Martes 1ro de octubre de 2013, por Comisión de Comunicaciones // Campaña por la Libertad de TODOS los Presos Políticos Mapuche
El día de hoy, la Corte Suprema dio a conocer el fallo respecto al recurso de nulidad interpuesto en contra del juicio que condenó a nuestro recientemente weichafe asesinado, Rodrigo Melinao, y el preso político mapuche, Cristian Levinao, a mas de 6 años de prisión, por los delitos de quema y daños a la propiedad privada de la Forestal Cautín.
La respuesta, fue una vez mas, LA NULIDAD DEL JUICIO, el que fue realizado ante el tribunal Oral en lo penal de Angol, el pasado 24 de julio; debido a los reiterados vicios cometidos durante el desarrollo del mismo juicio, lo que significó una grave violación al debido proceso.
Por otra parte, en la ciudad de Collipulli, se suspendió la audiencia preparatoria fijada para el día de hoy, en la causa en la que se pretende condenar al Werken Daniel Melinao, de la comunidad Wente Winkul Mapu, por la muerte del sargento Hugo Albornoz, debido a la falta de jueces en el Tribunal de Garantía de Collipulli. Se fijó nueva fecha para el día 9 de octubre, a las 09:30 horas.
Esta nueva nulidad de juicio, por parte de la Corte Suprema, viene a reafirmar lo que las comunidades en resistencia y el movimiento mapuche han sostenido firmemente, que dice relación con los montajes político-judiciales-comunicacionales, creados por el ministerio publico, conjuntamente con los tribunales de "justicia", respaldados por los órganos de inteligencia nacional.
¡¡ ABAJO LOS MONTAJES JUDICIALES!!
¡¡ LIBERTAD AL WERKEN DANIEL MELINAO Y A TODOS LOS PRESOS POLÍTICOS MAPUCHE!!
¡¡ LIBERTAD, TERRITORIO Y AUTONOMÍA PARA LA NACIÓN MAPUCHE!!
"La muerte de un torturador no soluciona nada, pero algo es algo" Mario Benedetti
Chile: Se suicida de un tiro ex jefe represor de Pinochet
Publicado el 9/28/13 • en Contrainjerencia
Publicado el 9/28/13 • en Contrainjerencia
Este sábado se confirmó el suicidio del ex jefe de la CNI, Odlanier Mena, uno de los 10 internos que esperaba el traslado a Punta Peuco.
Odlanier Mena tenía el beneficio de salida los fines de semana, y consecuencia de ello tuvo la oportunidad en su casa de cometer este acto suicida. El general en retiro se quitó la vida disparándose en la sien con un arma de fuego que tenía en su hogar.
Odlanier Mena fue el primero en asumir la dirección de la Central Nacional de Inteligencia (CNI) en 1977 cuando Augusto Pinochet decretó el cese en sus funciones de la DINA. En 1975 se había retirado, luego de haber liderado la DINA.
En medio de su jubilación, en 2009, fue detenido y condenado por su participación en una serie de crímenes producidos durante su periodo al mando de la instancia.
Mena estaba casado, era padre de tres hijos y tenía diez nietos. Sus restos serían trasladados a la Escuela Militar en las próximas horas.
Mena tenía que regresar este domingo y, según fuentes oficiales consultadas en exclusiva por radio Bío Bío, se disparó en la sien.
Sus restos serán trasladados hasta el Hospital Militar.
Fue condenado por la muerte de tres personas, hecho ocurrido en Arica durante el paso de la llamada
Caravana de la Muerte.
En la edición de este sábado, el diario El Mercurio publicó una carta firmada por Mena en la cual desliga toda responsabilidad sobre su participación en el Plan Cóndor, instrumento que a nivel latinoamericano eliminó a opositores a los regímenes militares de la región y que en Chile fue organizado por Manuel Contreras.
En su nota Mena señala que tras dejar el regimiento en Arica, en 1974, asumió la dirección de Inteligencia del ejército, con la condición de no tener contacto con Contreras. “Como eso no se cumplió” renunció a la institución, escribió.
Contreras presenta un recurso para evitar su traslado desde el Penal Cordillera
Mientras tanto, a través de su abogado René López, el ex jefe de la DINA, Manuel Contreras condenado a más de 300 años de cárcel, por delitos de homicidio y secuestro calificado en la dictadura de Pinochet, presentú un recurso judicial para evitar su traslado desde el Penal Cordillera, tal como lo anunciara ayer el Presidente de la República.
Contreras y otros nueve detenidos se encuentran en este recinto, habilitado en 2005, donde tienen acceso a varias comodidades entre ellas una cancha de tenis, jardines y quincho para asados, además de supervisión médica y nutricional.
Aún se mantienen en secreto los detalles del traslado a la cárcel de Punta Peuco donde cumplen condena otros reos por delitos similares. La medida se adoptó “por la seguridad de los internos” dijo hoy la Ministra de Justicia, Patricia Pérez.
