Megacausa La Perla| “La comisaría de Unquillo era un lugar de distribución de prisioneros”
8 de abril 2015
8 de abril 2015
Durante la jornada se escucharon duros testimonios que trajeron al presente una atmósfera irrespirable que exhibe de manera brutal la circulación del terror planificado y ejecutado desde el estado. El Observatorio Metereológico Nacional aparece como un centro clandestino de detención. Unquillo como una ciudad sitiada y la excomisaría también funcionaba como un CCD.
El primero en declarar fue Carlos Alberto Duarte, padrino del hijo de Rosario Aredes, detenida desaparecida. Brindó detalles de la época y de las circunstancias que lo llevaron a asumir la responsabilidad de proteger al hijo de la víctima -Antonio- ahijado suyo de confirmación. Tres años antes, la mujer le había pedido que si algo le pasara se hiciera cargo del niño.
Además afirmó que en 1976 la ciudad de Unquillo fue sitiada durante tres días y que la comisaría era un centro de distribución de prisioneros.
María Elena Scotto, revivió los maltratos y ultrajes experimentados durante sus detenciones en el Observatorio Nacional, el campo de la Ribera y el Buen Pastor. Tenía 16 años. Osmar Orlando Fontana, padre de Osman Enrique Fontana (detenido desaparecido) relató además un episodio traumático cuando fue secuestrado y luego liberado por un grupo de tareas en 1980.
Simpatizaba con el ERP
Duarte contó que años previos al Golpe de estado la joven trabajó en la casa de su madre y luego en el Frigorífico Estancias del Sur. Asimismo recordó que en 1972 abrió un estudio jurídico en la localidad de Unquillo y que en ese tiempo conversaban sobre política.
“Ella simpatizaba con el ERP”, reveló. Incluso le había confiado “haber recibido entrenamiento militar y hasta manejo de armas. Bueno, intercambiábamos criterios sobre si ése era el camino a seguir”, recordó y añadió: “Era una mujer muy firme en sus convicciones. Yo respetaba sus ideas”, comentó.
“En 1973 –contó- me pidió formalmente que si le pasaba algo que asumiera la guarda y tenencia de su hijo. Para mí era una responsabilidad muy grande pero le dije que sí”, evocó. De inmediato realizaron el trámite ante un juez de paz.
El niño
Rosario fue secuestrada de su domicilio el 26 de marzo de 1976, a la madrugada. Pasados unos 10 días, su madre le informó de la situación.
Por conversaciones mantenidas con el chico se enteró que habían participado del secuestro “el comisario del pueblo, Gómez, y dos agentes de apellido Agüero y Castillo. Y que un cuarto individuo, vestido de fajina, daba las órdenes”. Asimismo tomó conocimiento de que el chico había sido golpeado y desvanecido.
“Estaba solo, con hambre, frío y angustia hasta que por fin unos 25 a 30 días después volvió a la casa de mi madre y decidió quedarse allí hasta los 28 años”, aseveró. Luego comentó que su mamá “muy ingenuamente” informó de esta novedad al Comando del Tercer Cuerpo pero ellos ya lo sabían.
Estado de sitio en Unquillo
“La comisaría de Unquillo era un lugar de distribución de prisioneros”, afirmó el testigo. Y se acordó que un joven de apellido Vicoca, alumno del instituto Hugo Wast, había sido capturado.
También recordó que en 1976 “el pueblo estuvo sitiado” durante tres días por fuerzas militares que le pedían a los habitantes identificación para circular y que “entraban a todos los domicilios dos a tres veces por día buscando armas y material bibliográfico que tuviese que ver con la izquierda o cualquier literatura relacionada con el comunismo, libros de historia, de Marx”, describió.
Consultado sobre la situación en Cabana manifestó que se hablaba de dos fusilamientos de militantes del comando Mariano Pujadas.
