9 de agosto de 2016

EE.UU. ENTREGÓ DOCUMENTOS DESCLASIFICADOS SOBRE LA DICTADURA.

09.08.2016 
Documentos desclasificados por EEUU sobre la dictadura argentina recogen testimonios de tortura 
El primer tramo de documentación muestra los intentos del dictador Jorge Videla por acercarse al Gobierno de Jimmy Carter y el efecto de las cuestiones sobre Derechos Humanos en la relación bilateral entre Estados Unidos y Argentina
Jorge Rafael Videla jura como presidente de Argentina en 1976. 
BUENOS AIRES.- El Gobierno de Estados Unidos ha publicado este lunes el primer tramo de documentos desclasificados sobre la dictadura que vivió el país entre 1976 hasta 1983, más de 1.000 páginas de textos sobre los abusos de Derechos Humanos llevados a cabo en el país.

El pasado 4 de agosto, el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, entregó estos textos al presidente argentino, Mauricio Macri, en Buenos Aires. Durante los próximos 18 meses, Washington irá publicando información adicional en el marco de un esfuerzo general por parte de las 14 agencias y departamentos del Gobierno por buscar sus documentos y desclasificarlos para su acceso público.

La Dirección Nacional de Inteligencia (DNI) lidera estos esfuerzos, con el apoyo de la Casa Blanca. En esta ocasión, se han desclasificado 1.078 páginas que arrojan cierta luz sobre las políticas del Gobierno de Jimmy Carter y del papel que las cuestiones de Derechos Humanos tuvieron en la relación bilateral con Argentina, según indica la propia DNI en un comunicado.

Tal y como recoge Clarín, que ha accedido a los documentos, entre estos se encuentran los intentos por parte del dictador argentino Jorge Videla de acercarse al Gobierno de Carter. Figuran también relatos sobre secuestros, torturas y desaparecidos.

El secretario de Derechos Humanos argentino, Claudio Avruj, se ha mostrado "sorprendido" por la "rapidez en que Estados Unidos entregó la documentación". Si bien el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se comprometió el pasado mes de marzo en una visita al país a entregar estos documentos, Buenos Aires esperaba que tardara más de un año en hacerlo. Si bien los documentos se han entregado en formato digital, el secretario de Abuelas de la Plaza de Mayo, Abel Madariaga, es el único que ha recibido un ejemplar en papel.

Testimonios de tortura
Entre los documentos se encuentra el testimonio del diputado socialista y activista por los Derechos Humanos Alfredo Bravo, que fue secuestrado en 1977, denunciando "la técnica conocida como submarino —intentos repetidos de ahogamiento, bien en agua o con una bolsa en la cabeza— y el uso de picanas", una especie de pistola eléctrica para realizar descargas.

También hay una carta dirigida a la secretaria para Derechos Humanos y Asuntos Humanitarios de Jimmy Carter, Patricia Derian, en la que se habla del periodista fallecido Jacobo Timerman, que se habría reunido con la prensa en Tel Aviv (Israel) pero a la que advirtió de que no escribiría sobre "su experiencia en Argentina" por "miedo a represalias".

Timerman fue detenido en abril de 1977 y después de casi tres años de su detención, el régimen militar lo despojó de su ciudadanía argentina y lo expulsó del país, tras recibir fuertes presiones de organismos de prensa internacionales.

Entre otros documentos, se encuentra una carta de Videla a Carter en la que explica la detención de varias personas por las que el presidente de Estados Unidos se había interesado; y otra de Carter a Videla disculpándose por no poder acudir a la boda de uno de los hijos del dictador.
Fuente:Publico.es



09/08/2016 
Para EE.UU., Menéndez era un “fanático” 
Comenzó ayer la desclasificación de documentos estadounidenses relativos a la dictadura, prometida por Obama a Macri. La Perla aparece consignada como un centro de torturas descriptas en detalle. Mención al asesinato de un cónsul, por Montoneros, en Córdoba.
LUCIANO BENJAMÍN MENÉNDEZ (Archivo). 
Por Horacio Aizpeolea
Buenos Aires. Los informantes del Gobierno de los Estados Unidos calificaron a Luciano Benjamín Menéndez como un “fanático” con relación a la “subversión”. Así puede leerse en la página 196, de la parte “primera” de los tres documentos desclasificados por el gobierno de Barack Obama, y que, en más de mil páginas, abarcan observaciones y datos manejados por la diplomacia estadounidense desde 1977 a 1993.