Agencias
Había sido condenado por el "delito común" (según la versión de la Suprema Corte uruguaya) de asesinato de periodista y opositores a la dictadura militar
Odlanier Mena tenía el beneficio de salida los fines de semana, y consecuencia de ello tuvo la oportunidad en su casa de cometer este acto suicida. El general en retiro se quitó la vida disparándose en la sien con un arma de fuego que tenía en su hogar.
Odlanier Mena fue el primero en asumir la dirección de la Central Nacional de Inteligencia (CNI) en 1977 cuando Augusto Pinochet decretó el cese en sus funciones de la DINA. En 1975 se había retirado, luego de haber liderado la DINA.
En medio de su jubilación, en 2009, fue detenido y condenado por su participación en una serie de crímenes producidos durante su periodo al mando de la instancia.
Mena estaba casado, era padre de tres hijos y tenía diez nietos. Sus restos serían trasladados a la Escuela Militar en las próximas horas.
Mena tenía que regresar este domingo y, según fuentes oficiales consultadas en exclusiva por radio Bío Bío, se disparó en la sien.
Sus restos serán trasladados hasta el Hospital Militar.
Fue condenado por la muerte de tres personas, hecho ocurrido en Arica durante el paso de la llamada
Caravana de la Muerte.
En la edición de este sábado, el diario El Mercurio publicó una carta firmada por Mena en la cual desliga toda responsabilidad sobre su participación en el Plan Cóndor, instrumento que a nivel latinoamericano eliminó a opositores a los regímenes militares de la región y que en Chile fue organizado por Manuel Contreras.
En su nota Mena señala que tras dejar el regimiento en Arica, en 1974, asumió la dirección de Inteligencia del ejército, con la condición de no tener contacto con Contreras. “Como eso no se cumplió” renunció a la institución, escribió.
Contreras presenta un recurso para evitar su traslado desde el Penal Cordillera
Mientras tanto, a través de su abogado René López, el ex jefe de la DINA, Manuel Contreras condenado a más de 300 años de cárcel, por delitos de homicidio y secuestro calificado en la dictadura de Pinochet, presentú un recurso judicial para evitar su traslado desde el Penal Cordillera, tal como lo anunciara ayer el Presidente de la República.
Contreras y otros nueve detenidos se encuentran en este recinto, habilitado en 2005, donde tienen acceso a varias comodidades entre ellas una cancha de tenis, jardines y quincho para asados, además de supervisión médica y nutricional.
Aún se mantienen en secreto los detalles del traslado a la cárcel de Punta Peuco donde cumplen condena otros reos por delitos similares. La medida se adoptó “por la seguridad de los internos” dijo hoy la Ministra de Justicia, Patricia Pérez.
Agencias
Había sido condenado por el "delito común" (según la versión de la Suprema Corte uruguaya) de asesinato de periodista y opositores a la dictadura militar
Chile: El ejército desafía a Piñera y envía una delegación al funeral del general pinochetista que se suicidó
Por: Agencias | Martes, 01/10/2013
Por: Agencias | Martes, 01/10/2013
01-10-13.-En un gesto de desafío, el ejército de Chile mandó una delegación al funeral del general Odlanier Mena, ex director de la Central Nacional de Informaciones (CNI), mientras varios simpatizantes del dictador Augusto Pinochet lanzaron una serie de consignas en favor de un golpe de Estado.
Al concluir la misa impartida por el sacerdote Raún Hasbún en la iglesia de Santa Elena, en el exclusivo barrio santiaguino de Los Condes, manifestantes pinochetistas gritaron consignas contra el gobierno y mostraron carteles en los que pedían un golpe de Estado. Todo esto ocurrió a la salida del féretro.
En tanto, el ministro del Interior, Andrés Chadwick, criticó a los militares retirados que impugnaron al presidente de Chile, Sebastián Piñera, por el cierre del penal de lujo Cordillera, donde estaban recluidos pinochetistas condenados por violaciones a los derechos humanos, al señalar que no comprenden lo que es vivir en democracia.
El cierre del penal Cordillera, donde diez represores de la dictadura vivían en cabañas con canchas, jardines y piscina, fue ordenado el jueves pasado por Piñera en un mes marcado por los 40 años del golpe de Estado contra el gobierno constitucional del presidente socialista Salvador Allende.
El general Mena se suicidó en su departamento de Los Condes poco antes de ser trasladado al penal de Punta Peuco, el sábado pasado, cuando disfrutaba de su salida de fin de semana autorizada por la guardia de prisiones.
Chadwick dijo que los que critican no logran comprender lo que es el principio de igualdad ante la ley, ni comprenden lo que es vivir en democracia, al responder a las críticas del general retirado Luis Cortés Villa, miembro de la Fundación Pinochet, quien responsabilizó a Piñera de no pensar en las consecuencias al cerrar el penal Cordillera. El ministro añadió que los militares siguen pensando que pueden gozar de privilegios que no corresponden.
Los nueve condenados por violaciones a los derechos humanos fueron trasladados entre el sábado y domingo al penal de Punta Peuco, una cárcel más restrictiva.
El sucidio del general Mena también impulsó a los ex militares a presentar otra querella contra el presidente Piñera, a quien culpan de su fallecimiento.
Mena, de 87 años, cumplía una condena de seis años por su responsabilidad en la muerte de tres socialistas en 1973.
Al concluir la misa impartida por el sacerdote Raún Hasbún en la iglesia de Santa Elena, en el exclusivo barrio santiaguino de Los Condes, manifestantes pinochetistas gritaron consignas contra el gobierno y mostraron carteles en los que pedían un golpe de Estado. Todo esto ocurrió a la salida del féretro.
En tanto, el ministro del Interior, Andrés Chadwick, criticó a los militares retirados que impugnaron al presidente de Chile, Sebastián Piñera, por el cierre del penal de lujo Cordillera, donde estaban recluidos pinochetistas condenados por violaciones a los derechos humanos, al señalar que no comprenden lo que es vivir en democracia.
El cierre del penal Cordillera, donde diez represores de la dictadura vivían en cabañas con canchas, jardines y piscina, fue ordenado el jueves pasado por Piñera en un mes marcado por los 40 años del golpe de Estado contra el gobierno constitucional del presidente socialista Salvador Allende.
El general Mena se suicidó en su departamento de Los Condes poco antes de ser trasladado al penal de Punta Peuco, el sábado pasado, cuando disfrutaba de su salida de fin de semana autorizada por la guardia de prisiones.
Chadwick dijo que los que critican no logran comprender lo que es el principio de igualdad ante la ley, ni comprenden lo que es vivir en democracia, al responder a las críticas del general retirado Luis Cortés Villa, miembro de la Fundación Pinochet, quien responsabilizó a Piñera de no pensar en las consecuencias al cerrar el penal Cordillera. El ministro añadió que los militares siguen pensando que pueden gozar de privilegios que no corresponden.
Los nueve condenados por violaciones a los derechos humanos fueron trasladados entre el sábado y domingo al penal de Punta Peuco, una cárcel más restrictiva.
El sucidio del general Mena también impulsó a los ex militares a presentar otra querella contra el presidente Piñera, a quien culpan de su fallecimiento.
Mena, de 87 años, cumplía una condena de seis años por su responsabilidad en la muerte de tres socialistas en 1973.
Chile: El suicidado jefe CNI asesinó al periodista Augusto Carmona
Publicado el 9/30/13 • en Contrainjerencia
ERNESTO CARMONA – El general Odlanier Mena, entonces jefe de la Central Nacional de Información (CNI), y su subalterno Miguel Krasnoff, comandaron los esbirros que hace 36 años dieron muerte por la espalda al periodista Augusto Carmona Acevedo, ultimado el 7 de diciembre de 1977.
El ministro Leopoldo Llanos, de la Corte de Apelaciones de Santiago, procesó el 4 de abril 2013 a Mena entre los autores de este crimen de lesa humanidad. La abogada Alejandra Arriaza representa a la parte acusadora, la periodista Lucía Sepúlveda y las hijas de la víctima Alejandra Carmona Cannobbio y Eva María Carmona Sepúlveda. Alejandra es cinematografista y Eva María, antropóloga.
Cuando la Dirección Nacional de Información (DINA) cambió su nombre a Central Nacional de Información (CNI), la principal “innovación” que introdujo su primer jefe, el suicida Odlanier (Reinaldo, al revés) Mena, consistió en no desaparecer los cuerpos de sus víctimas, como lo hizo el general Manuel Contreras desde la DINA.
Otro cambio de Mena fue encubrir los crímenes con un libreto de falso “enfrentamiento”, “intento de fuga” o cualquier otro encuentro con las fuerzas represivas de la dictadura, consideradas entonces muy “legítimas” y calificadas hoy por los jueces como “organización ilegal”. Hoy constituye delito la pertenencia a la CNI/DINA.
La CNI incluso llevó al sur a periodistas y camarógrafos de TVN para la “cobertura en vivo” de supuestos enfrentamientos, que más bien fueron matanzas en cadena fríamente planificadas en Santiago y luego presentadas como falsos encuentros a balazos o fugas de detenidos inventadas. Así ocurrió con la Operación Alfa Carbón, que en agosto de 1984 llevó en sus operaciones entre Concepción y Valdivia al periodista TVN Esteban Montero, quien despachaba “flashs” con noticias inventadas en el mismo lugar de los supuestos hechos.
El asesinato de Augusto Carmona fue presentado como un falso “enfrentamiento” a tiros en que el periodista -y paciente cardíaco- defendió su libertad y su vida. Esta historia falsa circuló hasta que hubo un juicio donde se aclaró que Odlanier Mena comando a los efectivos que antes encerraron a los vecinos en sus viviendas y esperaron la llegada de Carmona a su domicilio, no para detenerlo, sino para matarlo por la espalda y también desde adentro de su propia vivienda.
Carmona fue acribillado cuando intentaba abrir la puerta de su domicilio en Barcelona 2524, San Miguel, Santiago, pero los medios y ciertos periodistas difundieron la falsa versión CNI de un “enfrentamiento” que jamás ocurrió.
Por eso llaman la atención los elogios recibidos por el difunto Mena por una supuesta rivalidad suya con Manuel Contreras, incluso de parte de periodistas con currículo de defensores de derechos humanos.
El asesinato de Carmona
Lucía Sepúlveda dijo que “hubo periodistas que fueron cómplices más allá de lo que fuera posible imaginar”, en el encubrimiento del asesinato de Carmona y en otros casos. Tras aclarar que ella vivía en otro lugar por razones de seguridad, relató que se enteró del crimen por un informe de Pablo Honorato, en el noticiario de Canal 13 de la Universidad Católica. El tribunal citó a declarar a este reportero policial y judicial, quien “reconoció que Carmona era periodista y que lo conocía”, pero por la televisión “dijo que era un terrorista y dijo que no se sabía quién era”, explicó Lucía, refiriéndose “a lo que informó por la televisora el 8 de diciembre de 1977, al día siguiente del crimen. Entonces, hubo complicidad”, precisó.
La abogada Arriaza dijo que el ministro Llanos encargó reos como autores del delito de lesa humanidad al ex general del ejército Odlanier Mena Salinas, director de la CNI, junto a los ex brigadieres del ejército Miguel Krassnoff y Manuel Provis Carrasco; al ex mayor del ejército Enrique Sandoval Arancibia y al ex coronel del ejército Luis Torres Méndez. También fueron encausados como autores José Fuentes Torres, ex suboficial del ejército, Teresa Osorio Navarro, empleada civil de la Marina, y el suboficial del ejército Basclay Zapata. Otros agentes involucrados en el asesinato ya fallecieron. Algunos de los procesados están en prisión por crímenes similares, varios disfrutan de beneficios carcelarios como salidas de fin de semana o “cumplimiento de penas en libertad”, y otros han recibido penas tan bajas que circulan libremente por las calles, dijo Lucía Sepúlveda.
Falso “enfrentamiento”
La versión oficial hizo aparecer este asesinato como “muerte en enfrentamiento”, mentira ampliamente acogida por los medios de información de la época. Esa falsa noticia se mantuvo en el inconsciente colectivo hasta que en 1991 impuso la verdad el llamado Informe Rettig, de la Comisión de Verdad y Reconciliación.
Incluso, muchos amigos y colegas fuimos engañados por este fraude informativo, creyendo durante años que Augusto había defendido valientemente su derecho a la vida y a la libertad. En 1991 se supo que lo asesinaron por sorpresa mientras manipulaba llaves para abrir la puerta de su casa.
Carmona estudió bibliotecología y periodismo en la Universidad de Chile, donde fue presidente del centro de alumnos. Entre sus tareas relevantes como periodista, en agosto de 1967 cubrió el juicio militar de Camiri, en Bolivia, donde fueron procesados Regis Debray y otros personajes que estuvieron con el Che Guevara. Regresó a Bolivia en octubre de ese año, después de la muerte del líder rebelde.
En 1971 entrevistó a Fidel Castro en La Habana. Sus fuentes preferidas fueron las luchas obreras y campesinas en Chile, además de cubrir las noticias del Congreso. En 1973 fue jefe de prensa de Radio Nacional, emisora del MIR. Perteneció a una generación de notables periodistas comprometidos con su pueblo, como Augusto Olivares, José Carrasco Tapia y muchos otros, con quienes tuvo gran cercanía. Tambié fue presidente del sindicato de trabajadores del Canal 9, redactor político del tele-noticiero “NueveDiario” durante 10 años y redactor de la revista Punto Final desde su fundación en 1965.
En 1970, Augusto Carmona fue elegido jefe de prensa del Canal 9, “el canal del pueblo”, cuando la estación pertenecía a la Universidad de Chile –hoy es el Canal 11, Chilevisión y pertenece al grupo Time Warner-CNN– y estaba ocupada por sus trabajadores.
En 1972, Augusto escribió en Punto Final: “La derecha odia al Canal 9 porque damos preferencia a las noticias y posiciones de los diversos sectores del pueblo, porque atacamos sin clemencia al imperialismo y no titubeamos en usar un lenguaje duro contra la reacción; porque preferimos darle tribuna a la señora de la junta de vecinos antes que reproducir una declaración de un personero de la derecha…”
Tras el golpe militar, dejó atrás el periodismo tradicional para abrazar los riesgos de la lucha de resistencia y la prensa clandestina. Su salud tampoco era óptima, tras sobrevivir a una compleja y delicada operación a la válvula mitral. Cuando lo mataron pertenecía a la dirección máxima del Movimiento de Izquierda
Revolucionaria (MIR). Por sus amplios contactos, y su carácter amistoso y nada sectario, fue encargado de explorar la creación de un frente de resistencia antidictatorial en conversaciones con dirigentes de la izquierda y la democracia cristiana.
