El prontuario del Ejército que enviarían a Rosario a pocos días de cumplirse 47 años del golpe
La película 1985 sigue en boca de todos. Muestra quiénes eran los militares y los innumerables delitos que cometieron contra la población civil, aniquilando una generación que peleaba por otra sociedad. De la mano de las empresas, la iglesia y los medios de comunicación desplegaron un plan sistemático, con Centros Clandestinos de Detención, secuestros, desapariciones y robos de bebés, entre otros tormentos. Las tres fuerzas del ejército participaron activamente, junto a las distintas fuerzas policiales y a fuerzas parapoliciales como la Triple A, organizada e impulsada durante el último gobierno de Perón e Isabelita. Muchos de quienes llevaron adelante el genocidio siguen impunes o han fallecieron sin recibir una condena. La mayoría de los empresarios que impulsaron y sostuvieron el golpe jamás pisaron un juzgado.
Fue la enorme pelea de los Organismos de Derechos Humanos y de la población la que logró que se visibilicen estos hechos, se avance en condenar a los responsables y que en la Argentina hoy no pueda pasar así nomás que el Ejército vuelva a las calles. La propia Estela de Carlotto repudió esta medida de los gobiernos de Alberto Fernández, Perotti y Javkin, entre innumerables organizaciones locales de DDHH y Sindicales como Amsafe Rosario.
El anuncio del envío de fuerzas a Rosario busca legitimar la intervención del ejército: un nudo en la garganta para cada uno de los ex detenidos desaparecidos y sus familiares. Pero también para las víctimas de sus incontables atropellos contra los derechos humanos desde el ‘83 a esta parte, ya que continuaron con ese modus operandi como en el asesinato del soldado Carrasco en 1994, que llevó al fin del Servicio Militar Obligatorio.
Durante todos los gobiernos quisieron imponer la “reconciliación” con las fuerzas armadas, pero chocaron con el rechazo de la sociedad que bien presente tiene a los 30.000 compañeros detenidos desaparecidos. El Macrismo con funcionarios negacionistas, el kirchnerismo poniendo a Milani al frente del ejército pese a las denuncias de su participación en el genocidio y la desaparición del soldado Ledo. Alberto Fernández plantea que este es el ejército de la democracia, buscando “humanizar” el aparato represivo del Estado e incrementando su poderío.
La receta de todos, oficialistas y opositores; del peronismo, de cambiemos y de Javkin, es poner mas fuerzas represivas en las calles. Acá no hay grieta. Sin embargo, nada dicen de los puertos por donde ingresa y sale la droga, del lavado del dinero y de que los “delincuentes” pueden encontrarse entre los grandes empresarios y poderosos que se enriquecen con uno de los negocios más importantes del mundo como lo es el narcotráfico, con sus casas de lujo y yates en la costa del Paraná.
Prontuarios
Galtieri fue uno de los principales miembros de las cúpulas del Ejército y estaba al mando del Segundo Cuerpo, aquel que tuvo como objetivo aplicar el plan represivo en la zona de Rosario y alrededores. Era miembro del cuerpo de ingenieros, ese que ahora quieren mandar a las barriadas para "urbanizar". Y fue quién mandó a los pibes a Malvinas, donde se cometieron innumerables delitos de lesa humanidad: estacamientos, torturas, asesinatos, contra los jóvenes soldados. El ejército actuó como siempre: cobarde contra el imperialismo y valiente para torturar.
La dictadura tenía un plan claro: terminar con una generación de obreros y estudiantes que se organizaban en las fábricas, escuelas, y barrios cuestionando los planes económicos de empresarios y sus gobiernos y peleando por transformar la sociedad. Con sus grandes expresiones como los dos Rosariazos o el Cordobazo.
Pero este plan había comenzado antes de 1976: la respuesta a los obreros de Villa Constitución que enfrentaron a la UOM y al pacto social del gobierno peronista fue la militarización y represión en un operativo gigantesco, que sirvió como "ensayo" en 1975. El mismo consistió en qué 4 mil efectivos de diferentes fuerzas -entre ellas el Batallón de Ingenieros de Combate 101 del Ejército- que avanzaron sobre un pueblo entero dejando un saldo de 15 muertos, cientos de heridos y más de 40 compañeros detenidos y desaparecidos, la mayoría de ellos activistas y delegados de la fábrica, como relata Octavio Crivaro en su libro "Villazo".
En la zona podemos encontrar Centros Clandestinos dirigidos por el Ejército como muestra la misma página de la Provincia de Santa Fe: Servicio de Informaciones, Biblioteca Vigil, Técnica Magnasco, Quinta de Funes, La Calamita, entre otras. En esos lugares se asesinó, torturó y violó a muchos activistas. En Villa constitución, la planta de Acindar fue uno de los lugares más emblemáticos donde en la propia fábrica estaba el lugar de cautiverio.
Un plan de militarizar que ya fracasó
Este ejército es la fuerza que quieren traer a Rosario. Quieren aplicar las mismas recetas de Colombia y México, donde estos planes fracasaron rotundamente, con consecuencias desastrosas con violaciones a los Derechos Humanos. Esta política fue impulsada por los EEUU a través de la DEA -la agencia norteamerica de control de drogas- no sirvió para controlar el narcotráfico y dejó cientos de miles de muertos. Es la misma fuerza con la que Omar Perotti firmó un acuerdo un año atrás para la creación de una fuerza de élite en Santa Fe con la excusa de combatir el narcotráfico. Los resultados están a la vista.
Desde Milei hasta el kirchnerismo defienden esta política. “Estoy a la derecha de la derecha” dice Scioli. Al igual que Berni, el ministro de Seguridad de Kicillof, que defienden el plan que se hizo en El Salvador, haciendo enormes cárceles para poder encerrar a quien se pueda. Hoy dicen que es “para los narcos” pero en realidad son los sectores populares los principales destinatarios, criminalizando la pobreza; en Rosario el 31,2% de la población está bajo la línea de pobreza. Y el día de mañana será también contra la protesta social.
El plan del desembarco de fuerzas represivas para saturar los barrios no es nuevo y viene fracasando gobierno tras gobierno, terminando sus propios jefes involucrados en los negocios del narcotráfico y brindando protección a las mafias locales. En el 2015, el Jefe de la Policía santafesina Hugo Tognoli terminó preso por proteger las actividades del un narcotraficante. En el 2019 sucedió lo mismo con el jefe de la delegación Santa Fe de la Policía Federal, Marcelo Lepwalts. Fue detenido junto a otros cinco efectivos de esa dependencia por el hallazgo de una importante cantidad de cocaína tras simular un enfrentamiento a balazos con delincuentes en la autopista.
La lista es larga. Se suman a los casos de gendarmes, federales y prefectos que son detenidos al probarse su participación en las actividades del narcotráfico. Al mismo tiempo crece la lista de las familias que sufren las consecuencias del hostigamiento policial en las calles. Así crecieron las causas del gatillo fácil, que se incrementaron desde que los barrios fueron saturados de fuerzas de seguridad: Franco Casco en el 2014, Jonatan Herrera y Pichon Escobar en 2015, Bocacha en el 2020.
La otra medida que proponen oficialistas y opositores es colocar cientos de cámaras en la ciudad con identificación facial y para su análisis proponen utilizar al personal de la AFI, la ex SIDE. Hoy dicen que es contra el narcotráfico, pero va a ser utilizado contra todos los que salgamos a luchar: en la ciudad de Buenos Aires el centro de monitoreo fue allanado por hacer espionaje ilegal sobre opositores, entre ellos a referentes de la izquierda como Nicolás del Caño y Myriam Bregman. Pero no solo el macrismo se dedicó a espiar: bajo el gobierno de Cristina el propio kirchnerismo fue el responsable del Proyecto X, un proyecto de espionaje de la Gendarmería Nacional que como denunció Myriam Bregman, se dedicaba a espiar a activistas, luchadores y a la izquierda.
Que no nos vendan que el ejército viene a urbanizar; necesitamos un plan de obras públicas, pero no con los milicos. Hay cientos de ingenieros, albañiles y constructores que necesitan trabajar. Como venimos reclamando en Magaldi y barrio Qom, necesitamos un plan de obras públicas para urbanizar los barrios, para garantizar el derecho a la vivienda digna, con servicios y que permita generar miles de puestos de trabajo. Y que sean los mismos trabajadores y las familias que controlen que se cumplan las necesidades.
Este 24 de marzo: no a la militarización
Este 24 de Marzo, en un nuevo aniversario del golpe militar, no podemos movilizar con quienes quieren sacar al ejército a las calles. Desde el PTS en el Frente de Izquierda proponemos hacerlo de manera independiente, en el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia.
Fuente:LaIzquierdaDiario
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