Mabel Coutada declaró en Guerrieri IV por su hermana
Quiere saber qué pasó con Norma
En el juicio por delitos de lesa humanidad se trató la desaparición de Norma Coutada. Declararon también sus compañeros.
La última vez que Mabel Coutada vio a su hermana Norma fue en junio de 1977, antes de viajar a Buenos Aires. "Nos encontramos en una plaza y nos abrazamos fuerte", dijo ayer Mabel, ayer a la tarde, al salir de la audiencia de Guerrieri IV, donde se juzgan delitos de lesa humanidad. Ese día pensó que tal vez no volvían a verse. 47 años después, viajó desde Bernal, en el conurbano bonaerense, y ayer por primera vez declaró sobre la desaparición de su hermana Norma Horizontina Coutada Roses, secuestrada en septiembre de 1977, en Rosario. Norma tenía 21 años, era estudiante de arquitectura y trabajaba en el frigorífico Swift. Desarrollaba su militancia en las fábricas de la zona. Además del caso que se trata en el fuero local, otros integrantes de la familia fueron asesinados y desaparecidos en la última dictadura cívico militar.
Mabel fue la primera de cuatro hermanxs en llegar a Rosario, donde estudió Ciencia Política y militó en el peronismo de base junto a su hermana Myriam, que llegó al año siguiente. Venían de una familia de docentes de Santo Tomé, Corrientes. Su papá, recuerda, tenía cuatro trabajos. Al tiempo también llegó su hermano y en 1974 llegó Norma, a estudiar arquitectura. A Norma le decían "Lluvia". En 1975 entró a trabajar en el Swift y comenzó a militar en la Juventud Trabajadora Peronista, en el frente fabril. "Se comprometió y después pasó a militar en Montoneros", recordó Mabel quien dijo que su hermana también trabajó en una fábrica de vidrio y otra de zapatos. "En octubre del 74, yo dejé de militar y mis hermanas siguieron", contó. Myriam fue secuestrada en Zárate, el 16 de octubre de 1976, cuando estaba embarazada de siete meses. Poco tiempo antes, en mayo, su compañero Eduardo Lagrutta había sido asesinado en San Nicolás. El caso de Myriam está dentro de la causa Campo de Mayo que tuvo sentencia el año pasado; y siguen buscando a un sobrino o sobrina.
Sobre Norma, pudieron reconstruir algunos datos. "Entendemos que desapareció a fines de septiembre de 1977, porque mi madre cumple años el 8 y en una carta que encontramos sin fecha, mi hermana le pregunta a mi mamá cómo había pasado el cumpleaños, y le pedía que no hablara de ella con nadie. Nunca dejamos de buscar y la jornada de hoy me deja contenta. Soy una defensora de los juicios. Me parecen reparadores y que son ventanas que abren investigaciones de lo que pasó", dijo la politóloga, a salir de la audiencia. Desde la democracia, se desempeñó como docente en la Universidad de Buenos Aires y en la Universidad de Quilmes, donde hizo muchos trabajos en relación a los derechos humanos.
Por el último contacto que tuvo Norma con su hermano, supieron que quería irse del país. "Yo creo que no llegó a salir de Rosario", consideró Mabel. Ya en junio de 1976, habían matado a su pareja, Francisco Abasto. Tras la desaparición de Norma, la familia tuvo otras amenazas.
En los años de búsqueda de la verdad, tuvieron diferentes contactos, "con los organismos, con Abuelas, Madres, la Conadep", recordó. Además, relató que su madre tiene 99 años "y todavía espera saber qué pasó con sus hijas, y poder abrazar a su nieto o nieta", dijo sobre el hijo o hija de Myriam.
Ayer, frente al Tribunal, Mabel planteó que son "47 años sin saber dónde está mi hermana" y apuntó a "que los genocidas rompan el silencio, que hablen, porque estas heridas no cierran hasta que no sepamos dónde llevarles una flor, hasta que encontremos a los nietos que faltan".
En este cuarto tramo, la causa Guerrieri tiene 16 imputados por delitos de lesa humanidad sobre 62 víctimas que todavía no habían llegado a tener justicia en los tribunales federales de Rosario. Para Gabriela Durruti, abogada querellante de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), "Norma pertenece a un importante grupo de compañeros y compañeras cuyos destinos no pudieron ser reconstruidos pero debido a cómo hemos podido rearmar el rompecabezas del funcionamiento de la represión en nuestra región y en esa época, entendemos que estuvieron -ella también- detenidos y detenidas en el centro clandestino La Calamita y 47 años después sabemos que sus destinos fueron definidos allí y los cuerpos de muchos enterrados en las fosas descubiertas en el campo San Pedro. La historia de Mabel, tratando de reconstruir el destino de sus dos hermanas desaparecidas es un ejemplo de cómo se vieron obligadas a sobrevivir las familias después de lo ocurrido".
Ayer, diferentes compañeros de militancia de Norma -Nora Patrich, Adriana Beade, Marta Bertolino, Juan Pablo Bustamente, Daniel Bóccoli y Daniel Zárate- dieron testimonio para reconstruir los momentos de su militancia. "Todos la recordaron valiosa, inteligente, apasionada y comprometida", dijo su hermana, quien aseguró que "mientras se siga hablando de esto, estamos sembrando para que los más jóvenes conozcan sus nombres, lo que pasó y para que esto no pase nunca más".
Fuente:Rosario12
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