Organizaciones campesinas, autoridades religiosas y representantes parlamentarios denunciaron hoy que una empresa privada desató un clima de terror en un distrito paraguayo para apoderarse de tierras de familias de labriegos.
Miembros del Movimiento Campesino Paraguayo, integrantes de la Pastoral Social y el diputado José Pakova, reclamaron intervención oficial en el distrito de Mariscal López, departamento de Caaguzú, por los atropellos contra vecinos del asentamiento Laritza Cué.
La situación allí es grave por la violencia utilizada por la empresa agrícola Entre Ríos, la cual deforesta masivamente la zona y pretende desalojar del lugar a los pobladores.
La empresa ejerce la violencia contra los pequeños agricultores que se niegan a venderles sus tierras y provocaron un conflicto en el cual se contabilizan siete personas muertas.
Los dirigentes campesinos pidieron garantías para seguir viviendo en el lugar y no quieren vender sus tierras, lo cual provocó el uso de matones por la empresa para disuadir a la fuerza a los labriegos.
La violencia y las muertes registradas hicieron que unas 120 familias tuvieron que agruparse en una pequeña zona ante el clima de terror existente y a consecuencia de la falta de acción de la policía, plantearon los denunciantes tras visitar el asentamiento.
La resistencia de los campesinos a la venta y la actitud sin control de la empresa pueden provocar la extensión del conflicto, subrayaron las organizaciones sociales denunciantes de los hechos.
Miembros del Movimiento Campesino Paraguayo, integrantes de la Pastoral Social y el diputado José Pakova, reclamaron intervención oficial en el distrito de Mariscal López, departamento de Caaguzú, por los atropellos contra vecinos del asentamiento Laritza Cué.
La situación allí es grave por la violencia utilizada por la empresa agrícola Entre Ríos, la cual deforesta masivamente la zona y pretende desalojar del lugar a los pobladores.
La empresa ejerce la violencia contra los pequeños agricultores que se niegan a venderles sus tierras y provocaron un conflicto en el cual se contabilizan siete personas muertas.
Los dirigentes campesinos pidieron garantías para seguir viviendo en el lugar y no quieren vender sus tierras, lo cual provocó el uso de matones por la empresa para disuadir a la fuerza a los labriegos.
La violencia y las muertes registradas hicieron que unas 120 familias tuvieron que agruparse en una pequeña zona ante el clima de terror existente y a consecuencia de la falta de acción de la policía, plantearon los denunciantes tras visitar el asentamiento.
La resistencia de los campesinos a la venta y la actitud sin control de la empresa pueden provocar la extensión del conflicto, subrayaron las organizaciones sociales denunciantes de los hechos.
Fuente:Argenpress
No hay comentarios:
Publicar un comentario