15 DE AGOSTO 2019
Mirtha Torres dijo que estuvo presa cuando Lona era juez federal. Relató que le mostraban cómo torturaban a sus compañeros y que luego sus compañeros debían ver cómo la torturaban a ella. Antonio Gaspar
En la ronda de declaraciones de la cuarta jornada del juicio contra el ex juez federal Ricardo Lona por el supuesto encubrimiento del crimen del exgobernador en 1976, se escuchó el duro testimonio de Mirtha Josefa Torres sobre lo que vivió antes y durante la última dictadura cívico militar. La mujer describió que estuvo presa a cargo de Lona y que fue torturada en distintas oportunidades.
Mirtha trabajaba para Vialidad de la Provincia en la gobernación de Ragone. Se desempeñaba en las oficinas de personal y, a la vez, en el movimiento de Trabajadores Viales Carlos Xamena, en la organización y recuperación del gremio. Es por eso que visitaba los campamentos del interior de la provincia para ver cómo vivían las cuadrillas y descubrieron que las condiciones de vida de los trabajadores eran deplorables.
Además de la acción sindical, militaba en las luchas y en las movilizaciones en las unidades básicas revolucionarias. "Yo vivía en Villa Soledad y trabajé en ese barrio", dijo Mirtha.
"Todos los jóvenes trabajábamos en los barrios para erradicar el analfabetismo. Teníamos manuales para enseñar a leer y escribir. Nos juntábamos bajo un árbol, en cualquier lugar y enseñábamos. Eso hicimos durante los años 73 y 74 en los campamentos de Vialidad y los obreros aprendieron a leer y a escribir", relató.
Recordó Iruya, donde celebró el Día del Camino frente a la Iglesia. "Hubo afiliaciones masivas y los trabajadores por primera vez conocieron a su director", dijo.
El 27 de enero de 1975 la detuvieron en su lugar de trabajo. Estaba embarazada. Entonces comenzó a vivir el derrotero que atravesaron muchos presos políticos desde antes del golpe de Estado y, en su caso, hasta el 4 de julio de 1983.
Primero la llevaron hasta la Central de Policía de la Provincia. Luego a la comisaría local de la Policía Federal Argentina (PFA). Más tarde fue "alojada" en el Buen Pastor, hasta que se terminó de adaptar un pabellón para mujeres en Villa Las Rosas. Mientras, eran recurrentes sus vueltas por la comisaría de la PFA. En todos los centros clandestinos de detención fue sometida a tormentos. Así fue madre y hasta tuvo que amamantar a otros tres niños y niñas de presos políticos que iban desapareciendo. Finalmente la llevaron a la cárcel de Devoto, en Buenos Aires.
"Mi hijo nació el 5 de octubre de 1975. Tuve una relación muy especial porque tuve que dar de mamar a tres bebés en cautiverio", contó. "En el 77 nos trasladan a Devoto hasta el 81 y luego me dan la prisión vigilada en mi casa, hasta que obtengo la libertad el 4 de julio del 83", relató.
"Tuve la suerte de estar entre los prisioneros legales; fuimos vidrieras. En devoto hubo más de 6 mil mujeres detenidas", dijo, y aseguró que la Policía Federal tenía un cuaderno con los números de presos que cada provincia debía tener.
"Me aplicaron el decreto 2.840 y yo ni sabía. Estuve a disposición del Poder Ejecutivo y el juez era el doctor Lona", confirmó. Relató que nunca pudo ver a un abogado y que vivía encapuchada. Recordó que le mostraban cómo torturaban a sus compañeros y, luego, otros debían ver cómo la torturaban a ella.
Otros tres testigos
René Mateo Cancinos dijo que nunca vio ni supo nada de Miguel Ragone, pese a que había una declaración según la cual su suegro le había contado que vio a “don Miguel” en una ruta en Catamarca. El papel tiene fecha de 12 de marzo de 1976; sin embargo, el hombre dijo que esa no era su firma.
El médico Jorge Carlos Albrecht fue testigo del secuestro y atendió a las otras víctimas. Sin embargo, solo declaró ante la Policía. Lona no lo citó. Pedro Esteban Olea trabajaba en el Club Náutico de Cabra Corral. Allí escuchó disparos de ametralladora y pistolas. Recién lo llamaron a declarar en el Juzgado Federal en 2011.
El médico Jorge Carlos Albrecht fue testigo del secuestro y atendió a las otras víctimas. Sin embargo, solo declaró ante la Policía. Lona no lo citó. Pedro Esteban Olea trabajaba en el Club Náutico de Cabra Corral. Allí escuchó disparos de ametralladora y pistolas. Recién lo llamaron a declarar en el Juzgado Federal en 2011.
Fuente:ElTribuno
No hay comentarios:
Publicar un comentario