27 de septiembre de 2022

Declaraciones de Estela de Carlotto.

 ‘Ni perdón ni impunidad por los desaparecidos’: Enriqueta Estela Barnes de Carlotto.

27 septiembre 2022




En entrevista asegura que sigue ‘de cerca lo que ocurre con 
los desaparecidos de Ayotzinapa y las violaciones a los 
derechos humanos’

CDMX.- La argentina Enriqueta Estela Barnes viuda de Carlotto es una 

enciclopedia del drama humanitario sufrido durante más de 45 años por 

centenares de miles de familias de América Latina y el Caribe por la 

desaparición de sus hijas, hijos, esposas, esposos, madres, padres, hermanas,

hermanos, nietas y nietos como víctimas de la represión política ejecutada 

por dictaduras militares y de las venganzas en conspiraciones criminales.

En una entrevista exclusiva, esta mujer conocida simplemente como Estela 

confió por teléfono desde la ciudad de Mar del Plata, capital de la provincia

de Buenos Aires, que “sigo de cerca lo que ocurre con los desaparecidos de 

Ayotzinapa y las violaciones a los derechos humanos. Son hermanos míos 

los que han sufrido y siguen sufriendo en México”.


“Yo estaba en 2014 en México cuando desaparecieron los 43”, recordó, al 

referirse a los hechos ocurridos a partir de la noche del 26 de septiembre de 

2014 en el estado de Guerrero con la desaparición de los alumnos de la Escuela 

Normal Rural de Ayotzinapa, en un caso que involucró a militares, criminales

, políticos, estudiantes, deportistas, civiles y autoridades federales, estatales 

y municipales mexicanas.

Como presidenta de Abuelas de la Plaza de Mayo, Estela, de 91 años, ofreció

un consejo a las familias mexicanas con parientes entre los más de 94 mil 

desaparecidos en México desde 1964: “No dejen de exigir justicia”, pero 

“nada de impunidad ni de perdón”, sino de reclamar “memoria, verdad y 

justicia”.

Fundada en 1977 en la capital argentina, Abuelas de la Plaza de Mayo es una 

institución (no estatal) de derechos humanos formada por mujeres que 

buscan a sus hijas e hijos que desaparecieron de 1976 a 1983 en la dictadura 

militar de Argentina y también a sus nietas y nietos que fueron robados para 

ser vendidos, regalados o negociados en adopciones ilícitas por el régimen 

castrense.


Las abuelas desfilaron cada jueves en esa plaza desde 1977 en resistencia 

pacífica ante una dictadura que, vía golpe de Estado, gobernó de 1976 a 

1983.

Con una práctica de detención y desaparición forzada que se aplicó en 

Argentina en ese periodo, el aparato represivo de seguridad en complicidad 

con redes judiciales activó un plan de adopciones ilegales por el que 

centenares de hijos e hijas de mujeres y hombres desaparecidos y asesinados 

fueron cedidos a familias. De 1978 a 2019, las abuelas localizaron a 130 

nietas y nietos de sus hijas e hijos desaparecidos en dictadura. Uno de ellos 

fue Ignacio Montoya Carlotto, hijo de Laura Estela Carlotto —asesinada en 

1978— y de Walmir Oscar Montoya —asesinado en 1977— y nieto de Estela.


“Hemos sido en mayoría mujeres. Para los represores, los hombres eran los

 peligrosos y debían desaparecer. A las mujeres nos llamaban... tontas. 

‘Déjenlas que se van a cansar de caminar’, decían. Caminamos, caminamos

y seguimos caminando, aun sabiendo que podíamos morir. Era imposible 

quedarnos quietas en casa esperando noticias que nunca iban a llegar”, 

rememoró.


Al cumplirse el octavo aniversario de los sucesos de Ayotzinapa, Estela habló 

sobre el fenómeno interamericano de desaparecidos.

¿Qué sensación le produce que las heridas de Ayotzinapa todavía 

están abiertas?

—Yo estaba en México en 2014. Los familiares de los 43 se comunicaron 

conmigo. Personas muy humildes que no sabían qué hacer y lloraban. Y hoy 

los veo muy bien organizados. Les dije esos días: ‘No lloren. Lloren en casa. 

