14 de agosto de 2013

MEGACAUSA ESMA: Valioso testimonio sobre Daniel Antokoletz, Doctor en RRII y defensor de presos políticos - TESTIMONIOS DÍA 78.

13.08.2013
Su hermana María Adela lo recordó como un idealista
ESMA: Valioso testimonio sobre Daniel Antokoletz, Doctor en RRII y defensor de presos políticos

Catedrático de las universidades de Belgrano y Católica de Mar del Plata, Daniel Antokoletz fue una víctima de la represión sin ley de la dictadura. 
Liliana María André de Antokoletz y Daniel Víctor Antokoletz fueron secuestrados en su domicilio de la calle Guatemala 4860 el 10 de noviembre de 1976 a las 8.30 por seis hombres vestidos de civil que se desplazaban en un Ford Falcon gris-celeste y un Chevy rojo. Fueron llevados a la ESMA, donde sólo los dejaron verse una vez. Ella lo notó muy torturado, caminando con mucha dificultad porque le habían aplicado la picana eléctrica en los testículos. Liliana pasó una semana en la ESMA. Fue liberada el 17 de noviembre y declaró en este juicio el 6 de marzo pasado. Daniel, que tenía entonces 39 años, sigue desaparecido. Era doctor en derecho internacional público y profesor universitario; fue profesor de sociología de relaciones internacionales en la UBA; jefe de Estudios e Investigación del Instituto de Derecho Público de la Universidad de Belgrano y de profesor en esa misma facultad. También fue Jefe de Estudios en la Universidad Católica de Mar del Plata y trabajó en forma privada.

Claro que no lo secuestraron por nada de aquello sino porque, vinculado al peronismo revolucionario, era un conocido defensor de presos políticos, tanto en Argentina como en Chile, aún luego del golpe del '76. Elaboró un informe exhaustivo que presentó al Tercer Congreso de la Asociación Argentina de Derecho Internacional sobre el aumento de violaciones al derecho al asilo y, repetidamente, denunció una y otra vez las malas condiciones de los reclusos en las cárceles.

Ayer declaró su hermana María Adela que se quejó de no saber dónde están sus restos y recordó que su hermano presentaba artículos que denunciaban las condiciones de las cárceles y ponía toda su alma en ello. "Hablaba libremente y denunciaba la situación de los presos en el subte, la calle, las reuniones, las universidades. Pensaba que era imposible restringir el derecho a la libertad de expresión", agregó.

"(El capitán de navío retirado Antonio) Pernías sabe en qué momento y forma fue asesinado mi hermano", dijo María Adela y citó el testimonio del sobreviviente Martín Gras, quien relató que Pernías le hizo "la boleta" a Daniel Antokoletz. También destacó que hubo sobrevivientes que declararon que el nombre de Daniel figuraba en la lista de los "traslados", es decir, de los enviados a los vuelos de la muerte.

La testigo dijo que monseñor "Emilio Graselli tuvo una conducta ambigua y por fin nos dijo que Daniel había muerto. Sinceramente, creo que tiene que estar en este estrado explicando su conducta". Dijo también que su madre se entrevistó con los general (Eduardo Albano) Harguindeguy y (Jorge) Olivera Róvere, quienes "la recibieron con armas sobre sus escritorios".

Respecto a Graselli dijo que había largas filas de personas para verlo, esperando obtener de él un dato sobre sus familiares desaparecidos. "En esa espera, Azucena Villaflor tenía mucha idea sobre la fuerza que puede tener el reclamo cuando es en conjunto y no de una sola familia. Fue entonce cuando ella dijo: ´Tenemos que ir a la Plaza de Mayo a hacer nuestro pedido y entrar a la Casa de Gobierno para ver si el Presidente (el dictador Videla) nos escucha. La primera reunión, a fines de abril de 1977, significó el comienzo de un movimiento que fue tomando fuerza cada jueves...".

Volviendo a la memoria de su hermano María Adela habló de "todo un recorrido en el intento de concretar algo que nos permita acariciar aunque sea su nombre", que lo ha hecho en el Parque de la Memoria de a Costanera Norte  y que intentó poner una baldosa conmemorativa en la casa dónde Daniel y Liliana fueron secuestrados pero que no pudo "porque la persona que vive ahí no entiende la importancia de esa huella", motivo por el cual una baldosa en mi propia vereda es lo único que puedo acariciar de mi hermano".

