Por Raúl Dellatorre / Resumen Latinoamericano/ 4 de agosto 2019.-
Una catástrofe social de herencia
La encuesta permanente de hogares del Indec marca el costo que tuvo la política de devaluación y caída del salario del año 2018. En el primer trimestre de 2019, la pobreza creció al 34,1 por ciento y la indigencia, al 7,1.
La población indigente sumaba tres millones de individuos a comienzos de este año, según estimaciones del Indec.
Entre el tercer trimestre de 2018 y el primer trimestre de 2019 (seis meses), el crecimiento vegetativo de la población fue de 222 mil habitantes, de acuerdo a la estimación que utiliza el Indec. En el mismo período, la población en condiciones de pobreza aumentó en 2,7 millones de personas y la indigente (que no cubre sus necesidades de alimentación), aumentó en 544 mil personas, según estimaciones sobre los datos de la encuesta permanente de hogares del Indec para los respectivos períodos. La pobreza, para el primer trimestre del corriente año, se elevó al 34,1 por ciento, y la indigencia al 7,1 por ciento, pese a la puesta en vigencia en dicho período de diversos recursos extraordinarios de ingresos adicionales para gente en situación vulnerable y asalariados en general. Estas medidas, a contramano de la voluntad del gobierno, no alcanzaron para disimular el carácter de derrumbe social que adquirió la situación derivado de nueve meses de aplicación de las políticas de ajuste del FMI, una megadevaluación que actuó como extraordinario factor de redistribución regresiva de ingresos, y una política monetaria y financiera que hundió, principalmente, a la producción dependiente del mercado interno y de características mano de obra intensiva. Sólo así pudo lograrse el sorprendente resultado de que, en tan sólo seis meses, el crecimiento de la pobreza represente 12 veces el crecimiento de la población en el mismo período, y la indigencia casi dos veces y media ese incremento de habitantes. Por la continuidad de la misma política y ya sin el atenuante de subas en la AUH y el bono salarial, es de suponer que el segundo trimestre puede haber arrojado indicadores aun peores.
En 2015, Mauricio Macri hizo campaña con el lema de «Pobreza Cero». Y en 2017 dio a conocer su famosafrase «Quiero ser evaluado como presidente por si fui capaz, o no, de reducir la pobreza». Difícilmente la repita en el marco de la campaña actual.
El Indec publica semestralmente el índice de pobreza, como un promedio entre los dos trimestres que abarca cada uno de esos períodos. La última publicación correspondió al segundo semestre de 2018, informada el 28 de marzo pasado, que arrojó una cifra del 32 por ciento de personas en situación de pobreza . En el primer semestre del año pasado, el índice marcaba un 27,3 por ciento de población pobre. Aunque el Indec no incluye en sus publicaciones las mediciones trimestrales que surgen de su Encuesta permanente de hogares (EPH), los datos que recogen estas mediciones indican la progresión creciente de la pobreza a lo largo del año:
* 25,5 % en el primer trimestre de 2018;
* 29,0 % en el segundo;
* 28,1 % en el tercero, y
* 35,5 % en el cuarto.
Como el índice de pobreza se calcula en función de los ingresos de una familia en cada período y el costo de la canasta básica, existe un factor estacional, el cobro de aguinaldos en el primer y tercer trimestre, que suelen provocar que el índice de pobreza baje en esos períodos. Por lo cual, la reducción del 29 al 28,1 por ciento en el tercer trimestre, y la del 35,5 al 34,1 por ciento en el primer trimestre de este año, no deben considerarse «mejoras relativas» sino variaciones estacionales que, en este caso, no cambian la tendencia de profundización del conflicto. Entre el primer trimestre del año pasado y el primero del actual, la pobreza aumentó en más de 8 puntos y medio, lo cual indica que sumó casi cuatro millones de pobres más, en un proceso secuencial que fue agravándose a lo largo de 2018 y mantiene igual tendencia en el inicio de 2019. Partiendo de una población estimada de 44,8 millones de personas al comienzo de este año, la población en condiciones de pobreza estaba conformada por más de 15,2 millones de personas.
Retroceder de golpe
El análisis de la evolución de la pobreza del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP), que conduce Claudio Lozano, expone que los resultados de la EPH revelan «el vertiginoso proceso de empobrecimiento ocurrido principalmente durante el año 2018, en el cual se concentró el golpe distributivo de mayor relevancia en los últimos años y el derrumbe social a él asociado». Sostiene el informe, además, que la «velocidad de empobrecimiento verificado durante todo 2018 de casi diez puntos (en relación al año anterior) es equivalente a la observada en el primer trimestre de 2019». A su vez, agrega que, «tal como había sido reflejado para el año 2018, la comparación interanual también arroja para el primer trimestre de 2019 un aumento de la indigencia aún más importante que el registrado en la pobreza». Tan solo en el último año (dentro de los períodos bajo estudio), entre el primer trimestre de 2018 y el mismo período de 2019, «la cantidad de personas que pasan hambre aumentó en un millón».
En efecto: la tasa de indigencia entre los primeros meses de 2018 y similar período de este año, creció del 4,9 al 7,1 por ciento de la población, siempre conforme a datos de la EPH del Indec aún no publicados. Estas referencias significan que, proyectadas sobre la población total en uno y otro período, la cantidad de indigentes, la población hambrienta, aumentó de 2.157.000 personas hace un año, a 3.190.000 en el presente.
La dimensión de esta catástrofe social puede mensurarse al comparar la tasa de crecimiento de la población con el aumento de la población en condición de pobreza o de indigencia. La comparación interanual que expone el IPyPP revela un aumento de la población total de 445.500 personas; de pobres, 3.972.000 habitantes, y de indigentes, 1.033.000 más en un año. «El aumento de la población en condiciones de pobreza representa nueve veces el crecimiento demográfico». Es decir, por cada persona que se suma a la población, nueve pasan a la pobreza. Y dos de ellos, a la indigencia.
Tal como destaca el informe citado, el derrumbe social fue el efecto del shock devaluatorio que tuvo lugar especialmente a partir de abril del año pasado. el dólar prácticamente duplicó su valor en moneda local con impacto inmediato en los precios de gran relevancia. Este proceso no sólo beneficio particularmente al núcleo más concentrado del sector exportador, sino que además impactó con mayor énfasis en los sectores sociales más vulnerables. Lo señalado «se expresa en el aumento superlativo que han tenido las canastas básicas total y de alimentos, con respecto al resto de los bienes y servicios de la economía. «Así, la canasta básica total aumentó un 60,9% mientras la alimentaria lo hizo en un 64,2%», frente a una suba en el índice general de precios del 54,1 por ciento interanual para el mes de marzo de este año (último mes del trimestre en análisis).
De ninguna manera, estas consecuencias pueden considerarse ajenas a una política que hizo de la caída del salario real y la transferencia de ingresos al sector agroexportador su principal objetivo, supuestamente para «mejorar la competitividad e integrarnos al mundo». Los resultados están a la vista.
Domingo 11: Las PASO, gran encuesta nacional
Por Juan Guahan, Resumen Latinoamericano, 4 agosto 2019
Dentro de una semana estamos votando. Esta elección, más allá de lo que dice la ley, es solo una gran encuesta nacional. Ésa es su importancia. Perspectivas en la Nación, los grandes distritos, el voto crítico, las ventajas y riesgos de la candidatura de Cristina. Dos botoncitos de muestra de una juventud que la falta de oportunidades deja en manos del narcotráfico.
Estamos a solo una semana de las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) creadas en el 2009 para definir dos cuestiones vinculadas a quienes podrán participar en las elecciones generales de octubre. Ellos serán: Los que superen el piso del 1,5% de los votos y las candidaturas de cada fuerza que ganen estas primarias.
Dado que todos los partidos ya han definido sus candidatos presidenciales antes de estas primarias, ellas pierden interés desde ese punto de vista. De todos modos adquieren otra importancia, la disputa por algunas candidaturas menores y porque -en medio de esta avalancha de interesadas encuestas- van a dar una idea más precisa acerca de la fuerza de cada contrincante. Aunque esto nos salga medio caro, pero bueno…
En este contexto y en esta última aproximación a este tema veremos algunos detalles sobre las perspectivas generales de las principales fuerzas, la situación en los distritos más importantes y una llamativa disputa por el voto más crítico que suele denominarse como “voto antisistema” y las “ventajas” y “riesgos” que tiene la candidatura de Cristina.
