
Cuestionado por sus declaraciones acerca del poeta Walter Adet
Debatirá sobre los modelos educativos de nuestra provincia
Está previsto para este viernes 31 de octubre, en el Complejo de Bibliotecas "Dr. Victorino de la Plaza", la realización del foro de historiadores "El Modelo Educativo vigente en la provincia de Salta en los últimos 60 años", con la presencia del docente e historiador Leonardo Juárez, de la decana de la Facultad de Humanidades, Flor del Valle Rionda, del docente e historiador Rubén Correa, y del "docente, investigador y escritor" Miguel Ángel Cáceres con la moderación de los periodistas Ramón Yánez y Marcos Díaz Muñoz.
Los foristas a través de CEAPRE (Centro Especializado de Atención y Prevención para Niños y Jóvenes en Riesgo Educativo) intervendrán el viernes 31 a partir de las 18 en el análisis de los modelos educativos de nuestra provincia para realizar un abordaje a la situación educativa actual en el marco de la Ley Nacional de Educación.
Salta 21 propone que en lugar de escribir al correo electrónico ongceapre @gmail.com o de llamar al teléfono 4256206 para recibir información, les pasen a estos organizadores la información sobre Cáceres.
Reproducimos fragmentos sobre la indignación y dolor de los hijos del poeta Walter Adet frente a los agravios de Cáceres:
Dijo Raquel Adet sobre Cáceres: "Este miserable obsecuente de los políticos de turno que en vida de mi padre no se hubiera atrevido ni a sostenerle la mirada, se permitió, micrófono en mano, menoscabar su integridad, sin considerar que si mi padre no está vivo para defenderse, nosotros, sus hijos, sí lo estamos y va tener que responder por lo que dijo".
Dijo José Adet: "Quiero contarle al "ínclito" y mediático profesor, sesudo y paciente recopilador de efemérides vernáculas, que mi Tata dijo siempre lo que tenía que decir a quien tenía que decírselo y nunca nadie tuvo que buscarlo mucho si molesto u ofendido por una nota suya pretendía explicaciones".
Como si esto fuera poco, el informe de UNIREM (Unidad de Renegociación de Contratos) sobre Plumada, advierte la violación a las normas de contratación de la provincia durante el gobierno romerista y pone como caso testigo a la negociación de la ex ministra de Educación María Esther Altube quien firmó junto a Cáceres, como Coordinador de Bibliotecas y Archivos, una contratación directa con Plumada por la digitalización de los documentos del archivo Provincial por más de 9 millones de pesos (9.128.461 pesos, según resolución 5663, refrendada al día siguiente por el decreto 3559, operatoria que se realizó en dos días por los mencionados). Pagaron un adelanto a la empresa Plumada de $ 3.313.631 por un trabajo que nunca se realizó y que no costaba ni la décima parte de lo contratado. Actualmente se revisa por órganos de Control del Gobierno para anular esta contratación.
Cáceres es cuestionado por diversos sectores de la provincia: ¿qué tiene para decir del modelo romerista, que apaleó a los docentes en La noche de las tizas?
¿Puede un ex funcionario del gobierno cuestionado por ilícitos ser orador en un foro de educación?
¿Puede la ciudadanía permitir que después del agravio a Adet, impunemente se conduzca hasta un foro?
Miguel Cáceres calumnió al poeta en un programa de la radio de Mario Peña
Indignación y dolor por infame ataque a la memoria de Walter Adet
Durísima respuesta de Raquel y José Adet
El profesor Miguel Cáceres pretendió vincular al poeta Walter Adet con la dictadura porque fue empleado de prensa del estado en esos años sangrientos. Estupor, indignación y dolor causó este vil ataque, injusto y gratuito. La respuesta de los hijos
"Mala gente que camina y va apestando la tierra"
En un programa de radio emitido el domingo 28 de septiembre por FM Aries el autointitulado "historiador, poeta, ensayista e investigador" Miguel Cáceres se permitió calumniar al poeta Walter Adet acusándolo de haber colaborado con la dictadura, porque en cumplimiento de su tarea como periodista, empleado sin ninguna jerarquía de la Oficina de Prensa de la gobernación, debió redactar artículos o discursos con motivo de inauguraciones, festividades, fechas patrias, etc., que debían leer los funcionarios en los actos oficiales. Trabajo con el que mantuvo a su familia desde mucho antes del golpe del 76.
Este miserable obsecuente de los políticos de turno que en vida de mi padre no se hubiera atrevido ni a sostenerle la mirada, se permitió, micrófono en mano, menoscabar su integridad, sin considerar que si mi padre no está vivo para defenderse, nosotros, sus hijos, sí lo estamos y va tener que responder por lo que dijo.
Y yo me pregunto ¿Con qué autoridad moral se erige Cáceres en juez de la conducta pública de nadie? Porque en Salta somos pocos y nos conocemos mucho y sabemos que es un oportunista y un farsante que habiendo sido en su juventud un militante del peronismo de Ragone traicionó sus ideales para convertirse en menemista y para lanzarse sin escrúpulos a la búsqueda de prestigio político, social e intelectual y de las prebendas que eso supone.
Cáceres dijo en su programa que "es una pena que hombres con el talento de Adet hayan colaborado con la dictadura". Yo creo que es una pena que haya miserables que se dediquen a difamar a un muerto cuya obra seguirá vigente cuando nadie se acuerde de éste y otros lamentables personajes.
Y eso, justamente, es lo que les duele.
Como dijo el poeta León Felipe en 1947 cuando nos visitó: ¡Qué chura que es Salta! y ¡Qué nido de ratas que es Salta!
Raquel Adet
La memoria de un Hombre
Ladran Sancho, señal que hay perros, diría mi tata parafraseando a medias El Quijote, y miraría con triste ironía a esta bandita de pusilánimes mercenarios, los mismos que otrora no se hubieran atrevido a respirar fuerte ante su presencia, hoy creen que van a ensuciar canalla y cobardemente la memoria de un hombre digno, el hombre más digno y valiente que he conocido.
El profesor Cáceres, a quien no le conozco más méritos para acceder y conservar sus pequeñas e indignas canongías que el de una ferviente y perseverante obsecuencia, hoy se cree con derecho a juzgar la vida de un hombre muy superior a él, superior en talento, en dignidad y en hombría.
Quiero contarle al "ínclito" y mediático profesor, sesudo y paciente recopilador de efemérides vernáculas, que mi Tata dijo siempre lo que tenía que decir a quien tenía que decírselo y nunca nadie tuvo que buscarlo mucho si molesto u ofendido por una nota suya pretendía explicaciones.
Aprovecho para pedirle, si no es mucho esperar de una rata de biblioteca, que la próxima vez que tenga la osadía de atreverse a hablar de alguien mejor que él, tenga también la valentía de no esconderse.
Miguel Cáseres estaría para el diván
Al "poeticida" Cáseres el tiro le salió por la culata
¿Un margen de tolerancia?
El licenciado David Slodky envió un comentario a Salta 21 en respuesta al pedido de tolerancia del profesor Rubén Portocarrero, quien sostiene que “Miguel Cáseres se equivocó” pero que no hay que endilgarle una raíz nazi-fascista.
Parafraseando a Slodky podríamos afirmar que Cáseres ha pretendido vampirizar a Adet en un intento de trascendencia errónea por causa de su impotencia frente a la historia y de su incapacidad para consagrase como poeta e historiador. Se trataría de una persona enferma a quien no es la primera vez que se lo sorprende agraviando y difamando a los creadores salteños.
¿Será Cáseres inimputable, de establecerse una anomalía delirante o de comprobarse cierta patología que mueve a sus impulsos? ¿No estaremos cometiendo la torpeza de enojarnos con un “enfermo” en términos psicológicos y que por tal motivo, merece un tratamiento más que un juicio?
Desde este punto de vista- diría un amigo mío- hay razones para justificar hasta el asesinato de la madre.
A Portocarrero le reconozco cierto coraje en su petición: es como si hubiese dicho que le da vergüenza ajena lo que hizo Cáseres, que estuvo desacertado, que es un difamador, una porquería, un insultado justamente, un miroteado por la sociedad y hasta un escupido; eso sí, todo lo que quieran, pero de la matriz nazi-fascista del proceso, no.
Este es el comentario que realizó el Lic. Slodky y que llegó hoy a nuestro sitio:
En la síntesis que ustedes hicieron de mi intervención en la jornada de desagravio a Walter Adet, no registraron algo que creo importante, y que quizá ponga un poco de luz en este lamentable hecho. Esa noche releí el último párrafo de mi ensayo "El Magnicida, un intento de aproximación psicológica" , donde decía:
"El magnicida es un impotente que delira grandeza, vampirizando al que mata, pretendiendo mágicamente pasar así a la historia sorbiendo la vitalidad del que asesina, ya que no puede trascender de otra manera. Es un narcisista maligno, un necrofílico incapaz, un simbiótico inmaduro. Pero todo esto llevará al magnicidio, sólo si ha “totemizado” a su víctima. Se ha identificado primero con él, y lo ha convertido luego en el único obstáculo de la realización de su idea, de su dios, de su patria. Matándolo destruye el obstáculo y pretende sorber su fuerza trascendente. Pasará a la historia como “el que mató a...” ya que no pudo pasar como “el que lideró a...”
Magnicidios... Genocidios... ¡Cuántos “cidios” más conocerá la humanidad!"
Concluí que acabábamos de conocer un nuevo intento de "cidio": el "Poeticidio", pero que el tiro le había salido por la culata al "poeticida".
No tengo la menor idea de si Cáseres pertenece o no a la matriz nazifacista del proceso. Más bien creo que es un impotente que delira grandeza, un narcicista maligno, que se autoadjudica el título de poeta, y vampiriza a quienes realmente merecen ese título, pretendiendo así absorber la vitalidad de la que carece absolutamente. Porque no es la primera vez que pretende difamar a grandes creadores de nuestra tierra. Sólo un enfermo puede hablar así de Adet y otros grandes y puros, sobre los que ya escribiré prontamente una nota.
Lic. David Slodky
Debatirá sobre los modelos educativos de nuestra provincia
Está previsto para este viernes 31 de octubre, en el Complejo de Bibliotecas "Dr. Victorino de la Plaza", la realización del foro de historiadores "El Modelo Educativo vigente en la provincia de Salta en los últimos 60 años", con la presencia del docente e historiador Leonardo Juárez, de la decana de la Facultad de Humanidades, Flor del Valle Rionda, del docente e historiador Rubén Correa, y del "docente, investigador y escritor" Miguel Ángel Cáceres con la moderación de los periodistas Ramón Yánez y Marcos Díaz Muñoz.

Salta 21 propone que en lugar de escribir al correo electrónico ongceapre @gmail.com o de llamar al teléfono 4256206 para recibir información, les pasen a estos organizadores la información sobre Cáceres.
Reproducimos fragmentos sobre la indignación y dolor de los hijos del poeta Walter Adet frente a los agravios de Cáceres:
Dijo Raquel Adet sobre Cáceres: "Este miserable obsecuente de los políticos de turno que en vida de mi padre no se hubiera atrevido ni a sostenerle la mirada, se permitió, micrófono en mano, menoscabar su integridad, sin considerar que si mi padre no está vivo para defenderse, nosotros, sus hijos, sí lo estamos y va tener que responder por lo que dijo".
Dijo José Adet: "Quiero contarle al "ínclito" y mediático profesor, sesudo y paciente recopilador de efemérides vernáculas, que mi Tata dijo siempre lo que tenía que decir a quien tenía que decírselo y nunca nadie tuvo que buscarlo mucho si molesto u ofendido por una nota suya pretendía explicaciones".
Como si esto fuera poco, el informe de UNIREM (Unidad de Renegociación de Contratos) sobre Plumada, advierte la violación a las normas de contratación de la provincia durante el gobierno romerista y pone como caso testigo a la negociación de la ex ministra de Educación María Esther Altube quien firmó junto a Cáceres, como Coordinador de Bibliotecas y Archivos, una contratación directa con Plumada por la digitalización de los documentos del archivo Provincial por más de 9 millones de pesos (9.128.461 pesos, según resolución 5663, refrendada al día siguiente por el decreto 3559, operatoria que se realizó en dos días por los mencionados). Pagaron un adelanto a la empresa Plumada de $ 3.313.631 por un trabajo que nunca se realizó y que no costaba ni la décima parte de lo contratado. Actualmente se revisa por órganos de Control del Gobierno para anular esta contratación.
Cáceres es cuestionado por diversos sectores de la provincia: ¿qué tiene para decir del modelo romerista, que apaleó a los docentes en La noche de las tizas?
¿Puede un ex funcionario del gobierno cuestionado por ilícitos ser orador en un foro de educación?
¿Puede la ciudadanía permitir que después del agravio a Adet, impunemente se conduzca hasta un foro?
Miguel Cáceres calumnió al poeta en un programa de la radio de Mario Peña
Indignación y dolor por infame ataque a la memoria de Walter Adet
Durísima respuesta de Raquel y José Adet
El profesor Miguel Cáceres pretendió vincular al poeta Walter Adet con la dictadura porque fue empleado de prensa del estado en esos años sangrientos. Estupor, indignación y dolor causó este vil ataque, injusto y gratuito. La respuesta de los hijos

En un programa de radio emitido el domingo 28 de septiembre por FM Aries el autointitulado "historiador, poeta, ensayista e investigador" Miguel Cáceres se permitió calumniar al poeta Walter Adet acusándolo de haber colaborado con la dictadura, porque en cumplimiento de su tarea como periodista, empleado sin ninguna jerarquía de la Oficina de Prensa de la gobernación, debió redactar artículos o discursos con motivo de inauguraciones, festividades, fechas patrias, etc., que debían leer los funcionarios en los actos oficiales. Trabajo con el que mantuvo a su familia desde mucho antes del golpe del 76.
Este miserable obsecuente de los políticos de turno que en vida de mi padre no se hubiera atrevido ni a sostenerle la mirada, se permitió, micrófono en mano, menoscabar su integridad, sin considerar que si mi padre no está vivo para defenderse, nosotros, sus hijos, sí lo estamos y va tener que responder por lo que dijo.
Y yo me pregunto ¿Con qué autoridad moral se erige Cáceres en juez de la conducta pública de nadie? Porque en Salta somos pocos y nos conocemos mucho y sabemos que es un oportunista y un farsante que habiendo sido en su juventud un militante del peronismo de Ragone traicionó sus ideales para convertirse en menemista y para lanzarse sin escrúpulos a la búsqueda de prestigio político, social e intelectual y de las prebendas que eso supone.
Cáceres dijo en su programa que "es una pena que hombres con el talento de Adet hayan colaborado con la dictadura". Yo creo que es una pena que haya miserables que se dediquen a difamar a un muerto cuya obra seguirá vigente cuando nadie se acuerde de éste y otros lamentables personajes.
Y eso, justamente, es lo que les duele.
Como dijo el poeta León Felipe en 1947 cuando nos visitó: ¡Qué chura que es Salta! y ¡Qué nido de ratas que es Salta!
Raquel Adet
La memoria de un Hombre
Ladran Sancho, señal que hay perros, diría mi tata parafraseando a medias El Quijote, y miraría con triste ironía a esta bandita de pusilánimes mercenarios, los mismos que otrora no se hubieran atrevido a respirar fuerte ante su presencia, hoy creen que van a ensuciar canalla y cobardemente la memoria de un hombre digno, el hombre más digno y valiente que he conocido.
El profesor Cáceres, a quien no le conozco más méritos para acceder y conservar sus pequeñas e indignas canongías que el de una ferviente y perseverante obsecuencia, hoy se cree con derecho a juzgar la vida de un hombre muy superior a él, superior en talento, en dignidad y en hombría.
Quiero contarle al "ínclito" y mediático profesor, sesudo y paciente recopilador de efemérides vernáculas, que mi Tata dijo siempre lo que tenía que decir a quien tenía que decírselo y nunca nadie tuvo que buscarlo mucho si molesto u ofendido por una nota suya pretendía explicaciones.
Aprovecho para pedirle, si no es mucho esperar de una rata de biblioteca, que la próxima vez que tenga la osadía de atreverse a hablar de alguien mejor que él, tenga también la valentía de no esconderse.
Miguel Cáseres estaría para el diván
Al "poeticida" Cáseres el tiro le salió por la culata
¿Un margen de tolerancia?
El licenciado David Slodky envió un comentario a Salta 21 en respuesta al pedido de tolerancia del profesor Rubén Portocarrero, quien sostiene que “Miguel Cáseres se equivocó” pero que no hay que endilgarle una raíz nazi-fascista.

¿Será Cáseres inimputable, de establecerse una anomalía delirante o de comprobarse cierta patología que mueve a sus impulsos? ¿No estaremos cometiendo la torpeza de enojarnos con un “enfermo” en términos psicológicos y que por tal motivo, merece un tratamiento más que un juicio?
Desde este punto de vista- diría un amigo mío- hay razones para justificar hasta el asesinato de la madre.
A Portocarrero le reconozco cierto coraje en su petición: es como si hubiese dicho que le da vergüenza ajena lo que hizo Cáseres, que estuvo desacertado, que es un difamador, una porquería, un insultado justamente, un miroteado por la sociedad y hasta un escupido; eso sí, todo lo que quieran, pero de la matriz nazi-fascista del proceso, no.
Este es el comentario que realizó el Lic. Slodky y que llegó hoy a nuestro sitio:
En la síntesis que ustedes hicieron de mi intervención en la jornada de desagravio a Walter Adet, no registraron algo que creo importante, y que quizá ponga un poco de luz en este lamentable hecho. Esa noche releí el último párrafo de mi ensayo "El Magnicida, un intento de aproximación psicológica" , donde decía:
"El magnicida es un impotente que delira grandeza, vampirizando al que mata, pretendiendo mágicamente pasar así a la historia sorbiendo la vitalidad del que asesina, ya que no puede trascender de otra manera. Es un narcisista maligno, un necrofílico incapaz, un simbiótico inmaduro. Pero todo esto llevará al magnicidio, sólo si ha “totemizado” a su víctima. Se ha identificado primero con él, y lo ha convertido luego en el único obstáculo de la realización de su idea, de su dios, de su patria. Matándolo destruye el obstáculo y pretende sorber su fuerza trascendente. Pasará a la historia como “el que mató a...” ya que no pudo pasar como “el que lideró a...”
Magnicidios... Genocidios... ¡Cuántos “cidios” más conocerá la humanidad!"
Concluí que acabábamos de conocer un nuevo intento de "cidio": el "Poeticidio", pero que el tiro le había salido por la culata al "poeticida".
No tengo la menor idea de si Cáseres pertenece o no a la matriz nazifacista del proceso. Más bien creo que es un impotente que delira grandeza, un narcicista maligno, que se autoadjudica el título de poeta, y vampiriza a quienes realmente merecen ese título, pretendiendo así absorber la vitalidad de la que carece absolutamente. Porque no es la primera vez que pretende difamar a grandes creadores de nuestra tierra. Sólo un enfermo puede hablar así de Adet y otros grandes y puros, sobre los que ya escribiré prontamente una nota.
Lic. David Slodky
El Magnicida (intento de aproximación psicológica)
¿Será posible caracterizar psicológicamente al magnicida?
El magnicida es un impotente que delira grandeza, vampirizando al que mata, pretendiendo mágicamente pasar así a la historia sorbiendo la vitalidad del que asesina, ya que no puede trascender de otra manera. Es un narcisista maligno, un necrofílico incapaz, un simbiótico inmaduro. Pero todo esto llevará al magnicidio, sólo si ha “totemizado” a su víctima.
Intento hablar del que comete magnicidio por convicción, por causa, por “ideal”. Pienso en Ramón Mercader, convencido militante comunista, asesinando al creador del Ejército Rojo y uno de los líderes de la revolución bolchevique, León Trotsky; pretendo comprender al religioso israelí asesinando al Héroe de Israel y Premio Nobel de la Paz Izhak Rabin; trato de dar cuenta de Marco Bruto asesinando a su padre, Julio César, el genio político y militar que terminó con la República Romana dando inicio al imponente Imperio Romano.
Observemos que en los tres casos, los magnicidas compartieron en algún momento los mismos sueños que los asesinados por ellos: la revolución comunista como redentora de la humanidad; Israel como consumación del milenario sueño de retornar a la Tierra Prometida; la conquista del mundo, realización del destino Romano. Pero participan como oscuros personajes, no como los grandes realizadores de esos sueños, a los que en un momento dado ultiman. Ramón Mercader vivirá sus opacos años restantes en una “dacha” stalinista; el joven ultrareligioso que viola uno de los 10 mandatos fundantes de su religión, vegetará el resto de sus días en una cárcel de seguridad israelí; Marco Bruto jamás podrá alcanzar la inmensa estatura histórica de su padre.
La ceremonia totémica de los hijos comiendo al padre para introyectar sus atributos, resuena en mí. El magnicida por convencimiento, participa fanáticamente de un gran sueño; el que perecerá en sus manos ha sido en algún momento un gran realizador de ese sueño; al tiempo del magnicidio, el que fue alguna vez ídolo viviente de ese sueño compartido, “lo ha traicionado” -según la mirada del magnicida. Él castiga esa “traición”, reivindica para sí la gloria que el otro mereció y “traicionó”. Y se convierte así, mágicamente, en el que posibilita que el sueño traicionado continúe, se realice. (Ramón Mercader “posibilitará” que Stalin realice el sueño comunista que Trotsky estaba “traicionando”; el asesino de Rabin “posibilitará” que se realice el sueño del Gran Israel “traicionado” por el héroe de la Guerra de los Seis Días; Marco Bruto “castigará” a su padre por traicionar la República y pretenderá que ésta continúe gracias a su criminal acción. Nótese que en los tres casos, el fracaso final corona estos asesinatos mesiánicos).
Erich Fromm, denomina “síndrome de decadencia”, al “estado patológico más grave y raíz de la destructividad e inhumanidad más depravada.”
La “necrofilia” integra el tríptico que compone ese síndrome. Adquiere cabal expresión en el “Viva la muerte” del general falangista español Millán Astray, que motivara la tremenda respuesta de Unamuno: “Venceréis porque tenéis sobrada fuerza bruta. Pero no convenceréis. Para convencer hay que persuadir. Y para persuadir necesitarías algo que os falta: razón y derecho en la lucha.” El magnicida es un necrofílico. Ama la muerte como “solución final” o catalizador de la “solución final”. Carece “de razón y derecho en la lucha”, pero está convencido de tenerla. No duda. “La duda es la jactancia de los intelectuales” dijo un conocido carapintada argentino, disfrazado hoy de político. “Creando y destruyendo, el individuo trasciende su papel como mera criatura”. Destruir vida sólo requiere el uso de la fuerza: el magnicida, impotente para crear, para sostener su sueño, pretende “trascender” destruyendo la vida del “enemigo” de su sueño, o más aún, del que corporizándolo en alto grado en algún momento, “lo traiciona”.
El “narcisismo” es la segunda pata del trípode. El magnicida es un narcicista maligno. Él y sus cosas, su concepción y su pertenencia, son sobrevalorados. Todo lo exterior a ella es desvalorizado. Y lo que en su concepción mesiánica “se opone” a ella, debe ser destruido. Al narcicista -si toma conciencia de sus limitaciones- lo amenaza la depresión. Trata de curarse de la depresión enfermando mentalmente en grado más grave, hasta llegar a la psicosis. Deforma así la realidad: él salvará a la humanidad (o a la raza aria, o al comunismo o al judaísmo o a la República Romana). “Dios” o el “Ideal” o la “Patria” están de su lado. Si tiene capacidad suficiente, logrará el asentimiento de otras personas, quizá de millones de personas, a sus sueños mesiánico-destructivos: de allí saldrá un Hitler, un Stalin. Si carece de esa capacidad, asesinará al que sí la posee, pero que en su delirio místico-paranoide se opone a su visión: será el magnicida, será Ramón Mercader, será Marco Bruto, será el oscuro adorador del Rabino fanático Kahn.
