RATIFICAN QUE JULIO POCH ADMITIO HABER PARTICIPADO EN VUELOS DE LA MUERTE
Confesiones de un piloto
El piloto Tim Eisso Weert dio detalles de la cena en la que el teniente de fragata mencionó su supuesta intervención en los vuelos de la muerte. “Tendríamos que haberlos matado a todos”. “Eran terroristas y no se merecían algo mejor”, contó que dijo.
Por Alejandra Dandan
Julio Poch (en el centro, inclinado) está siendo juzgado por los crímenes de la ESMA.Imagen: DyN
Tim Eisso Weert es un piloto holandés. Ayer declaró vía videoconferencia en la audiencia oral por los crímenes de la ESMA. Es uno de los testigos directos de la cena en Bali en la que el teniente de fragata retirado y piloto Julio Poch mencionó supuestamente su intervención en los vuelos de la muerte. Era la primera vez que un testigo de aquella cena hablaba en una audiencia pública. En la sala escucharon jueces, fiscales, querellas y el propio Poch. En Holanda, jueces, fiscales, periodistas y dos traductoras, una oficial y otra de la Justicia holandesa. Weert contó sobre aquella noche: “Me acuerdo que le pregunté a Julio:
‘¿Cómo pudo participar en la ejecución de personas que no tuvieron un debido proceso?’. La reacción fue agitada hacia mí”. Habló en inglés. Y explicó: “Que quiere decir que eran terroristas y no se merecían algo mejor”. Después agregó: “Le pregunté por qué no les devolvieron el cuerpo de los que él llama terroristas a los familiares, luego de haber sido ejecutados”. Y Poch respondió: las “madres no tendrían que haber permitido que los hijos salieran a la calle de noche’. Luego de lo cual hizo un comentario muy fuerte que se escuchó en otras partes de la mesa: ‘Tendríamos que haberlos matado a todos’. Como se imaginará –explicó Weert–, eso causó un gran impacto. Mi ultimo comentario fue decirle que en mi opinión fue una forma muy inhumana para ejecutar a personas. La respuesta del señor Poch fue que ‘estaban drogados’.
Luego de esto me quise levantar de la mesa, pero el señor (Edwin) Brouwer me detuvo y puso la mano en mi hombro”.
Weert conoció a Poch en 1988, cuando el piloto argentino entró a Transavia, la línea aérea franco-holandesa con la que volaron a Bali en diciembre de 2003. Hasta ese momento habían compartido un vuelo en 1990 y otro en 2002. “Lo considero muy respetuoso, y tranquilo –dijo–. Vivíamos bastante cerca, en dos ciudades cercanas, y para ese vuelo incluso le ofrecí pasar a buscarlo para viajar juntos al aeropuerto.
Por lo demás, a Julio lo conozco como un piloto serio, bueno, una persona muy amable que merece mi respeto.”
En 2003 la compañía envió a un grupo de tripulantes a Indonesia. Como en la temporada de invierno la empresa no necesitaba tantos aviones ni para charter ni para vuelos de línea, los aviones se alquilaban solos o con tripulación a otras compañías. Por esa razón se trasladaron a Bali con la tripulación completa.
“La cena tuvo lugar la última noche que estuve en Bali –dijo–. Nos llevaron con taxis del hotel al restaurante. A la llegada nos ofrecieron una copa. La mesas estaban en la playa. Cenamos afuera. Si no me equivoco, yo me senté en la mesa que estaba más alejada del bar.”
A su izquierda estaba otro piloto, Edwin Reijnhoudt Brouwer, próximo testigo. A la izquierda de Brouwer, un tercer testigo y frente a él estaba Poch. También estaba Gretha, la esposa de Poch. Y al lado de Gretha, una persona del servicio técnico, igual que hacia la derecha de Weert. En 2011 tuvo que reconstruir la ubicación de las personas en un croquis a pedido de la Justicia.
“Nos sirvieron un primer plato, el plato principal, un postre, vino y había agua en la mesa –dijo–. Y durante la cena las conversaciones eran sobre temas sin demasiada importancia. En algún momento el tema es el príncipe y su novia, la princesa Máxima. Me acuerdo que el señor Brouwer hizo un comentario sobre el suegro de nuestro príncipe heredero. Se trataba de que él tendría que haber sabido de la desaparición de personas. En ese momento cambió la actitud corporal de Poch”, dijo Weert.
Para explicarlo, Weert dijo una frase en inglés. En la sala se iniciaron así una serie de planteos por cuestiones de la “traducción”. “¡Está haciendo un comentario en inglés!”, se quejó la traductora oficial. No es que no supiera inglés o no pudiera traducirlo, sino que “oficialmente” no estaba contratada para hacerlo. “¡No lo puedo traducir!”, dijo justo cuando el testigo se disponía a contar uno de los tramos más relevantes. “Le rogaría que se exprese en holandés”, intercedió el presidente del tribunal argentino, Daniel Obligado, porque en estas cosas se iban cuestiones determinantes.
Muchos de los que estaban ahí llevan años esperando la audiencia y ayer agregaron otras larguísimas tres horas mas: el Servicio Penitenciario Federal debía llevar a Poch de Marcos Paz a Tribunales a las 8 de la mañana, pero lo hizo tres horas más tarde.
Poch se sentó con una notebook, tomó apuntes vestido de traje, lentes y look de abogado. Estuvo al lado de su defensor Gerardo Ibáñez. Le tiró del saco cada tanto. Y se lo oyó quejarse varias veces de la traducción. Hasta aquí ésa fue su mayor defensa: dijo que en aquella cena hubo un malentendido, que no dijo lo que dijo, y habla de una confusión en el diálogo con Weert en el uso del “you”, entre un “tú” y un “ustedes inclusivo”: “How terrible this should have been sor you that you have had to do this” (“Qué terrible que debe haber sido para vos que vos hayas tenido que hacer eso”, pero Poch argumenta que entendió “para ustedes”, como si fuera un genérico, para los militares argentinos, y que eso no lo involucra directamente). Ayer, Weert reconstruyó los párrafos originales en inglés y ratificó la interpretación en holandés que ya había hecho y que señala a Poch como responsable.
“El señor Poch explicó que (Zorreguieta) era ministro de Agricultura –afirmó el testigo–. Y ahí comenzó a contar de la dictadura argentina. Contó que personas fueron ejecutadas tirándolas desde un avión. Mi primera reacción fue como diciendo: ‘¿Esto qué es?’. Y el señor Poch me daba pena.”
Más tarde dijo: “Puedo agregar que sí me llamó la atención el cambio en el lenguaje corporal, el lenguaje no verbal, que me dio la impresión de que de pronto se puso como una persona muy fanática y tuvo reacciones fuertes”.
Weert mencionó presiones. Mensajes de texto. Correos electrónicos. Pedidos para que cambie un oficio que había circulado como denuncia dentro de la compañía. Allí puso la palabra “confesión”. El hijo de Poch fue a verlo dos veces. La última vez, en mayo de este año. Le dijo que su padre estaba preso por esa palabra “confesión”. Le pidió que la sacara. “Le puedo contar lo que pasó y usted después puede concluir si son amenazas o lo que fue”, les dijo a los fiscales. También mencionó que la empresa generó un expediente interno, pero que luego lo cerró. Poch generó una campaña de imagen para defenderse y cuenta con el apoyo de buena parte de la prensa holandesa. Weert en un momento dijo por qué estaba haciendo todo esto: “Llegué a la conclusión de que si no participaba de esto, mi silencio se podía interpretar como que yo estaba favoreciendo a la parte equivocada”.
Fuente:Pagina12
13-8-2014
Lesa Humanidad
Es el tercer juicio de la megacausa
La cena en la que un piloto habló de sus crímenes
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Es el tercer juicio de la megacausa
La cena en la que un piloto habló de sus crímenes
En el juicio oral por los crímenes cometidos en la ESMA, comenzaron a declarar los testigos por los vuelos de la muerte. Hoy fue el turno de un piloto holandes, que compartió una cena en Indonesia Julio Poch, donde les contó cómo habían arrojado personas desde los aviones.
Kitsch
Cuando en una cena de trabajo, en 2003, el piloto holandés Tim Eisso Weert escuchó a su colega, el argentino Julio Poch, decir que a los “terroristas había que haberlos matarlos”, se levantó de la mesa, pero su jefe aéreo lo obligó a sentarse otra vez. Weert no quiso ser cómplice de los crímenes de lesa humanidad y denunció los dichos de Poch ante sus superiores. En 2011, lo hizo ante el juez federal de instrucción Sergio Torres y hoy declaró ante el Tribunal Oral Federal 5 de Comodoro Py, que juzga los delitos que ocurrieron en la ESMA durante la última dictadura cívico militar. Poch, de 62 años, presenció la audiencia.
Por videoconferencia desde Holanda, Weert le contó a los jueces argentinos que conoció a Poch en 1988, cuando entró a trabajar como piloto en la compañía Transavia, una empresa aérea franco-holandesa.También dijo que compartieron un vuelo, él como instructor y Poch como copiloto, en 1990. Dijo que lo consideraba“como una persona muy respetuosa y tranquila”.
El 2 de diciembre de 2003, junto a otros pilotos compartieron una cena en la ciudad indonesa de Bali. La comida fue en la playa y estaba también la esposa de Poch, Grethe. El testigo contó que durante la cena las conversaciones – en inglés- eran sobre temas sin demasiada importancia. “En un momento, se hizo un comentario del suegro de nuestro príncipe heredero (Jorge Zorreguieta, padre de la entonces princesa Máxima)”, dijo Weert. Se hablaba de la dictadura militar. “Los holandeses dijimos que Zorreguieta tendría que haber sabido de los desaparecidos, porque él había sido funcionario de Agricultura. A lo que Poch respondió que él no sabía nada. Julio dijo que en una guerra hay gente que muere. No supe qué decir y me quedé mirando mi plato”. La conversación siguió. Poch dijo que a los “terroristas” los tiraban al río. “Dijo que los montoneros eran terroristas, y que no se merecían menos que eso”. Weert le preguntó por qué no devolvieron los cuerpos a los familiares. Poch le respondió que las madres tendrían que haber sabido que sus hijos eran “terroristas” y que no tendrían que haberlos dejado salir de noche. “Poch hizo un comentario muy fuerte que escuchó toda la mesa: `Tendríamos que haberlos matado a todos´. Eso causó un gran impacto e hice mi último comentario: ´Fue muy inhumanno ejecutar a personas así”. Poch agregó que estaban drogados. Se refería a la aplicación de pentotal, una droga que adormecía a los secuestrados.
En ese momento cambió la postura corporal del señor Poch, se puso nervioso. Weert le echó en cara: “Qué pena me da que tuvieras que haber hecho esas cosas”. Poch reaccionó muy enojado y nervioso. “Su reacción me confirmó la idea que tuve, de que había participado”. Después de ese episodio, Weert denunció los dichos de Poch ante su jefe.
En 2011, declaró ante el juez de instrucción Sergio Torres y le dibujó un croquis con la ubicación de los comensales de esa cena.Ese mismo año, Weert recibió mensajes de texto con insultos y amenazas. Y también contó que el hijo de Poch, Andy, se subió a su auto y habló una hora sobre la acusación contra su padre, y le pidió que la modificara.
Poch seguía la declaración de Weert desde la primera fila de la defensa, al lado de su abogado particular Gerardo Ibáñez. El imputado que suele ir siempre, Ricardo Miguel Cavallo, pidió permiso para no ir estos días al juicio, y entre el público había una veintena de estudiantes secundarios. En el palco superior de la sala, un familiar saludó a Poch, y lo abrazó cuando terminó la audiencia.
