26 de noviembre de 2022

Organismos de derechos humanos presentaron archivos desclasificados del Mundial '78.

  "EL DEPORTE COMO DISTRACCIÓN"

Organismos de derechos humanos presentaron archivos desclasificados del Mundial '78

Se trata de 27 documentos que muestran el valor estratégico que tuvo el evento deportivo para la Junta Militar y cómo se fortaleció el aparato de seguridad durante ese período, pero también la construcción de un nuevo espacio de denuncia por parte de los activistas.
25-11-2022


José Lavalle Lemos: "La dictadura utilizó el espectáculo deportivo para tapar los crímenes y las cosas que estaban sucediendo"

Abuelas de Plaza de Mayo, el Centro de Estudios Legales y Sociales (Cels) y Memoria Abierta lanzaron este viernes la colección temática de archivos desclasificados de la última dictadura cívico militar referidos al Mundial '78 para "recordar el intento de usar el deporte como distracción" durante el terrorismo de Estado.

"Desde Desclasificados.org.ar lanzamos la colección temática sobre el Mundial '78: el intento de usar el deporte como distracción, la estrategia de Madres y Abuelas para visibilizar las desapariciones y la represión, y las pujas al interior de la Junta Militar", anunció en su cuenta de Twitter Abuelas de Plaza de Mayo.

Se trata de 27 documentos desclasificados en los que se observa el valor estratégico que tuvo el evento deportivo para la Junta Militar, cómo se fortaleció el aparato de seguridad durante ese período, pero también la construcción de un nuevo espacio de denuncia por parte del activismo de derechos humanos.

📢Desde Desclasificados.org.ar lanzamos la colección temática sobre el Mundial 78: El intento de usar el deporte como distracción, la estrategia de Madres y Abuelas para visibilizar las desapariciones y la represión, y las pujas al interior de la Junta Militar 🇦🇷 #Mundial2022
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"Los documentos que pudimos dar a conocer sobre lo sucedido en el marco del Mundial del ´78 permiten demostrar cómo la dictadura utilizó el espectáculo deportivo para tapar los crímenes y las cosas que estaban sucediendo, así como también quedó en evidencia el miedo que tenían a la presencia de la prensa internacional", dijo a Télam María José Lavalle Lemos, nieta restituida de Abuelas y a cargo del proyecto Desclasificados.

En ese sentido, explicó: "Los militares sabían que los organismos iban a usar esa presencia de la prensa extranjera para denunciar lo que estaba pasando y eso se ve en los documentos desclasificados y se puede confirmar allí".


¿Cómo se realizó el trabajo de desclasificación?

El trabajo de desclasificación fue realizado en conjunto con otros organismos de derechos humanos y con la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires -a través de las prácticas preprofesionales de estudiantes convocadas por el Centro Antonio Gramsci y la Carrera de Ciencias de la Comunicación- y el Instituto de Educación Superior en Lenguas Vivas "Juan Ramón Fernández".

Los organismos propusieron a estudiantes de distintas carreras y sumaron también a representantes de la Escuela Normal Superior de Lenguas Vivas Sofía E. Broquen de Spangenberg, la Universidad Nacional de la Plata y la Universidad del Salvador.

"Se trata de una muy buena oportunidad para seguir denunciando los crímenes de la dictadura y estamos muy contentos con el proyecto porque entendemos que al trabajar con los estudiantes, la transmisión generacional de lo que sucedió, continúa, así como el análisis de las consecuencias de la injerencia de Estados Unidos en la región", aseguró Lavalle Lemos.

Festejos en la calle de Buenos Aires por el triunfo argentino en el Mundial 1978 durante la ltima dictadura cvico militar
Festejos en la calle de Buenos Aires por el triunfo argentino en el Mundial 1978, durante la última dictadura cívico militar.

El informe que recaba los archivos desclasificados del Mundial ´78 explica que "varios meses antes del inicio del torneo un informe de inteligencia de la DIA anticipa que, a la par de la situación económica explosiva y el cambio programado para la Junta, el Mundial sería una de las prioridades para las fuerzas militares y de seguridad".

Además, "las referencias de los documentos al despliegue de operativos, la creación de unidades especiales y la lógica de la seguridad nacional son constantes y se entrelazan con el seguimiento de redes de militancia, la multiplicación de detenciones y la efervescencia de alertas para desactivar presuntas estrategias de las organizaciones armadas para irrumpir en la escena del Mundial".

En línea con la estrategia publicitaria para revertir las denuncias internacionales por los crímenes, los documentos muestran varios puntos de entrada a las acciones de la dictadura por preservar su imagen en el orden internacional.

