17 de mayo de 2023

OPINION.

 

La rebeldía es contra los genocidas, sus cómplices y los negacionistas

El Tribunal Oral N° 2 de la Ciudad de Buenos Aires negó el pedido de prisión domiciliaria para los represores Eduardo Kalinec y Luis Donocik. El Colectivo "Historias Desobedientes", conformado por hijos de genocidas, en apoyo a la lucha por Memoria, Verdad y Justicia.

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Si no hay arrepentimiento, no nos podemos cruzar con los genocidas por las calles” (…) “En sintonía con lo que venimos expresando desde el Colectivo Historias Desobedientes y también en mi carácter de hija del genocida Kalinec, celebramos la decisión del tribunal de no otorgar prisión domiciliaria a estos genocidas.(…)” (La Retaguardia, 12/5/23)

Una vez más, las Hijas Desobedientes se ponen al frente de la batalla por la condena efectiva, en la cárcel, a sus progenitores genocidas.

El Tribunal Oral N° 2 de la Ciudad de Buenos Aires negó el pedido de prisión domiciliaria para los represores Eduardo Kalinec y Luis Donocik.

AnalíaKalinec, una de las hijas del represor, referente del colectivo Historias Desobedientes, fue una de las que intervino frente a la presentación realizada por el abogado de su padre, para rechazar categóricamente su pedido. Su oposición férrea a la domiciliaria a todos los represores, no exime la de su padre, con quien no solo rompió lazos familiares, sino que pelea, junto a los integrantes del colectivo de Desobedientes, para evitar más domiciliarias, lograr más represores juzgados y condenados.

El fallo del 2×1 de la Corte Suprema de Justicia del 2017 los unió en las calles y allí comenzaron su historia. La historia de la rebeldía de una generación que, desde las entrañas mismas del núcleo familiar genocida, se unió a la pelea con los que luchaban por las víctimas.

Son, en los hechos contantes y sonantes, la expresión más profunda de la condena en nuestro país a los tormentos, desapariciones y crímenes cometidos por la última dictadura militar. Son de su “misma sangre”, pero rompieron con sus tutores porque son parte de los rebeldes que pelean a brazo partido para que prosigan los juicios y demás demandas por mayor Memoria, Verdad y Justicia. Porque ellos, como fundamenta Analía, no han reconocido sus acciones, no se han arrepentido ni, menos que menos, colaborado para brindar información útil para el hallazgo de más nietos/as y verdades sobre el destino de miles de desaparecidos/as.

La rebeldía es contra ellos y sus defensores/as. Porque la rebeldía verdadera, la genuina, la que irrumpe desde los familiares, sobrevivientes, jóvenes y también este colectivo que son lo más “pegado” a los militares por su relación familiar, es contra todos los genocidas y sus cómplices. Son los continuadores de una epopeya histórica que demuestra que en Argentina, la rebeldía auténtica, de lucha en las calles y en los tribunales, es de quienes repudiamos el genocidio y a todos los negacionistas que intentan “meternos gato por liebre”. Que se disfrazan de “rebeldes”, contra el sistema, bla, bla, pero en los hechos son los más grandes defensores de este capitalismo que nos está “liquidando” y de quienes llevaron a cabo la defensa de este sistema con el mayor grado de explotación y represión a ultranza. Represión feroz a los/as trabajadores/as y a la juventud.

Uno de los argumentos de AnalíaKalinec para defender su postura es que estos “señores” no dieron ningún dato, ni una pista, para colaborar con ninguna investigación. Si ya el mismo Estado, a través del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos ha reconocido la existencia comprobada de 800 centros clandestinos, ¿cuántas víctimas estuvieron en sus manos? Si “ellos” no hicieron nada malo, ¿por qué tanto silencio sobre sus acciones dentro de esos lugares?

El tormento y el exterminio fueron la moneda corriente. Los testimonios lo evidencian. La rebeldía es contra los genocidas y los negacionistas, contra los que defienden el capitalismo a ultranza, disfrazándose de “peleadores”.

Porque es por más juicios y penas efectivas, sin domiciliarias, por la unidad en las calles para luchar por más Memoria, Verdad y Justicia y contra el negacionismo. Esta lucha es profundamente anticapitalista, porque es contra todas las instituciones represivas del Estado que nos quiere someter aún más, sacándonos conquistas y reprimiendo nuestras demandas.

Fuente:laIzquierdaWeb

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