23 de octubre de 2018

SANTIAGO DEL ESTERO: Murió el campesino al que los policías desalojaron, balearon y prendieron fuego.

Santiago del Estero: Murió el campesino al que los policías desalojaron, balearon y prendieron fuego
Resumen Latinoamericano, 22 octubre 2018
El padre Sergio Lamberti, de la pastoral social de la Diócesis de Santiago del Estero, confirmó  la muerte de Héctor Reyes Corvalán, que fuera violentamente desalojado de sus tierras días atrás. El campesino Corvalán era integrante, junto a su esposa de la Mesa Parroquial de Tierra de Nueva Esperanza.
Murió el campesino quemado por la policía en Santiago del Estero
Héctor Reyes Corvalán tenía 56 años y quemaduras en el 45 por ciento de su cuerpo. Había quedado internado en terapia intensiva hace diez días, tras un violento desalojo en el que también mataron a sus perros y desaparecieron 200 cabezas de ganado.
La Pastoral Social y de Derechos Humanos de la Iglesia de Santiago del Estero denunció el viernes 12 del corriente que en el paraje Suncho Pampa el campesino Héctor Reyes Corvalán “sufrió un violento ataque con balas de goma y quemaduras en gran parte de su cuerpo por parte de un empresario que hace tiempo viene avasallando la dignidad y derechos de las familias campesinas que ancestralmente son dueñas de sus tierras”. El sacerdote Sergio Alberto Lamberti hizo público a través de su cuenta en la red social Facebook.
También el Mocase denunció el caso. Según el relato de la organización, a partir de que la jueza María Cecilia Paskevicius, del Juzgado Civil de Tercera Nominación, ordenó el desalojo de la familia campesina. El operativo contó con aproximadamente diez policías, dos oficiales de justicia y el empresario cordobés Néstor Quesada al que seguían dos camionetas con gente a su cargo, manifiestan desde el Mocase.
Los compañeros del campesino denuncian que durante el desalojo “se realizaron destrozos (hornos, cercos, entre otros), amenazaron de muerte, mataron los perros, desaparecieron las doscientas cabezas de ganado, dispararon balas de goma e incendiaron el rancho de la familia, hechos gravísimos donde sufrió heridas de gravedad el compañero Héctor Reyes Corvalan, con quemaduras en todo su cuerpo y heridas de bala de goma. El mismo fue trasladado de manera urgente a la vecina provincia de Tucumán, con diagnostico grave, y se encuentra alojado en terapia intensiva”.
El campesino Corvalán y su esposa son integrantes de la Mesa Parroquial de Tierra de Nueva Esperanza. Los sacerdotes de la Pastoral Social, por su parte, emitieron un comunicado en el que exigen “a la Justicia una urgente y profunda investigación de tan tremendo hecho delictivo, que garantice a la familia Corvalán y a toda la sociedad santiagueña el derecho a la verdad que nos hace libres, contra la impunidad que daña nuestra democracia”.
La Mesa Parroquial de Tierra Nueva Esperanza, el Mocase y otras organizaciones de la zona denuncian “la violencia ejercida durante todos estos años por el Sr. Quesada y personas a su cargo, quienes en múltiples ocasiones realizaron amenazas de muerte con armas de fuego, daño en el campo, incendio de cercos, matanzas de animales, todas situaciones que fueron denunciadas (…) ponen en riesgo la permanencia y la vida de los sistemas campesinos e indígenas”.
Así quedó el lote de Reyes Corvalán tras el violento desalojo.
Así quedó el lote de Reyes Corvalán tras el violento desalojo. 
Héctor Reyes Corvalán, el hombre que había sufrido quemaduras e impactos de bala de goma cuando un grupo de más diez policías al mando de un oficial de Justicia lo desalojó violentamente de su lote en Santiago del Estero, murió esta tarde como consecuencia de sus heridas. Reyes estaba internado en terapia intensiva en Tucumán y falleció tras diez días de agonía.
El desalojo de Reyes Corvalán se enmarcó en las acciones de terratenientes contra pequeños campesinos que son moneda corriente en Santiago del Estero. El hecho que terminó con la muerte del hombre ocurrió a 260 kilómetros de la capital provincial, en el paraje de Sucho Sampa, en el departamento Pellegrini.
Reyes Corvalán vivía en un pequeño lote. Hasta allí llegaron el pasado viernes 12 de octubre más diez policías y un oficial de Justicia para desalojarlo. La orden fue impartida por la jueza María Cecilia Paskevicius, quien ya había dictado medidas similares contra los campesinos en la provincia.
En el desalojo se registraron destrozos en la propiedad de Reyes Corvalán, quien recibió disparos de postas de goma y sufrió gravísimas quemaduras. Además, mataron a sus perros y desaparecieron unas 200 cabezas de ganado. Nacido en el mismo paraje Suncho Pampa, Reyes Corvalán tenía 56 años.
“Eran como las 10 de la mañana y apareció Quesada, con la policía y un oficial de justicia con una orden de desalojo trucha, porque ya la apelamos y se aceptó la apelación, así que quedó sin efecto. El terrateniente Quesada es el mismo que el año pasado quiso desalojarnos, también a lo bruto”, relató entonces a Página/12 María Rosa Frías, la mujer de Corvalán. También contó que “esta gente hace siempre lo mismo, son bandas armadas. Ahora fue calcado del año pasado. Llegaron en dos camionetas y dos patrulleros. Mi marido estaba en el portón, con los animales. Como no se quiso ir cuando le mostraron la orden trucha, le dispararon con balas de goma y le prendieron fuego”.
Néstor Quesada, a quien señaló la mujer, es un empresario cordobés dedicado al cultivo de la soja que en agosto de 2012 pretendió tomar posesión de unas 270 hectáreas. Los intentos de desalojo fueron rechazados por las familias que habitan en el lugar e integran la Mesa Parroquial de Tierra Nueva Esperanza, formada por curas de la Opción por los Pobres.
La violencia ejercida durante el desalojo de Reyes Corvalán tiene antecedentes. Durante los últimos años hubo amenazas con armas de fuego, incendios y matanzas de animales y varios intentos de desalojo. En casi todos fueron procedimientos violentos que terminaron detenidos en diversos estrados judiciales.
“La violencia estructural que concentra casi el 75 por ciento de tierras cultivables en sólo el 15 por ciento de empresarios del agronegocio, sigue poniendo en riesgo la permanencia y la vida de los sistemas campesinos e indígenas”, remarcaron desde el Movimiento Campesino de Santiago del Estero (Mocase) tras el desalojo de Reyes Corvalán.
El Mocase responsabilizó por el hecho al empresario Quesada, quien estuvo presente en el desalojo; al oficial de Justicia Luis Scillia y a los policías que participaron del desalojo, a quienes identificó en un comunicado: “el oficial inspector José Francisco Corvalán, el oficial ayudante Leonel Moreno, el cabo primero Roberto Corvalán, División de Prevención de Nueva Esperanza, el agente Roldán y otros, en total de diez (10) policías aproximadamente”. La organización pidió la detención de todos los responsables y denunció “los modos de actuación de las fuerzas públicas siempre resguardando a los empresarios y vulnerando la vida de las personas”, además de reclamar la separación de la jueza Paskevicius.
A pesar de las heridas que le provocaron en el violento desalojo, los policías llevaron a Reyes Corvalán a la comisaría y para su traslado en ambulancia a un hospital aguardaron que la jueza definiera si estaba detenido o no. Con el 45 por ciento de su cuerpo quemado y las vías aéreas afectadas, el hombre fue trasladado a un hospital de Tucumán y finalmente hoy murió.
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Envío:ResumenLatinoamericano 

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