9 de septiembre de 2011

PARANÁ: JUICIO POR EL ROBO DE LOS HIJOS DE RAQUEL NEGRO Y VALENZUELA.

JUICIO POR EL ROBO DE LOS HIJOS DE RAQUEL NEGRO Y VALENZUELA
El médico Torrealdy y la pregunta del millón
Por Juan Cruz Varela
Desde Paraná

En la continuidad del juicio oral y público, por el secuestro y sustracción de identidad de los hijos mellizos que dio a luz Raquel Negro en el Hospital Militar de Paraná en marzo de 1978, ayer el foco estuvo puesto en el rol que desempeñaron los médicos de un instituto privado al que fueron derivados los bebés, al día siguiente del parto, por supuestos problemas de salud.

Miguel Alberto Torrealday apeló a evasivas y respuestas largas e imprecisas. El médico, director y dueño del Instituto Privado de Pediatría (IPP) no aportó datos de relevancia para tratar de establecer el paradero del mellizo varón que dio a luz Raquel Negro en el Hospital Militar de Paraná e hizo exasperar a los presentes con una declaración con memoria endeble para los datos más importantes.

Torrealday tuvo un marcado interés en dejar explicitado que desconocía que los chicos hubieran nacido durante el cautiverio de su madre y no pudo dar cuenta de momentos y nombres clave para recrear la historia del niño desaparecido.

En 2000 Torrealday se entrevistó con la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, y juntos revisaron los libros de administración en los que estaban consignados los ingresos y egresos de pacientes y el origen en los casos de aquellos que llegaban derivados de otros centros asistenciales. Allí consta el ingreso de la nena como "López, Soledad" el 4 de marzo y el varón como "López, NN" el 10 de marzo, ambos procedentes del Hospital Militar, y el egreso de ambos el 27 de marzo.

"Es la pregunta del millón", contestó finalmente Torrealday cuando le preguntaron por enésima vez quién fue el médico que atendió a los mellizos mientras estuvieron internados en el instituto privado.

"Creo que usted sabe lo que pasó y omite información", lo increpó entonces la vocal del Tribunal Oral Federal Lilia Carnero, mientras Torrealday tartamudeaba ensayando una y otra excusa sobre el posible destino que tuvieron los bebés y quién pudo haber sido el médico que les dio el alta.

En rigor, el profesional recibió varias reprimendas del tribunal durante su extensa declaración. "Los únicos que tienen la clave para localizar a ese chico son ustedes, por eso tienen que hacer memoria", le había dicho antes en tono enérgico la propia Carnero; y también el presidente del tribunal, Roberto López Arango, le manifestó lo llamativo que resultaba el hecho de que las enfermeras tuvieran una memoria más ágil que los médicos sobre el asunto. Pero Torrealday no varió en su postura.

Respecto del bebé que estaba registrado en el libro de ingreso como NN, Torrealday consideró que "la identidad figuraba en la historia clínica", pero luego precisó que esos documentos estaban archivados en un sótano que se inundó y, por lo tanto, se destruyeron. De todas maneras insistió en que, luego de revisar el libro "para adelante y para atrás", solo pudo detectar que ambos bebés habían sido dados de alta el mismo día, por lo que infirió que debieron ser atendidos por el mismo médico. "En esto pueden ayudarnos mucho las enfermeras", se le ocurrió entonces.
Fuente:Rosario12



Un miembro del Tribunal cree que el director del IPP “omite información” vinculada con el robo de bebés
Así le increpó la jueza Carnero a Miguel Torrealday, quien declaró este jueves en el juicio por la causa Hospital Militar. El médico dijo desconocer lo sucedido con los hijos de Raquel Negro.
Sebastián Álvarez y Sabrina Gullino buscan a un hermano.
Fuente: UNO/Juan Ignacio Pereira

El médico Miguel Torrealday, socio del Instituto Privado de Pediatría (IPP), aseguró desconocer qué profesional atendió en esa institución a los hijos de la detenida-desaparecida Raquel Negro, en marzo de 1978, y quién los otorgó en una supuesta adopción que en realidad era parte del plan de sustracción de los represores. Uno de los integrantes del Tribunal le advirtió: “Creo fervientemente que usted está omitiendo información”.

Torrealday declaró este jueves como testigo en el juicio por la causa Hospital Militar. Visiblemente nervioso, respondió durante más de una hora a las preguntas tendientes a establecer precisiones sobre la derivación de los niños a la clínica que dirigía, desde la Terapia Intensiva del nosocomio castrense, y sobre cómo se produjo el robo de los mismos.

El testigo dijo estar “comprometido con la búsqueda de la verdad”, pero aseguró que no se acuerda de la internación de los bebés, sino que se enteró mucho tiempo después revisando los libros junto a la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carloto, donde aparecían registrados como NN López y Soledad López: “Yo no estaba en conocimiento de esto, para mí fue una sopresa. Quienes participamos de esta socidad (por los socios del IPP), estamos comprometidos y queremos saber quién fue el médico que atendió a estos pacientes. Si ingresaron por la guardia tienen que haber sido médicos diferentes, porque hacíamos guardia cada siete u ocho días; pero si fueron orientados hacia un médico en especial, él pudo haber tenido oportunidad de haberlos visto. Queremos saber quién fue el médico porque nos puede aportar la información para recuperar el niño perdido”.

—Usted no puede decirle al Tribunal “queremos saber”. Ustedes deben saber. Ustedes tienen la clave para saber, por eso tienen que hacer memoria –le advirtió la jueza Lilia Carnero.

—Trabajábamos muchos médicos, no sólo nosotros cuatro (por él y sus socios Vainstub, Schroeder y Rossi). La internacion era abierta y cada uno venía e internaba sus pacientes –respondió Torrealday.

Más adelante, el presdiente del Tirbunal, Roberto López Arango, aseguró: “Me extraña que ninguno de los cuatro médicos supiera lo que sabían todas las enfermeras”. El testigo insistió en que no tenía conocimiento.

—Creo fervientemente que usted omite información. Yo creo que usted sabe –le increpó luego Carnero.

—En mi caso personal no es así –respondió.

Además de Torrealday, también declararon otros tres testigos vinculados al Instituto de Pediatría. Se trata de enfermeras de Neonatología, dos de las cuales aportaron datos de interés para la investigación.

Una de ellas aseguró que vio a un par de mellizos rotulados como NN en incubadoras. Sus expresiones permiten suponer con alto grado de certeza que se trata de los niños de Negro: dijo que eran un varón y una mujer, que "la nena era más gordita y el nene era más chiquito" y que nunca vio a los padres.

"Como no iban a visitarlos, a veces nosotros los agarrábamos como hijos y los teníamos de un lado y para el otro", explicó, haciendo el gesto de alzar un bebé y mecerlo.

La mujer dijo no saber qué pasó con los bebés, aunque supuso que "le habrán dado el alta". Esto echaría por tierra la versión de que el bebé varón falleció.

La otra enfermera del IPP que aportó datos habló de un bebé –no recordaba el sexo– que había sido derivado del Hospital Militar y estaba en una incubadora. Dijo que no era visitado por familiares, pero se decía que era "hijo de una extremista" y que lo "dieron en adopción".

La mujer relató un hecho que le llamó la atención: Lo que vi fue a la esposa del doctor Vainstub, con amigas o familiares, que fueron a verlo a través del vidrio. Tenían curiosidad porque era el bebé de una extremista".

Dijo no recordar comentarios de quién se llevó el bebé, pero sí que vio cuando lo sacó un médico y "se cerró la puerta y ya..." No recordó qué médico era, pero aseguró que era uno de los cuatro médicos.

Sobre los presuntos adoptantes, indicó: "Eran un hombre y una mujer, nosotros los veíamos del otro lado de la puerta, pero no sé exactamemente si eran ellos los que iban a adoptar al bebé".

"Yo siempre tuve deseos de hacer esta declaración porque si yo tenía conocmiento y no lo decía no me sentía bien. Entonces, para mí fue lo mejor", acotó.

Vox pópuli en el hospital
Este jueves declaró también una ex empleada de laboratorio del Hospital Militar, quien dijo que escuchó por comentarios el caso de Raquel Negro y el nacimiento de sus hijos.

La mujer dijo ante el Tribunal: "Yo me enteré después, de oídas, que habían nacidos mellizos de una persona NN que habían traído de Rosario y que los habían llevado a Terapia porque eran varón y mujer y el varón estaba con problemas. Después no supe más nada qué pasó. No puedo precisar de quién eran los comentarios, eran las enfermeras, eran comentarios que andaban ahí".

"Creo que también comentaron que los habían derivado porque en Terapia no había elementos necesarios para atender a los bebés y en Maternidad tampoco. Creería que el parto se produjo en Maternidad del Hospital Militar porque la trajeron para eso precisamente a esa señora. No fue mediante cesárea porque hubiera yo ido a hacerle transfusión si es que la pedían. Los habían derivado al Instituto de Pediatría, que en esa época que estaba en calle España", añadió.

"No sé cuál fue el destino de la mamá, ni el nombre ni si quedó internada ahí", explicó. Luego agregó: "Los nombres de los bebés no se sabían porque iban como NN. No creo que los hayan identificado con nombre a los bebés".

Sobre Raquel Negro, dijo que "los comentarios es que la habían traído detenida desde Rosario. No sé quién ni de qué manera llegó ni qué día la trajeron ni si la derivaron directamente a Maternidad".

Análisis de sangre
La misma testigo expresó que durante la dictadura se hacían análisis de sangre a personas identificadas como NN que estaban detenidas en el Batallón de Comunicaciones, donde funcionaba un Centro Clandestino de Detención.

También dijo que en una oportunidad tuvo que asistir a quirófano a realizarle una transfusión a un hombre herido de gravedad, que "perdía mucha sangre".

Según la mujer el anestisista, que era el imputado Juan Antonio Zaccaría, le dijo que no era necesario que clasificara grupo y factor porque "dentro de un rato se va a morir". Ella le contestó que era su trabajo y lo tenía que hacer.

"Esa persona falleció en la cirujía", señaló, y añadió que luego escuchó por comentarios que la persona en cuestión había sido traída en el baúl de un auto hasta el Hospital Militar.

Además, en ese episodio dijo que tres cirujanos participaron de la intervención quirúrjica: los médicos militares Carlos Bautista Suino, Mario Sergio Crocce y un tercero que no pudo precisar quién era.

Luego declaró otro técnico de laboratorio, quien si bien no escuchó sobre el caso de Raquel Negro, avaló la posibilidad de que haya estado internada en la guardia médica, como declaró días pasados otra testigo, ya que las instalaciones del lugar lo permitían.

Además dijo creer en los testimonios que han brindado las enfermeras, de los cuales dijo estar al tanto a través de los medios, porque "eran muy buen personal".

La causa
En la causa, conocida como Hospital Militar, están imputados los represores Juan Amelong, Walter Pagano, Marino González, Pascual Guerrieri, Jorge Fariña y el médico anestesista Juan Antonio Zaccaría, por participar del robo de los hijos de la detenida desaparecida Raquel Negro en 1978.

La mujer había dado a luz en el nosocomio castrense a mellizos, uno de los cuales -Sabrina Guillino- restituyó su identidad en 2008, mientras que se desconoce el paradero de su hermano.









Fuente:DiarioUno



09/09/2011 
“Llevaban muestras de sangre que figuraban como NN”, advirtió una enfermera del nosocomio
Tras la declaración de Torrealday, otros integrantes del Directorio del IPP testificarán este viernes en la Causa Hospital Militar
Sabrina Gullino y Sebastián Álvarez buscan a su hermano.
Luego de que Miguel Alberto Torrealday asegurara anoticiarse en forma reciente sobre el ingreso de mellizos NN, en los primeros meses de 1978, este viernes prestarán testimonio otros integrantes del Directorio del Instituto Privado de Pediatría (IPP). Durante su declaración, el médico se expresó extensamente sobre sus intenciones de aportar a la causa, aunque se limitó a lo que figuraba en el libro de ingresos, ante lo cual recibió duras advertencias por parte del Tribunal Oral Federal. Además, ayer comparecieron dos profesionales que se desempañaban en el Laboratorio del Hospital Militar. Por un lado, una enfermera admitió que “más de una vez se llevaban muestras de sangre para analizar que figuraban como NN”. Si bien desestimó que haya habido detenidos políticos en el nosocomio, asentó: “Sé de oídas que en las unidades de alrededor había, como en el Batallón de Ingenieros y el de Comunicaciones”. No obstante, Raimundo Suárez negó esa posibilidad. Luego declararon tres enfermeras que trabajaban en el IPP. Una de ellas afirmó que recibieron a un bebé NN que, “por comentarios, se sabía que era el hijo de una extremista”. Según relató, “el niño estuvo en incubadora y luego pasó a una cuna común”, tras lo cual “fue dado en adopción”.
Por Betiana Spadillero Gaioli
Según está previsto, la etapa de testimoniales se extenderá hasta el 16 de septiembre, y se espera la declaración de la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, y el periodista Miguel Bonasso.

Por delitos de lesa humanidad están imputados Juan Antonio Zaccaría, y los ex integrantes del Destacamento de Inteligencia 121 de Rosario, Pascual Guerrieri, Juan Amelong, Jorge Fariña, Héctor González y Walter Pagano –quien sigue el debate en una sala continua.

Los militares retirados son representados por el defensor Oficial Mario Franchi, y el anestesista por el abogado Humberto Franchi. En tanto, por el Ministerio Público Fiscal están José Ignacio Candioti y Marina Herbel.

Confirmaron la atención de pacientes NN en el Hospital Militar
La primera testigo ingresó al Hospital Militar en el ‘60, cumpliendo funciones en Hemoterapia y Laboratorio. En esa línea, mencionó algunos de los profesionales militares y civiles con los cuales se desempeñó. “Mi trabajo era clasificar a los oficiales por grupo sanguíneo, eso era una vez al año. El resto del tiempo hacía extracciones a militares y sus familiares, y transfusiones. También intervenía en Maternidad cuando se hacían cesáreas”, especificó.

Interrogada por el abogado querellante Álvaro Piérola sobre la presencia de detenidos políticos en el nosocomio castrense, comentó: “Creo que en el hospital no hubo detenidos, sé de oídas que en las unidades de alrededor había, como el Batallón de Ingenieros, el Batallón de Comunicaciones. No conocía las causas por las que estaban ahí”.

“Más de una vez se llevaban muestras de sangre al laboratorio para analizar que figuraban como NN, pero nosotros sabíamos que venían de esos lugares. No teníamos nombre, ni condición ni sexo del paciente. En el laboratorio no tuvimos contacto con ninguna de esas personas”, agregó ante el Tribunal Oral Federal. Enseguida, precisó: “El día a día se verificaba en la panilla y se le asignaba un número, con los NN era exactamente igual”.

Respecto a quién realizaba esas extracciones, apuntó: “No puedo decir con certeza, pero sé que llamaban de la Dirección para que vaya alguien, pero no sé qué persona precisa lo hacía”. En cuanto a algún otro hecho que le haya llamado la atención, comentó que por esa época tuvo oportunidad de atender a una persona NN que era intervenida quirúrgicamente.

“Era una urgencia y me llamaron de cirugía, se veía que estaba bastante herido. Tenía que recibir una transfusión. Recuerdo que quise clasificar el grupo sanguíneo y el médico de cirugía me dijo ‘no hay necesidad de eso, si dentro de un rato se va a morir’, a lo cual le respondí ‘es mi trabajo’”, continuó relatando, y detalló que el profesional con el que mantuvo ese diálogo era Zaccaría.

“Es el único hecho en el que actué con una persona NN. Murió estando yo ahí”, contó muy conmovida. “Esa situación me provocó tanta angustia, que pensé ‘qué vida desperdiciada’. Salí del quirófano, pasé por la Sala I y tenía tanta angustia que tomé el teléfono de la sala, aunque no se podían hacer llamadas desde ahí, disqué el número de una amiga, cuando ella me contesta, yo no podía hablar. Después nunca más lo conté ni le dije a nadie, ni siquiera con mi familia lo hablé, hasta que hice la declaración acá”, confió.

Según indicó, esta intervención tuvo lugar de mañana, aunque no pudo precisar la fecha. Luego recordó que “por comentarios” supo que ese paciente “llegó en el baúl de un auto, atado y que había resultado herido en un enfrentamiento”. Sin embargo, no supo qué pasó con el cuerpo, si se lo entregaron a los familiares o qué hicieron con el mismo.

En tanto, respecto al nacimiento de los mellizos, remarcó que no iba a esos servicios pero que se enteró después “de oídas que habían nacido mellizos de una NN que habían traído de Rosario y que los habían llevado a Terapia porque el varón estaba con problemas”.

“Creería que el parto se produjo en la Maternidad del hospital, porque para eso la trajeron a la señora. Sé que como no había los elementos los llevaron al Instituto de Pediatría”, acotó.

Consultada por el Ministerio Público Fiscal, aclaró que no tomó conocimiento sobre en qué circunstancias la trasladaron a Raquel Negro. Tampoco analizó muestras de sangre de la detenida-desaparecida.

Suárez negó irregularidades en el nosocomio
Con una lista de sus ex compañeros de trabajo en mano, Suárez declaró sobre sus funciones en el Laboratorio del nosocomio, donde habría operado una maternidad clandestina durante la última dictadura militar.

“Todo lo que nosotros sacábamos venía con nombre y apellido. Y todo quedaba grabado en una planilla con todos los datos”, asentó el deponente, quien negó haber sabido sobre personas detenidas: “Estábamos todo el día adentro del laboratorio”, deslizó. Asimismo, dijo que extrajo sangre de “muchísimas” embarazadas, “pero con nombre y apellido”.

“No recuerdo sobre las cosas que me interrogan, pero estoy tan amargado de lo que estoy escuchando, porque uno se manejó en forma correcta en la vida. Como persona de bien, me siento señalado por cosas que uno no cometió”, expresó, interpelado por la abogada querellante Florencia Amore.

Tampoco sabía qué pasaba en el Batallón de Comunicaciones, aunque una testigo señaló que era el único autorizado para realizar extracciones de sangre en ese lugar.

Párrafo aparte, comentó que está al tanto del caso por los medios de comunicación, y aprovechó para llamar la atención sobre la declaración de una enfermera que dijo que Negro había estado internada en la guardia médica. El testigo entendió que “era posible” que la mujer haya estado ahí.

“Iban a ver el bebé”, confió una enfermera
Luego de un breve cuarto intermedio, una enfermera que trabajaba en Neonatología del Instituto de Pediatría recordó sobre el ingreso en el ’78 ó ’79 de un bebé que, “por comentarios, era el hijo de una extremista”.

De acuerdo al relato de la testigo, la primera vez que tomó contacto el menor ya estaba internado, por lo que no supo cómo se produjo su llegada, aunque sabía que había sido derivado del Hospital Militar. Tampoco se enteró de que haya ingresado con una hermana melliza.

La deponente manifestó que el bebé “estuvo en incubadora y luego pasó a una cuna común, porque su estado de salud era normal”. Además, detalló que tras el alta “fue dado en adopción”. En ese orden, le recordaron que en su declaración de la etapa instructoria mencionó que una pareja se había llevado al menor, aunque no dio mayores detalles al respecto. “Escuché sólo ese comentario, se vistió al bebé y se pasó a la parte administrativa. Generalmente cuando se daba el alta estaba la familia, pero en este caso no”, narró.

Ante la pregunta de la querella, indicó que “la esposa del doctor (David) Vainstub con su familia lo fue a ver, iban a ver el bebé de la extremista”. En cuanto a la identificación, no logró precisar qué decía la del bebé en cuestión.

Torrealday se desvinculó del arribo y atención de los mellizos
“En esa oportunidad era uno de los socios del Instituto y me desempañaba como médico”, contó Torrealday, quien insistió en su declaración en sus intenciones de aportar al esclarecimiento de los hechos, pero no brindó datos más que aquellos que figuraban en el libro de ingreso.

“No había un médico encargado, era un servicio abierto. Cada uno traía sus pacientes. Teníamos una guardia que trabajaba con los consultorios externos”, indicó. De inmediato, remarcó: “Ahora tuve la oportunidad de advertir que había un ingreso que figuraba como NN López y había sido derivado del Hospital Militar”. No obstante, reafirmó que la registración “era una formalidad en el orden administrativo independiente de la parte médica”.

Frente a la pregunta de la Fiscalía sobre el ingreso de mellizos en el ’78, manifestó: “Nosotros atendíamos a los pacientes según el médico de cabecera y este paciente debió haber ingresado con una orden de derivación, para que lo atienda fulano de tal”.

“Yo no estaba en conocimiento de esto, para mí fue una sorpresa y quiero saber quién fue el médico que atendió a estos pacientes, porque es el que nos puede dar los datos que nos faltan para encontrar al mellizo varón y hacer memoria”, aseguró, visiblemente nervioso. Y comentó que se reunió con Carlotto, ocasión en la que además hicieron hincapié en otra registración irregular.

Al respecto, estimó que “por las fechas” los hijos de Negro y Edgar Tulio Valenzuela debieron ser atendidos por profesionales diferentes. “Para nosotros es un problema de confianza y así como se plantea esta situación, no quisiéramos que se repita”, ratificó, ante lo cual recibió la advertencia del Tribunal: “Usted omite información, no puede decirnos que quiere llegar a la verdad cuando usted es el responsable de saber qué pasaba en el Instituto”.

En ese marco, interrogado si no le resultaba extraño que las enfermeras hayan sabido de la permanencia de los mellizos y los propietarios del centro de salud no se hayan enterado, respondió: “Yo no recibí ningún comentario. No quiero ser parte de la corporación médica. Estoy comprometido con esto”.

En cuanto a la adopción, subrayó que era “todo un proceso”, de modo que desestimó que el menor haya sido entregado a una pareja adoptante en las instalaciones del Instituto: “Era el servicio social el que hacía el trámite”, aseveró. Mientras que en relación a la posibilidad de que alguno de ellos haya muerto, refirió que esos datos están en la historia clínica.

El resto de la declaración giró en torno a los esfuerzos de Torrealday de endilgar cualquier responsabilidad al médico que atendió a los mellizos, persona que sostuvo desconocer. Incluso tampoco pudo explicar las diferencias de montos entre las facturaciones por la atención de Soledad López y de NN López.

Por último, nombró algunos profesionales que se desempeñaban en el centro de salud y comentó que algunas veces estuvo en las instalaciones Alfredo Berduc. En base a la afirmación del médico del Hospital Militar de que el mellizo varón tenía una cardiopatía congénita, manifestó que confía en el criterio del profesional pero no sabe nada al respecto.

Más testimoniales
Otra de las enfermeras de Neonatología del Instituto de Pediatría aseguró que “nunca” vio “niños sin identificación”, y afirmó que no “tenía acceso” sobre la información relativa al origen de los pacientes ni sobre la “parte administrativa”.

“Nosotras no recibimos hijos de guerrilleros, nuestra función era tratarlos a todos por igual, sin importar de dónde venían”, asentó la deponente, que además trabajó en el Hospital Militar. “En esa época, como éramos pocas, hacíamos diferentes tareas”, agregó, aunque no dio mayores datos.

Finalmente, una profesional que realizaba labores en el IPP refirió a las guardias de los médicos y sostuvo que en el ’78 los responsables eran los propietarios del centro de salud, es decir, Torrealday, Vainstub, Ángel Schroeder y Jorge Eduardo Rossi. “Si tenían alguna patología sí se citaba a otros médicos”, diferenció.

“A nosotros nos traían el bebé con los datos y los trasferíamos”, apuntó luego en lo atinente a la registración, además manifestó que vio una incubadora con la etiqueta de NN y que se trataba de mellizos. “La nena era más gordita y el nene más chiquito”, puntualizó, al tiempo que destacó que al parecer estaban bien de salud.

La causa
La causa tuvo su inicio en la denuncia realizada el 18 de mayo de 2005 por el entonces coordinador del Registro Único de la Verdad, Guillermo Germano. En la presentación hizo referencia a dos clases de hechos: la internación de mujeres en estado de gravidez en el Hospital Militar de Paraná, quienes se hallaban privadas ilegítimamente de su libertad; y el asesinato y entierro clandestinos de personas en el Escuadrón Comunicaciones

En ese contexto, se investiga la apropiación de los hijos de Negro, quien fue detenida ilegalmente al igual que su pareja Edgar Tulio Valenzuela y su hijo menor Sebastián Álvarez, el 2 de enero de 1978 en Mar del Plata. La mujer fue trasladada desde la Quinta de Funes en Rosario hasta el nosocomio castrense, donde dio a luz a los mellizos.
Foto: Rosario/12
Fuente:AnalisisDigital

No hay comentarios: