EL MISMO AMOR, LA NUEVA CRISTINA
Por Ernesto Picco
Pero ahora, a las seis y media de
la tarde del martes, habla con la candidatura puesta. Habla del libro, sí.
Repasa el capítulo 2, sobre su despedida en una Plaza de Mayo repleta el 9 de
diciembre de 2015. Cuenta anécdotas del capítulo 3: su historia de amor con
Néstor. Se detiene en el 5, desgrana lo difícil que fue gobernar siendo mujer.
Al rato deja el libro y habla de lo que quiere hacer: “terminar con esta
catástrofe”. Es ahí que señala la deuda con el FMI que en 2009 era de 9 mil
millones y hoy, de 57 mil. A Alberto Fernández -su compañero de fórmula y autor
de la idea de escribir Sinceramente-, lo menciona 2 veces en 1 hora y 10
minutos. También nombra que fue su hijo quien le propuso este diálogo con el
escritor y editor Marcelo Figueras, autor de las memorias del Indio Solari que
tanto le gustaron al Máximo.
Dice Figueras:
-Cristina tiene estilo. En esto también. Si quisiera podría dedicarse a
la escritura, pero todos esperamos que se siga dedicando a lo que se dedica.
La ovación se parece a la que tantas veces Cristina recibió aquí, en
Santiago, cuando era Presidenta. Pero esta vez es distinto: de a ratos acto
oficial, de a ratos recital de rock, de a ratos conferencia erudita con
reflexiones sobre la escritura, la política y la economía. Estamos ante algo
nunca visto.
* * *
Desde el aeropuerto de Santiago del Estero hasta el Hotel Carlos V hay 6
kilómetros. El lunes a la noche hubo gente en cada vereda de esas 60 cuadras
que van desde la ruta hasta el centro. Todos esperando ver la combi, recibirla,
saludarla.
En la pista la esperaron el gobernador Gerardo Zamora y su vice, José
Emilio Neder. Ambos venían coqueteando con el Peronismo Federal. Participaban
en sus reuniones y no le esquivaban a las fotos con Urtubey, Schiaretti y
Massa. Pero ante la fórmula Fernández-Fernández, los santiagueños se
realinearon de inmediato. Zamora corrió a Buenos Aires a sacarse una foto con
Alberto, a quien conocía bien: en 2005, cuando Santiago elegía gobernador tras
la caída del juarismo y la intervención federal, el armado político nacional
apoyaba al candidato del PJ, José Figueroa. Desde Buenos Aires, Alberto
Fernández fue uno de los responsables de la creación del Frente Cívico, con el
que el kirchnerismo jugó la elección a dos puntas. Con luces y sombras, desde
hace 14 años ese frente gobierna la provincia. Su potencia es que convive en su
interior una fauna variada de dirigentes y organizaciones: peronistas y
radicales, keynesianos y liberales, pañuelos verdes y celestes, burócratas conservadores
y nostálgicos setentistas, organizaciones campesinas y asociaciones civiles de
distinto calibre. Todos zamoristas. Un tipo de unidad en la diversidad sin
purismos y donde todo cabe. El tipo de unidad al que ahora aspira el
fernandismo para derrotar a Cambiemos en primera vuelta.
* * *
Lo dicho: no habíamos visto ésto antes en Santiago.
Una multitud amaneció en la vereda del hotel Carlos V en la mañana del
martes. Era una mezcla entre un lanzamiento de Harry Potter y un recital de
Gilda. Cientos deambulando en las calles todavía desiertas o amuchándose en las
escaleras del ingreso, abrazados a su librito azul antes de que se organice una
larga fila con la esperanza de que Cristina firme algunos ejemplares. Hubo
vendedores ambulantes con remeras de Cristina en improvisados tendederos en la
vereda. Pañuelos de Cristina. Coloridos pins de Cristina ofreciéndose sobre
paños negros y paneles de corcho. Cadenitas con su imagen. La gente compró, se
puso, agitó. Cantó, esperó horas. Apiñadas contra una barra de contención que
hubo que poner más tarde, un grupo de pibas que no tienen más de 20 años
sacudían un cartel: “Cristina sos culpable de haber robado mi corazón”.
Cristina no salió hasta la tarde, se subió a una combi y partió al Forum. La
siguió una caravana interminable.
* * *
En la euforia de las elecciones de 2011, el gobernador Zamora había
dicho a la prensa porteña que Santiago era la capital nacional del
kirchnerismo. Para su reelección, Cristina obtuvo el 82% en esta provincia y en
algunos departamentos aún más (94% en Figueroa, el 93% en Atamisqui, en Jiménez
y en San Martín).
Ocho años después, ese apoyo se ve
en la calle.
Minutos antes de que llegara al Fórum,
circuló el tweet que anunciaba la fórmula Macri/Pichetto. Un funcionario
santiagueño lo lee en voz alta apretujando entre la gente que pasa y trata de
acomodarse: “Listo, Macri destruyó Alternativa Federal. ¡Ganamos en primera
vuelta!”. “No hay que confiarse compañero, hay que laburar, hay que salir de
Facebook y militar para buscar los votos”, le responde una diputada.
Dos que también tratan de encontrar un lugar en el salón son Pablo
Mirolo, intendente de La Banda, y la diputada nacional Mariana Morales, ambos
massistas de primera línea. Mirolo presidió el Congreso del Frente Renovador
del 30 de mayo donde algunos ya leyeron que Massa pensaba en un acuerdo con el
kirchnerismo.
* * *
En Santiago hay dos librerías locales y una tercera que pertenece a una
cadena de Buenos Aires. Quique, uno de esos libreros, cuenta que vendió 300
ejemplares en un mes. “Con eso he pagado el alquiler de dos meses de local. Eso
no ha pasado nunca con ningún libro. Esta mañana he vendido 36 ejemplares en 2
horas. Y al mediodía, 50”. En el negocio de Marcos se vendieron más de 600
Sinceramente: “revolución literaria que revaloriza el libro y la lectura”,
nombra al fenómeno.
Un video de la editorial que pasaron en la pantalla segundos antes de
que Cristina subiera al escenario precisa que se trata del lanzamiento más
exitoso de la historia argentina. En menos de dos meses lleva 9 ediciones y una
tirada de 300 mil ejemplares: 8 mil vendidos en un solo día en puestos de
kioscos y revistas.
Pero el libro es algo más que un libro.
Marcelo Figueras dice: “La sensación es que Cristina está al lado
contándote lo que quiere contarte. La sensación es de intimidad”. En el video,
cuando se muestran los libros embalándose para mandar a las provincias, un
locutor dice: Santiago del Estero, San Juan, Catamarca. La gente aplaude: la
gente aplaude cajas de libros embalándose en una pantalla gigante. Cristina
inventó un nuevo dispositivo político de agite y reflexión. Simbólico y utilitario.
Un legado para la posteridad y, a la vez, un arma explosiva para usar ella
misma:
-No son mis memorias. Las memorias son al final del
camino, y a mí me falta.
Fuente:RevistaAnfibia
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