LAS PERSPECTIVAS GENERALES
En medio de una profunda grieta de tipo cultural, incrementada por un estudiado y promovido enfrentamiento mediático, con las dos fuerzas principales –de las 10 que se presentan- corridas hacia el “centro” de lo político-ideológico, todo parece indicar que la dupla de “los Fernández” le lleva una significativa ventaja al oficialismo macrista. Quedando muy lejos el “tercer camino” representado por Lavagna/Urtubey y un cuarto lugar disputado entre el Frente de Izquierda y de los Trabajadores –FIT- que encabeza Nicolás del Caño y el Frente Despertar de José Luis Espert, con alguna ventaja parea el FIT. Bastante más lejos quedan las 5 fuerzas restantes (MAScon Manuela Castañeira; NOS encabezado por Juan José Gómez Centurión; Autonomistas con José Antonio “Pocho” Romero Feris; Frente Patriota con Alejandro Carlos Biondini y la Acción Vecinal con Raúl Humberto Albarracín) que es probable que ni siquiera lleguen al 1,5% de los votos, necesarios para seguir en carrera.
La lógica de estas elecciones es la imposibilidad de una victoria oficialista con la actual situación socio económica. El oficialismo confía y tiene a su favor el manejo de la propaganda hiper segmentada con la que vienen trabajando desde hace varios años, lo que les permite concentrar la propaganda –por las redes sociales- en determinados sectores según sus gustos y preferencias. Demás está decir que ninguna de estas perspectivas incluye la posibilidad de los fraudes que se están denunciando, que son un capítulo aparte y escapan a estas presunciones.
Para el oficialismo una derrota por 5/6 puntos es recuperable. Más allá de esa diferencia estiman que, bajo estas condiciones económicas y socio-políticas, el futuro quedaría demasiado definido a favor de “los Fernández”. Recordemos que en las PASO del 2015, el kirchnerista Frente para la Victoria (FpV) obtuvo el 38,67% de los votos contra el 28,57% de Cambiemos. En aquella 1ª vuelta nuevamente triunfó el FpV con el 37,08% contra el 34,15% del macrismo. En la decisoria 2da vuelta se invirtieron los resultados ganando el macrismo con el 51,44% frente al FpV que reunió el 48.66%.
LOS GRANDES DISTRITOS
En los 5 distritos más importantes, donde votan dos terceras partes del total del padrón (Buenos Aires 37,01%, Córdoba 8,68%, Santa Fe 8,36%, Capital Federal 7,95% y Mendoza 4,25%), los resultados presidenciales de las PASO del 2015 indican que Capital Federal y Mendoza quedaron en manos del macrismo; Buenos Aires y Santa Fe se inclinaron por el Frente para la Victoria y la provincia de Córdoba fue ganada por Juan Manuel de la Sota, que era aliado de Sergio Massa.
Para estas elecciones el macrismo espera repetir los resultados de Capital Federal y Mendoza; el peronismo-kirchnerismo cree que hará lo propio respecto de Buenos Aires y Santa Fe. En Córdoba el macrismo confía en un triunfo, aunque muy lejos de la abrumadora ventaja que tuvo en la segunda vuelta del 2015 y que le permitiera a Mauricio Macri llegar a la Casa Rosada.
EL VOTO CRÍTICO O ANTISISTEMA
Entre los sectores juveniles que votan, los más críticos se reparten entre 3 tendencias predominantes. El apoyo a Cristina, el voto al FIT y la inclinación por Espert. En el caso de Cristina son el legado emotivo, después de la muerte de Néstor, de su acción de gobierno. Entre los seguidores del FIT implica la crítica sistemática de esta fuerza al capitalismo imperante. En lo que respecta a Espert representa un fenómeno más reciente y digno de comentar. El posible voto de este grupo se da sobre todo en los grandes centros urbanos. En ese territorio ha crecido una tendencia muy liberal, cuestionadora del sistema por derecha.
Espert recoge una parte de ese espacio, en el que compite con Javier Milei un atípico economista, muy mediático y niño mimado de diferentes programas televisivos, que también está haciendo una especie de funciones teatrales a salas llenas, proclamando su “anarquismo-capitalista” que reclama la absoluta libertad económica. Espert y Milei no pudieron acordar una respuesta política común pero siguen llamando la atención de un sector minoritario pero creciente de la sociedad, que busca alternativa ante los fracasos y las “careteadas” de los políticos tradicionales. La ausencia de alternativas que traigan cambios reales y sostenidos, junto a la proliferación de estas tendencias debe alertar ante los riesgos de futuros trumps o bolsonaros rioplatenses.
EL SIGNIFICADO, EN LA ECONOMÍA, DEL RETORNO DE CRISTINA
Para el prestigioso diario Washington Post el retorno de Cristina, a pesar de la denuncias por corrupción, resulta “impensado”. Según ese medio, dicho regreso ha sido facilitado por las consecuencias de las reformas económicas impulsadas por el gobierno de Macri y sus “efectos aplastantes, sobre todo para los más pobres”.
Más allá de esta opinión hay divergencias en los centros de poder económico sobre un futuro gobierno en el cual Cristina tendría una indudable gravitación.
La inmensa mayoría de los voceros de esos sectores lo ve con preocupación. Sin embargo un conocido economista argentino, Guillermo Calvo, tiene una opinión distinta, que hizo pública en un reciente reportaje.
Calvo, profesor de la Universidad de Columbia, ya tuvo singulares aciertos en su análisis de la realidad la económica, como lo fue la advertencia sobre la crisis del tequila, en 1998 y los efectos de la misma. Este economista sostiene que el próximo gobierno deberá hacer una política de ajuste, bajo el nombre que se le quiera poner. Sostiene que -bajo esas condiciones- Cristina, formaría parte de un gobierno más creíble que podrá imputarle una fuerte responsabilidad de tal situación al gobierno precedente y que además contará con mayores apoyos políticos, sociales y empresariales para llevarla adelante. Eso le permitiría, por ejemplo, ir bajando las destructoras tasas de interés de las “leliq”, tema en el que coincidiría con Roberto Lavagna, destinando esos recursos a otros fines sociales o productivos. Calvo concluye su comentario afirmando que “Cristina es lo mejor que le puede pasar al país (…) porque va a aplicar el ajuste con apoyo popular, culpando al gobernante previo” y cierra afirmando que “Macri está muy quemado” para realizar el ajuste necesario.
LOS “NI-NI” Y DOS BOTONCITOS DE MUESTRA
En esta semana hubo dos manifestaciones que se pueden vincular con los “ni-ni” (ni trabajan, ni estudian) que merecen ser consideradas. Una está referida a los miles que se anotaron en el programa Servicio Cívico Voluntario en Valores del Ministerio de Seguridad y la otra, es una convocatoria para llenar 50 vacantes del Servicio Penitenciario en la cárcel de Olmos, Provincia de Buenos Aires, experiencias que ya se comentarán.
La denominación “ni-ni” apareció, hace un par de décadas, en el Reino Unidos. El paso del tiempo, junto al crecimiento y la consolidación del fenómeno, hizo que cada vez más su existencia esté vinculada a la crisis de nuestras economías y la ausencia de efectivas respuestas sociales y estatales.
En nuestro país, cerca de un millón y medio de jóvenes (entre 14 y 24 años), más del 20% de esa franja etaria, suele transitar por esa situación. La falta de trabajo, de futuro, de un lugar en el mundo, presiona a esos jóvenes hacia la perspectiva de ser un engranaje más -en el nivel más bajo, visible y extendido- del nefasto juego del narcotráfico. El Estado y los dueños del poder tienen responsabilidades y complicidades en esa situación, por acción u omisión. El Estado no sabe o no quiere hacer nada. El tema aparece –en términos generales- como un “problema de seguridad”. La respuesta estatal es un “genocidio por goteo” que está reflejado en el “gatillo fácil” y otras variables del mismo.
Ahora, sin salirse de ese libreto propone respuestas que prueban lo dicho.
En la cárcel de Olmos había 50 vacantes para el Servicio Penitenciario, pero la madrugada del lunes amaneció una cola de un kilómetro y medio, más de 5 mil personas (mayoritariamente mujeres), al rato cancelaron todo porque los números habían rebasado las capacidades logísticas y el impacto propagandístico pasaba a ser negativo.
Pero también hubo otro hecho. Durante los primeros días de abierto el Registro para la inscripción en una prueba del Servicio Cívico Voluntario en Valores, que será ejecutado por la Gendarmería Nacional, también hubo miles de inscriptos.
Da la impresión que, para el gobierno, la principal fuente de empleo y de capacitación pasa por los sistemas carcelarios y de seguridad. Unos presos y los otros sus guardianes. Unos represores y los otros preparándose para serlo. Esa es la matriz de este modelo.
Esta respuesta estatal a los centenares de miles de los “Ni-Ni” que habitan por estas tierras no solo es muy limitada, sino que también aparece como demasiado cínica. Pareciera que solo el temor a las rebeldías del pueblo es capaz de preocupar a la desidia del actual gobierno.
Envio:RL


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