20 de noviembre de 2022

BAHIA BLANCA: NUEVOS TESTIMONIOS DAN CUENTA DE LOS DELITOS ABERRANTES QUE SE COMETIERON DURANTE LA DICTADURA.

 19 DE NOVIEMBRE DE 2022

NUEVOS TESTIMONIOS DAN CUENTA DE LOS DELITOS ABERRANTES QUE SE COMETIERON DURANTE LA DICTADURA


El pasado jueves 17 de noviembre se realizó la trigesimoctava audiencia en el juicio por Delitos de Lesa Humanidad conocido como Megacausa Zona 5, en la que declararon cinco testigos-víctimas, dos de manera presencial en la sede del Tribunal Oral Federal, en Chiclana y Lavalle, y el resto de manera virtual vía Zoom.

El juicio cuenta con 37 imputados de las fuerzas Armadas y de Seguridad acusados de secuestros, torturas, violaciones, asesinatos, desapariciones y robo de bebes durante la última dictadura genocida, en perjuicio de 333 víctimas. Entre tanto, el Tribunal Oral está compuesto por los jueces Ernesto Sebastián, Marcos Aguerrido y Sebastián Foglia.

El primer testimonio -otorgado vía Zoom- fue el de Gloria Amado, quien fue secuestrada en julio de 1976 junto a Daniel Cafaro, con quien compartía departamento y cuya declaración en el juicio se produjo el pasado 3 de noviembre. Además, convivía con ellos María Cristina Prado, quien fue secuestrada dos días después.

Sus captores la interrogaron preguntándole por Mónica Moran, con quien compartió actividad de Teatro. Además, en el lugar de secuestro pudo saber de una mujer embarazada llamada Graciela a la cual torturaban. Luego de aproximadamente dos meses de cautiverio, donde sufrió torturas y maltrato, fue dejada en libertad.

En segundo lugar, testimonió Celia Rautenberg (también de manera remota), quien fue secuestrada en noviembre de 1976 en Trelew, horas después de haber sido también secuestrada su pareja Armando Lauretti.

La víctima fue secuestrada en presencia de sus hijas mellizas de 10 meses de edad. Luego de estar en cautiverio en el sur, fue trasladada en avión a Bahía Blanca y alojada en el Batallón 181 en primera instancia, y llevada al Centro Clandestino «La Escuelita» posteriormente.

Luego de pasar secuestrada un mes y medio, fue dejada en libertad. Entre tanto, su pareja fue blanqueada y continuó presa otros por dos años.

«En Bahía Blanca no había un ambiente para hacer una vida normal»

A continuación, presentó su testimonio Nidia Suardiaz, quien declaró en carácter de testigo de su expareja, la víctima Carlos Weber, que expuso su declaración en el pasado 3 de noviembre.

Weber, de nacionalidad chilena, llegó a la Argentina escapando de la dictadura de Pinochet, perseguido por ser dirigente estudiantil. En Argentina, residía en la ciudad de Bahía Blanca, en una pensión estudiantil alquilada por ACNUR (Agencia de la ONU para Refugiados).

Al respecto, Weber había dicho que «un tiempo antes del golpe de marzo del 76, todos los chilenos que vivían en esa pensión fueron arrestados» y «la única persona que faltaba ser arrestado era yo”. Suardiaz corroboró esta situación y agregó que «en Bahía Blanca no había un ambiente para hacer una vida normal«.

La particularidad de lo sucedido con Weber radica en que su mente bloqueó todo lo que le sucedió durante su secuestro. Hasta el día de hoy no recuerda nada de lo que hicieron con él mientras estuvo desaparecido.

Su expareja, Suardiaz, habló ante el Tribunal sobre el secuestro de Weber y el momento de la liberación de Weber. «Al liberarlo, cuando lo vi, estaba delgado, demacrado, apesadumbrado… Muy apesadumbrado», comentó, «estaba muy afectado emocionalmente, había estado en verdadero peligro».

«Quiero hablar para que esto no pase nunca más»

Las últimas dos declaraciones fueron presentadas por la víctima Víctor Hugo Iglesias y su pareja, Liliana Ugarnes.

Iglesias, visiblemente conmovido desde el inicio del relato, contó que al momento de su secuestro era empleado de Gas del Estado y estudiaba Ingeniería Industrial en la Universidad Tecnológica Nacional. Además, vivía junto a su esposa y su pequeña hija de 3 meses en calle Maldonado al 200, Bahía Blanca.

Iglesias contó que los primeros días del mes de enero de 1977, durante la madrugada, desconocidos irrumpieron violentamente en su casa. «Golpean la puerta fuerte como para tirarla abajo, era un montón de gente toda de negro», recordó, «fue un shock… Me empujan, me pegan, me ponen una capucha… Estaba atontado». «Me suben a un auto, que era un fiat 125», agregó, «por el escape que hace un ruido característico».

Luego fue llevado a un lugar en el que le vendaron los ojos y comenzaron a torturarlo e interrogarlo. «Me golpearon toda la boca… Era un desastre… Se me aflojaron todos los dientes«, señaló, al tiempo que añadió conmovido:

«Me quise hacer el desmayado para que no me peguen más y me quemaban con cigarro para que reaccionara. […]. Estuve atado con soga de cáñamo, se me habían infectado las manos y no las podía mover».

Los interrogatorios que le realizaron tenían como objetivo obtener información sobre sus compañeros de estudios, así como saber si tenía conocidos en el barrio Palihue o Ingeniero White.

Iglesias también pudo dar cuenta de la presencia de un médico en el lugar que le curó diversas heridas. En este sentido, recordó que producto de los golpes, tenía costillas rotas y heridas infectadas, y un médico procedió a asistirlo en dos oportunidades.

Luego de su desaparición, sus familiares realizaron diversas gestiones para dar con su paradero, como la presentación de un habeas corpus ante el Juzgado Federal, todo ello con resultado negativo. Posteriormente, la víctima relató profundamente conmovido cómo fue su liberación:

«Una noche me dicen: ‘¡Levantate!’. No me pude levantar. ‘Tranquilizate que te vamos a soltar’. Yo esperaba que me pegaran un tiro. Me suben al Fiat 125, paramos, y me dicen: ‘Te vas a agarrar del árbol, vas a esperar que nos vayamos y te sacas la venda'».

«Me bajan ayudándome -porque yo no tenía fuerza-, quedo arrodillado al árbol… Empecé a rezar esperando el tiro«, agregó emocionado. Luego de esto, casi sin poder ver por las heridas en sus ojos producto de las vendas, caminó hasta su casa y la de su familia. Al llegar, lo primero que pidió fue ir a darse un baño:

«Cuando voy al baño y estaba de frente al espejo, te digo que no me conocí en el espejo… No era yo, era una víctima del holocausto, todo lastimado, la boca hinchada, desfigurado… no me conocí».

Para finalizar Iglesias manifestó que «la maldad que tenía esta gente y la saña con la que se movían, yo no lo entiendo». «Ni al peor enemigo le deseo esto«, agregó, al tiempo que explicó: «Después bloqueé un poco todo esto, porque no quería revivirlo«, «no lo he hablado con nadie, ni siquiera con algún entorno familiar».

«En este momento me animo a hacerlo porque no quiero que esto pase nunca más, estas cosas no pueden volver a pasar», concluyó.

Contar y difundir lo sucedido como garantía de no repetición

Víctor dejó en claro que la única forma de que estas cosas no vuelvan a pasar es contándolas, rompiendo silencios y bloqueos, plasmando toda la verdad de manera pública y, por supuesto, esperando las debidas sanciones de parte de la Justicia. Es por eso que su testimonio puede ser visto y escuchado por todo el público.

En contraposición a esto, en la misma jornada, otras víctimas pidieron que su declaración no sea retransmitida de manera pública. Sin embargo, paradójicamente, todos en sus palabras finales coincidieron en expresar sus deseos de que el testimonio sirva para que nunca más vuelvan a repetirse esos hechos que ellos vivieron.

Una de las formas de evitar que los hechos se repitan es conociéndose y haciéndose públicos los delitos aberrantes que se cometieron durante la dictadura y que desde hace más de quince años la justicia argentina está juzgando. La difusión y transmisión de los testimonios en los juicios de Lesa Humanidad son justamente una de las garantías de la no repetición.

¿Cuándo siguen las audiencias?

Las audiencias continuarán el día jueves 24 de noviembre, desde las 9 horas, en la sede del Tribunal Oral de Chiclana y Lavalle. Los juicios son Orales y Públicos, y puede concurrir cualquier persona que así lo desee, con su DNI.

Además, las audiencias también se emiten de manera virtual por el canal de YouTube de la subsecretaria de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires y por el canal del Poder Judicial.

Fuente:ElAgoraDigital

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