DICTADURA.
Estos son los documentos desclasificados por EE.UU. Esa alusión al exjefe del Tercer Cuerpo de Ejército condenado por crímenes de lesa humanidad se completa con una frase: “En cuanto a los derechos humanos, no se puede confiar en que la situación en Córdoba pueda mejorar”.

Ayer se conocieron 1.078 páginas del informe que la semana pasada entregó el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, al presidente Mauricio Macri. Los documentos corresponden a informes acumulados durante las presidencias de Jimmy Carter, Ronald Reagan y George Bush.

Hasta anoche aún no se contaba con la traducción al español de los documentos. “Declassified”, puede leerse en cada página, con la vieja y clásica tipografía de las máquinas de escribir.

La publicación de estos documentos fue uno de los anuncios hechos por Obama en su reciente visita a la Argentina, para quien los Estados Unidos tienen “la responsabilidad de afrontar el pasado con honestidad y transparencia”.

Los archivos pueden revisarse en internet: https://icontherecord.tumblr.com. El exgeneral Menéndez figura varias veces. Se lo menciona por sus “continuados y fuertes” esfuerzos en la batalla “ideológica” contra la subversión. También se lo diferencia de otros militares “moderados” como “Videla y el nuevo jefe del ejército, Viola”, al modo en que lo hacía también por entonces el Partido Comunista Argentino y otras organizaciones. Menéndez es emparentado por su dureza con Suárez Mason.

También figura un reporte de la embajada estadounidense que confirma la “tortura física” en “La Perla Interrogation Center”, en septiembre de 1977. Se considera “confiable” la información.

Ese párrafo está precedido por otro, cuyo contenido no admite interpretaciones: se describen métodos de tortura en los centros clandestinos como electroshock, the submarine (sic), inyección de pentotal, golpes.

También se cita un informe de Amnistía Internacional que habla de “quemaduras con cigarrillo, violación sexual, y extracción de dientes, uñas y ojos”, entre otras atrocidades. Otro párrafo menciona el asesinato del cónsul de Estados Unidos en Córdoba, John Egan, en 1975, a manos de Montoneros.

Un proceso que todavía no concluyó 
Según el Gobierno de Estados Unidos, la desclasificación de los documentos secretos oficiales “implica a 14 agencias y departamentos del Gobierno, liderados por la Dirección de Inteligencia”. Se anunció que para “finales de 2017”, el Departamento de Estado completará la desclasificación.
Fuente:LaVoz




SE LOS PODRA CONSULTAR EN EL MUSEO DE LA MEMORIA
Abuelas de Plaza de Mayo recibió los documentos desclasificados por Estados Unidos 

Los documentos desclasificados de "14 agencias y departamentos del gobierno de Estados Unidos", que abarcan el período comprendido entre 1977 y 1982, entregados hoy a los organismos de Derechos Humanos, confirman el plan sistemático de represión ejecutado por la última dictadura cívico militar argentina y el rol que cumplió Washington en el denominado Plan Cóndor en la región. 

Durante una conferencia de prensa conjunta realizada en la Casa Rosada, el vicecanciller Carlos Foradori, el secretario de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural, Claudio Avruj, y el Representante Especial para los Derechos Humanos de la Cancillería, Leandro Despouy, coincidieron en señalar que la documentación desclasificada alcanza a casos de secuestros y torturas emblemáticos como el de Alberto Samuel Falicoff; Alfredo Bravo; Jacobo Timerman, la familia de Alejandro Deutsch; el informe escrito por Patricia Derian sobre la situación de los Derechos Humanos en el país, informes de inteligencia sobre la forma en que se produjo el golpe de Estado de 1976, las "negociaciones" entre Estados Unidos y las Fuerzas Armadas por cuestiones "geopolíticas" y las cartas enviadas por el entonces presidente estadounidense Jimmy Carter a Jorge Videla.

El encargado de recibir las carpetas y el CD con las 1081 fojas de documentación desclasificada fue el secretario de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo, Abel Madariaga, quien estuvo acompañado por representantes del CELS, Familiares de Detenidos Desaparecidos por Razones Políticas, la APDH y el Equipo Argentino de Antropología Forense.

Según advirtió Avruj, los documentos "fueron entregados a Abuelas porque fue una de las organizaciones que solicitó formalmente la desclasificación pero estarán a disposición del público en la sede del Museo de la Memoria". Además anticipó que el gobierno nacional firmó convenios con Uruguay, Chile, Brasil y Paraguay para ampliar la desclasificación en esos países. 

Entre los documentos -que en su mayoría están escritos en inglés- figuran informes de inteligencia sobre negociaciones entre el Gobierno de Estados Unidos y Jorge Videla por la cooperación de la dictadura argentina con Rusia y Cuba en el marco de la Guerra Fría, la presión para la firma de tratados de no proliferación nuclear, así como las negociaciones entre Carter y Videla para que este último autorizara la visita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), además de pedidos de liberación de detenidos desaparecidos. 

Despouy, por su parte, adelantó que se solicitará a la Casa Blanca la apertura de archivos previos al golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, del 73 y el 74, que comprendan el accionar de la Triple A, documentos que "se sumarán a los más de 4000 ya desclasificados y entregados por la UNESCO, que sirvieron para demostrar los delitos de lesa humanidad en el Juicio a las Juntas Militares".





UNA CARTA DE MASSERA A CARTER, ENTRE LOS NUEVOS DOCUMENTOS DESCLASIFICADOS POR ESTADOS UNIDOS
“Occidente es el amor y la misericordia”
Un texto del primer jefe de la Armada del golpe militar revela su tono de cruzado. El documento figura entre otros textos que ocupan 1080 páginas. Fueron liberados ayer por el gobierno de los Estados Unidos y arrojan más luz sobre la dictadura.
Por Martín Granovsky

El secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, y el vicecanciller Carlos Foradori, ayer, en la presentación.
Como solía enseñar Alicia Oliveira, los Estados escriben. Y en el caso de la dictadura lo que escriben nunca deja de sorprender. En los documentos desclasificados entregados la semana pasada por los Estados Unidos a la Argentina hay una carta del almirante Emilio Massera al presidente James Carter en la que dice que “Occidente es la libertad de pensar y de hacer” y el “respeto al honor, al trabajo, al talento”. Y completa: “Pero Occidente es también el amor, es la esperanza y es la misericordia”.

La carta de Massera tiene un membrete en el ángulo superior izquierdo que dice “Junta Militar. Comandante en Jefe de la Armada” y está fechada el 15 de septiembre de 1978. El responsable máximo del campo que operaba en la Escuela de Mecánica de la Armada la escribió para compartir con Carter “algunas reflexiones sobre la situación de mi país” porque estaba por cesar en sus funciones como miembro de la Junta.

Reconquista
Uno de los párrafos tiene tono de cruzada. “En mis frecuentes visitas a todos los países sudamericanos he hecho especial hincapié en la necesidad de emprender la reconquista del espíritu de Occidente por parte de todos los países americanos, como único camino para salvaguardar nuestra identidad continental.” Massera dice haber “enfatizado hasta el cansancio que a Occidente no hay que buscarlo en el mapa, porque es hoy una actitud del alma que no está atada a ninguna geografía”.

El de Massera no es un planteo filosófico. Recuerda el mensaje a Carter que “esta insistencia en sacar a la luz ese espíritu dormido de nuestros pueblos ha sido acogido siempre con beneplácito”. Pero señala también que “resulta extraño entonces comprobar que, paradójicamente, el tema central de las presentes divergencias argentino-norteamericanas sea el mismo que nos ofrece la mayor posibilidad de una comprensión total entre nosotros”.

Es decir que, para Massera, la Argentina era más baluarte de Occidente que los Estados Unidos, o al menos los Estados Unidos de Carter, y que por ese motivo la Argentina debía ser comprendida en su reconquista. Massera aparecía, así, como una reencarnación de los Reyes Católicos en la lucha contra moros y judíos que terminó en la reconquista española de 1492.

Massera, sin embargo, no se priva de colocar a Carter dentro de su propio pensamiento. La carta aluda a una supuesta “generosa mención” realizada el 27 de enero “ante un grupo de periodistas de la Nueva Inglaterra reunidos en la Casa Blanca”. También recuerda sus conversaciones en Caracas con el entonces presidente Carlos Andrés Pérez y con los ex presidentes Rómulo Betancourt y Rafael Caldera.

Al final recuerda que vivió en Washington dos años en la década del ‘60 y expresar el deseo de “conversar personalmente con usted sobre la evolución de la situación argentina” en los meses siguientes. Massera cita glamorosamente y en inglés la chance de “a brief sentimental return to Washington”, o sea un breve viaje de regreso en tono sentimental.

El documento ocupa tres páginas de las 1080 que el gobierno de Barack Obama entregó al de Mauricio Macri como parte de su promesa de concretar la continuidad de la desclasificación que había iniciado en 2002. El proceso de entrega de documentos sobre la dictadura argentina comenzó a pedido del canciller de Fernando de la Rúa Adalberto Rodríguez Giavarini, que a pedido de Abuelas de Plaza de Mayo, Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora y el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) logró un compromiso de su colega de entonces, Madeleine Albright.

La presentación de los documentos se realizó ayer en la Casa Rosada por cuenta del vicecanciller Carlos Foradori, el representante especial para Derechos Humanos de la Cancillería, Leandro Despouy, y el secretario de Derechos Humanos Claudio Avruj.
Un primer análisis permite comprobar la falta de documentos surgidos de los órganos específicos de espionaje como la Agencia Central de Inteligencia. Pero se trata de una primera tanda posterior a la visita de Obama. Quedará por ver si en una segunda tanda James Clapper, Director de Inteligencia Nacional y autoridad máxima de los Estados Unidos en el área, incluye la desclasificación de materiales provenientes tanto de la CIA como de la oficina que él mismo dirigió entre 1992 y 1995, la Agencia de Inteligencia de Defensa. Clapper, de 75 años, es teniente general en retiro de la Fuerza Aérea.
Los documentos pueden ser consultados haciendo click en este link: http://bit.ly/1iEIKcK.
James Carter, Emilio Eduardo Massera.
Avruj entregó una carpeta a Abuelas “porque fue una de las organizaciones que solicitó formalmente la desclasificación pero estarán a disposición del público en la sede del Museo de la Memoria”.

Carter y Todman
Despouy dijo que ésta y otras desclasificaciones no habrían sido posibles sin la acción de los organismos de derechos humanos. Además del representante de Abuelas, Abel Madariaga, asistieron a la Casa Rosada directivos del Centro de Estudios Legales y Sociales, de Familiares de Detenidos Desaparecidos por Razones Políticas, de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos y del Equipo Argentino de Antropología Forense.

El ex auditor general de la Nación subrayó que en la Cancillería existe una estructura especializada en la recolección y la clasificación de documentos de otros países relacionados con la dictadura.

Despouy también pidió rendir un homenaje a Carter, el presidente que gobernó entre enero de 1977 y enero de 1981, antes de la era de Ronald Reagan y alentó la presión de sus funcionarios sobre la Junta Militar. Tiene 91 años.

Entre las 1080 páginas son visibles las distintas alas de la Administración Carter sobre la Argentina. Una, la postura flexible del entonces subsecretario de Asuntos Interamericanos, Terence Todman, que en 1989 sería embajador en la Argentina. Otra, la de la encargada de derechos humanos del Departamento de Estado, Patricia Derian, partidaria de una línea dura tanto privada como pública.

Todman apostaba a “fortalecer la posición de (Jorge) Videla frente a los otros militares que se le oponen en derechos humanos y cuestiones nucleares, basados en nacionalistas de línea dura”. Washington debía obtener de él el acuerdo para ratificar el Tratado de Tlatelolco de no proliferación nuclear (objetivo que lograría el propio Todman pero recién con Carlos Menem) y un compromiso de mejorar la situación de los derechos humanos por dos caminos. El primero sería “la liberación de detenidos o el respeto al debido proceso”. El segundo, el fin de las desapariciones y la tortura.

Todman elevó ese documento en 1977, solo un año después del golpe. Quedaba claro, para él, que la guerrilla ya no tenía poder de fuego alguno. “Los Montoneros, inclinados hacia el peronismo y que fueran poderosos, han sido reducidos a 700 combatientes, y el trotskista Ejército Revolucionario del Pueblo a solo 120”, dice un párrafo de su informe en el que indica que “los movimientos terroristas organizados están mayormente bajo control”.

Quiere decir que según Todman y sus fuentes solo un año después del golpe ya había sido cumplido el objetivo de “eliminar el terrorismo”, motivo del fin del gobierno constitucional junto con la búsqueda de la “restauración económica”. El análisis de Todman advertía sobre la inflación del 150 por ciento, la reducción del salario real en un 40 por ciento y el comercio con la Unión Soviética favorable a la Argentina, lo cual podía llevar a incrementar compras argentinas en el mercado de la superpotencia enemiga. Tal como se revelaría en la declaración de amor occidental de Massera, los Estados Unidos constituían un desafío para los militares argentinos en términos de préstamos y venta de armas.

El documento de Todman ya informaba sobre una organización con visibilidad semanal: “Mothers of the Plaza”.

También señalaba su preocupación por el desarrollo nuclear, que según la diplomacia norteamericana le permitiría a la Argentina contar en dos años más con una planta de reprocesamiento capaz de producir el plutonio suficiente para construir una bomba nuclear.

Pérez Esquivel
Otro de los documentos interesantes es el mensaje escrito en 1979 por Robert Pastor, un funcionario muy importante de Carter, al consejero de Seguridad Nacional Zbigniew Brzezinski, uno de los cerebros de la Casa Blanca. Pastor recomendaba a Brzezinski no encontrarse con Massera (y subrayaba la palabra “no” en su informe) porque con él en la Junta habían sucedido “algunas de las peores violaciones a los derechos humanos”. Además, los generales Roberto Viola y Jorge Videla tomarían un encuentro como una conspiración contra ellos. Decía Pastor para explicarse bien que juntarse con Massera le caería al Ejército peor todavía que “cualquier cosa que pudiera hacer Pat Derian”.

Brzezinski, un politólogo nacido hace 88 años en Varsovia que junto a Carter es otro de los pocos protagonistas vivos de esa época, escribió un memo recomendando al presidente que firmara una carta de felicitaciones al Premio Nobel de la Paz 1980 Adolfo Pérez Esquivel. Zbig, como es conocido en los Estados Unidos, registraba que Pérez Esquivel era un crítico de la junta salvadoreña apoyada por Washington. Pero estimaba que ése era un problema manejable. Pese a la posición del Nobel sobre El Salvador, Carter debía felicitarlo porque “el gobierno argentino está furioso con el premio” y “la cuestión de los derechos humanos en la Argentina fue una de las mayores preocupaciones de su administración, por lo cual es necesario seguir demostrando su identificación”.
martin.granovsky@gmail.com
La carta que el dictador Emilio Eduardo Massera –“un talentoso oportunista”, como lo definió la diplomacia norteamericana– le escribió a James Carter.
Fuente:Pagina12

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