31 de octubre de 2008

10º SEMANA DE JUICIO A LOS GENOCIDAS-ALTO VALLE

10º Semana de Juicio
"Yo nunca creí que un demonio disfrazado de ángel se pueda arrepentir"

Lunes 27 y martes 28


Después de 32 años y de más de 2 meses de espera en las afueras del tribunal pudo declarar el compañero SERGIO MÉNDEZ.

Las charlas y los mates de afuera nos permitieron conocer a esta gran persona que con sus 72 años aún sigue trabajando en la construcción, porque como él mismo le dijo al tribunal no se pudo jubilar.

Después de jurar por los 30.000 compañeros desaparecidos narró "las maldades y pecados que él había cometido": TRABAJAR Y DEFENDER MIS DERECHOS.
"CUANDO ME DI CUENTA QUE TENÍA 3 ENEMIGOS, LOS PATRONES, LOS BUCHONES Y LOS BURÓCRATAS PASÉ A SER EL NIÑO MALO".

Presentándose en su casa de noche y como la tripleA, los genocidas lo secuestraron por primera vez, apuntaron a su mujer y patearon a su hijo que les preguntaba "¿A dónde se llevan a mi papito?" Aunque no se lo dijeron lo llevaron a la comisaría de Cutral Co, allí estaban Pedro Maidana, Francisco Tomasevich, Luis Almaza y Ortega.

En un blindado lo trasladan a la U9 de Neuquén donde estaban Orlando Cancio, Javier Seminario, Jure. En ambos lugares fue interrogado y torturado, como él dice: "Me torturaron física y psíquicamente" "Yo ahora grito porque me perforaron los tímpanos"

SI A MI ME HUBIESEN TRAÍDO CON EL RESPETO, EL RESGUARDO, UN ABOGADO Y UN CHALECO ANTIBALAS COMO A ELLOS…Así Sergio interpeló al tribunal…

Fue liberado un sábado y después de un tiempo otra vez el Horror, otra vez de noche con armas e identificándose como de la policía federal se lo llevan en un falcon hasta "La Escuelita" SE APROPIARON DE MI VIDA…Dijo antes de relatar las torturas que allí le inflingieron.
Pudo escuchar que también estaban el Cubano, Raúl Mets y Graciela Mets embarazada de 6 meses, hoy ellos están todos desaparecidos.

Sergio le pidió permiso al tribunal para dirigirse a los imputados a los cuales increpó con una pregunta: "¿De qué guerra hablan ustedes? En una guerra se entregan los cadáveres, En una guerra hay dos bandos con los ojos abiertos y las manos sueltas. Qué guerra vienen a reivindicar si ustedes mataban a gente con los ojos vendados, las manos atadas y amordazados? Me da vergüenza ajena de la gente que los defiende, porque defiende lo indefendible…

Compañero Sergio Méndez

"Yo nunca creí que un demonio disfrazado de ángel se pueda arrepentir" Tomamos las palabras de Sergio cuando se refirió al genocida CÁCERES para hacer nuestra apreciación también con respecto a todos los suboficiales, comisarios e integrantes del ejército que en este juicio han pasado como "testigos" habiendo sido parte necesaria de la implementación del Terrorismo de Estado en la región. Inclusive los ex-conscriptos de la compañía "B" que durante la dictadura participaron de los allanamientos, hoy poco recordaron de esos hechos.


Sí reivindicamos el aporte que hicieron otros ex- conscriptos pero de la compañía "C" que contaron cómo se armó y se desarmó "La Escuelita".

"La Escuelita" fue uno de los más de 500 centros clandestinos de tortura y muerte, también comisarías, fabricas, galpones, sedes del ejército, la marina, la prefectura, la aeronáutica sirvieron para el Horror.


Enrique Fukman, compañero que hoy conforma la asociación de ex-detenidos desaparecidos fue convocado por el ceprodh para que de su testimonio. Frente a un tribunal y una defensa atenta Enrique narró su secuestro y cautiverio en La ESMA (Escuela de Mecánica de la Armada) Su testimonio revela la sistematicidad del PLAN tanto en los objetivos como en la forma, es decir, los métodos de "selección, secuestro, tortura y exterminio" se ejecutaron de igual manera a lo largo del país.

Enrique Fukman, compañero de la Asociación de Ex-detenidos desaparecidos

Las audiencias testimoniales están llegando a su fin. Está prevista una audiencia más para el 17 de noviembre a la cual están citados los testigos que no lo hicieron anteriormente.

Estos juicios NO están sirviendo para conocer el destino de los compañeros desaparecidos, tampoco para investigar e imputar a los cientos de genocidas que fueron parte de la implementación del terrorismo de un Estado que no está siendo condenado por sus crímenes y que aún hoy los sigue cometiendo como consecuencia de tanta impunidad.

Las decenas de testimonios de nuestros compañeros y compañeras sobrevivientes dan cuenta de que por lo menos 20 asesinos llevaban adelante los allanamientos, inclusive usando a la compañía B de conscriptos, que por lo menos 10 torturadores hacían las guardias en "La Escuelita", que varios eran los que participaban en las sesiones de tortura, que entre 4 y 5 eran los que hacían los traslados hacia o hasta comisarías, penitenciarías, destacamentos, sedes de la policía federal. Los números superan ampliamente a los 8 imputados y lamentablemente también la cantidad de desaparecidos es más amplia de la que conocíamos.

¿De qué sirvieron los testimonios de los genocidas que fieles a su pacto de silencio poco o nada recordaron, limitándose a decir impunemente: no me consta, no recuerdo, no vi nada extraño, o mucho más perverso aún cuando algunos recordaron que habían estado en allanamientos, o habían confeccionado listas, o habían participado de secuestros…y dicho esto se retiraban del tribunal como cualquiera de nosotros?

Entendemos que estos juicios son el resultado de años de lucha que desde los organismos de derechos humanos se vienen dando para que haya justicia y para frenar la impunidad.

Si a través de los mismos quedan asentadas nuevas impunidades habremos retrocedido en vez de avanzar. La ley de obediencia debida nos costó años de marchas, años de no claudicar ante ningún gobierno. El logro es nuestro. No vamos a dejar que en estos juicios se vuelva a imponer en los hechos. Tampoco estamos avanzando si se naturaliza la desaparición de JULIO LÓPEZ. Si vemos dictadores y genocidio sólo en el 76. Si dejamos de luchar y de escrachar a los represores de hoy, a los que nos apalean por reclamar, a los que nos fusilan con las balas y con el hambre, a los que nos meten presos por luchar, a los que nos quieren engañar con la maldita política de "derechos humanos", mientras mantienen intacto el aparato represivo e instrumentan la ley antiterrorista para perseguir y encarcelar la protesta.

La justicia que queremos y que necesitamos nos obliga a denunciar, nos obliga a recordar viejas consignas y a imponer nuevas, para no olvidarnos, para no perdonarlos y para seguir luchando sin dejar de ver que el genocidio de ayer se recicla hoy.
(Fuente:rdendh).

No hay comentarios: