Siete días en la ciudad
No son las cuentas, es la política
Cuando la decisión está tomada, huelgan las explicaciones. La oposición en Santa Fe sabía que esta semana se firmaría el acuerdo con nación por la deuda histórica por coparticipación que el presidente Alberto Fernández se había comprometido a pagar en su última visita a la provincia. En ese marco ya estaba convocada una jornada en la Universidad Nacional del Litoral para el jueves donde legisladores y dirigentes del socialismo, el Pro y el radicalismo ratificarían sus intenciones de que ese acuerdo, que finalmente fue por 151.800 millones de pesos, sea discutido en la Legislatura cuando nada indica que así debía ser: es una deuda de más de 10 años que dependía de un fallo de la Corte que finalmente se emitió.
Pero todo se cerró un día antes, el miércoles a la tardecita, cuando el gobernador Omar Perotti viajó a Buenos Aires a reunirse con el presidente y el ahora exministro de Economía Martín Guzmán para hacer el anuncio desde la Casa Rosada. Por lo que la actividad organizada en la UNL quedaba desfasada, fue entonces cuando se aprovechó para tomar esa enorme foto de lo que podría ser el futuro frente de frentes y de paso cargar las tintas contra el gobierno provincial.
Los diputados Maximiliano Pullaro y Clara García fueron los más duros al asegurar que “Perotti entregó a Santa Fe” por el acuerdo firmado y que se perderían miles de millones por un descuento de la Afip. El acento se puso en transformar una buena noticia en algo pernicioso. La oposición no podía permitirse no ser parte de un anuncio auspicioso que los tuvo como protagonistas en el reclamo inicial hace muchos años y que involucró a gobernadores como Jorge Obeid, Carlos Reutemann y Hermes Binner, en un hecho que aún hoy es visto como el epítome del lobby santafesino frente al centralismo porteño.
El senador nacional Marcelo Lewandowski fue sumamente descriptivo de la poblada foto tomada en la reunión opositora en la UNL. “Ahí estaban los que nunca pudieron cobrar la deuda junto a los que nunca quisieron pagarla”, en referencia a los dirigentes del socialismo y a los de Juntos por el Cambio.
Pero no todos los que participaron del foro en la universidad de Santa Fe estuvieron totalmente de acuerdo con las formas en esa actividad que es señalada como una escalada de la oposición en Santa Fe, rompiendo algunos estándares políticos locales e imitando con más vocación y enjundia la agenda nacional de radicales y macristas que no se anda con contemplaciones.
El diputado provincial del radicalismo Fabián Palo Oliver valoró como “positivo” el acuerdo firmado entre Fernández y Perotti por la deuda histórica de nación con Santa Fe y resaltó que la cultura política argentina “necesita de diálogo y honestidad intelectual para señalar diferencias, Desde la oposición tenemos la obligación de aportar al diálogo institucional”, expresó.
Más contundente fue el ex concejal del Pro Roy López Molina que aseguró que el acuerdo es “una buena noticia para los santafesinos” y que todo lo demás era “humo electoral”. Hay que decirlo con claridad, ni Palo Oliver ni Roy López Molina tienen hoy una posibilidad cierta de integrar la futura coalición que enfrentará al peronismo en Santa Fe. Si bien no se expidieron mucho al respecto, en la panorámica opositora tampoco están los diputados opositores Claudia Balagué, Carlos Del Frande ni Rubén Giustiniani. También se notó la ausencia del intendente de Santa Fe, Emilio Jatón.
El que sí estuvo fue el intendente de Rosario Pablo Javkin y su participación en este Foro convocado en Santa Fe pone de manifiesto las dificultades que tendrá en la construcción política de cara al 2023. El intendente no repitió ninguna de las críticas duras contra el acuerdo de nación con provincia y prefirió transcurrir por los detalles técnicos del fallo del máximo tribunal que, en esta coyuntura dijo, podrían ser perjudiciales para Santa Fe.
“Pablo le pega con las dos piernas, pero esto tiene un límite por más que él tenga responsabilidades de gobierno”, le dijo a este diario un dirigente que va perdiendo la paciencia y exige más definiciones de quien podría ser precandidato a gobernador de Santa Fe. “Javkin se equivoca si cree que privilegiando su relación con Perotti va a salir beneficiado”, dijo otro de los que participan de los armados provinciales.
Como no fue parte del anuncio la oposición eligió torpedearlo. Y Perotti había decidido desde el vamos monopolizarlo, así se generó la tensión en torno a la deuda histórica. El tironeo no es nuevo, desde que asumió el gobierno provincial del Frente de Todos principalmente el Frente Progresista se encargó de subir de tanto en tanto el tema a la agenda y le pedía a Perotti mayor enjundia en el reclamo aún a sabiendas de que poco podía hacer porque la Corte Suprema no terminaba de poner la cifra definitiva.
