20/8/2012
Opinión
Tres debates actuales: el modelo, sindicatos y la Iglesia en dictadura
Por Norberto G. Asquini
El jueves de la semana pasada se vivió un interesante debate televisivo, de los que no abundan, en el programa 678. Fue un intercambio de ideas entre el politólogo y periodista Edgardo Mocca con el filósofo, jurista y escritor Roberto Gargarella. Se basó en la ética y el modelo del kirchnerismo. Si la presidenta Cristina Fernández debiera mantener la ética de una propuesta supuestamente progresista que ambiciona modificar la política argentina, o es válido renunciar a ese enunciado en nombre de la continuidad en el poder. El trasfondo de ese interrogante recorre a todo el oficialismo por estas horas, a medida que se instala la necesidad de la reforma constitucional para la reelección de la mandataria.
Esto da que pensar: ¿hay debate en la política y la sociedad pampeana? Hay pocos dirigentes con la suficiente formación para discutir temas de fondo, y desde el ámbito académico sus miembros parecen quedar ajenos a cuestiones que transcurren fuera de las aulas. En muchos casos, los intercambios de opinión se dan en los medios y la discusión posterior se traslada al ámbito de la sociedad.
Debate en el PJ.
El que recorre al peronismo desde hace tiempo es la adhesión o no al proyecto nacional de la presidenta Cristina Fernández. Y también se sostendrá al menos hasta 2015. Hay muchas definiciones pendientes de decisiones nacionales: la situación económica del país y la posibilidad de una reelección más para la mandataria cambiarán el panorama político de un momento a otro.
En La Pampa, de la mano del gobernador Oscar Mario Jorge, parece surgir una línea oficialista alineada a la política de la Casa Rosada. Con diferencias evidentes y con estrategias distintas, ese bloque se complementa con marinistas, camporistas y otras agrupaciones kirchneristas. Del otro lado parece esperar el momento el vernismo, siempre refractario al modelo K.
Por supuesto, las posiciones de cada uno están cruzadas por la lucha por el poder provincial y por la coyuntura local. Esto lleva en algunos casos a las contradicciones propias de la política diaria.
Dos visiones.
Un caso: el vernismo reclama paritarias para los estatales, una ley de hidrocarburos para promover al Estado como productor y una ley de promoción económica para impulsar a la industria y al empleo local. Son tres políticas públicas que estarían en sintonía con algunos aspectos del proyecto nacional kirchnerista, y que los vernistas observan que faltan en el gobierno provincial.
Sin embargo, no deja de ser un proyecto sectorial o provincial. El respaldo al gobierno nacional pasa por la adhesión global de la Casa de Gobierno y por apuntalar con su apoyo las políticas públicas de la Casa Rosada que se derraman en La Pampa. Esa es la alianza que hacia el interior del país se ha construido desde el kirchnerismo, un peronismo federal conservador pero aliado políticamente a un proyecto más inclusivo y estatizante, progresista en muchos aspectos.
Hay otras discusiones más inherentes a este debate, como ser cuáles son los beneficios y desventajas de ese respaldo, o dependencia. O si Jorge representa el verdadero camino del proyecto K en La Pampa.
¿De qué lado estar?
Nuevamente surge la puja salarial entre el gobierno provincial y los gremios de empleados estatales. Más allá de la negociación que parece desembocará en otro conflicto, un debate manifiesto entre los protagonistas es el rol de los sindicatos ante el Estado que se ha dado entre la Mesa Intersindical y el gremio docente, Utelpa.
Hay cuestiones que marcan límites en esa relación y condicionan los movimientos de los actores, como la paritaria que tienen los maestros y no el resto de los sindicatos. Hay diferencias políticas y hasta personales entre la conducción de Utelpa por un lado y ATE y Luz y Fuerza La Pampa por otro, que llevó a la división en la CTA local que las tres entidades conformaban. Esto lleva a que haya demasiados recelos de ambas partes.
Pero la discusión sobre la actuación de cada sector está vigente. Desde la Mesa Intersindical acusan a Utelpa de no acompañar los reclamos de los sindicatos, aceptar dócilmente la decisión del gobierno provincial y de "colgarse" al aumento conseguido por ellos y su lucha. En una dura respuesta de Utelpa, los docentes acusaron a los otros gremios de "hacerle el juego a la derecha" a través de reclamos que consideran de máxima.
Cuentas pendientes.
El otro debate que se dio en La Pampa fue a raíz del apoyo de un sacerdote al ex dictador Jorge Rafael Videla y la reivindicación al terrorismo de Estado. El obispo Mario Poli, con una prudencia extrema que algunos observaron como tibieza, tardó en repudiar los dichos del religioso. No fueron muchas las voces de la política que se levantaron contra esa manifestación extrema de un cura, lo que demuestra la sujeción y los temores de la clase política hacia la considerada "religión oficial".
En ese debate también se dejó algo en claro: por primera vez una autoridad del obispado pampeano da su postura pública en contra de la dictadura militar. Por otro, que no toda la institución piensa de la misma manera y que la sociedad debe estar atenta a este tipo de apologías. Tampoco se puede englobar a toda una institución por la opinión de unos cuantos.
El clero pampeano se puede dividir hoy en tres: un tercio de los salesianos, con un pensamiento renovador; un clero diocesano, con nuevas ideas; y el irreductible tercio de los hombres de sotana, tradicionalistas y de derecha.
Hubo cuestiones inherentes a esta discusión. A favor, la soledad en la que quedó el cura procesista en sus manifestaciones. En contra, que todavía el ejercicio de la memoria en la Iglesia católica pampeana sea tan restringido, con un obispo por demás moderado que mantiene su política de no dar a luz los documentos eclesiásticos sobre los años de la represión ilegal.
Fuente:LaArena
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