La tercera pata es la simbiosis incestuosa. Así como es extraordinaria la energía que liga al niño a la madre, si no logra avanzar psicológicamente hacia la individuación y separación, cuando adulto reemplazará su adhesión simbiótica a la madre por una adhesión simbiótica y fanática a una idea, a un “Dios”, a un “Padre poderoso”. Si posee capacidad suficiente, liderará una nueva religión, una nueva causa, un nuevo imperio. Si no la posee, adherirá a los “mandatos” de la religión, de la causa, del imperio. Y matará al que se oponga a ella.
El magnicida es un impotente que delira grandeza, vampirizando al que mata, pretendiendo mágicamente pasar así a la historia sorbiendo la vitalidad del que asesina, ya que no puede trascender de otra manera. Es un narcisista maligno, un necrofílico incapaz, un simbiótico inmaduro. Pero todo esto llevará al magnicidio, sólo si ha “totemizado” a su víctima. Se ha identificado primero con él, y lo ha convertido luego en el único obstáculo de la realización de su idea, de su dios, de su patria. Matándolo destruye el obstáculo y pretende sorber su fuerza trascendente. Pasará a la historia como “el que mató a...” ya que no pudo pasar como “el que lideró a...”
Magnicidios... Genocidios... ¡Cuántos “cidios” más conocerá la humanidad! ¿Llegará alguna vez la etapa profetizada por León Felipe: “Cuando el hombre sea libre, la política será una canción”?
NdR: El Ensayo del Lic. David Slodky fue enviado a Salta 21 para su publicación. El autor señala: es el marco teórico sobre el que analizo y analizaré este y otros hechos de "intentos de magnicidios culturales" en nuestra Salta.
¿Será posible caracterizar psicológicamente al magnicida?
El magnicida es un impotente que delira grandeza, vampirizando al que mata, pretendiendo mágicamente pasar así a la historia sorbiendo la vitalidad del que asesina, ya que no puede trascender de otra manera. Es un narcisista maligno, un necrofílico incapaz, un simbiótico inmaduro. Pero todo esto llevará al magnicidio, sólo si ha “totemizado” a su víctima.
Intento hablar del que comete magnicidio por convicción, por causa, por “ideal”. Pienso en Ramón Mercader, convencido militante comunista, asesinando al creador del Ejército Rojo y uno de los líderes de la revolución bolchevique, León Trotsky; pretendo comprender al religioso israelí asesinando al Héroe de Israel y Premio Nobel de la Paz Izhak Rabin; trato de dar cuenta de Marco Bruto asesinando a su padre, Julio César, el genio político y militar que terminó con la República Romana dando inicio al imponente Imperio Romano.
Observemos que en los tres casos, los magnicidas compartieron en algún momento los mismos sueños que los asesinados por ellos: la revolución comunista como redentora de la humanidad; Israel como consumación del milenario sueño de retornar a la Tierra Prometida; la conquista del mundo, realización del destino Romano. Pero participan como oscuros personajes, no como los grandes realizadores de esos sueños, a los que en un momento dado ultiman. Ramón Mercader vivirá sus opacos años restantes en una “dacha” stalinista; el joven ultrareligioso que viola uno de los 10 mandatos fundantes de su religión, vegetará el resto de sus días en una cárcel de seguridad israelí; Marco Bruto jamás podrá alcanzar la inmensa estatura histórica de su padre.
La ceremonia totémica de los hijos comiendo al padre para introyectar sus atributos, resuena en mí. El magnicida por convencimiento, participa fanáticamente de un gran sueño; el que perecerá en sus manos ha sido en algún momento un gran realizador de ese sueño; al tiempo del magnicidio, el que fue alguna vez ídolo viviente de ese sueño compartido, “lo ha traicionado” -según la mirada del magnicida. Él castiga esa “traición”, reivindica para sí la gloria que el otro mereció y “traicionó”. Y se convierte así, mágicamente, en el que posibilita que el sueño traicionado continúe, se realice. (Ramón Mercader “posibilitará” que Stalin realice el sueño comunista que Trotsky estaba “traicionando”; el asesino de Rabin “posibilitará” que se realice el sueño del Gran Israel “traicionado” por el héroe de la Guerra de los Seis Días; Marco Bruto “castigará” a su padre por traicionar la República y pretenderá que ésta continúe gracias a su criminal acción. Nótese que en los tres casos, el fracaso final corona estos asesinatos mesiánicos).
Erich Fromm, denomina “síndrome de decadencia”, al “estado patológico más grave y raíz de la destructividad e inhumanidad más depravada.”
La “necrofilia” integra el tríptico que compone ese síndrome. Adquiere cabal expresión en el “Viva la muerte” del general falangista español Millán Astray, que motivara la tremenda respuesta de Unamuno: “Venceréis porque tenéis sobrada fuerza bruta. Pero no convenceréis. Para convencer hay que persuadir. Y para persuadir necesitarías algo que os falta: razón y derecho en la lucha.” El magnicida es un necrofílico. Ama la muerte como “solución final” o catalizador de la “solución final”. Carece “de razón y derecho en la lucha”, pero está convencido de tenerla. No duda. “La duda es la jactancia de los intelectuales” dijo un conocido carapintada argentino, disfrazado hoy de político. “Creando y destruyendo, el individuo trasciende su papel como mera criatura”. Destruir vida sólo requiere el uso de la fuerza: el magnicida, impotente para crear, para sostener su sueño, pretende “trascender” destruyendo la vida del “enemigo” de su sueño, o más aún, del que corporizándolo en alto grado en algún momento, “lo traiciona”.
El “narcisismo” es la segunda pata del trípode. El magnicida es un narcicista maligno. Él y sus cosas, su concepción y su pertenencia, son sobrevalorados. Todo lo exterior a ella es desvalorizado. Y lo que en su concepción mesiánica “se opone” a ella, debe ser destruido. Al narcicista -si toma conciencia de sus limitaciones- lo amenaza la depresión. Trata de curarse de la depresión enfermando mentalmente en grado más grave, hasta llegar a la psicosis. Deforma así la realidad: él salvará a la humanidad (o a la raza aria, o al comunismo o al judaísmo o a la República Romana). “Dios” o el “Ideal” o la “Patria” están de su lado. Si tiene capacidad suficiente, logrará el asentimiento de otras personas, quizá de millones de personas, a sus sueños mesiánico-destructivos: de allí saldrá un Hitler, un Stalin. Si carece de esa capacidad, asesinará al que sí la posee, pero que en su delirio místico-paranoide se opone a su visión: será el magnicida, será Ramón Mercader, será Marco Bruto, será el oscuro adorador del Rabino fanático Kahn.
La tercera pata es la simbiosis incestuosa. Así como es extraordinaria la energía que liga al niño a la madre, si no logra avanzar psicológicamente hacia la individuación y separación, cuando adulto reemplazará su adhesión simbiótica a la madre por una adhesión simbiótica y fanática a una idea, a un “Dios”, a un “Padre poderoso”. Si posee capacidad suficiente, liderará una nueva religión, una nueva causa, un nuevo imperio. Si no la posee, adherirá a los “mandatos” de la religión, de la causa, del imperio. Y matará al que se oponga a ella.
El magnicida es un impotente que delira grandeza, vampirizando al que mata, pretendiendo mágicamente pasar así a la historia sorbiendo la vitalidad del que asesina, ya que no puede trascender de otra manera. Es un narcisista maligno, un necrofílico incapaz, un simbiótico inmaduro. Pero todo esto llevará al magnicidio, sólo si ha “totemizado” a su víctima. Se ha identificado primero con él, y lo ha convertido luego en el único obstáculo de la realización de su idea, de su dios, de su patria. Matándolo destruye el obstáculo y pretende sorber su fuerza trascendente. Pasará a la historia como “el que mató a...” ya que no pudo pasar como “el que lideró a...”
Magnicidios... Genocidios... ¡Cuántos “cidios” más conocerá la humanidad! ¿Llegará alguna vez la etapa profetizada por León Felipe: “Cuando el hombre sea libre, la política será una canción”?
NdR: El Ensayo del Lic. David Slodky fue enviado a Salta 21 para su publicación. El autor señala: es el marco teórico sobre el que analizo y analizaré este y otros hechos de "intentos de magnicidios culturales" en nuestra Salta.
(Fuente:rdendh-Salta21).
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