Crece la tensión entre Dilma y los militares por los derechos humanos
12/03/11
Designó a un ex guerrillero en un puesto clave y causó malestar en las FF.AA.
Por Eleonora Gosman
San Pablo. Corresponsal
DESIGNACION CUESTIONADA. JOSE GENOINO, FLAMANTE ASESOR DE ROUSSEFF, COORDINARA LOS JUICIOS A MILITARES.
Discreta pero con mano de hierro Dilma Rousseff avanza sobre las cúpulas militares brasileñas para imponer la Comisión de la Verdad que investigue los crímenes de la dictadura (1964-1985). Después de una semana de tensiones con los altos oficiales, colocó en el Ministerio de Defensa a un hombre de su confianza, el ex diputado José Genoino quien actuó en los años 70 en la guerrilla de Araguaia, una región del estado amazónico de Pará.
Genoino, el flamante asesor especial, desmiente que su designación implique desbancar al actual jefe de esa cartera Nelson Jobim, una “herencia” del gobierno de Lula da Silva. Pero en Brasilia se habla del progresivo debilitamiento de este ministro, quien debe ahora aceptar una Comisión a la que se opuso en forma tajante en 2009 cuando Lula anunció el Plan de Derechos Humanos.
El nuevo asesor especial, cuyas figura se asemeja a la de una suerte de “interventor”, comparte con Dilma el haber combatido a la dictadura y el hecho de ser una víctima de las torturas practicadas por el régimen.
La presidenta de Brasil avanzó varios casilleros con la polémica que se entabló esta semana cuando trascendió a la prensa brasileña un documento de la cúpula militar contra la comisión de la verdad. Elaborado por los oficiales del Ejército, ese informe alude a las “serias tensiones y desavenencias que provocarían traer de nuevo a la discusión hechos que fueron superados”. Argumenta que “testigos, documentos y pruebas, se perdieron en el tiempo y por lo tanto es improbable llegar realmente a la verdad”.
La difusión de ese dossier produjo en fuerte impacto en el Palacio del Planalto. Y si las aguas siguieron quietas en la superficie, se produjeron fuertes remolino en profundidad.
La designación de Genoino es, en ese sentido, “estratégica” : se ocupará directamente de articular las posiciones de los tres ministerios que intervienen en esta cuestión –Defensa, Justicia y Derechos Humanos– como también con el Congreso. El asesor especial ya se manifestó ampliamente “favorable a la aprobación integral del proyecto que crea la Comisión de la Verdad”; es decir, del texto de la ley sin enmiendas.
Dilma espera que el Parlamento vote la legislación antes de junio próximo. Y todo indica que contará con el respaldo general de los partidos oficialistas y hasta opositores.
Los estremecimientos en la estructura militar brasileña pudieron detener hasta ahora cualquier investigación de los crímenes de tortura y asesinatos cometidos por los militares y agentes policiales durante la dictadura. Ni siquiera el ex presidente Lula da Silva se animó a enfrentar las cúpulas del Ejército, la Marina y la Aeronáutica. Según especialistas brasileños, esta falta de decisión para sacudirse del atavismo militar llevó a que de una generación a otra de oficiales se transmitieran los mismos prejuicios: saber la verdad significaba “dividir” la sociedad. Mientras la Argentina y otras naciones avanzaban con solidez en el proceso de administrar la justicia elemental contra los delitos de lesa humanidad, en Brasil el poder civil estuvo ausente.
La experta norteamericana Marcie Mersky del Centro Internacional de Justicia de la Transición, que trabaja en el tema de la Comisión a pedido del gobierno de Dilma, observó que la cuestión de los derechos humanos en Brasil estuvo hasta ahora encorsetada en un concepto restringido como es el derecho a la verdad y a la memoria. Para ella hay mucho más en juego, como por ejemplo el derecho a la reparación y al castigo a quienes cometieron crímenes de lesa humanidad como es el caso de la tortura.
FuentedeOrigen:Clarin
Fuente:Agndh
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