"Funcionarios que viajan por el mundo para defender el Mundial y fuentes que nutren los informes de las agencias estadounidenses dan cuenta, aquí y allá, de la intensificación de los reclamos de algunas federaciones europeas de fútbol por las detenciones y desapariciones, de la creciente exposición ante la prensa internacional y de las primeras iniciativas de boicot del torneo en Francia, Italia, España, México y Brasil", sintetiza el texto.

Final del Mundial 1978
Final del Mundial 1978.

Por otro lado, la investigación exhibe cómo el Mundial se convirtió en una plataforma para que los familiares, las organizaciones y las redes de exiliados siguieran ejerciendo presión por las violaciones de derechos humanos.

Ya finalizado el Mundial, "un cable del Departamento de Estado caracteriza el entramado del activismo en nuestro país, y señala que el acoso y la persecución a las Madres de Plaza de Mayo no cesó durante el evento y que eso tuvo una repercusión internacional desfavorable", reseña el texto.

A su vez, describe de qué manera organizaciones como la Asamblea Permanente de Derechos Humanos (APDH) expandían sus actividades y se planteaban entre sus próximos objetivos dar los primeros pasos de acercamiento y apoyo a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, cuyo involucramiento con la lucha contra la dictadura sería fundamental el año siguiente.

Además, a tres días del final del Mundial, un informe de la CIA narra las tácticas de la dictadura que pretenden ser "concesiones" en materia de derechos humanos y un presunto relajamiento del sistema represivo.

Sin embargo, advierten que no es posible evaluar esas medidas con seriedad en tanto persista el "ambiente artificial" del Mundial.

Imgenes de la campaa de boicot del torneo en Francia Italia Espaa Mxico y Brasil Foto AFP
Imágenes de la campaña de boicot del torneo en Francia, Italia, España, México y Brasil / Foto: AFP.

Desclasificados.org.ar es un proyecto iniciado desde agosto de 2019, por Abuelas de Plaza de Mayo, el CELS y Memoria Abierta para construir un instrumento de acceso a los archivos desclasificados de Estados Unidos.

"Hace 3 años que venimos con este proyecto y lo dividimos en colecciones. Ya lanzamos una colección sobre Malvinas, otras sobre la Masacre de Trelew, y ahora esta, sobre el mundial", indicaron desde Abuelas.

🗃️El proyecto Desclasificados es un trabajo que realizamos junto al y estudiantes de -a través de - y del para construir una base de datos pública que sistematiza estos documentos y los vuelve accesibles a la sociedad








CRÓNICAS POLICIALES

El Mundial 78, un marco de fiesta para la represión y el crimen

Desde ajustes de cuentas entre espías y delincuentes, a secuestros de periodistas y festejos celestes y blancos a los que los represores "invitaban" a sus cautivas.
POR RICARDO RAGENDORFER
25-11-2022
El festejo de la Junta en pleno Mundial.

El Mundial ‘78 fue la gran apuesta propagandística de la última dictadura, una luz artificial en un país donde todo era noche y niebla.

Durante el atardecer del 2 de junio la Selección enfrentaba a Hungría. El duelo había empezado con un gol europeo. Diez minutos después, un tiro libre de Kempes rematado por Luque en el área puso las cosas en su sitio. Sobre el final del segundo tiempo, un tanto de Bertoni hizo que desde el palco oficial el general Videla agitara los puños con alegría. 

A esa misma hora alguien ingresaba en Santiago de Chile a la sede de la DINA, la temible policía secreta pinochetista. Traía desde Buenos Aires una misiva para el jefe del Departamento Exterior, mayor Raúl Iturriaga Neumann.

En esa hoja se informaba que un tal “Alfredo” había dejado de hacerse ver en los sitios que solía frecuentar tras birlarle cinco mil dólares a un tipo apellidado “Zarattini”. El suscriptor agregaba: “Como Ud. bien sabe, a mí me ‘recagó’ con mil doscientos”. Y finalmente, decía: “Pero eso es lo de menos comparado a lo que me enteré recién ayer. Este ‘señor’ colaboraba con el SIE (Servicio de Inteligencia del Ejército). Incluso tenía pase libre en el Batallón 601”. El mensaje estaba rubricado por “Luis Felipe Alamparte Díaz”. Así se hacía llamar el jefe de la base porteña de la DINA: su verdadero nombre era Enrique Arancibia Clavel. 

En tanto, el Mundial continuaba con su devenir.  

Lo cierto es que ese festín ecuménico de la pelota no había interrumpido las acciones represivas del régimen. De hecho, durante las primeras 48 horas transcurridas desde su fastuosa inauguración en el estadio Monumental (a solo 500 metros de la ESMA, el “chupadero” más grande del país), al menos cinco personas (Rubén Martínez, Celestino Omar Bazterrica,  Ricardo Freire, María Josefa Martínez y Alicia Cristina Amaya) fueron devoradas por la maquinaria del terrorismo de Estado.

Ya en el atardecer del 4 de junio (un domingo sin partidos) el periodista y empresario Julián Delgado permanecía en su hogar frente al televisor, muy atento a un flash informativo sobre la recuperación de los jugadores argentinos lesionados en el encuentro con Hungría.

A ese hombre la vida le sonreía: además de dirigir la revista “Mercado”, era el principal accionista del matutino “El Cronista Comercial”, adquirido en condiciones ventajosas tras el secuestro de su dueño anterior, Rafael Perrota.

Ahora, justo cuando el cronista Néstor Ibarra acababa de anunciar por TV quienes serían los once titulares de la Selección en el encuentro del martes contra Francia, Delgado le dijo a su esposa, doña María Ignacia, que saldría a buscar “algo para el té”.
En el portón del edificio fue secuestrado por una patota del Ejército, y su rastro se extravió para siempre.  

El Mundial ‘78 estuvo signado por otras 44 desapariciones. 

Durante la tarde del 24 de junio la Selección enfrentaba a Holanda en la final de la Copa. Ocho minutos antes de concluir el primer tiempo, un gol de Kempes desequilibró el marcador. Ocho minutos antes de concluir el segundo, un gol de Nanninga desvaneció momentáneamente la victoria nacional. Pero a los doce minutos suplementarios, un avance de Kempes, con rebote de pelota en el arquero, supo atravesar el arco rival. Luego, un tiro de Bertoni consolidó la euforia celeste y blanca. Un frenesí que el relator oficial José María Muñoz supo resumir con una frase que pasó a la historia: “¡Para que el mundo vea a un país que no se detiene!”.

Un gol de Kempes en plena ola de secuestros
Un gol de Kempes en plena ola de secuestros.

Tales palabras dispararon la bulliciosa convergencia de miles y miles de personas hacia el Obelisco. Cabe resaltar que entre la multitud se encontraba un puñado de esbirros del Grupo de Tareas de la ESMA, pero sin otro objetivo que ser parte del jubileo. Lo notable es que contaban con la forzada compañía de algunas mujeres cautivas que habían sido momentáneamente sacadas de esa mazmorra naval para complementar el festejo de sus captores. Era el horror en clave surrealista.

Así, en medio de cánticos, saltitos y bocinazos, una de ellas –Graciela Daleo– le susurró a otra al oído: “Si acá gritáramos que estamos secuestradas, nadie nos daría bola”.

Después fueron llevadas a una parrilla de Vicente López. Allí, mientras aquellos “titanes del orden viril” se enfrascaban en una animada tertulia, las prisioneras debían cumplir el rol femenino de escucharlos sin abrir la boca.

En semejantes circunstancias, Daleo pidió permiso para ir a la toilette. Los represores se lo concedieron. Ella entonces se animó a escribir con lápiz labial sobre los azulejos: “Milicos asesinos. ¡Vivan los Montoneros!”.

Un pequeño acto de resistencia que no merece ser olvidado.

A esa misma hora, en un descampado de la localidad de San Vicente fue hallado un cadáver con un tiro en la cabeza. Se trataba del agente del Batallón 601, Arturo Pereyra, quien solía presentarse simplemente como “Alfredo”.

El general Carlos Martínez, a cargo de la Jefatura II de Inteligencia del Ejército (de la cuál dependía el Batallón 601), se mostró muy contrariado por el asunto, así como se desprende de otro “paper” enviado de inmediato por Arancibia Clavel a Santiago de Chile.

Desde luego que él no imaginaba hasta que punto sentiría la ofuscación de aquel jefe militar argentino en carne propia.


Las plumas del cóndor

Arancibia compartía un departamento de la calle Virrey Loreto, en Belgrano, con su novio, Hugo Zambelli, un bailarín que trabajaba con Susana Giménez. Ambos se habían conocido en 1974.

En la noche del domingo 29 de septiembre de aquel año, sobre el barrio de Palermo flotaba un aire enrarecido. En el tramo de la calle Malabia que va desde Las Heras hasta Libertador el alumbrado público estaba completamente apagado. Y a metros de la calle Juan F. Seguí había un Torino. Sus ocupantes merodeaban en los alrededores. Luego, a escasos minutos de la medianoche, todo se sacudió al compás de una explosión; la onda expansiva hizo trizas los vidrios de la cuadra. Y la lluvia de cristales produjo un sombrío tintineo. El Torino, entonces, partió a todo trapo.