El gobernador se guardó una carta para el final y la jugó en la conferencia de prensa del día siguiente a las altisonantes críticas que incluyeron la detracción que hará la Afip. Ante la rueda de periodistas el mandatario provincial y su ministro de Economía Walter Agosto, dieron detalles de cómo la provincia consiguió 60 mil millones de pesos más al seguir la estrategia de esperar el fallo del máximo tribunal, en lugar de optar por el camino que había señalado el gobierno de Miguel Lifschitz que se inclinaba por un acuerdo sobre la base de la tasa activa del Banco Nación. “Nuestro planteo era: la tasa de interés que se le reconoció a San Luis o el fallo. Y esperamos el fallo. La diferencia no es menor”, dijo Perotti señalando el gigante power point que tenía detrás con la cifra de los miles de millones conseguidos.
Pero el capítulo definitivo aún no está escrito porque la oposición tiró la gorra lejos y ahora no puede retroceder. Se viene la discusión del destino de los fondos que representaran más de 70 mil millones de pesos en los dos primeros años. Para el gobernador es una cuestión saldada si hay que basarse en el explicativo video que distribuyó por IG el mismo día viernes. Allí apuntó que el 13,40% de los recursos irán directo para municipios y comunas que le darán el destino que determinen esas administraciones. El 86,6% restante de los 151 mil millones de pesos financiará obras de infraestructura que tengan algún retraso de ejecución y también para obras de intervención en barrios vulnerables de Rosario y Santa Fe, según precisó Perotti. El debate recién empieza y sin dudas ya se apunta para la disputa electoral del año próximo.
Fuente:Rosario12
La salida que descomprimió la tensión
La profunda tensión política que se llevó puesto al ministro de Economía Martín Guzmán, despejó el camino al diálogo entre el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Kirchner. De esa y otras charlas surgió el nombre de Silvina Batakis para reemplazarlo. Será la ministra del acuerdo y eso no es poco. Resta saber qué ruta económica seguirá la exministra de Daniel Scioli en la provincia de Buenos Aires.
Guzmán no tenía problemas con los embates de la vicepresidenta ni con los buscapiés directos de La Cámpora expresados brutalmente por Andrés Larroque; decidió dejar de ser ministro cuando sintió la falta de respaldo del presidente Alberto Fernández. Nadie que no haya meditado
su renuncia escribe siete carillas completas para explicarla. Es más, nadie que haya asumido una tarea en el Estado a la que haya arribado sin ser votado, no piensa en su renuncia desde el día uno.
La hora de renunciar sí fue una vendetta política: mientras hablaba Cristina en el acto de Ensenada en homenaje a Juan Domingo Perón. Guzmán logró que ese discurso no tenga la centralidad que había tenido el de Avellaneda, la renuncia fue y es el único tema en la agenda
política. La piedra de toque fue la no respuesta del presidente ante la furia de Guzmán con los funcionarios de la secretaría de Energía que sí maneja La Cámpora. No apuntó directamente a Darío Martínez pero sí pidió la cabeza de varios de más abajo, entre ellos Federico Basualdo.
Desde esa repartición venían demorado el esquema de segmentación de subsidios a las tarifas eléctricas y del gas que Guzmán había anunciado públicamente semanas atrás. Esa planilla nunca llegaba a su escritorio y por eso golpeó la puerta del despacho presidencial para pedir que el presidente echara a esos funcionarios. Eso no pasó y Guzmán se fue, enojado y sorpresivamente.
El tema no era menor, es uno de los ejes del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional que empezó a cavar más profunda la zanja entre el albertismo y el kirchnerismo. Igual que repudiaron el entendimiento con el FMI, la vicepresidenta y su estructura política repudian
también el rumbo económico pero sin contextualizar demasiado y con pocos detalles acerca de cómo sería la alternativa. Lo que se pide es más decisión política, más centralidad del Estado, más controles al establishment.
El presidente ya explicó que cree que no hay espalda política para eso, por más unido que estuviera con su vice. El kirchnerismo piensa lo contrario y como siempre lo sintetiza para la
tribuna el Cuervo Larroque: “La fase moderada está agotada”. Pero tras estas afirmaciones el hombre de consulta de Cristina fue el ex presidente del Banco Nación de Mauricio Macri, Carlos Melconian. Un encuentro inesperado que le trajo más problemas al economista que a la
vicepresidenta.
Es difícil, casi imposible que un ministro de Economía se retire llevado en andas por una multitud. Pero Guzmán fue de los más longevos en el cargo en los últimos años. Los que le quisieron bajar el precio lo tildaron de un “académico sin rodaje político” y no faltaron los que exageraron al señalarlo como un funcionario que “vino a hacer la tarea que le encargó el Fondo
Monetario”. A Guzmán se lo llevó puesto más la tensión política que las restricciones externas, la escalada de precios y las innumerables batallas perdidas por el salario. Una agenda complicada y estructural que hereda su reemplazante.
Fuente:RosarioPlus
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