donde estaba pero que tal ruego, nunca llegó.
Daniel Fonti, quien fue convocado por el Ejército casi a fines de 1975, refiere que el Padre Vara tenía mucho contacto con la gente asignada a “La Escuelita”.
Otro de los estudiantes secuestrados, Gustavo F. Aragón, señaló y coincide con López en torno de las dos visitas que les efectuó el Padre Vara en el Batallón para llevarles la “palabra de Dios” y hacerlos rezar, lo cual le pareció irónico. Explica que dentro del Batallón todos vestían uniformes, salvo el Padre Vara.
Gustavo Fabián Aragón, ex alumno de tercer año de la ENET Nº1, tenía 16 años cuando el día 20 o 21 de diciembre de 1976, lo secuestraron hombres armados que se hallaban dentro de la vivienda y rodeando la manzana se lo llevaron con la cabeza cubierta. En su lugar de encierro a los ex alumnos secuestrados les hacían preguntas sobre un atentado en una agencia Ford. Refiere que hubo personal eclesiástico en el Batallón y relata que en un par de oportunidades se presentó el Padre Vara a tratar de traerles la “palabra del Señor” y hacerlos rezar. Esto también es irónico.
Patricia Chabat relató que ni bien la pasan a la cárcel la fue a ver el Padre Vara, en una oficina adelante, y añade que lo conocía del secundario, empezó a criticar a sus padres y le aconsejó que tenía que olvidarse de todo lo que había ocurrido en “La Escuelita” pues todo era responsabilidad de sus padres, lo cual la indujo a pensar que Vara estaba al tanto de dónde había estado secuestrada.
Su madre, Dorys Elayne Lundquist de Chabat, explica que en razón del tratamiento homeopático que debía cumplir su hija, le lleva a través de un amigo —el Sr. Amerio— un bolso para dejarle esas cosas en el Comando, allí se encuentra con el Padre Vara quien le confirma que su hija estaba ahí y que como no podía dejar el bolso ahí, él, le refirió que se lo podía entregar, que no se preocupara, que las chicas eran respetadas, que estaban bien y que se alimentaban.
Fuente:JuicioVCuerpoEjercitoB.B.
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