La testigo dijo que valora "enormemente a este tribunal, valoro cómo la justicia se está poniendo de pie en Argentina, la importancia que está dando la posibilidad de agilizar los testimonios. Tengo mucha confianza en la justa condena, si es que existe una condena comparable a la magnitud del crimen cometido", dijo María Adela, que reclamó que "se tenga en cuenta el no concederles prisión domiciliaria".

El caso de Nora Alicia Ballester
El 1º de marzo de 1977 cuando tenía 21 años de edad, Nora Alicia Ballester fue secuestrada en el Parque Lezica también conocido como Parque Rivadavia y conducida a la ESMA. Ayer declaró su hermana Stella Maris. "Ese mismo día su esposo me llamó por teléfono para decirme que no había vuelto a la casa. Ella había dejado a su hijo, de menos de un año, en casa de su suegra, y había salido a buscar trabajo. Al día siguiente empezamos a buscarla por hospitales y comisarías".

"Desde chica (Nora) había tenido actividad social en movimientos parroquiales en San Fernando y después en La Lucila, formaba parte de esos grupos, con la idea de asistir a los que menos tenían. Cursó un año en la Facultad de Filosofía y después fue al Normal 10, al Profesorado, con la idea de ir al interior del país a enseñar. Luego empezó a militar en Montoneros", relató Stella Maris.

"Como hacía poco me había recibido de abogada, pensé que podía obtener noticias. Interpuse tres hábeas corpus, todos con resultados negativos. También habíamos dejado volantes en Crónica y en algunas radios pidiendo información sobre el paradero. Un día llamó una persona que dijo que no recordaba qué día, pero que en cercanías del Parque Rivadavia hubo un operativo en el que metieron a una persona en un auto. Esta persona gritaba. Después, otra persona me dijo que había estado con Nora en Campo de Mayo, me dijo el sobrenombre del hijo, ´Patito´, que Nora no se lo contaba a todos. Me dijo: 'A mí me dejaron vivir, pero a ella la iban a trasladar', narró.

"Me hubiera gustado que mi hermana pudiera tener un juicio justo, como estos criminales, porque si cometió un delito fue creer que podía vivir en un país mejor",


13.08.2013
Reside en México. Vino al país por la reedición de "Política y Violencia"
Pilar Calveiro: Una sobreviviente de la ESMA que pudo convertir su experiencia en pensamiento

Pilar Calveiro: Con una distancia notable, volvió a reflexionar sobre un tema central.
(Entrevista de Julieta Grosso) En "Política y/o violencia", publicado en 2005 y relanzado por estos días con nuevos aportes, la politóloga Pilar Calveiro propone una revisión no concesiva de la militancia durante los 70 que impugna las idealizaciones y apuesta a una resignificación del pasado centrada en las urgencias y particularidades del presente. Calveiro, radicada en México desde hace más de tres décadas luego de permanecer secuestrada durante la última dictadura, llegó a Buenos Aires para presentar el relanzamiento de su libro -esta vez a cargo del sello Siglo XXI editores-, que explora el estrecho vínculo entre política y violencia en los 70 y las formas en que aparece reactualizado en las tensiones del presente.

La obra fue escrita junto con otro texto emblemático de la autora, "Poder y desaparición", aunque ambos fueron publicados en tiempos diferentes y recorren desde perspectivas distintas los aspectos más polémicos de la militancia durante los 70, en particular las responsabilidades de las cúpulas guerrilleras en el exterminio de sus organizaciones.

"Mientras que el modelo global de la actualidad lleva al aislamiento y a la individualización extrema, en la Argentina se está dando un fenómeno interesante centrado en la redignificación de la política y reinserción de los sectores jóvenes en la militancia como apuesta de vida", destaca Calveiro a Télam.
   
- Télam: El pasado que explorás ha estado muy presente en la agenda social de los últimos años ¿Cómo transcurre esa recuperación del pasado: como una instancia fosilizada o reactualizada por las necesidades del presente?
- Calveiro: Sobre el pasado hay siempre distintas miradas, algunas de las cuales aparecen congeladas en el mismo momento en que transcurrieron los hechos. Frente a eso, es importante pensar el pasado de una manera que permita interrogarlo y al mismo tiempo utilzarlo, es decir, ponerlo al servicio de los fenómenos del presente.  Hay que pensar la violencia política de los años 70 a la luz de cuáles son las violencias políticas que existen en el mundo actual. Entonces lo que hay que evaluar es cuáles son las continuidades y las rupturas entre estas dos dimensiones, porque una ilumina a la obra.
   
- T: De qué manera se visibiliza la violencia hoy que a diferencia de los 70 ya no subsisten aquellas violencias que se opondrían al Estado sino las inherentes a la institucionalidad?
- C: Con los llamados tránsitos a la democracia, vuelve a aparecer esta idea de que el Estado tiene el monopolio de la violencia legítima, o sea, que cualquier violencia que no provenga del Estado es ilegítima. En el mundo actual, cualquier violencia que no provenga del Estado es tildada automáticamente de "terrorista". Y eso es uno de los asuntos que vale la pena discutir. Desde mi punto de vista, en el mundo actual se dan una enorme cantidad de violencias: estatales, privadas -en muchos casos protegidas por instancias estatales- pero también violencias resistentes que operan de una manera diferente a las de los 70 pero que requieren de ciertas prácticas violentas para detener todas esas violencias protegidas por el Estado que atentan contra sectores importantes de la sociedad civil. Ese es el ángulo desde el que hay que abordar hoy la relación entre política y violencia.

 - T: ¿Cómo arbitra la ética esta relación actual entre política y violencia?
 - C: Trato de decir en este libro que la política es, por un lado, inseparable de la violencia, en el sentido de que en la medida en que hablamos de sociedades donde hay relaciones de dominación, la violencia es consustancial a este fenómeno. Si desconocemos la existencia de esta violencia, generamos una invisibilización de esta relación. Por otro lado, la política es inseparable de la ética. Podríamos decir que la violencia la tensa en el sentido de la dominación y la ética la tensa en el sentido de la justicia. Creo que el componente ético por excelencia de la política es la búsqueda de la justicia. Estos dos elementos tensan a la política y por el contrario el desconocimiento de cualquiera de las dos seca a la política. Si desconozco el componente ético, hago de la política una cuestión de pura dominación instrumental.
   
- T: ¿Cómo se relee el concepto de militancia hoy que vuelve a ser tomada como una apuesta de vida por muchos jóvenes?
- C: Este es un fenómeno muy interesante que está ocurriendo en la Argentina. El hecho de que exista una militancia tan importante entre la juventud tiene que ver con la dignidad que ha recuperado la política.  No es un fenómeno demasiado extendido, hasta me atrevería a decir que en pocas sociedades hay un proceso de estas características y me parece que es muy interesante en el caso de la Argentina, donde se da aquello que podríamos definir como una redignificación de la política y una reinserción de los sectores jóvenes en la militancia como apuesta de vida.

- T: El matiz distintivo es que esta militancia está muy imbricada con el poder y ya no transcurre en la clandestinidad como antes ¿Cómo gravita esta variable?
- C: La militancia de los 70 iba a contramano del Estado mientras que la actual va acompañando al gobierno actual. Son militancias de carácter muy diferentes pero en los dos casos lo que tenemos es una reivindicación y una apuesta a la política. Lo que está en el centro del asunto es retomar el interés por la cosa pública, el debate y la participación, elementos que son extraordinariamente importantes para el mundo actual, donde la tendencia del modelo global es inversa y lleva al aislamiento, a la individualización extrema y a la retracción en el espacio privado.

- T: ¿Qué pasa cuando aquellas generaciones que en algún momento increpaban al poder político un día se convierten en ese poder? ¿Se puede pensar este fenómeno en relación con las vanguardias artísticas, cuya potencia subversiva e interpeladora se diluye una vez que son institucionalizadas?
- C: No es lo mismo una vanguardia artística que un grupo político, pero ciertamente ser parte del poder te lleva a una serie de fenómenos de burocratización que se generan a partir de una posición de poder, aunque no necesariamente hay que pensar que eso aniquila el sentido la política. El tener una función de gobierno no hace que un grupo político desvirtúe su objetivos. Puede haber transformaciones, pero es no implica una tergiversación.  
Fuente:Telam


12 08 2013 
TESTIMONIOS
Día 78. "Yo no sé dónde está el cuerpo de mi hermano", sostuvo María Adela Antokoletz

La testigo declaró por el caso de hermano Daniel, detenido-desaparecido en la ESMA. Además testimonió Stella Maris Ballester, hermana de Nora Alicia, quien continúa desaparecida. 


Los casos de Liliana María André de Antokoletz y Daniel Víctor Antokoletz (nros. 127 y 128)
Fueron privados ilegalmente de la libertad el 10 de noviembre de 1976 a las 8:30 horas en Guatemala 4860 6º 27, domicilio de ambos. El operativo fue realizado por seis hombres de civil y armados, quienes se movilizaban en dos automóviles particulares: un Chevy rojo y un Ford Falcon celeste o gris. Los hombres se presentaron como pertenecientes a las Fuerzas conjuntas. Entre los integrantes del Grupo de Tareas 3.3.2 que participaron estaba Corbetta, alias "Matías". 

Liliana y Daniel fueron arrojados al suelo, esposados con las manos a la espalda, y apuntados con armas largas y cortas. Ambos fueron llevados a la ESMA, donde permanecieron bajo condiciones inhumanas de vida. Sólo los dejaron verse una vez, en la que ella lo notó muy torturado, caminando con gran dificultad, dado que le habían aplicado picana eléctrica en los testículos y encías. 
Liliana fue liberada el 17 de noviembre de 1976 y Daniel sigue desaparecido. 

El testimonio de María Adela Antokoletz, hermana de Daniel
"Tengo la certeza de que contra mi hermano se cometió un crimen de lesa humanidad. Considero que también se cometió contra mí, contra mi familia. Es un crimen que no termina: mi hermano no ha aparecido", declaró la testigo, y agregó: "no tengo dudas de que lo llevaron a la ESMA, lo torturaron y lo mataron. No sé dónde está enterrado, a eso lo considero un crimen no sólo contra mi hermano y miles de compañeros, sino contra mí también. Ignorar eso es cometer un crimen para el cual la palabra aberrante queda corta, porque todas las civilizaciones han honrado a sus cuerpos, y yo no sé dónde está el cuerpo de mi hermano".

Abogado del pueblo 
"Mi hermano defendía a los presos políticos, ponía el alma en ellos. Presentaba artículos que denunciaban las condiciones de las cárceles", relató la testigo. "Era una persona que hablaba libremente y denunciaba en el subte, la calle, las reuniones, las universidades. Pensaba que era imposible restringir el derecho a la libertad de expresión. Se lo llevaron el 10 de noviembre del ´76 con su mujer. Esto ha sido relatado por Liliana cuando dio su declaración el 6 de marzo pasado, ha dado los detalles de este secuestro terrible".

Pernías  
"El represor Pernías sabe en qué momento y forma fue asesinado mi hermano", dijo María Adela y citó al testimonio del sobreviviente Martín Gras, quien relató que Pernías tuvo que "hacer boleta" a Daniel Antokoletz. También remarcó que algunos sobrevivientes declararon que el nombre de Daniel figuraba en la lista de los "traslados": los vuelos de la muerte.

Denuncias
"Hemos denunciado dentro y fuera del país", sostuvo la testigo, y agregó: "Emilio Graselli tuvo una conducta ambigua, porque nos dijo que Daniel había muerto. Sinceramente, creo que Graselli tiene que estar en este estrado explicando su conducta". También contó que su madre se entrevistó con Harguindeguy y Olivera Róvere, quienes "la recibieron con armas en el escritorio".

Azucena 
María Adela relató que había largas filas de personas para ver a Graselli, esperando obtener un dato sobre sus familiares desaparecidos. "En esa espera, Azucena Villaflor tenía mucha idea sobre la fuerza que puede tener el reclamo cuando es en conjunto y no de una sola familia. Dijo: ´tenemos que ir a la Plaza de Mayo a hacer nuestro pedido y entrar a la Casa de Gobierno para ver si el Presidente (el dictador Videla) nos escucha. La primera reunión, a fines de abril de 1977, significó el comienzo de un movimiento que fue tomando fuerza cada jueves, un movimiento que fue tomando características enormes.  

Daniel
A María Adela le preguntaron cuál era la edad de su hermano cuando fue desaparecido: "39 años", respondió, y agregó: "era un poco mayor que el terrible promedio de los desaparecidos". 
"He traído fotos de Daniel, que me gustaría exhibir", dijo y las mostró. "Vivió 39 años lleno de fuerza".  

Memoria
"Hay un recorrido en el intento de concretar algo que nos permita acariciar aunque sea su nombre. Yo he acudido a la presencia del nombre de mi hermano en el Parque de la Memoria. He ido a este domicilio (la casa de Daniel y Liliana) en procura de instalar la baldosa que lo recuerde y honre su condición de militancia. A veces no se puede, porque la persona que vive ahí no entiende la importancia de esa huella. 

Una baldosa en mi propia vereda es lo único que puedo acariciar de mi hermano. Valoro enormemente a este Tribunal, valoro cómo la justicia se está poniendo de pie en Argentina, la importancia que está dando la posibilidad de agilizar los testimonios. Tengo mucha confianza en la justa condena, si es que existe una condena comparable a la magnitud del crimen cometido", sostuvo María Adela y reclamó que "se tenga en cuenta el no enviarlos a una cárcel domiciliaria".

"Lo que yo siento es que no soy la voz de mi hermano. Él tendría que estar acá en Tribunales defendiendo cosas justas. Pienso que la justicia es la voz de él y que la condena que ustedes decidan es la que corresponde a la voz…les pido que sean su voz", concluyó.  

El caso de Nora Alicia Ballester (nro. 832)
El 1º de marzo de 1977, a los 21 años de edad, fue privada ilegalmente de la libertad, con violencia, abuso de funciones y sin las formalidades prescriptas por la ley, por un grupo de personas que se identificó como perteneciente a las Fuerzas de Seguridad. El operativo se realizó en Parque Rivadavia, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Nora gritó para pedir auxilio, mientras la introducían en un automóvil Ford o Chevrolet color verde oliva. La víctima fue llevada a la ESMA, donde permaneció en cautiverio bajo condiciones inhumanas de vida y sigue desaparecida. 

El testimonio de Stella Maris Ballester, hermana de Nora
"Tomé conocimiento de la desaparición de mi hermana el 1º de marzo de 1977. El esposo me llamó por teléfono para decirme que no había vuelto a la casa. Ese día ella había dejado a su hijo, de menos de un año, en casa de la suegra, y había salido a buscar trabajo. Al día siguiente empezamos a buscarla por hospitales y comisarías", contó la testigo.

La militancia 
"Desde chica había tenido actividad social en movimientos parroquiales en San Fernando y después en La Lucila, formaba parte de esos grupos, con la idea de asistir a los que menos tenían. Cursó un año en la Facultad de Filosofía y después fue al Normal 10, al Profesorado, con la idea de ir al interior del país a enseñar. Luego empezó a militar en Montoneros", relató Stella Maris Ballester.

Hábeas Corpus  
"Como hacía poco me había recibido de abogada, pensé que podía obtener noticias. Interpuse tres hábeas corpus, todos con resultados negativos. También habíamos dejado volantes en Crónica y en algunas radios pidiendo información sobre el paradero. Un día llamó una persona que dijo que no recordaba qué día, pero que en cercanías del Parque Rivadavia hubo un operativo en el que metieron a una persona en un auto. Esta persona gritaba. Después, otra persona me dijo que había estado con Nora en Campo de Mayo, me dijo el sobrenombre del hijo, ´Patito´, que Nora no se lo contaba a todos. Me dijo: ´a mí me dejaron vivir, pero a ella la iban a trasladar´", sostuvo la hermana de Nora Ballester.

"Después de 36 años, pasaron muchas cosas. Me hubiera gustado que mi hermana pudiera tener un juicio justo, como estos criminales, porque si cometió un delito fue creer que podía vivir en un país mejor", dijo Stella Maris para concluir su testimonio.

Próxima audiencia
El juicio continuará el miércoles 14 de agosto desde las 9:30 horas con más declaraciones testimoniales. 
Fuente:EspacioMemoriayDDHHexEsma

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