Gotas de justicia
El ministro Leopoldo Llanos calificó el asesinato como delito de lesa humanidad porque según el derecho penal internacional fue “un ataque sistemático o generalizado en contra de bienes jurídicos como la vida a una parte de la población civil, con determinada opción ideológica, con la participación del poder político y la intervención de agentes del Estado.” Tras la investigación, concluyó que hay presunciones fundadas para encargar reos a los imputados y ordenar su detención por constituir un peligro para la sociedad.
El asesinato de Carmona generó un procedimiento de rutina, y simbólico, de la fiscalía militar, que en 1993 sobreseyó la causa aplicando la ley de amnistía dictada por la propia dictadura. Una nueva querella contra “Augusto Pinochet y quienes resultaran responsables”, entablada por la familia en 2003, activó una investigación seria del ministro de fuero Alejandro Solís, recientemente jubilado. La causa fue proseguida por el ministro Leopoldo Llanos.
“La encargatoria de reo es apenas el primer paso hacia una sentencia que marque el fin de la impunidad”, dijo Lucía Sepúlveda. Ante la demora en la adopción de resoluciones judiciales la familia exigió que “en esta fase la justicia no dé lugar a artilugios legales de los reos”.
“Valoramos que la investigación califique el crimen como de lesa humanidad e incluya al máximo responsable de la CNI, Odlanier MENA, como autor del delito, junto a los miembros de la Brigada Azul, encargada de la represión al MIR”, manifestó la abogada Alejandra Arriaza.
Los agentes que declararon en el proceso aseguran que desde el reemplazo de la DINA por la CNI, a
mediados de 1977, luego que Odlanier Mena asumiera como director (hasta 1980), todos los operativos de exterminio debían tener su autorización previa.
Mena constituyó equipos operativos de su plena confianza y cambió el nombre y reformó los antiguos grupos Halcón. La Brigada Azul, una de las nuevas pandillas reestructuradas pero casi con los mismos esbirros, llevó a cabo la ejecución de Augusto Carmona, supervisada por Krassnoff y bajo el probable mando operativo de Provis.
Mediante la detención y tortura de tres militantes del MIR, dos de ellos también periodistas, en el campo de tortura de Villa Grimaldi la CNI obtuvo la información que les permitió ubicar el domicilio de Carmona, cuyo asesinato fue el macabro debut de la jefatura del general Mena, ex embajador de la dictadura en Uruguay.
También fue el último operativo contra el MIR de Krassnoff, trasladado después a la Academia de Guerra.
Los hechos
El asesinato, ocurrido bajo estado de sitio y dibujado por los medios con la versión oficial de “muerte en enfrentamiento”, fue acogido por el Informe Rettig –de la Comisión de Verdad y Reconciliación, 1991– ante la fuerza y coherencia de los testimonios presentados. El relato de los vecinos que presenciaron el
crimen se convirtió en “verdad jurídica”.
Los testigos del vecindario reiteraron ante el tribunal que una veintena de vehículos rodeó la manzana. Los agentes de la policía secreta allanaron el domicilio de la víctima y la casa contigua, aproximadamente a las 20:30 horas, haciendo disparos desde el interior de la vivienda. Luego ordenaron a los vecinos irse a sus casas y permanecieron esperando al interior del inmueble y en los vehículos estacionados en las inmediaciones. Cerca de medianoche dispararon una ráfaga de metralleta en el preciso instante en que Carmona intentaba abrir la puerta de su casa.
Los agentes lo ingresaron al interior de la casa arrastrándolo desde la acera. Compareció el fiscal militar de turno, quien ordenó un informe a los peritos de la Brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones presentes en la escena del crimen. El informe estableció que el cuerpo fue arrastrado y que la pistola portada por Carmona estaba con seguro, por tanto era evidente que no hubo “enfrentamiento”. Al sitio llegó más tarde el propio director de la CNI, general Mena, en un automóvil Volvo del año, según declaró Juan Arancibia López, uno de sus choferes.
¿Quiénes son los criminales?
–Odlanier Mena Salinas fue condenado en 2008 a 6 años por los secuestros de Óscar Ripoll Codoceo, Manuel Donoso y Julio Valenzuela (Caso Caravana de la Muerte, episodio Arica, 1973) y obtuvo salida de fin de semana de viernes a domingo.
–Miguel Krassnoff cumple condenas efectivas de cárcel por 103 años, sin beneficios hasta ahora. Al igual que Mena, permanece en el penal Cordillera, denominado “siete estrellas” por las comodidades que ofrece. Encabezó la represión al MIR, utilizando tortura, desaparición forzada y técnicas de guerra sicológica.
–Enrique Sandoval Arancibia fue condenado a 10 años y 1 día como autor de la muerte de Luis Pantaleón Pincheira Llanos, Jaime Alfonso Cuevas Cuevas, Luis Nelson Araneda Loayza, todos ellos militantes del MIR, y Juan Ramón Soto Cerda, socialista, en Las Vizcachas (1981), y hasta entonces cumplía en libertad la pena de 5 años por el crimen del niño Carlos Fariña Oyarce, de 13 años.
–Manuel Provis Carrasco fue condenado a 5 años y un día por los delitos de asociación ilícita, secuestro y posterior homicidio en Uruguay (1995) del químico Eugenio Berríos, ex agente de la DINA. También tiene dos condenas a firme que suman 8 años por el asesinato del mayor Gerardo Huber (1992), sin embargo, hasta el mes pasado permanecía en libertad. Fue jefe del disuelto Batallón de Inteligencia del Ejército.
–José Fuentes Torres, “El cara de santo” o “Marco Cruzat” cumplía en libertad condena a tres años como autor del secuestro de Mireya Pérez Vargas y está procesado por su participación en la Operación Colombo (caso de Los 119 desaparecidos).
–Luis René Torres Méndez alias “Negro Mario”, estaba en libertad condicional, procesado por su participación en secuestros en la Operación Colombo, Operación Cóndor y las detenciones de dirigentes comunistas en calle Conferencia.
–Teresa Osorio Navarro, “Chica Tere”, está procesada por Operación Colombo y por calle Conferencia. Libre al momento del procesamiento.
–Basclay Zapata Reyes, “El Troglo”, cumple condena en Punta Peuco por once secuestros y el homicidio de Lumi Videla. Procesado por Operación Colombo.
*) Ernesto Carmona, escritor y periodista chileno, presidente de la Comisión Investigadora de Atentados a Periodistas (Ciap) de la Federación Latinoamericana de Periodistas (Felap).
Envío:Amarelle
El ministro Leopoldo Llanos, de la Corte de Apelaciones de Santiago, procesó el 4 de abril 2013 a Mena entre los autores de este crimen de lesa humanidad. La abogada Alejandra Arriaza representa a la parte acusadora, la periodista Lucía Sepúlveda y las hijas de la víctima Alejandra Carmona Cannobbio y Eva María Carmona Sepúlveda. Alejandra es cinematografista y Eva María, antropóloga.
Cuando la Dirección Nacional de Información (DINA) cambió su nombre a Central Nacional de Información (CNI), la principal “innovación” que introdujo su primer jefe, el suicida Odlanier (Reinaldo, al revés) Mena, consistió en no desaparecer los cuerpos de sus víctimas, como lo hizo el general Manuel Contreras desde la DINA.
Otro cambio de Mena fue encubrir los crímenes con un libreto de falso “enfrentamiento”, “intento de fuga” o cualquier otro encuentro con las fuerzas represivas de la dictadura, consideradas entonces muy “legítimas” y calificadas hoy por los jueces como “organización ilegal”. Hoy constituye delito la pertenencia a la CNI/DINA.
La CNI incluso llevó al sur a periodistas y camarógrafos de TVN para la “cobertura en vivo” de supuestos enfrentamientos, que más bien fueron matanzas en cadena fríamente planificadas en Santiago y luego presentadas como falsos encuentros a balazos o fugas de detenidos inventadas. Así ocurrió con la Operación Alfa Carbón, que en agosto de 1984 llevó en sus operaciones entre Concepción y Valdivia al periodista TVN Esteban Montero, quien despachaba “flashs” con noticias inventadas en el mismo lugar de los supuestos hechos.
El asesinato de Augusto Carmona fue presentado como un falso “enfrentamiento” a tiros en que el periodista -y paciente cardíaco- defendió su libertad y su vida. Esta historia falsa circuló hasta que hubo un juicio donde se aclaró que Odlanier Mena comando a los efectivos que antes encerraron a los vecinos en sus viviendas y esperaron la llegada de Carmona a su domicilio, no para detenerlo, sino para matarlo por la espalda y también desde adentro de su propia vivienda.
Carmona fue acribillado cuando intentaba abrir la puerta de su domicilio en Barcelona 2524, San Miguel, Santiago, pero los medios y ciertos periodistas difundieron la falsa versión CNI de un “enfrentamiento” que jamás ocurrió.
Por eso llaman la atención los elogios recibidos por el difunto Mena por una supuesta rivalidad suya con Manuel Contreras, incluso de parte de periodistas con currículo de defensores de derechos humanos.
El asesinato de Carmona
Lucía Sepúlveda dijo que “hubo periodistas que fueron cómplices más allá de lo que fuera posible imaginar”, en el encubrimiento del asesinato de Carmona y en otros casos. Tras aclarar que ella vivía en otro lugar por razones de seguridad, relató que se enteró del crimen por un informe de Pablo Honorato, en el noticiario de Canal 13 de la Universidad Católica. El tribunal citó a declarar a este reportero policial y judicial, quien “reconoció que Carmona era periodista y que lo conocía”, pero por la televisión “dijo que era un terrorista y dijo que no se sabía quién era”, explicó Lucía, refiriéndose “a lo que informó por la televisora el 8 de diciembre de 1977, al día siguiente del crimen. Entonces, hubo complicidad”, precisó.
La abogada Arriaza dijo que el ministro Llanos encargó reos como autores del delito de lesa humanidad al ex general del ejército Odlanier Mena Salinas, director de la CNI, junto a los ex brigadieres del ejército Miguel Krassnoff y Manuel Provis Carrasco; al ex mayor del ejército Enrique Sandoval Arancibia y al ex coronel del ejército Luis Torres Méndez. También fueron encausados como autores José Fuentes Torres, ex suboficial del ejército, Teresa Osorio Navarro, empleada civil de la Marina, y el suboficial del ejército Basclay Zapata. Otros agentes involucrados en el asesinato ya fallecieron. Algunos de los procesados están en prisión por crímenes similares, varios disfrutan de beneficios carcelarios como salidas de fin de semana o “cumplimiento de penas en libertad”, y otros han recibido penas tan bajas que circulan libremente por las calles, dijo Lucía Sepúlveda.
Falso “enfrentamiento”
La versión oficial hizo aparecer este asesinato como “muerte en enfrentamiento”, mentira ampliamente acogida por los medios de información de la época. Esa falsa noticia se mantuvo en el inconsciente colectivo hasta que en 1991 impuso la verdad el llamado Informe Rettig, de la Comisión de Verdad y Reconciliación.
Incluso, muchos amigos y colegas fuimos engañados por este fraude informativo, creyendo durante años que Augusto había defendido valientemente su derecho a la vida y a la libertad. En 1991 se supo que lo asesinaron por sorpresa mientras manipulaba llaves para abrir la puerta de su casa.
Carmona estudió bibliotecología y periodismo en la Universidad de Chile, donde fue presidente del centro de alumnos. Entre sus tareas relevantes como periodista, en agosto de 1967 cubrió el juicio militar de Camiri, en Bolivia, donde fueron procesados Regis Debray y otros personajes que estuvieron con el Che Guevara. Regresó a Bolivia en octubre de ese año, después de la muerte del líder rebelde.
En 1971 entrevistó a Fidel Castro en La Habana. Sus fuentes preferidas fueron las luchas obreras y campesinas en Chile, además de cubrir las noticias del Congreso. En 1973 fue jefe de prensa de Radio Nacional, emisora del MIR. Perteneció a una generación de notables periodistas comprometidos con su pueblo, como Augusto Olivares, José Carrasco Tapia y muchos otros, con quienes tuvo gran cercanía. Tambié fue presidente del sindicato de trabajadores del Canal 9, redactor político del tele-noticiero “NueveDiario” durante 10 años y redactor de la revista Punto Final desde su fundación en 1965.
En 1970, Augusto Carmona fue elegido jefe de prensa del Canal 9, “el canal del pueblo”, cuando la estación pertenecía a la Universidad de Chile –hoy es el Canal 11, Chilevisión y pertenece al grupo Time Warner-CNN– y estaba ocupada por sus trabajadores.
En 1972, Augusto escribió en Punto Final: “La derecha odia al Canal 9 porque damos preferencia a las noticias y posiciones de los diversos sectores del pueblo, porque atacamos sin clemencia al imperialismo y no titubeamos en usar un lenguaje duro contra la reacción; porque preferimos darle tribuna a la señora de la junta de vecinos antes que reproducir una declaración de un personero de la derecha…”
Tras el golpe militar, dejó atrás el periodismo tradicional para abrazar los riesgos de la lucha de resistencia y la prensa clandestina. Su salud tampoco era óptima, tras sobrevivir a una compleja y delicada operación a la válvula mitral. Cuando lo mataron pertenecía a la dirección máxima del Movimiento de Izquierda
Revolucionaria (MIR). Por sus amplios contactos, y su carácter amistoso y nada sectario, fue encargado de explorar la creación de un frente de resistencia antidictatorial en conversaciones con dirigentes de la izquierda y la democracia cristiana.
Gotas de justicia
El ministro Leopoldo Llanos calificó el asesinato como delito de lesa humanidad porque según el derecho penal internacional fue “un ataque sistemático o generalizado en contra de bienes jurídicos como la vida a una parte de la población civil, con determinada opción ideológica, con la participación del poder político y la intervención de agentes del Estado.” Tras la investigación, concluyó que hay presunciones fundadas para encargar reos a los imputados y ordenar su detención por constituir un peligro para la sociedad.
El asesinato de Carmona generó un procedimiento de rutina, y simbólico, de la fiscalía militar, que en 1993 sobreseyó la causa aplicando la ley de amnistía dictada por la propia dictadura. Una nueva querella contra “Augusto Pinochet y quienes resultaran responsables”, entablada por la familia en 2003, activó una investigación seria del ministro de fuero Alejandro Solís, recientemente jubilado. La causa fue proseguida por el ministro Leopoldo Llanos.
“La encargatoria de reo es apenas el primer paso hacia una sentencia que marque el fin de la impunidad”, dijo Lucía Sepúlveda. Ante la demora en la adopción de resoluciones judiciales la familia exigió que “en esta fase la justicia no dé lugar a artilugios legales de los reos”.
“Valoramos que la investigación califique el crimen como de lesa humanidad e incluya al máximo responsable de la CNI, Odlanier MENA, como autor del delito, junto a los miembros de la Brigada Azul, encargada de la represión al MIR”, manifestó la abogada Alejandra Arriaza.
Los agentes que declararon en el proceso aseguran que desde el reemplazo de la DINA por la CNI, a
mediados de 1977, luego que Odlanier Mena asumiera como director (hasta 1980), todos los operativos de exterminio debían tener su autorización previa.
Mena constituyó equipos operativos de su plena confianza y cambió el nombre y reformó los antiguos grupos Halcón. La Brigada Azul, una de las nuevas pandillas reestructuradas pero casi con los mismos esbirros, llevó a cabo la ejecución de Augusto Carmona, supervisada por Krassnoff y bajo el probable mando operativo de Provis.
Mediante la detención y tortura de tres militantes del MIR, dos de ellos también periodistas, en el campo de tortura de Villa Grimaldi la CNI obtuvo la información que les permitió ubicar el domicilio de Carmona, cuyo asesinato fue el macabro debut de la jefatura del general Mena, ex embajador de la dictadura en Uruguay.
También fue el último operativo contra el MIR de Krassnoff, trasladado después a la Academia de Guerra.
Los hechos
El asesinato, ocurrido bajo estado de sitio y dibujado por los medios con la versión oficial de “muerte en enfrentamiento”, fue acogido por el Informe Rettig –de la Comisión de Verdad y Reconciliación, 1991– ante la fuerza y coherencia de los testimonios presentados. El relato de los vecinos que presenciaron el
crimen se convirtió en “verdad jurídica”.
Los testigos del vecindario reiteraron ante el tribunal que una veintena de vehículos rodeó la manzana. Los agentes de la policía secreta allanaron el domicilio de la víctima y la casa contigua, aproximadamente a las 20:30 horas, haciendo disparos desde el interior de la vivienda. Luego ordenaron a los vecinos irse a sus casas y permanecieron esperando al interior del inmueble y en los vehículos estacionados en las inmediaciones. Cerca de medianoche dispararon una ráfaga de metralleta en el preciso instante en que Carmona intentaba abrir la puerta de su casa.
Los agentes lo ingresaron al interior de la casa arrastrándolo desde la acera. Compareció el fiscal militar de turno, quien ordenó un informe a los peritos de la Brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones presentes en la escena del crimen. El informe estableció que el cuerpo fue arrastrado y que la pistola portada por Carmona estaba con seguro, por tanto era evidente que no hubo “enfrentamiento”. Al sitio llegó más tarde el propio director de la CNI, general Mena, en un automóvil Volvo del año, según declaró Juan Arancibia López, uno de sus choferes.
¿Quiénes son los criminales?
–Odlanier Mena Salinas fue condenado en 2008 a 6 años por los secuestros de Óscar Ripoll Codoceo, Manuel Donoso y Julio Valenzuela (Caso Caravana de la Muerte, episodio Arica, 1973) y obtuvo salida de fin de semana de viernes a domingo.
–Miguel Krassnoff cumple condenas efectivas de cárcel por 103 años, sin beneficios hasta ahora. Al igual que Mena, permanece en el penal Cordillera, denominado “siete estrellas” por las comodidades que ofrece. Encabezó la represión al MIR, utilizando tortura, desaparición forzada y técnicas de guerra sicológica.
–Enrique Sandoval Arancibia fue condenado a 10 años y 1 día como autor de la muerte de Luis Pantaleón Pincheira Llanos, Jaime Alfonso Cuevas Cuevas, Luis Nelson Araneda Loayza, todos ellos militantes del MIR, y Juan Ramón Soto Cerda, socialista, en Las Vizcachas (1981), y hasta entonces cumplía en libertad la pena de 5 años por el crimen del niño Carlos Fariña Oyarce, de 13 años.
–Manuel Provis Carrasco fue condenado a 5 años y un día por los delitos de asociación ilícita, secuestro y posterior homicidio en Uruguay (1995) del químico Eugenio Berríos, ex agente de la DINA. También tiene dos condenas a firme que suman 8 años por el asesinato del mayor Gerardo Huber (1992), sin embargo, hasta el mes pasado permanecía en libertad. Fue jefe del disuelto Batallón de Inteligencia del Ejército.
–José Fuentes Torres, “El cara de santo” o “Marco Cruzat” cumplía en libertad condena a tres años como autor del secuestro de Mireya Pérez Vargas y está procesado por su participación en la Operación Colombo (caso de Los 119 desaparecidos).
–Luis René Torres Méndez alias “Negro Mario”, estaba en libertad condicional, procesado por su participación en secuestros en la Operación Colombo, Operación Cóndor y las detenciones de dirigentes comunistas en calle Conferencia.
–Teresa Osorio Navarro, “Chica Tere”, está procesada por Operación Colombo y por calle Conferencia. Libre al momento del procesamiento.
–Basclay Zapata Reyes, “El Troglo”, cumple condena en Punta Peuco por once secuestros y el homicidio de Lumi Videla. Procesado por Operación Colombo.
*) Ernesto Carmona, escritor y periodista chileno, presidente de la Comisión Investigadora de Atentados a Periodistas (Ciap) de la Federación Latinoamericana de Periodistas (Felap).
Envío:Amarelle
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