10 de julio de 2022

DIFUSION.

 


Palabras claves: derecho a la ciudad, urbanismo, movimientos 

Hola ¿cómo estás?

Este envío no va sobre la línea 68 que une plaza Miserere y puente Saavedra en la ciudad de Buenos Aires. Sino que, cómo hacemos usualmente, va sobre el tema del último episodio de Circulantes, en el que hablamos del Derecho a la Ciudad, un concepto que viene, justamente, desde el año 1968.

Ese año alojó protestas y revueltas en diferentes partes del mundo. Con matices, todos los movimientos sociales pedían por lo mismo: un grado de libertad que les permita vivir mejor, un límite a un sistema de organización que marginaba y generaba violencia. Francia, México, Estados Unidos y Checoslovaquia fueron los principales escenarios en donde estudiantes y trabajadores expusieron sus hartazgos a un capitalismo desmedido, y a liderazgos autoritarios. 

Seguro viste alguna película que narró algo de esto: The trial of the Chicago 7, Malcom X, La Chinoise, Rojo amanecer son algunas de ellas. La represión, las guerras y el segregacionismo fueron parte del combo que unió a ciudadanos para marchar en las calles en búsqueda de algo de justicia. 

Hoy, a más de 50 años, se puede encontrar en aquellos años la raíz de movimientos actuales. Black Lives Matters o el Me too o el LGTBIQ+ no pueden ser historizados sin contar qué pasó con los movimientos de derechos civiles de los sesenta. En ese hervidero que presionaba desde abajo a la clase gobernante también hubo lugar para pedir por los derechos de la ciudad. 

Durante ese 68 un tal Henri Lefevre, sociólogo francés y padre intelectual de lo que sucedía esos días, publicó el libro Le droit à la ville (El derecho a la ciudad). Un texto que, entre otras cosas, pedía pensarla y que sea pensada por y para todos.

Marcelo Corti, que trabaja en la Maestría de Urbanismo de la Universidad Nacional de Córdoba (además de dirigir el sitio Café de las ciudades, el cual recomendamos) nos cuenta la historia de este término que Lefevre introdujo: “lo presenta no como una cuestión jurídica, él no dice ‘en la constitución francesa o en las leyes tiene que haber un artículo que hable del derecho a la ciudad’. Él postula sus críticas a cómo se venían manejando las ciudades en aquel entonces”.

 

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