‘Hay que defender los derechos ganados,
porque los podemos perder’, dice
diputado argentino
Por Fernanda Paixão, Brasil de Fato /Resumen Latinoamericano, 28 de marzo de 2023.
Mónica Macha habla de agendas feministas en el Congreso y la lucha por los derechos humanos
Para nosotras, el movimiento feminista, implica un estado de alerta y movilización
Este año, Argentina celebra 40 años de redemocratización posdictadura. La población construyó, en ese momento, un camino de memoria y reparación sin equivalente en otros países que pasaron por dictaduras en el mundo.
Marzo, en particular, marca un mes de lucha en Argentina: no solo moviliza feminismos y transfeminismos por el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer –y justo un día antes, por el Día de la Visibilidad Lésbica en el país–, también es el mes del histórico Día Nacional de la Memoria, la Verdad y la Justicia. La multitudinaria marcha del 24 de marzo se remonta al 47 aniversario del golpe de Estado que instauró la última dictadura en Argentina.
Para esta Entrevista BdF , fuimos al país vecino a conversar con la diputada nacional Mónica Macha, de la coalición gobernante Frente de Todos, sobre el legado de la lucha por los derechos humanos en Argentina. Macha preside la Comisión de la Mujer y la Diversidad de la Cámara de Diputados y promueve importantes y escasas discusiones sobre proyectos y agendas feministas a nivel nacional.
Como una de las autoras del proyecto de ley para la legalización del aborto de 2018, año en que se instaló el debate en el país, destaca la incidencia de la lucha colectiva, pero también la necesidad de defender derechos ya conquistados, en tiempos de alza. de extrema derecha.
“El desafío siempre es construir hegemonía, siempre que sea posible; y cuando no, construir consenso”, dice Macha. “Estos consensos significan poner sobre la mesa de debate político que estos derechos están en riesgo [con la derecha]. La ley de interrupción voluntaria del embarazo podría ser derogada con otra composición en la Cámara. Es importante, y necesitamos en este momento , ser conscientes de lo que conquistamos y de lo que tenemos que defender, porque podemos perder”, dice.
Hablamos con la diputada sobre las repercusiones del movimiento feminista argentino -que en 2020 ganó la sanción de la ley de interrupción voluntaria del embarazo-, la garantía de los derechos a partir de la lucha en las calles y dentro del Congreso, el papel de la medios de comunicación, el intento de asesinato de la líder peronista y vicepresidenta Cristina Kirchner y la importancia y práctica de las políticas de memoria, verdad y justicia.
Brasil de Fato: Argentina lleva, en América Latina, el sello de la lucha por los derechos humanos y la legislación progresista que se destaca en la región. Aquí tenemos la ley de matrimonio igualitario, la ley de identidad de género y, más recientemente, la ley de interrupción voluntaria del embarazo. En este último caso, los movimientos feministas inspiraron a otros países de la región. ¿Qué lecciones sacas de esta experiencia?
Mónica Macha : Todo el proceso de debate del proyecto de interrupción voluntaria del embarazo deja muchas lecciones por aprender. Creo que el primero es la constancia del movimiento feminista en Argentina. Las mujeres pudimos coronar este proceso con la aprobación de este proyecto que ahora es ley porque hubo todo un proceso previo.
Para mí, este proceso previo incluyó los movimientos feministas que han existido desde el inicio de la construcción del Estado-nación argentino. Más recientemente, las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo han jugado un papel muy importante. Construyeron una forma de organizarse y hacer política que continúa hasta el día de hoy. Aún después de perder muchos referentes, como Hebe de Bonafini, referentes muy importantes en esta historia, la vigencia del legado, la lucha, la mirada sobre la necesidad de estas construcciones, que son integrales, ya empezó en el contexto de la civismo- dictadura militar, eclesiástica y empresarial en Argentina, y seguir con otras agendas.
Ahí hay un linaje, y es muy importante volver a ellos cuando pensamos en el proceso en Argentina. En el caso específico del aborto, quien jugó un papel fundamental y fundador fue la Campaña por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito en nuestro país. Fueron ellas quienes, en el marco de la construcción feminista, decidieron crear esta campaña y definieron acciones que permitieron avanzar el debate en el Congreso. También nos dejaron una gran lección de cómo construir transversalidad dentro del Congreso que, para nosotros, no es un lugar fácil, nada fluido.
Ellos trajeron esta experiencia, diciendo: «Estamos aquí por un proyecto que nos une, a pesar de nuestras diferencias partidistas». No nos dejamos llevar por las profundas diferencias que tenemos, y ponemos en primer lugar la necesidad de aprobar la ley de interrupción voluntaria del embarazo. Hay muchos aprendizajes conectados a este proceso. En las reuniones de Campaña que realizamos semanalmente, con la presencia de diputados de todos los bloques y demás acompañantes, establecimos estrategias. No sólo llevar adelante el debate en el Congreso, que también existía -a quién queríamos invitar, qué voces o líneas nos interesaba reprogramar-, sino también una estrategia en la calle.
«Maré Verde» nos sorprendió a todos. Cuando vimos la magnitud de estas manifestaciones también nos sorprendimos, porque era imposible predecir algo así. Pero quiero recordar que ella es producto de la militancia y articulación con cada uno de los sectores: con chicas de secundaria, con universidades, con compañeras que trabajan en movimientos sociales, con feminismo, con periodistas, con actrices argentinas. Un tejido que, al final, nos permitió pasar la ley.
Menciono también algo que quizás no tuvo mucha visibilidad, pero que fue un aporte fundamental: los compañeros indígenas. Hoy, están llevando a cabo un proceso de traducción de esta ley y las propuestas y políticas involucradas en la ley de interrupción voluntaria del embarazo a los idiomas originales. Todavía no es un debate masivo, pero existe, está ligado a nuestra historia y me gustaría llamar la atención sobre él.
Empezamos hablando de la ley de interrupción voluntaria del embarazo, que también marca un camino para otras agendas feministas en la región. En el caso de Argentina en particular, ¿cómo se ha hecho efectivo el acceso a este derecho?
Nuestro país, además de ser grande en términos de tamaño y diverso en términos culturales, también es muy heterogéneo políticamente. Si bien ciertas personas o grupos, como nosotros, forman parte, por ejemplo, del Frente de Todos, Toda e Todes, cuando tenemos que articular esta construcción con el factor territorial, encontramos grandes diferencias y heterogeneidad. También significa que al tratar de visualizar la implementación de la ley en cada provincia, hay muchas diferencias.
Lo que pasa en Buenos Aires es muy diferente a lo que pasa en Salta, Jujuy o Tucumán. Algunas provincias tienen sociedades más conservadoras y también gobernantes más conservadores, incluso si pertenecemos al mismo espacio político.
Eso significa que la implementación en algunos lugares, como Buenos Aires, gobernados por Axel Kicillof, quien incluyó el tema en su agenda, tiene su propio ritmo. Independientemente de lo que definan los municipios, la provincia monitorea. Esto no sucede en otras provincias.
Para nosotras, en el movimiento feminista, implica un estado de alerta y movilización, y estar muy atentas a lo que sucede. Implica actuar rápidamente donde vemos algún tipo de bloqueo e intentar retroceder.
En definitiva, estamos generando un debate articulado con una política pública que, en términos reales y concretos, implica que muchas mujeres y personas con capacidad de concebir accedan a la interrupción voluntaria del embarazo. Esto se refleja en la disminución de la mortalidad de mujeres en edad fértil, gracias a la ley de interrupción voluntaria del embarazo.
Estos son datos objetivos y fue nuestro primer enfoque. Parte de una perspectiva de salud. Pero también hay otra línea, y muchas otras para pensar, pero una amplia y muy concreta es el contexto de cambio y posibilidad política, cultural y social. La implementación de la ley implica un cambio cultural porque, en definitiva, esta herramienta hace posible que toda mujer y persona con capacidad de concebir evalúe su proyecto de vida y tome decisiones.
Esto tiene un impacto que va más allá de la decisión de continuar o no un embarazo. Va mucho más allá. Es recuperar una cierta autonomía y soberanía sobre los cuerpos y un poder sobre la propia vida. Ese poder se lo está quitando a fuerza y con mucho trabajo a otras instancias políticas, religiosas… Esto también genera una transformación cultural importante.
Los argentinos usan el lema «nunca más» para repudiar la dictadura / Fernanda Paixão
En cuanto al tema de la autonomía, como mencionaste, una de las agendas de los feminismos hoy en día es el tema económico, desde la economía del cuidado hasta la independencia económica. En un contexto de sometimiento de las políticas económicas en países condicionados al FMI, como Argentina, ¿cuáles eran las posibilidades y perspectivas para la igualdad de género en los últimos años?
El movimiento sindical, por ejemplo, está absolutamente atravesado por esta discusión. Tanto la legislación como las discusiones políticas apuntan a una mayor participación de mujeres, lesbianas, hombres trans, travestis… También tenemos una cuota de trabajo para travestis y travestis, que es una herramienta interesante a tener en cuenta.
Hay muchas más discusiones sobre participación política y escuchar nuestras demandas y agenda, discusiones sobre salarios. Son intentos, por todos los medios, de reducir la disparidad salarial y todo lo que implica la discusión sobre políticas de cuidados.
Esto ha estado pasando mucho aquí en Argentina. Estamos avanzando con este debate en los sindicatos, en los lugares de trabajo, en el propio Congreso. Iniciamos el foro parlamentario en el Congreso para priorizar el trabajo del cuidado.
Todas estas son instancias que realmente nos impulsan a llamar la atención sobre la discusión de cómo se distribuye el tiempo. El tiempo se convierte en un valor siempre escaso, siempre finito. Y, para muchas mujeres y personas con capacidad de concebir, fue y es una tarea invisible, pero fundamental, incluso para la construcción del capitalismo. En los últimos tiempos, también ha sido tema de discusión sobre el reconocimiento del trabajo, como la remuneración.
También quiero mencionar la calidad de esa atención, porque somos sociedades muy basadas en la violencia. La violencia de género es estructural en nuestras relaciones. Y creo que la violencia contra los niños es parte de esta estructura social. Discutir sobre esto es también discutir sobre la crianza de los hijos, sobre lo que significa el cuidado, tanto de los niños como de las personas con discapacidad y de los ancianos.
En una sociedad tan productivista, no parece haber lugar para eso. Para mí, la agenda feminista y transfeminista está abriendo espacio, como puede, para que esta discusión se dé no solo entre quienes nos importan, sino una apuesta a una discusión nacional, masiva, que coloque en el centro del debate político. qué tipo de sociedad estamos construyendo y eso nos lleva a preguntarnos qué tipo de sociedad queremos construir.
Si nuestro ideal es construir una sociedad libre de violencia, también significa discutir los tiempos de atención, el valor, la inversión que representa para un país desarrollar un sistema de atención integral y, por supuesto, las líneas que no se contabilizan. con dinero, pero que son sumamente importantes: qué tipo de crianza brindamos y qué acompañamiento se brinda a las personas que están pasando por la última etapa de su ciclo de vida, cómo se da esto, en qué condiciones.
Es una discusión de gobierno, pero también está en las organizaciones. Eso es lo que estamos haciendo ahora, pensando en el tema de los cuidados y en cómo generar condiciones de vida y circulación más equitativas a través de la economía y el ámbito social, y la organización familiar.
Ahora tiene un proyecto de ley sobre los cuidadores en el hogar. Me gustaría que comentaras un poco sobre este proyecto, comenzando por por qué es importante reconocer esta actividad como trabajo.
Este proyecto me llegó de las propias organizaciones de atención domiciliaria. Es un universo muy vasto. Todas estas mujeres cuentan con alguna formación relacionada con el área de la salud, han realizado un curso técnico en gerontología o atención a personas mayores o con discapacidad. Algunos tienen formación vinculada a la salud mental. Serían, digamos, la primera escala a la hora de pensar en una intervención sanitaria o médica… Salud, en realidad, porque puede implicar otras disciplinas.
Hoy en día, tienen una forma de trabajar muy precaria. Costumamos dizer que elas estão em um estado pré-peronista, porque a heterogeneidade social também faz com que existam pessoas que, em seu trabalho, gozam de todas as garantias sociais, dos direitos sociais, direitos do trabalhador e da trabalhadora, e no caso delas no es así.
No hay una definición de horas de trabajo o salario. Muchos de ellos trabajan para empresas que hacen la intermediación y terminan ganando muy poco por el trabajo que realizan, o cobran hasta dos o tres meses después de realizar el trabajo. Algunos están agrupados en cooperativas y tienen más fuerza, porque es una organización social y política que les da otra protección. Lo que queremos con este proyecto de ley es regular la actividad y establecer sus derechos y obligaciones por ley.
Es una discusión importante también porque son personas que se vuelven esenciales para el funcionamiento de muchas familias. Para que una familia pueda trabajar, estudiar, disfrutar de su tiempo libre. Para que esto suceda, hay otra persona, generalmente una mujer, que se queda en la casa para realizar esta tarea. Por eso es importante jerarquizar y habilitar a estas mujeres para que disfruten de sus derechos laborales.
Este es el corazón del proyecto que presentamos. Ya lo hemos presentado varias veces. Es un proyecto muy difícil de procesar, pero estamos enfrentando todas las luchas necesarias para finalmente procesarlo. En esta discusión sobre el cuidado, también hay lugar e inclusión para esta demanda. Dentro de los espacios que se están diseñando y trabajando para conquistar el sistema de atención integral, hay un capítulo que corresponde a los cuidadores domiciliarios.
Aún en el tema del reconocimiento de derechos, estamos en un año electoral en Argentina y vemos que figuras más reaccionarias empiezan a tener más relevancia en el escenario y en las encuestas. Algo quizás inaudito en el país. ¿Cómo ve el debate sobre la garantía y ampliación de derechos en este contexto?
La ampliación de los derechos es siempre un campo en disputa. Estamos hablando de logros o procesos en los que estamos inmersos y esto no está garantizado. Es una construcción y una tensión permanentes. El surgimiento de tales personas o sectores reaccionarios es una alerta, pero no por el pueblo mismo, estas voces levantadas con mucha violencia -o incluso con un tono más bajo-, pero proponiendo cosas como el fin del Ministerio de la Mujer. Además del tono, lo que está en juego es que estas figuras sean portavoces de una parte de la sociedad.
Lo que preocupa es que estos sectores sean voceros. Creo que esta es la verdadera discusión social. Es decir, hay una parte de la sociedad argentina que es más conservadora, más violenta, que puede estar basada en gente como Javier Milei, por ejemplo, o Horacio Larreta. Larreta tiene un tono monótono, pero dice barbaridades. Lo que importa no es el tono, sino el contenido de lo que proponen.
Si hay lugar para una amenaza a la ampliación de derechos es porque una parte de la sociedad argentina escucha y está de acuerdo con esta perspectiva. Para mí, el desafío es construir hegemonía. Y cuando no esté al alcance, genere consenso. Estos consensos también significan poder poner sobre la mesa del debate político que estos derechos están en riesgo con personas como las que mencioné.
Celebramos e iniciamos esta entrevista hablando de la ley de interrupción voluntaria del embarazo. Es una ley que, si tuviéramos otra composición en la Cámara, podría ser revocada. En estos tiempos tenemos que ser muy conscientes de lo que conquistamos y de lo que tenemos que defender, porque podemos perder.
También impulsaste un proyecto que se aprobó el año pasado, sobre la paridad de género en los medios. ¿Cuál podría ser el impacto del equilibrio de voces en los medios de comunicación en las democracias de nuestra región?
Un gran impacto. Logramos aprobar la ley, pero no regularla. Aun así, se van incorporando otras voces y géneros, lo que implica una ampliación de miradas. El hecho de que una mujer tenga más acceso a un medio de comunicación no implica que tenga una postura feminista o que defienda los derechos de las mujeres. No necesariamente. Pero si cada vez más mujeres lesbianas, travestis, trans y bisexuales tienen espacio para trabajar en los medios, claramente esta posición subjetiva permeará miradas y discursos.
Como los medios no son objetivos y llevan a cabo una práctica social, distintas voces y posiciones, distintas trayectorias de vida, también tendrán un impacto en la forma de transmitir las noticias. Las noticias o cualquier otro contenido.
¿Cuál es la posición adoptada? De esta forma se regulan estos discursos que, en general, han sido muy patriarcales y entonces es posible generar otro tipo de discusiones, miradas y, por tanto, también otra agenda. A eso le estamos apostando y por eso hacemos campaña y trabajamos duro para hacer realidad la ley de equidad en los medios.
Esto también tiene que ver con lo que dijo antes sobre el tema del pacto para que funcione la democracia. Lo relaciono con el caso reciente, hace seis meses, del atentado contra Cristina Kirchner. La gente ha estado cuestionando mucho, incluido el presidente Alberto Fernández, sobre el papel de los medios de comunicación en la creación de una especie de discurso de odio constante. Es un caso muy emblemático que realmente muestra el impacto práctico en la vida de las personas. ¿No solo del liderazgo político, sino también de la sociedad en su conjunto?
Sí, en ese sentido, los medios de comunicación tienen la potestad de autorizar determinadas posturas y comportamientos. No es lineal.
El intento de asesinato de Cristina hiere la democracia que logramos construir en estos 40 años. Es un punto de quiebre. ¿Fue esto, en cierto sentido, autorizado por los medios de comunicación? Sí. ¿Son ellos los que tienen el arma en la mano? No. Pero son ellos los que generan una posibilidad social. Porque a la vez también censuran cosas.
Hay cosas de las que no hablan, que pasan, pero no divulgan. Por ejemplo, la cobertura del 8 de marzo. Hicimos una manifestación, con ciertas demandas, y se informó muy poco en los medios argentinos. Con su capacidad de amplificar las voces, autorizan o censuran.
Cuando autorizan el discurso de odio, porque es parte de él, es imposible saber el impacto que tendrá en quienes lo escuchen. Por eso, para mí, el papel de las personas en los medios tiene un alto nivel de responsabilidad.
Creo que eso fue lo que pasó con el intento de asesinato de Cristina y las secuelas del ataque. Porque, además del hecho, están los discursos posteriores que de alguna manera acompañaron un proceso complicado en la Argentina y que, para nosotros hoy, pone en riesgo la democracia. En un principio no es un riesgo como sucedió en la década de 1970, pero no deja de ser un riesgo con las características y condiciones de este tiempo, de esta etapa histórica.
Este año se cumplen 40 años de la redemocratización en Argentina. Estamos en el mes del Día del Recuerdo, la Verdad y la Justicia. ¿Cómo llega este día para la población argentina? ¿Qué reflexiones puedes compartir sobre esa fecha para concluir nuestra conversación?
Para nosotros el 24 de marzo es muy emblemático, y como bien decías, ya no es sólo el 24, todo el mes de marzo está ocupado por diferentes actividades, acciones y reflexiones en todos los ámbitos.
Creo que esto tiene una vigencia muy interesante en nuestro país. Creo que implica una reflexión sobre lo que hemos estado hablando. El papel de los medios de comunicación, del Poder Judicial, más aún cuando se articula con los espacios políticos, ¿cuál es el impacto de esto en nuestra democracia?
¿Qué es la vida en una democracia en este momento de la historia? ¿Y qué problemas te ponen en riesgo? Estos son debates muy importantes para nosotros y tratamos de generarlos donde podemos porque es para proteger la democracia. Para nosotros, la democracia es una forma de vida. Elegimos vivir en democracia. Pasamos mucho dolor para conquistar este sistema democrático: muchas pérdidas, desapariciones de compañeros.
Bueno, creo que nunca es un punto de llegada. Siempre es un proceso. Como decíamos antes, hay tensiones. Y tenemos que ser capaces de visualizar y gestionar lo que está pasando para tener una postura de mucha conciencia y responsabilidad.
Recientemente falleció Carlos Pedro Blaquier. Es el representante de la dictadura en Argentina. Porque es el responsable intelectual, empresarial y político de la llamada «Noche del Apagón» en Jujuy. La desaparición, en una noche, con la complicidad de Ledesma, empresa de la que fue presidente hasta su muerte. Ahí podemos ver perfectamente cómo fue la convivencia entre un proceso como la dictadura y los empresarios.
Llama mucho la atención que, con la muerte de Blaquier, la Unión Industrial guardó un minuto de silencio, y que el diario La Nación lo colocó en su nota necrológica, abriendo espacio para que sea recordado como un empresario argentino y ocultando por completo su participación y responsabilidad en la dictadura militar en esa provincia y, en especial, en el departamento de San Martín, donde se desarrolló la Noche del Apagón.
Estas conexiones y situaciones son temas de actualidad. No es como sucedió hace 40 años. Tiene un nivel de validez y por lo tanto es algo para analizar y tomar conciencia, teniendo mucho cuidado con nuestro sistema democrático.
Edición: Thales Schmidt
Este jueves, se realizará una
concentración frente a la embajada
del Estado Terrorista de Israel, para
recordar el Día de la Tierra Palestina
Resumen Latinoamericano, 28 de marzo de 2023.
Varias organizaciones sociales, políticas y culturales se manifestarán este jueves 30, a las 17 hs frente a la embajada del Estado terrorista de Israel, respondiendo así a una convocatoria del Comité Argentino de Solidaridad con el Pueblo Palestino y la Federación de Entidades Argentino-Palestinas.
El motivo de la movilización es recordar el Día de la Tierra Palestina y repudiar los crímenes que acometen diariamente los israelíes contra el pueblo palestino. Para ello, se realizará un «acto político-cultural», donde se leerán poemas de autorxs palestinxs, se interpretará un monólogo teatral y habrá canciones dedicadas a la tierra palestina, todo ello a cargo del Frente Cultural Che Adelita y la Federación Internacional de Escritores por la Libertad (FIEL). Los organizadores hablarán refiriéndose a la fecha.
Día de la Tierra Palestina
Este jueves 30 de marzo se cumplen 47 años de que se instituyera el Día de la Tierra Palestina en 1976. Ese día los palestinos llamaron a una huelga general en las ciudades de mayoría palestina en Israel, pues el gobierno de este país puso en acción un plan para expropiar tierras palestinas para dedicarla a nuevos asentamientos judíos.
Las fuerzas de Israel mataron a seis jóvenes palestinos que protestaban junto a miles contra la expropiación de tierras. Han sido años de vulneración de derechos contra el pueblo palestino, donde se les ha usurpado territorios de forma ilegal.
Cerca de 25 Resoluciones de la Organización de Naciones Unidas, el Consejo de Seguridad y la Asamblea General han condenado la actuación de Israel en este territorio. Incluso la comunidad internacional se ha pronunciado al respecto, mas no ha tenido efectos reales.
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