Pero afuera den miedo al gobierno, que es sordo, ciego y mudo. Ustedes 

exijan al gobierno. Únanse con otros que quieran ayudarlos. No formen un 

grupo chiquito y de llantos. Pónganse exigiendo y abracen a los que vienen a 

ayudarlos’. Luego vinieron a Argentina y les dije: ‘No aflojen. Exijan al 

gobierno, que es el que tiene que disponer la búsqueda de esos 43 jóvenes, 

niños prácticamente que se los tragó la tierra. Alguien los mató y algunos 

sabrán donde están y hay que exigir que les digan para, por lo menos, abrazaros 

restos mortales’.


Una abuela cuando recibe los restos, los huesitos, los besa y dice: ‘¡Por fin 

estás conmigo de nuevo!’. Porque es lo humano lo que se necesita, no la 

incertidumbre de la nada. Por eso siempre hablo de fuerzas en paz, sin 

violencia, sin venganza, con mucho amor, pero con fuerza de exigir lo que 

nos corresponde del Estado.

¿Qué pueden esperar las familias del Estado?


—Si el Estado es democrático y, por voto popular, el presidente de un país 

ocupa esa misión, hay que dialogar con ese presidente. Y no dejar pasar el 

tiempo, sino con una permanencia y una insistencia hasta que cumpla con el 

cometido que uno desea que es saber dónde están [los desaparecidos], qué 

pasó [con ellos] y quiénes [los desaparecieron]. Y luego exigir la justicia 

correspondiente para esos asesinos. Nada de impunidad ni de perdón. No, 

no, no, no, no, no. Acá no se trata de perdonar. Acá se trata, no de odio ni 

rencor, simplemente memoria, verdad y justicia. Y eso es lo que tienen que 

dialogar con el presidente, por ejemplo, de México [Andrés Manuel López 

Obrador], al que lo eligió el pueblo. Y el pueblo somos todos.

¿Qué piensa al ver a madres buscadoras mexicanas que cavan con

palas y picos en muchos sitios buscando a sus familiares?

—Eso es tremendo. Eso no lo tendrían que hacer ellas. Lo tendría que hacer 

gente especializada en exhumación de cadáveres. Tenemos el [no estatal] 

Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), que diseñamos al crear 

un banco de datos genéticos. ¡Pero no las mujeres, que son las que sufren el 

dolor, que tengan que estar con una pica y una pala buscando en lugares 

donde se les dice que pueden estar [los restos]! Eso es un martirio. Es una 

barbaridad que un gobierno diga a una madre: ‘Siga usted, busque usted’. 

No: busque usted señor, porque usted no era, pero era otro igual que usted 

que estuvo en ese momento y no hizo nada. Hágalo. Hay que obligar al 

Estado cada vez que viene un nuevo presidente a que cumpla con el pueblo 

que lo votó.


¿Cree que sigue en rojo la factura de derechos humanos en América 

Latina y el Caribe? La segunda mitad del siglo XX se saldó con más

de 100 mil desaparecidos en México, Guatemala, El Salvador, 

Honduras, Nicaragua, Haití, Colombia, Argentina, Chile, Uruguay,

Paraguay, Perú, Bolivia, Brasil y Ecuador.

— Sí claro, claro. Todavía en Chile hay que encontrar los restos [mortales] 

porque sabemos que los han matado y quiénes han asesinado. En Argentina 

hay muchos desaparecidos, jóvenes, arrojados al Mar [del Plata] y al Río [de 

la Plata] y a esos no va a ser posible encontrarlos... El Mar y el Río de la Plata

están con muchos cadáveres de jóvenes tirados con vida al agua desde los 

aviones.

Enriqueta Estela


Es una enciclopedia del drama humanitario sufrido durante más de 45 años 

por centenares de miles de familias de América Latina y el Caribe por la 

desaparición de sus hijas, hijos, esposas, esposos, madres, padres, hermanas,

hermanos, nietas y nietos como víctimas de la represión política ejecutada 

por dictaduras militares y de las venganzas en conspiraciones criminales.

“Nada de impunidad ni de perdón. No, no, no, no, no, no. Acá no se trata de 

perdonar. Acá se trata, no de odio ni rencor, simplemente memoria, verdad 

y justicia. Y eso es lo que tienen que dialogar con el presidente”.

Fuente:VanguardiaMX


No hay comentarios: