El tiempo de vivir
El suicidio de una persona culpable de genocidio no es ejemplo de vida, es demasiado obvio. Pero en los últimos tiempos parece un designio que utilizan aquellos que tienen que declarar ante la justicia por los crímenes de lesa humanidad de los que son culpables aunque no se sientan como tales.
Sucede como en las películas de la mafia donde para mantener la organización, altos miembros cometen suicidio como en los tiempos de la Roma imperial.
Martín Scorsese ha hecho de esta escena un signo mafioso de la película "el padrino". Pero el acto mediático de la muerte más oculta que expone. Por un lado puede parecer que solamente se trata de negarse a presentar ante la justicia para relatar su participación en el campo de concentración o de arrestos o desapariciones. Sino también para no delatar a sus cómplices.
Pero mantener en este pacto de silencio con la negación a declarar es también negarse a la justicia, y aún más el mantener oculta la verdad.
Porque no solamente se trata que todos los ciudadanos argentinos tenemos derecho a un juicio justo sino también que los jueces pueden y deben juzgarnos por nuestros actos, en ese punto la verdad es irremediable.
¿Puede una muerte impedir que se devele la verdad? No descubrimos nada. Que las imágenes de este fin de semana no pueden opacar la existencia del campo de concentración "el arsenal" que fue el primero diseñado como tal, tomando como modelo las estructuras nazis, eso no se puede ocultar.
¿Algo más puede ocultar?
El caso de este campo de concentración significa reconocer la metodología de progrom, en los asesinatos masivos por parte de oficiales de alto rango de las fuerzas de seguridad, y ahí si que la pretensión de ocultar es manifiesta. Es en este siniestro ámbito donde el genocida Antonio domingo Bussi daba el primer disparo a los detenidos. Tan igual como los pactos de sangre de la SS nazi.
Entonces la conexión es directa.
¿Esta muerte tiene la pretensión de clausura sobre el pasado? Es decir, se hablaría del suicidio mediático y no las implicancias de este sujeto y sus cómplices en el genocidio, de hecho solamente tenía que declarar.
¿Esos fragmentos mediáticos de un instante sirven como cerrojo para no ver?
¿Por otro lado se puede pensar que se puede ser impune para siempre?
Quizás sea que la obscenidad de la muerte borra el terror engendrado en la dictadura y sus crímenes, pero ¿con qué? Sin justicia, sin verdad es imposible.
Ahora si estamos en presencia de la pretensión de que la muerte se transforme en mensaje. Y este es fruto del terror y del genocidio, el terror evapora la sociedad y oculta la política. No hay subjetividad posible ahí, sin embargo estos son recursos que la dictadura utilizaba muy frecuentemente tanto como los nazis en sus muertes por escarmientos o como los asesinatos de la triple A cuyas víctimas eran dejadas en los espacios públicos con carteles.
Otro ejemplo más? Por si fuera poco las declaraciones que esta persona se negaba a declarar y sus socios cómplices afirmando impunemente que otro era el culpable y era la responsabilidad del gobierno. De hecho estamos ante la presencia de una cita judicial, por los crímenes de genocidio que SI SUCEDIERON pero que antes negaban.
Sin embargo mutar la muerte en mensaje trastoca la vida social incluso de los que se vanaglorian de su uso. Porque la vida es mensaje, no la muerte. La vida se transmite, la vida crea y se recrea a sí misma. La vida imagina, produce, da formas y sentidos de más vida y contiene en su seno las secuencias de la historia.
Por esto y por mucho más la muerte no es la negación de vivir porque la vida misma es incomparable. Y nadie, absolutamente nadie ni siquiera los servidores de la muerte pueden frenarla.
Y es tiempo de vivir, de aceptar las verdades y compadecer por los actos que la violaron. Nadie está por encima de la ley ni de la muerte, y los que entregan la vida nunca mueren, los que miran su lucha y dignidad nos se suicidan, y este aliento de vivir están en las selvas, los montes y los barrios.
Todo aquello que amamos y las ausencias que no negamos. Y desde ese lugar en respeto a lo que somos afirmamos JUICIO Y CASTIGO A TODOS LOS CULPABLES, aún a pesar de ellos mismos LA VIDA VENCERA
Desde Tucumán NI UN PASO ATRAS
Sara Mrad, Madre de Playa de Mayo
(Fuente:Rdendh).
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