El viernes pasado ocurrió un derrame en el área de Bandurria Sur, operada por YPF en sociedad con la noruega Equinor. Las firmas sostuvieron que el agua de perforación mezclada con hidrocarburos no había superado los límites de la locación, aunque las imágenes posteriores demostraron que sí. Continúan, además, los reclamos por los impactos del traslado en camiones y el tratamiento de las arenas de sílice utilizadas para el fracking. En medio de estas denuncias que ya llevan una década, el accionar oficial tiende más a profundizar la matriz hidrocarburífera que a planificar los pasos de una transición. |
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