Poch y su camino judicial
Por las denuncias de Weert y otros compañeros holandeses, en 2008, lajusticia argentina solicitó a Holanda el arresto y extradición de Poch. Recién en 2010, Poch fue extraditado y ante el juez Torres negó toda relación con los vuelos de la muerte. Alegó que sus ex compañeros de trabajo habían intencionalmente malinterpretado sus palabras.
En mayo de 2010, Torres lo procesó y le dictó prisión preventiva; le imputó el delito de “privación ilegítima de la libertad”. Cinco meses después, la Cámara Federal revocó su procesamiento y le ordenó al juez que dicte una nueva resolución, señalando que del pronunciamiento revocado “no surge mínimamente acreditada la vinculación del imputado integrando el Grupo de Tareas” represivas que operó en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA)”. En diciembre de ese año, Poch fue excarcelado, pero volvió a prisión meses después cuando Torres volvió a procesarlo.
Problemas de traducción
La pantalla de la sala de audiencias se dividió en seis. Tanto en Holanda, como en Comodoro Py y en los penales federales en los que están detenidos los imputados se podía seguir la transmisión. En una de las pantallas estaba el tribunal argentino; en otra el testigo; en otras tres los funcionarios holandeses, una jueza, una traductora fiscal y un abogado defensor. Las últimas dos estaban en blanco. La traducción español-holandesa fue una interpretación consecutiva, en lugar de simultánea. Esto provocó que se duplicara el tiempo de declaración. Esto también significó que la traducción no fuera literal. Y también sumó confusión la declaración del testigo en inglés, cuando recordó frases textuales dichas en la cena con Poch, en noviembre de 2003.
Durante la audiencia, al menos dos veces la magistrada holandesa corrigió a la traductora y le dijo que había omitido decir una parte. El abogado defensor Gerardo Ibáñez también aportó a la confusión cuando le preguntó al testigo por la conjunción de los verbos en singular y en plural que había usado. Para cubrir la audiencia, vinieron al país representantes de cuatro canales holandeses. Después de varias idas y venidas con el Tribunal, no pudieron filmar lo que más querían: las declaraciones de los holandeses.
Fuente:Infojus
Por videoconferencia desde Holanda, Weert le contó a los jueces argentinos que conoció a Poch en 1988, cuando entró a trabajar como piloto en la compañía Transavia, una empresa aérea franco-holandesa.También dijo que compartieron un vuelo, él como instructor y Poch como copiloto, en 1990. Dijo que lo consideraba“como una persona muy respetuosa y tranquila”.
El 2 de diciembre de 2003, junto a otros pilotos compartieron una cena en la ciudad indonesa de Bali. La comida fue en la playa y estaba también la esposa de Poch, Grethe. El testigo contó que durante la cena las conversaciones – en inglés- eran sobre temas sin demasiada importancia. “En un momento, se hizo un comentario del suegro de nuestro príncipe heredero (Jorge Zorreguieta, padre de la entonces princesa Máxima)”, dijo Weert. Se hablaba de la dictadura militar. “Los holandeses dijimos que Zorreguieta tendría que haber sabido de los desaparecidos, porque él había sido funcionario de Agricultura. A lo que Poch respondió que él no sabía nada. Julio dijo que en una guerra hay gente que muere. No supe qué decir y me quedé mirando mi plato”. La conversación siguió. Poch dijo que a los “terroristas” los tiraban al río. “Dijo que los montoneros eran terroristas, y que no se merecían menos que eso”. Weert le preguntó por qué no devolvieron los cuerpos a los familiares. Poch le respondió que las madres tendrían que haber sabido que sus hijos eran “terroristas” y que no tendrían que haberlos dejado salir de noche. “Poch hizo un comentario muy fuerte que escuchó toda la mesa: `Tendríamos que haberlos matado a todos´. Eso causó un gran impacto e hice mi último comentario: ´Fue muy inhumanno ejecutar a personas así”. Poch agregó que estaban drogados. Se refería a la aplicación de pentotal, una droga que adormecía a los secuestrados.
