
En la decimosegunda jornada por el juicio a represores que se lleva a cabo en San Rafael, la querella pidió una compulsa por falso testimonio contra uno de los testigos.
El ex policía Fidel Portela comenzó su testimonio a las 9 y 35 de la mañana y se extendió hasta más de las 12. En su relato mostró contradicciones y poca claridad.
Antes de 1976 trabajaba en Infantería como personal administrativo y luego del golpe hizo algunos traslados de detenidos desde ese lugar hasta la Departamental. Sin embargo no recuerda quiénes fueron los trasladados, ya hasta dijo “desconocer el nombre de su jefe”.
El testigo daba la sensación tener temor, al punto de que el Presidente del Tribunal en mas de un momento le dijo “le recuerdo que usted es un testigo y no un acusado”.
Luego de las preguntas formuladas por las partes y dada las constantes contradicciones de Portela, la querella pidió al Tribunal que se le abra una compulsa por falso testimonio. Luego el Dr. Vega por la fiscalía adhirió al pedido de la querella.
Es el segundo testigo que recibe este procesamiento junto con el ex comisario Trentini cuya situación está muy comprometida.
Por otra parte volvió a suspenderse la inspección en el domicilio donde funcionaba el D2 hasta tanto lleguen a San Rafael los planos de ese lugar. “Quizás lo hagamos en la tarde si llegan los planos”, dijo a Mendiamza el Dr. Roberto Nacif, uno de los miembros del Tribunal.
Ex judicial testificó sobre detenidos en Tribunales
Un ex ordenanza del edificio judicial declaró ayer que visitó en su celda al desaparecido Francisco Tripiana. Por otra parte, se pasó para hoy a las 9 la inspección a la casa donde funcionó el antiguo D2, el Departamento de Inteligencia policial
El tribunal escuchó nuevos testimonios
Ayer se cumplió una nueva jornada del juicio oral que se está llevando a cabo en nuestra ciudad, y en el cual se juzga el grado de participación que tuvieron cinco imputados en las causas que por crímenes de lesa humanidad se cometieron durante la última dictadura militar. En esta ocasión están sentados en el banquillo de los acusados los policías Raúl Ruiz Soppe, Martín Mussere y Juan Labarta, el ex abogado de la policía Raúl Egea, el médico de la repartición Cristóbal Ruiz (no puede asistir al juicio por estar enfermo) y el ex militar Aníbal Guevara.
En esta oportunidad fue llamado a declarar, entre otros, el ex ordenanza del Poder Judicial local, Pedro González, quien ofreció una amplia descripción del lugar donde estuvieron detenidos los presos por razones políticas, incluso agregó algunos datos al croquis que el Tribunal Oral Federal Nº 2 presidido por el doctor Roberto Burad le ofreció en esta oportunidad.
El ex empleado judicial indicó posteriormente que pidió permiso a un militar que custodiaba a Francisco Tripiana para hablar con él, quien estaba detenido allí desde el 24 de marzo de 1976, día del golpe castrense contra el gobierno constitucional. Además, manifestó que "hablé muy pocos minutos con él, tal como me lo había ordenado ese cabo del ejército, ni siquiera le tendí la mano a Tripiana, le ofrecí dos cigarrillos, me los aceptó. Incluso ni ingresé a su celda; después me fui, eso fue todo".
Ante preguntas del tribunal, dijo que vio a muchos militares apostados en distintas partes de la "Departamental", y que cada vez que el personal de la justicia debía ingresar a trabajar eran palpados y requeridos sus documentos. Dijo que se veía entrar y salir camiones con soldados y trayendo gente, y "no era un secreto para nadie que trabajaba en Tribunales que esas personas eran detenidos políticos".
Cuando se le preguntó si en la ocasión de haberle entregado a Mariano Tripiana, hijo de Francisco, fotos y un video, González aceptó lo de las fotos pero no lo del video, razón por lo cual el doctor Burad dispuso hacer un breve careo con Tripiana, quien aclaró que "el video se lo había dado Roberto López", con lo que quedó zanjado una especie de dudas que tenía el magistrado al respecto.
El ex empleado judicial señaló también que desde los ventanales que daba al patio de bomberos se observaba el movimiento de soldados, como así también la llegada y salida de camiones y que en una oportunidad encontró sangre en el baño, y que creyó que "podía ser de algún detenido que le salió de la nariz, de allí las manchas", apuntó.
Manifestó que muchos años antes de lo narrado, Francisco Tripiana lo había invitado a participar de una reunión que se llevaba a cabo en la casa de "La Cordobesa", ubicada en Pueblo Diamante, donde se vendía comidas, y donde se reunían los militantes de la Juventud Peronista, y que no pudo ir porque tenía su hijos de seis meses enfermo. Cuando se le recordó que él había declarado ante el juez federal Raúl Acosta que "el cabo que custodiaba a Tripiana era muy maldito" y que el "debía saber qué pasó con los detenidos", respondió que "si era muy maldito con nosotros, con los empleados del Poder Judicial". Y respecto a la otra pregunta que "eso es lo que se decía".
Al término de su declaración, se prestó a la requisitoria el ex bombero Sergio Hernán Meljivar, reconociendo que entraban y salían camiones cargados con soldados y con detenidos", y que era jefe de la Sección el ex comisario Rojas.
FuentedeOrigen:DiariodeSanRafael
Fuente:Agndh
No era testigo pero declaró como "un torturado más"
Aldo Jesús Soto, ex obrero de la construcción y delegado gremial, se presentó de forma espontánea en la causa por las desapariciones de cuatro sanrafaelinos y contó hechos que protagonizó en marzo del '76 y febrero del '77. Un relato desgarrador.
El primer juicio por delitos de lesa humanidad de la provincia que se desarrolla en San Rafael tuvo una vez más situaciones particulares. Si bien ayer se aguardaba la inspección ocular de la casa donde funcionaba una parte del D2 local, no se pudo concretar y se pospuso para hoy. Tampoco estuvieron presentes como se esperaba Héctor Dauverné y su esposa Julia -padres del director del hospital Schestakow- por problemas de salud y alteraciones emocionales productos de la situación.
Sin embargo, entre los cuatro testimonios que se escucharon en la sala de la Facultad de Ciencias Aplicadas a la Industria, las palabras de un ex delegado gremial de la Uocra (Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina) marcaron la extensa jornada.
"No me citaron, no vengo como testigo, vengo como un torturado más", señaló Aldo Jesús Soto (67), apenas se sentó frente al Tribunal integrado por los jueces Jorge Roberto Burad, Roberto Julio Naciff y Héctor Fabián Cortés. Reconoció entre los imputados a Juan Roberto Labarta y a Aníbal Guevara, mientras que también dijo conocer al abogado Raúl Egea Bernal, pero años más tardes y en situaciones de comerciante y cliente.
Soto quien padece secuelas de ACV (accidente cerebro vascular) relató cómo fue detenido entre el 24 y el 25 de marzo de 1976 por un militar -el sargento Olguín- y un policía que estaba al frente del destacamento de Agua del Toro, lugar donde trabajaba y era delegado gremial de la Uocra.
Además de recordar nombres y lugares, Soto detalló su segunda detención, el 16 de febrero de 1977, cuando un grupo de militares lo sacó de su lugar de trabajo junto a Emilio Sánchez, también delegado gremial, y trasladado a los cuarteles del Ejército en el distrito de Cuadro Nacional donde fue golpeado.
"Me hicieron arrodillar, me ataron las manos y me vendaron los ojos, entre dos me llevaron a un banco y me sentaron. Entonces se me arrimó alguien y me dijo ?Aldo por qué estás acá, te voy a sacar la venda para que veas quien soy y no tengas miedo'", contó Soto quien dijo que se trataba de un "soldadito" que conocía, llamado Patricio Vargas y que ahora será citado a declarar.
Dijo que lo dejó sin la venda un par de horas hasta que regresara el teniente de almorzar, y al llegar éste le volvió a tapar los ojos. Por esta razón Soto recuerda el salón donde estuvo detenido en lo que fueron los cuarteles.
Al regresar el teniente a cargo, comenzó el suplicio para Soto y su compañero Sánchez. Al tiempo que le preguntaban por la abogada Susana Sanz de Llorente recibió "trompadas en la cara, en el pecho y patadas en las piernas. Me decía ?vos sabés dónde está la Susana' pero yo no sabía, y me repetían que era montonero como ella".
El testigo mencionó que las tomografías revelan que ha sufrido cuatro ACV y que según los médicos estos podrían ser como consecuencia de los golpes sufridos durante su detención.
Daniela Larregle - dlarregle@losandes.com.ar
Fuente:Agndh
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