12.08.2014
"Te prohíbo que hagas público esto", le habría dicho en una oportunidad
Primatesta fue cómplice y encubridor de las patotas asesinas, dijo el cura Víctor Acha
Lo que era vox populi en Córdoba durante la dictadura, hoy pasa a ser investigado por la Justicia Córdoba.- El sacerdote Víctor Acha afirmó hoy que el arzobispo de Córdoba durante la dictadura, Raúl Francisco Primatesta, "nunca dejó de enterarse" de las violaciones a los derechos humanos que se perpetraban, y que no hizo nada en favor de las víctimas. Al declarar en la megacausa por crímenes de Lesa Humanidad cometidos en el centro clandestino de detención La Perla, Acha relató las circunstancias en las que fue secuestrado el seminarista Gervasio Mecca por una patota cuyos miembros "no dieron explicaciones acerca de porque lo llevaban detenido", pero si dijeron que las explicaciones se las pidiera "al arzobispo" , es decir al fallecido cardenal Primatesta.
"Te prohíbo que hagas público esto", le habría dicho en una oportunidad
Primatesta fue cómplice y encubridor de las patotas asesinas, dijo el cura Víctor Acha
Lo que era vox populi en Córdoba durante la dictadura, hoy pasa a ser investigado por la Justicia Córdoba.- El sacerdote Víctor Acha afirmó hoy que el arzobispo de Córdoba durante la dictadura, Raúl Francisco Primatesta, "nunca dejó de enterarse" de las violaciones a los derechos humanos que se perpetraban, y que no hizo nada en favor de las víctimas. Al declarar en la megacausa por crímenes de Lesa Humanidad cometidos en el centro clandestino de detención La Perla, Acha relató las circunstancias en las que fue secuestrado el seminarista Gervasio Mecca por una patota cuyos miembros "no dieron explicaciones acerca de porque lo llevaban detenido", pero si dijeron que las explicaciones se las pidiera "al arzobispo" , es decir al fallecido cardenal Primatesta.
El testigo recordó que en el arzobispado le dijeron que Mecca estaba detenido por sus vinculaciones con un "guerrillero" que había sido abatido en La Plata. Se trataba de Jorge Rossi, militante en la UES, una de las agrupaciones estudiantiles que respondían a la organización Montoneros. Acha recordó que a partir de la detención de Mecca, la iglesia de barrio Villa El Libertador fue allanada en numerosas oportunidades. "Querían mover el altar porque decían que debajo estaba el acceso al sótano y que había armas. Rompieron la puerta del templo buscando lo mismo, y yo siempre respondí que no había armas ni nada de lo que buscaban", señaló.
Acha recordó que fue maltratado, golpeado y amenazado con armas largas. "El Arzobispo (Primatesta) nunca dejó de enterarse de estos sucesos". "Yo le escribía y le pedía -añadió-, que hiciera una manifestación pública", pero señaló que Primatesta le respondía: "esto lo manejo yo, te prohíbo que hagas público esto". Indicó que Primatesta incluso le sugirió que se fuera de la parroquia, con una carta de "recomendación del Obispo Monseñor Laguna". Acha recordó que en una oportunidad "una patota amenazó durante largas horas de la madrugada a la secretaria de la parroquia. Querían saber dónde estaba yo y la amenazaron con matarle a sus hijos". Acha tuvo que irse a Colombia y no pudo despedirse de la comunidad, lo que le produjo mucho dolor.
Otro testimonio fue el de Alicia Angélica Prat de Hidalgo, quien fue secuestrada junto a su marido y su hijo el 11 de setiembre de 1977 en barrio San Vicente por una patota de civil. Señaló que cuando los integrantes del grupo estaban en el interior de la casa, escuchó "cómo abrían los roperos. Lo que me faltó fue impresionante: me robaron las alhajas que había dejado mi suegra, monedas españolas de oro, nuestros anillos de compromiso, la ropa. Me dejaron la casa desnuda, me vaciaron la heladera".
Posteriormente, brindó detalles sobre las torturas a las que fue sometida mientras estuvo secuestrada en la Perla y lo vivido en el centro clandestino de detención La Ribera, en Unidad Penitenciaria 1 y en la cárcel de Devoto, desde donde fue liberada dos años después. Sobre este caso, también declaró el hijo de la testigo, Oscar Hidalgo, quien brindó detalles sobre lo vivido durante su permanencia en La Perla.
Otro de los testigos fue Expedito Herrera, en relación a Navor Gómez, dirigente gremial bancario, militante de la Juventud Obrera Católica (JOC), afiliado al Partido Revolucionario Cristiano, secuestrado en la madrugada del 19 de marzo de 1976, y quien aún permanece en condición de desaparecido.
Luego de escuchar los testimonios, el Tribunal Oral Federal número 1 (TOF1), resolvió pasar a un cuarto intermedio hasta mañana a las 10, donde se escucharan nuevos testigos.
Fuente:Telam
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