En ese momento cambió la postura corporal del señor Poch, se puso nervioso. Weert le echó en cara: “Qué pena me da que tuvieras que haber hecho esas cosas”. Poch reaccionó muy enojado y nervioso. “Su reacción me confirmó la idea que tuve, de que había participado”. Después de ese episodio, Weert denunció los dichos de Poch ante su jefe.
En 2011, declaró ante el juez de instrucción Sergio Torres y le dibujó un croquis con la ubicación de los comensales de esa cena.Ese mismo año, Weert recibió mensajes de texto con insultos y amenazas. Y también contó que el hijo de Poch, Andy, se subió a su auto y habló una hora sobre la acusación contra su padre, y le pidió que la modificara.
Poch seguía la declaración de Weert desde la primera fila de la defensa, al lado de su abogado particular Gerardo Ibáñez. El imputado que suele ir siempre, Ricardo Miguel Cavallo, pidió permiso para no ir estos días al juicio, y entre el público había una veintena de estudiantes secundarios. En el palco superior de la sala, un familiar saludó a Poch, y lo abrazó cuando terminó la audiencia.
Poch y su camino judicial
Por las denuncias de Weert y otros compañeros holandeses, en 2008, lajusticia argentina solicitó a Holanda el arresto y extradición de Poch. Recién en 2010, Poch fue extraditado y ante el juez Torres negó toda relación con los vuelos de la muerte. Alegó que sus ex compañeros de trabajo habían intencionalmente malinterpretado sus palabras.
En mayo de 2010, Torres lo procesó y le dictó prisión preventiva; le imputó el delito de “privación ilegítima de la libertad”. Cinco meses después, la Cámara Federal revocó su procesamiento y le ordenó al juez que dicte una nueva resolución, señalando que del pronunciamiento revocado “no surge mínimamente acreditada la vinculación del imputado integrando el Grupo de Tareas” represivas que operó en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA)”. En diciembre de ese año, Poch fue excarcelado, pero volvió a prisión meses después cuando Torres volvió a procesarlo.
Problemas de traducción
La pantalla de la sala de audiencias se dividió en seis. Tanto en Holanda, como en Comodoro Py y en los penales federales en los que están detenidos los imputados se podía seguir la transmisión. En una de las pantallas estaba el tribunal argentino; en otra el testigo; en otras tres los funcionarios holandeses, una jueza, una traductora fiscal y un abogado defensor. Las últimas dos estaban en blanco. La traducción español-holandesa fue una interpretación consecutiva, en lugar de simultánea. Esto provocó que se duplicara el tiempo de declaración. Esto también significó que la traducción no fuera literal. Y también sumó confusión la declaración del testigo en inglés, cuando recordó frases textuales dichas en la cena con Poch, en noviembre de 2003.
Durante la audiencia, al menos dos veces la magistrada holandesa corrigió a la traductora y le dijo que había omitido decir una parte. El abogado defensor Gerardo Ibáñez también aportó a la confusión cuando le preguntó al testigo por la conjunción de los verbos en singular y en plural que había usado. Para cubrir la audiencia, vinieron al país representantes de cuatro canales holandeses. Después de varias idas y venidas con el Tribunal, no pudieron filmar lo que más querían: las declaraciones de los holandeses.
Fuente:Infojus
07 07 2014
TESTIMONIOS
TESTIMONIOS
161. Los testigos de las defensas
Hoy declararon testigos ofrecidos por las defensas de los imputados, aportados como "expertos" por la Armada Argentina.
El testimonio de Fabián Eduardo Ramallo
"Soy capitán de Fragata de la Armada Argentina, jefe de División", así se presentó Ramallo en su declaración testimonial. "Oficial de superficie orientado en armas, artillería", precisó.
Luego contó que fue designado por la Marina como "especialista en buques". A Ramallo le preguntaron acerca de los libros de navegación y aclaró que él se recibió en 1989, pero que seguramente no se hayan producido grandes cambios con respecto al período 1976-1983, el investigado en el debate. "El año pasado la Armada me designó también para ir como perito experto en otra causa. Estaba el juez (Sergio) Torres). Fue la primera vez que vi un libro de 1976 y 1977. La única diferencia es que en un libro de navegación es esa época no se usaban posiciones satelitales", amplió.
"El responsable de llevar el libro de navegación es el jefe a cargo de la navegación. Los que firman el libro son los oficiales habilitados por el comandante para hacer guardias. Es la orden del comandante lo que los habilita. Puede haber gente a bordo. Hay gente que hace guardia en el puente y otra que no la hace ahí", precisó el testigo.
Exhibición
El abogado defensor Guillermo Fanego solicitó que se exhiba "el libro de navegación del crucero General Belgrano, el último que queda en vida, porque el otro se hundió en el conflicto de Malvinas". A continuación, la fiscalía pidió que el libro sea apoyado "en algún lugar, para evitar su deterioro".
Luego, Ramallo explicó las anotaciones hechas en el libro, guiado por preguntas de la fiscalía y los abogados defensores, Fanego.
Dado que el testigo no pudo aportar información sobre el período en investigación, las defensas expusieron su interés en que sea convocado otro testigo.
El testimonio de Pablo Luis Fal
"Suboficial de Marina, capitán de navío, actualmente en actividad", así fue la presentación del testigo.
Después, el abogado defensor Fanego le preguntó: "nosotros hemos pedido expertos en distintos temas; ¿a qué efectos lo designó la Armada?". "La Armada me designó como experto en el área de personal de oficiales", respondió Fal, quien agregó que su "especialidad" es la de "oficial de superficie, orientación de comunicaciones". Luego aclaró que su "experiencia actual es de los últimos cuatro años". Por este motivo,
Fanego expresó su interés en pedirle a la "Marina que reemplace al testigo".
Próxima audiencia
El juicio continuará el jueves 10 de julio desde las 10:00 horas con más declaraciones testimoniales.
"Soy capitán de Fragata de la Armada Argentina, jefe de División", así se presentó Ramallo en su declaración testimonial. "Oficial de superficie orientado en armas, artillería", precisó.
Luego contó que fue designado por la Marina como "especialista en buques". A Ramallo le preguntaron acerca de los libros de navegación y aclaró que él se recibió en 1989, pero que seguramente no se hayan producido grandes cambios con respecto al período 1976-1983, el investigado en el debate. "El año pasado la Armada me designó también para ir como perito experto en otra causa. Estaba el juez (Sergio) Torres). Fue la primera vez que vi un libro de 1976 y 1977. La única diferencia es que en un libro de navegación es esa época no se usaban posiciones satelitales", amplió.
"El responsable de llevar el libro de navegación es el jefe a cargo de la navegación. Los que firman el libro son los oficiales habilitados por el comandante para hacer guardias. Es la orden del comandante lo que los habilita. Puede haber gente a bordo. Hay gente que hace guardia en el puente y otra que no la hace ahí", precisó el testigo.
Exhibición
El abogado defensor Guillermo Fanego solicitó que se exhiba "el libro de navegación del crucero General Belgrano, el último que queda en vida, porque el otro se hundió en el conflicto de Malvinas". A continuación, la fiscalía pidió que el libro sea apoyado "en algún lugar, para evitar su deterioro".
Luego, Ramallo explicó las anotaciones hechas en el libro, guiado por preguntas de la fiscalía y los abogados defensores, Fanego.
Dado que el testigo no pudo aportar información sobre el período en investigación, las defensas expusieron su interés en que sea convocado otro testigo.
El testimonio de Pablo Luis Fal
"Suboficial de Marina, capitán de navío, actualmente en actividad", así fue la presentación del testigo.
Después, el abogado defensor Fanego le preguntó: "nosotros hemos pedido expertos en distintos temas; ¿a qué efectos lo designó la Armada?". "La Armada me designó como experto en el área de personal de oficiales", respondió Fal, quien agregó que su "especialidad" es la de "oficial de superficie, orientación de comunicaciones". Luego aclaró que su "experiencia actual es de los últimos cuatro años". Por este motivo,
Fanego expresó su interés en pedirle a la "Marina que reemplace al testigo".
Próxima audiencia
El juicio continuará el jueves 10 de julio desde las 10:00 horas con más declaraciones testimoniales.
10 07 2014
TESTIMONIOS
TESTIMONIOS
162. "Si la pregunta es autoincriminatoria, puede negarse a declarar"
En esta audiencia continuaron declarando los testigos ofrecidos por las defensas.
El testimonio Ernesto Raúl Alcayaga
"Oficial de la Armada retirado", dijo como presentación. Luego, los jueces le aclararon que "a raíz de planteos que se suscitaron, si la pregunta es autoincriminatoria, puede negarse a declarar".
Del listado de imputados dijo conocer "a varios", pero que no recordaba a quiénes, más allá de Hugo Héctor Siffredi, a quien conoció "el 3 de febrero de 1974, cuando egresamos de la Escuela Naval".
Destino
Al testigo le preguntaron si "compartió destino" con Siffredi: "muy pocos destinos. Compartí el destino en una sola oportunidad en el año 1977. Creo que fue el único", respondió. En particular, Alcayaga se refirió a un curso con "dedicación exclusiva", una "capacitación de oficiales".
"¿Con qué frecuencia lo veía a Siffredi?": "con mayor o menor profundidad, todos los días", sostuvo Alcayaga. "El curso era y es para capacitar a personal cuando tiene tareas de Inteligencia. Lo más significativo es que al oficial se lo capacita para Inteligencia estratégica".
Contexto
"Esa capacitación de Inteligencia estratégica del ´77, ¿tenía vinculación con el proceso que se estaba viviendo en el país?": "me gustaría que me precise el alcance del concepto de vinculación. Nadie está despegado del contexto nacional, lo que no significa que tenga relación con el contexto. Era algo exclusivamente académico", sostuvo Alcayaga.
Contrainteligencia
"Se la define como un conjunto de medidas que tienden a proteger a la Armada. Tiene una función especialmente defensiva: contrainfiltración y contrainformación", contó Alcayaga cuando le preguntaron si en el curso se "enseñaba contrainteligencia". Su respuesta fue afirmativa.
Posibilidad y probabilidad
"En el curso al que nos referimos, en el que participó Siffredi, cuando terminaban las clases, ¿los cursantes podían desarrollar otra actividad para la Marina o para terceros, fuera del horario del curso?": "hay una diferencia entre posibilidad y probabilidad. En términos de posibilidad, yo no iba a dormir con ellos para ver qué hacían. El curso es muy intensivo, el nivel de exigencia que plantea es importante. Puede haber pasado y no haberme enterado", respondió Alcayaga ante la pregunta acerca de una posible participación de Siffredi en otras acciones durante el desarrollo del curso de "dedicación exclusiva".
"Cursos contra la subversión"
"Los escuché nombrar, no participé en ninguno. Tienen que haber sido en esos años, en función de la evolución de la situación. Como uno lee los diarios y no vive en una pecera, yo calculo que en 1979/1980", sostuvo Alcayaga.
El testimonio de Luis Francisco Gotardo
"Militar, oficial superior de la Armada Argentina, en actividad", esa es la ocupación del testigo, quien egresó de la Escuela Naval en 1982 y fue ofrecido por la Marina como experto en el Cuerpo de intendencia: "tiene a cargo la administración y suministro de víveres y combustible, y toda la parte contable y movimientos de fondos de las distintas unidades de la Armada".
Nuevamente, el abogado defensor Guillermo Fanego expresó su intención de que la Armada aporte otro testigo en reemplazo, "a alguien que haya estado en actividad en aquel período (1976-1983)".
Próxima audiencia
El juicio continuará el miércoles 16 de julio desde las 9:30 horas con más declaraciones testimoniales.
Fuente:EspacioMemoriayDDHHexEsma
"Oficial de la Armada retirado", dijo como presentación. Luego, los jueces le aclararon que "a raíz de planteos que se suscitaron, si la pregunta es autoincriminatoria, puede negarse a declarar".
Del listado de imputados dijo conocer "a varios", pero que no recordaba a quiénes, más allá de Hugo Héctor Siffredi, a quien conoció "el 3 de febrero de 1974, cuando egresamos de la Escuela Naval".
Destino
Al testigo le preguntaron si "compartió destino" con Siffredi: "muy pocos destinos. Compartí el destino en una sola oportunidad en el año 1977. Creo que fue el único", respondió. En particular, Alcayaga se refirió a un curso con "dedicación exclusiva", una "capacitación de oficiales".
"¿Con qué frecuencia lo veía a Siffredi?": "con mayor o menor profundidad, todos los días", sostuvo Alcayaga. "El curso era y es para capacitar a personal cuando tiene tareas de Inteligencia. Lo más significativo es que al oficial se lo capacita para Inteligencia estratégica".
Contexto
"Esa capacitación de Inteligencia estratégica del ´77, ¿tenía vinculación con el proceso que se estaba viviendo en el país?": "me gustaría que me precise el alcance del concepto de vinculación. Nadie está despegado del contexto nacional, lo que no significa que tenga relación con el contexto. Era algo exclusivamente académico", sostuvo Alcayaga.
Contrainteligencia
"Se la define como un conjunto de medidas que tienden a proteger a la Armada. Tiene una función especialmente defensiva: contrainfiltración y contrainformación", contó Alcayaga cuando le preguntaron si en el curso se "enseñaba contrainteligencia". Su respuesta fue afirmativa.
Posibilidad y probabilidad
"En el curso al que nos referimos, en el que participó Siffredi, cuando terminaban las clases, ¿los cursantes podían desarrollar otra actividad para la Marina o para terceros, fuera del horario del curso?": "hay una diferencia entre posibilidad y probabilidad. En términos de posibilidad, yo no iba a dormir con ellos para ver qué hacían. El curso es muy intensivo, el nivel de exigencia que plantea es importante. Puede haber pasado y no haberme enterado", respondió Alcayaga ante la pregunta acerca de una posible participación de Siffredi en otras acciones durante el desarrollo del curso de "dedicación exclusiva".
"Cursos contra la subversión"
"Los escuché nombrar, no participé en ninguno. Tienen que haber sido en esos años, en función de la evolución de la situación. Como uno lee los diarios y no vive en una pecera, yo calculo que en 1979/1980", sostuvo Alcayaga.
El testimonio de Luis Francisco Gotardo
"Militar, oficial superior de la Armada Argentina, en actividad", esa es la ocupación del testigo, quien egresó de la Escuela Naval en 1982 y fue ofrecido por la Marina como experto en el Cuerpo de intendencia: "tiene a cargo la administración y suministro de víveres y combustible, y toda la parte contable y movimientos de fondos de las distintas unidades de la Armada".
Nuevamente, el abogado defensor Guillermo Fanego expresó su intención de que la Armada aporte otro testigo en reemplazo, "a alguien que haya estado en actividad en aquel período (1976-1983)".
Próxima audiencia
El juicio continuará el miércoles 16 de julio desde las 9:30 horas con más declaraciones testimoniales.
Fuente:EspacioMemoriayDDHHexEsma
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