La ESMA apenas a 500 metros del Monumental donde empez y termin el Mundial
La ESMA, apenas a 500 metros del Monumental donde empezó y terminó el Mundial.

La policía tardó en llegar. Los vecinos, lentamente, se fueron juntando en las esquinas. Cruzado sobre la vereda, junto a la cochera de un edificio, estaban los restos de un Fiat 125. Del motor aún salía una lengua de fuego que iluminaba un cuerpo desmembrado; otro, ya sin brazos ni cabeza, ardía en la cabina. En aquella madrugada circularon versiones inciertas sobre la identidad de las víctimas. Recién a la mañana trascendió que se trataba del matrimonio formado por Sofía Curthbert y Carlos Prats. Éste había sido jefe del Ejército chileno y ministro del Interior durante el gobierno de Salvador Allende.
Uno de los victimarios fue Arancibia.

Ya entonces ese hombre era el enlace entre la DINA y el Batallón 601. Y su contacto era nada menos que el subjefe de aquel organismo, coronel José Osvaldo Riveiro. Esa dupla tuvo un importante rol en la puesta en marcha del Plan Cóndor, tal como se llamó a la alianza represiva entre las dictaduras del Cono Sur. Prueba de ello es un viaje que los dos realizaron en agosto de 1975 a la capital chilena para asistir a una reunión preliminar de dicha cofradía.

En el marco de tan provechosa relación, el 2 de noviembre de aquel año, ellos encabezaron el secuestro del chileno Jean Claudet Fernández, un cuadro del Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR).

Fue el puntapié inicial de una serie de crímenes represivos realizados en conjunto contra exiliados chilenos y militantes locales.


El día del perdón

El vínculo de Arancibia con el Batallón 601 hizo que sus jefes lo consideraran una suerte de embajador en la sombra. Y para los militares vernáculos aquel muchacho de 28 años era nada menos que el espía oficial de Chile en Buenos Aires. Tanto es así que él se creía todopoderoso en tal papel, sin calcular que eso –por una fatalidad geopolítica– sería su pasaporte hacia la desgracia.

El 24 de noviembre de 1978 –cuando Chile y Argentina estaban a punto de entrar en guerra por un litigio sobre el control de tres islotes ubicados en el canal de Beagle–, él cayó por una obviedad: ser un espía chileno.   

Arancibia fue literalmente secuestrado en su vivienda. Sus captores eran de la SIDE. Y encontraron un valioso archivo escondido en el doble fondo de un placard. Se trataba de carpetas agrupadas en forma correlativa, con detalles de tareas realizadas por la inteligencia pinochetista en el territorio argentino. También había una copia completa de sus informes enviados a Santiago. Y cada una de las respuestas e instrucciones suscriptas por su jefe.

Enrique Arancibia Clavel un espa que oper en Buenos Aires
Enrique Arancibia Clavel, un espía que operó en Buenos Aires.

Uno de esos “papers” hizo que un grupo de la Armada interviniera en el el asunto. Era un informe que revelaba con detalles hasta obscenos el amorío entre el almirante Emilio Eduardo Massera y la vedette Graciela Alfano. Los marinos entonces se ensañaron con Arancibia.

Otro de esos “papers” era el que se refería al malogrado “Alfredo”. Eso hizo que el general Martínez diera por resuelto el caso. Sus hombres entonces también se ensañaron con él al límite de fracturarle todos los dedos.

En 1982, por un pedido papal, el espía recuperó la libertad.

Tres lustros después Arancibia fue a parar nuevamente a la sombra, esta vez por el asesinato del matrimonio Prats.
Grande fue su sorpresa en 2001 al ser visitado en su lugar de detención por el general Martínez.

“Le debo una disculpa”, le soltó a modo de saludo. Seguidamente, pasó a explicar que había cometido una injusticia con él, ya que con posterioridad supo que el crimen de Pereyra había sido obra del mismísimo Aníbal Gordon, al famoso pistolero al servicio de la SIDE, a raíz de un entredicho delictivo.

Las manos lastimadas del chileno aún tenían un perceptible temblor.

Arancibia cumplió su condena en 2007. 

Cuatro años más tarde, durante una noche otoñal, falleció en su hogar despanzurrado a puntazos por un taxi boy. El Mundial ’78 ya había quedado muy atrás. 
Fuente:Telam

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