María Elena Scotto: “No sabía lo que me estaba pasando…”
La testigo relató que fue detenida el 24 de marzo de 1976 mientras viajaba en un colectivo de larga distancia. Enojada con su padre, decidió viajar a Santa Rosa, La Pampa. A la altura del arco, un control militar descubrió que llevaba un arma en su cartera y fue bajada del bus.
Luego, la subieron a un Fiat 128, azul, donde permaneció hasta la noche. De ahí, afirmó, fue llevada al Observatorio Meteorológico Nacional donde había unas 20 personas más. Personal militar los interrogó y tomó datos. Un hombre, esposado, quedó en el auto. Más adelante dijo que esta persona le había contado que era un corredor de tiendas que trasladaba frazadas hacia Tucumán. Pero que fue detenido por “los militares” y acusado de pertenecer a la guerrilla.
Tenía 16 años cuando le tocó vivir una pesadilla que incluyó interrogatorios, golpes y violaciones, realizadas en un baño contiguo por un hombre al que le decían “Teniente”.
“No sabía lo que me estaba pasando, gritaba”, sostuvo, y recordó que “había un soldado mirando, no hizo nada”. En el lugar permaneció dos semanas. Vendada y atada por la espalda fue trasladada en un camión al campo de la Ribera.
Maltrato al por mayor
En el campo de la Ribera estuvo dos meses y también fue maltratada. Narró un hecho revelador. Mientras cantaba canciones religiosas con otras personas les ordenaron que se callaran. Y de pronto sintió que balearon a un chico cuya sangre mojó sus ropas. “Con una manguera me lavaron y regaron como a los animales” y luego fue llevada al calabozo.
“Era un muchacho joven, un poco más grande que yo que se dedicaba al trabajo en las iglesias pobres, esas del tercer mundo”, refirió.
No fue distinto el trato recibido en el Buen Pastor donde la pusieron a disposición PEN. “Todo el tiempo había gritos y maltrato”, recordó. En tanto, su madre la buscó en el Cabildo. Allí se ofuscó. Y una mujer policía la llevó hasta la plaza y “le explicó” lo que ocurría. Y
“Ella me dio por muerta”, concluyó.
En la excárcel de mujeres compartió el pabellón con unas 20 prisoneras que venían de los campos de concentración campo de La Ribera y La Perla. Recordó a Norma, Gigena y Raniqueo.
Durante el juicio de la verdad histórica dijo que entre las numerosas fotografías que observó solo reconoció a una presa que había visto en el Buen Pastor y cuyo nombre desconocía. Se trataba de Silvina Parodi, hija de Sonia Torres, según consta en la declaración original que fue ratificada por la testigo.
Permaneció detenida hasta julio de 1977. “Nadie me dijo nada. Ni un juez, ni un abogado. Yo pedía que me maten”, contó. Hasta que nombraron a varias personas con ella incluida y les dijeron que se estaban en libertad.
No obstante temían que a la salida las mataran. Se quedaron hasta el día siguiente. Tras firmar “un papel en blanco” se tuvo que retirar.
“Salí. Bajé las escaleras y salí. Y me di cuenta que estaba cerca de la terminal vieja. Tenía un pantalón mugriento y una remera que me quedaba chica. No tenía dinero. Y me apoyé en la boletería y lo miré al boletero que me dijo: ¿adónde querés viajar? A La Falda le dije. Me regaló el boleto y me fui a mi casa”, dijo entre lágrimas. Esta mujer al igual que otras sufrió abusos y violaciones. Causa que se tramita en otro expediente.
Testigo y víctima
Osmar Orlando Fontana (Causa Rodríguez) declaró como testigo y como víctima del terrorismo de estado. Es el padre de Osmar Enrique Fontana, estudiante universitario desaparecido en junio de 1977.
El joven trabajaba en una metalúrgica y estudiaba Ciencias de la Información. No regresó a la casa por tres días y la familia empezó a buscarlo. Había recibido la información de que “en Villa Allende hubo una redada de los militares y me fui a preguntar”. Llevaba una foto del muchacho. Un vecino del lugar le había dicho que de un bar ubicado al ingreso de la ciudad habían llevado a una chica y a dos jóvenes. En septiembre de 1979 le respondieron que no hacían lugar a un hábeas corpus presentado el 6 de junio de 1977.
En 2000, cuando concurrió a dar sangre en el laboratorio del Equipo Argentino de Antropología Forense le mostraron una foto de su hijo y le comentaron que una testigo -María del Carmen Robles, de Mar del Plata- declaró que lo había visto en La Perla. Es única información que obtuvo sobre su hijo.
Sombras y armas
En los años ochenta, cuando regresaba a su casa observó “dos sombras, con armas”. No tardaron en meterlo a la vivienda donde había por lo menos tres más en medio de un “despelote y con todo revuelto”. Como si fuera un operativo legal “en papel de astrasa, hicieron un acta” que luego le hicieron firmar a un vecino.
Después fue trasladado al centro clandestino que funcionaba en Mariano Moreno y Caseros donde fue interrogado y acusado de “subversivo”.
Al otro día lo soltaron. “Me quedé en el umbral. Y me dice el coso que me vaya. Al frente había dos viejitos conversando en un Fiat 600. En una de esas apareció un ómnibus y me subí. No sabía qué hacer”, revivió.
Se bajó en el centro y fue hasta el estudio de (Eduardo César) Angeloz a quien conoció en la colimba. Pero no lo encontró. Salió rumbo al correo central. Mandó dos telegramas. Uno para su padre y otro para su hija. Les avisaba que estaba libre.
En la casa lo recibió su hija. “Papá era el presidente de la Unión Ferroviaria, seccional Córdoba”, les dijo a los jueces. Y reflexionó que seguramente por un pedido suyo el interventor militar del gremio “que al lado de otros era un buen tipo” habría influido en la recuperación de su libertad.
Ya son 477 los testigo que han comparecido en lo que va del juicio iniciado en diciembre de 2012.
Fuente:PrensaRed
Envío:AexPPCdba.
Día 216: 14/04/ 2015
12:16 Testigo 480 Enrique Alejandro Escobar
Declara en Causa Rodriguez II por el secuestro y desaparición de su hermano Carlos Alfredo Escobar secuestrado el 12 de abril del 76. Delegado gremial del SEP, militaba en OCPO (Poder Obrero). Trabaja en complementación educativa.El día de su secuestro se dirigió a su lugar de trabajo, en la isla Crisol, a pesar de haber estado de licencia. Cuando estaba en el edificio caen dos autos y entran unos por adelante preguntando por el dueño de la renoleta amarilla y otros por otro lado entran preguntando por su nombre.
Enrque dice que supo que una maestranza estaba por gritarle para que corriera y la apuntaron e hicieron callar, entraron a la cocina y se lo llevan a el y a la renoleta...el alcanza a gritar que por favor avisen a su familia.
"...yo esa misma tarde me voy a su dpto en obispo trejo al 700 y estaba con la puerta destrozado y todo dado vuelta,
a los pocos días aparece la renoleta totalmente quemada a orillas del San Roque, a mi padre le fue entregada los restos de la renoleta y de mi hermano no supimos nada.
MI padre hizo muchas averiguaciones pero nada...MI papá era Coronel del ejército y compañero de promoción de Videla quién le dijo que no podía hacer nada...
también se entrevistó con Menéndez que le dijo que no sabía nada, e incluso el decía que fuera a La Perla a ver...después de eso, se que llamaron a La Perla para decir que habia que trasladarlo".
El testigo explica que sabe eso por uno de los obreviiente del ex CCD, Fermin de los Santos, quién le contó que como el era estudiante de medicina lo utilizaban para controlar la tortura a los detenidos, que su hemarno había estado detenido en La Perla y ..."me contó que mi hermano había sido muy torturado..."
11:40 Testigo 479 Jorge Orlando Gomez
Declara en la causa "Romero..." por el secuestro de sus tíos Alfredo Fernando Ochoa y Silvia Blanc de Ochoa desaparecidos el 30 de septiembre de 1976.Silvia nació en 1950 en Salta. Era ingeniera agrónoma y militaba en el Partido Revolucionario de los Trabajadores - Ejército Revolucionario del Pueblo. Fue secuestrada junto a su compañero el 30 de septiembre de 1976 de su casa en el centro de Córdoba. Permaneció cautiva en los Centros Clandestinos de Detención Tortura y Exterminio "Campo de La Ribera" y "La Perla". Tenía 26 años. Aún continúa desaparecida.
Alfredo nació el 28 de marzo de 1947. Era contador público y militaba en el Partido Revolucionario de los Trabajadores - Ejército Revolucionario del Pueblo. Fue secuestrado junto a su mujer Silvia Susana Blanc, el 30 de septiembre de 1976 de su casa en el centro de Córdoba. Permaneció cautivo en el Centro Clandestino de Detención Tortura y Exterminio "Campo de la Ribera" y posteriormente en el Centro Clandestino de Detención Tortura y Exterminio "La Perla". Tenía 29 años. Aún continúa desparecido.
Jorge cuenta que sus tíos vivían en la calle Chacabuco y la noche del 29 de septiembre el había estado cenando ahí con su hermana, y que se iban a quedar pero que como al otro día era feriado decidieron irse. "Al otro día, el 30 tomo el omnibus 56 para ir al centro cuando paso por la chacabuco veo que hay un cordon con soldados al frente del edifcio donde ellos vivian y reconozco los muebels de mis tios afuera. lo reconozco prqu tenian unos baules blancos que parecian de tergopol y alguans otras cosas mas...me bajo del omnibus y trato de arrimarme pero no me dejan y me voy a la vereda del frente y paro al lado de un kiosco y pregunto, nadie me decía nada, había soldados, dos unimog y estaban cargando los muebles...hasta la jaula con el canario se llevaron...Le pregutnaba a los vecinos si habian visto algo y uno de los empleados de la Peña que estaba al lado del Kiosco...le dice que a la madrguda se habian lelvdo dos personas"
"A la semana le cuento al hermano de mi tio de Felix mario Ochoa. despues el viene a Córdoba y fuimos juntos a hacer averiguaciones a la comisaria, a la aeortranposrtada a la federal..."
Finalemte relata que supo más de ellos porque en el año 77 tiene una conversacion con el Ing. Angel Manzur que era profesor mio y dueño del dpto de sus tíos, y le comenta que habia alcanzado a salvar los muebles de la cocina , que la noche del allanamiento entran en el dpto de al lado
donde vivía un matrimonio grande a los que le tirotearon la puerta y se dan cuenta que no era la pareja que buscaban. a raíz de eso reclaman en ele jercito y ellos le arreglan la puerta y " ahi me doy cuenta que el ejército se los habia llevado..."
11:18 Testigo 478 Ricardo Enrique Chambers
El testigo es citado en el marco de la causa "MORARD EMILIO Y OTROS s/ privación ilegítima de la libertad e imposición de tormentos agravados" que investiga el secuestro y los tormentos aplicados contra cinco seminaristas de la Orden La Salette, y su superior, el Sacerdote Weeks, secuestrados el 3 de agosto de 1976.Ricardo vino de Chascomus a Córdoba a los 18 años viene a estudiar para cura con los padres claretianos. Luego se aleja de esa orden y empieza a trabajar con los de La Salette y con el Padre Santiago Weeks. En el año
En el año 75 se vuelve a Chasmocus y comienza a trabajar en ACINDAR como químico. Estando allí se entera por los diarios del secuestro de los sacerdotes, y que allí operaba la patota de Camps. Un día llega a ACINDAR El general López Aufranc y lo saluda diciendole su nombre y mostrándole en forma initmidante que sabe quién es.
Fuente:DiariodelJuicio
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