26 de marzo de 2022

OPINION.

 

A 46 años, sus sueños son nuestras luchas

Manifestaciones multitudinarias por el 24 de marzo: reivindicamos las luchas del pasado y preparamos el terreno para las luchas del futuro. Por experiencias democráticas cada vez más sólidas y sueños cada vez más grandes.
POR IRENE POLIMENI SOSA
25-03-2022
Foto: Diego Araoz

Ayer nos volvimos a encontrar en la calle para reivindicar la bandera de la Memoria, la Verdad y la Justicia.

Para quienes nacimos en los 90, crecimos en los 2000 y desarrollamos nuestra conciencia política durante la década del 2010, la lucha de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo fue un ejemplo constante y un bastión esencial de nuestra formación. Crecimos viendo políticas públicas que enarbolaban esa lucha y hacían hincapié en la defensa de los Derechos Humanos y la denuncia del terrorismo de Estado. Políticas públicas que no tenían precedentes y que son y serán observadas con admiración por el resto del mundo, en especial los países cuya historia reciente cuenta con procesos similares.

Nuestra educación primaria y secundaria incluyó jornadas enteras de reflexión, nuestres docentes nos explicaban cada año de una forma distinta qué había pasado el 24 de marzo de 1976, cómo se había ejecutado el golpe de Estado, cuáles eran los crímenes de lesa humanidad que se habían perpetuado y por qué era importante construir una memoria colectiva. Las primeras movilizaciones del 24 de marzo a las que asistimos fueron multitudinarias y nos recibieron ofreciéndonos el abrazo de cuatro generaciones que venían cultivando el recuerdo de lxs +30.000 desaparecidxs y manteniendo vigentes sus sueños. Lo que para esas generaciones fue el resultado de años de la más valiente y admirable lucha, para nosotres fue un piso básico de experiencia democrática.

Durante el gobierno de Cambiemos, con Mauricio Macri a la cabeza, el consenso construido por la sociedad respecto a la denuncia contra el terrorismo de Estado y la reividicación de la lucha de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo tambaleó bajo la promoción de discursos y políticas negacionistas. A lo largo de los últimos dos años, la pandemia del COVID-19 nos obligó a buscar otras formas de militar, de encontrarnos y de ejercitar la memoria.

Si bien los movimientos de defensa de los derechos humanos y reclamo por la memoria, la verdad y la justicia han continuado su trabajo de resistencia de manera insoslayable, este año se esperaba con grandes expectativas el reencuentro en las calles. Ese reencuentro fue multitudinario y afirmó con contundencia la voluntad de una porción amplia del pueblo argentino para construir memoria colectiva y expresar en la calle su voluntad.

Nietes es una agrupación que nació en agosto del 2019. Agrupa a quienes se reconocen dentro de una tercera generación de lucha, detras lxs compañerxs detenifxs desaparecidxs y sus hijxs. Este fue el primer año que la organización pudo marchar junto a movimientos sociales y espacios políticos. En 2021 Nietes organizó un banderazo a nivel nacional con la consigna: “presentes en nostores, sus sueños son nuestras luchas”.

Pienso en las generaciones. En las luchas que cada una encarna. En las luchas como ese lugar donde se abrazan la necesidad, la urgencia, la obligación, y la convicción, la voluntad, el deseo. Pienso en lo imprescindible que es encontrarse con las luchas de aquelles que nos precedieron, quienes dejaron su vida en el camino, y quienes entregaron su vida sin perderla, aferrándose a su vida como única garantía de la posibilidad de cambiar lo que duele y lo que mata (¿de qué otra forma podría describirse lo que han hecho madres y abuelas, luchando hasta hoy con el mismo ímpetu que hace 46 años?).

Es imprescindible para poder entender nuestras propias vidas como garantías de luchas que nunca serán las mismas, pero nunca serían lo que son sin las de ellxs. Para darle entidad y sentido al lugar que nuestras vidas ocupan en las luchas. Porque nuestras vidas son garantías de un futuro en el que lo que duele y lo que mata tenga cada vez menos lugar. Porque de nosotres depende que mañana eso que ahora parece excepcional, sea un piso de la experiencia democrática para les que vienen.

Y aunque a veces la realidad nos golpee la puerta y nos obligue a revisar nuestras estrategias, a ordenar nuestras prioridades y a reorganizar nuestros deseos, nuestros sueños siguen siendo tan grandes como las luchas de las generaciones pasadas nos lo permitieron. Con memoria y voluntad de construcción, preparamos el terreno para las luchas del futuro, y les entregamos a quienes nos sucederán la posibilidad de experiencias democráticas cada vez más sólidas, y por lo tanto,  de sueños cada vez más grandes. Así se van tejiendo las historias de los pueblos: en un sin fin de sueños, luchas, conquistas, retrocesos, esperanzas y entregas. Así nos enseñaron las madres y abuelas de plaza de mayo que podemos construir el país que soñaron sus hijes.

Este 24 de marzo vino a sumar un escalón más a ese sin fin que es la historia de nuestro pueblo. Les miles que se movilizaron a lo largo y ancho del país son la garantía de que aquella ampliación en materia de derechos humanos que vimos entre 2003 y el 2014 se mantenga a lo largo del tiempo como una conquista innegociable para la Argentina.

Memoria, Verdad y Justicia, un reclamo que levantamos cada vez con más fuerza. Pero no sólo como grandes palabras, sino como puertas que año a año nos invitan a asomarnos ahí, donde cada generación va dejando cosas. Nos invitan a encontrarnos con todo lo que han dejado las juventudes pasadas, todo lo que han hilado en nuestra historia, y a pensarnos como parte de ese sin fin en el que tenemos la oportunidad y la responsabilidad de construir el futuro que esas juventudes soñaron. Mientras como sociedad nos sigamos animando a asomarnos una y otra vez a las puertas de la Memoria, la Verdad y la Justicia, podremos decir con toda certeza y convicción: +30.000 compañerxs detenidxs desparecidxs presentes, sus sueños son nuestras luchas.
Fuente:Telam

No hay comentarios: