LUIS “BOCHA” PORCIEL MILITO EN MONTONEROS Y CONOCIO A “PUÑO” MONTOYA, EL PADRE DEL NIETO DE ESTELA CARLOTTO
“Había terror en todo el país”
“Hoy se estigmatiza al que tiene la ropa humilde, la gorra y la capucha. Lo ven y ya son sospechosos, sospechosos a los que no se les da ninguna oportunidad de nada”, reflexiona Luis “Bocha” Porciel, perseguido y torturado por la dictadura.
Estaba en Bahía Blanca cuando “Puño” Montoya, a quien conocía de reuniones en Caleta Olivia, lo ayudó a reencontrarse con compañeros de Montoneros. Vivía en Córdoba cuando lo detuvieron y pudo volver a Comodoro recién en 1981.
A fines de 1975, Luis "Bocha" Porciel percibió que la situación en Comodoro Rivadavia era cada vez más compleja para los militantes peronistas con tendencias de izquierda, a quienes genéricamente se denominaba Montoneros. Es así que viajó a Bahía Blanca para trabajar en una metalúrgica y contactarse con otros compañeros de la organización. Pero el miércoles 24 de marzo de 1976 se despertaron con las marchas militares en la radio.
"Había terror en todo el país. En los primeros días de abril nos allanaron el departamento. Justo no estábamos, así que zafamos. Me había quedado solo en esa ciudad, armé una valija con ropa y salí a buscar en la zona de citas para buscar ayuda porque me buscaba el Ejército", relató Porciel a Diario Patagónico.
En ese momento, el chico que lo atendió estaba con su hermana. Y el novio de ella era policía. "Bocha" y quien lo ayudó tuvieron que disimular toda la noche. Incluso fueron a una confitería que en un momento se llenó de policías que habían salido con el mismo plan de tomar algo. Así pasó esa noche.
"Bocha" acompañó a este joven en la mañana siguiente a su trabajo. Era camionero y trasladaba féretros por distintas localidades cercanas a Bahía Blanca, siempre durmiendo en la cucheta del camión. Días después bajaron en una estación de servicio e identificó a un compañero: "¡Puño!", le gritó.
Era Oscar Walmir Montoya, militante de Cañadón Seco que "Bocha" había conocido en Caleta Olivia. "Puño" es el padre de Ignacio Hurban, el nieto que Estela Carlotto buscó durante más de 30 años.
EL TRASLADO
"Ellos pensaban que había caído. Me entero que mis compañeros estaban bien y ahí me vuelvo a conectar con la organización. Habré estado dos semanas en Bahía y decidimos mi traslado a Córdoba donde me detuvieron finalmente. En Comodoro regresé en 1981 cuando me liberan. Estuve en La Perla, en el Regimiento 8 y en el Penal de Rawson me blanquean; en La Plata terminé mi detención", repasó.
“Para mí fue una sorpresa que fue la pareja de Laura Carlotto y que habían tenido un hijo. Mis cuentas no me cerraban porque 'Puño' estaba en Bahía Blanca y Laura en La Plata", dijo sobre su impresión cuando confirmaron que Hurban era “Guido Carlotto”, el nieto recuperado número 114.
“En mayo del 76 me encontré con unos compañeros para despedirnos, uno de ellos el 'Pocho' Silveira, porque sabíamos que el camino nuestro nos llevaba inexorablemente a caer, pensábamos en el infierno de la tortura y que lo más leve era que nos maten. Alguien que te escucha ahora piensa que éramos locos, pero eran convicciones muy fuertes y un compromiso muy grande", aseguró.
Para Porciel, una de las marcas que todavía subyace de la dictadura a más de 30 años de democracia es el temor. "Si antes se estigmatizaba a los jóvenes en los setenta, hoy se estigmatiza al que tiene la ropa humilde, la gorra y la capucha. Lo ven y ya son sospechosos; sospechosos a los que no se les da ninguna oportunidad de nada”, reflexionó
Fuente:ElPatagonico
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