Convocan Foro «Antisemitismo el
intolerable chantaje»
Resumen Latinoamericano, 03 de julio de 2022
INVITACION FORO
Invitación a participar del Foro Internacional *»Antisemitismo: el intolerable chantaje» a realizarse los días14 Y 15 de julio de 2022, en la Sede del Auditorio de la Universidad de Lujan, Ecuador 871, Ciudad de Bs.As Argentina.
Invita Grupo Palestina y América Latina del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), Comité Argentino de Solidaridad con el Pueblo Palestino entre otros.
Se realizará en forma presencial y también a través de videos y ZOOM. Es para revalidar lo aprobado en la Asamblea General de CLACSO, se adjunta la documentación allí votada, extendiéndola a organizaciones de la sociedad civil, políticas y sindicales entre otros.
Saludos fraternos.
Tilda Rabi
*Título de Judith Butler, editado por Editorial Canaán.
6 de junio de 2022
Grupo Especial Revista Al-Zeytun/Palestina y América Latina (2019-2022)
A la Asamblea de CLACSO, los centros miembros, los grupos de trabajo y cada
integrante.
Llamamos a repudiar las violaciones de los derechos humanos palestinos, desde el Estado
israelí, a través de su ejército, su policía y sus colonos armados, basada en un racismo
estructural anclado en el odio a los árabes y a los palestinos, principalmente. Seguimos la
propuesta de la sociedad civil palestina (desde el 2005) para el Boicot, la Desinversión y
las Sanciones (BDS) contra Israel, cuyo propósito es finalizar la ocupación de Palestina.
La gran mayoría de las instituciones culturales israelíes constituyen el andamiaje
ideológico e institucional del régimen de ocupación, colonialismo y apartheid contra el
pueblo palestino, y contra cualquiera que se atreva a defender su causa. Explícita o
implícitamente se han aliado con el Gobierno israelí, más allá de los esfuerzos para
moderarlo que hacen muchos intelectuales a título individual. Así, tales instituciones
apoyan o dan cobertura al colonialismo de ocupación de Israel y el apartheid, como bien
lo han puesto de manifiesto organizaciones como Human Right Watch, B´tselem,
Laboratorio de Derechos Humanos de la Facultad de Derecho de Harvard, estudio
consultivo de la ONU, Amnesty, entre otras.
Como intelectuales críticos de CLACSO alzamos nuestra voz para repudiar, también, la
actitud de las dirigencias de las instituciones culturales y universidades israelíes que
profundizan la discriminación contra el pueblo palestino.
Anexo
Declaraciones y adhesiones desde el Grupo Especial de CLACSO Revista AlZeytun/Palestina y América Latina (2019-2022) en sus direcciones de internet
https://www.clacso.org/el-antisemitismo-es-racismo-y-el-antisionismo-esanticolonialismo/
https://www.clacso.org/declaracion-de-jerusalen-sobre-el-antisemitismo/
Mal de muchos, consuelo de tontos
y desgracia para casi todxs
Por Juan Guahán, Resumen Latinoamericano, 3 de julio de 2022.
En el debate sobre los “planes sociales”, hay muchas discusiones con algo de verdad, variado oportunismo y mayor discriminación. Pero tantas palabras no dan cuenta de cuestiones centrales, que se suceden en medio de décadas de fracaso de diferentes gobiernos: ¿La continuidad y aumento de la pobreza e inexistencia de propuestas estatales superadoras?
En estos días se ha instalado en nuestro país un debate que encierra algunas verdades, demasiado oportunismo y aún mayor discriminación. Por todos lados abundan las opiniones sobre los llamados “planes sociales” y su manejo.
Se dicen muchas cosas: Que el gobierno no los controla suficientemente; que las organizaciones sociales le sacan indebido provecho; que los intendentes y gobernadores deben tener su control; que no incentivan el trabajo, etc, etc. Es posible que varias de estas cuestiones contengan algo de verdad, pero ninguna de ellas da una explicación adecuada.
Ya se irán desmenuzando estos aspectos, pero hay dos cuestiones que no debemos, ni podemos eludir. ¿Cómo se llegó a esta situación y cuáles son las condiciones reales para superarla?
En primer lugar hay que destacar que la situación laboral de la región, si bien mantiene diferencias que hacen evidente que hay distintas situaciones entre los respectivos países, tiende a ser cada día más homogénea. También es conocido que América Latina marcha a la cabeza de la desigualdad mundial. Otro dato significativo es que el trabajo informal, no registrado y prácticamente sin normas que lo protejan, abarca –en toda la región- aproximadamente un 40% de la fuerza laboral.
A esta realidad de nuestras sociedades, que tiene como telón de fondo una profunda desigualdad e injusticia, responde el título de estas reflexiones. Aquí está el origen de las probadas insatisfacciones de nuestros pueblos. Eso explica la derrota electoral de todos los oficialismos en las 7 elecciones presidenciales realizadas en los países del sur americano en los últimos 3 años. (Argentina, Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador, Perú y Uruguay).
Esas semejanzas, que se extiende por toda la región, no explican el inédito fenómeno de masivos planes sociales que tiene la Argentina de hoy. Ello se enlaza con otras razones, entre las cuales se destaca la tradición, heredada de los logros reivindicativos del peronismo, que asusta a la dirigencia política y social, empujando la puesta en marcha de un asistencialismo más generalizado.
Éste empezó con Raúl Alfonsín (“Cajas PAN”, mayo 1984). Cuando la pobreza rondaba el 15%, se comenzó repartiendo 750 mil Cajas hasta llegar -5 años después- a la entrega de 1.200.000 “Cajas”. Cada una de ella costaba 11 dólares y contenía –según información oficial– el 30% de los requerimientos nutricionales de una familia de 4 miembros. El costo total de este intento (entre 150 y 170 millones de dólares) equivalía al 0,25% del PBI.
En 1989 el gobierno de Carlos Menem reemplazó las “Cajas” por un “Bono Solidario”, que entregaba la CGT y que se podía canjear por comida y ropa en municipios y otras entidades específicas. La discrecionalidad de su manejo, entre otras razones, fue la base de su fracaso. En 1997 lo sucedió el “Plan Trabajar”, que llegó a tener unos 700 mil beneficiarios, eran los tiempos de las privatizaciones y se suponía –equivocadamente- que allí los desplazados lograrían su reinserción laboral. Sin embargo las más importantes continuidades de asistencialismo estatal la realizaron las provincias mediante diferentes mecanismos.
El estallido social del 2001 (19 y 20 de diciembre) puso en evidencia la profundización de la crisis y el agravamiento de la situación. Con el emergente gobierno de Eduardo Duhalde se amplió el asistencialismo. Se puso en marcha el “Plan Jefas y Jefes de Hogar”, con una contribución económica de 150 Pesos/Dólar. Para abril del 2003 había casi 2 millones de beneficiarios.
A partir del 2003 la situación se volvió mucho más compleja. Al calor de mayores ingresos, fundados mayoritariamente en la suba de los precios internacionales, el Estado -gobernado por el kirchnerismo- produjo una redistribución de ingresos a favor de los sectores populares. Pero esa medida no fue acompañada por cambios sustanciales en la matriz económica del país. La ausencia de vitales transformaciones socio-económicas fue disimulada por variados reconocimientos de nuevos derechos. (Asignación Universal por Hijo, Asignación Universal por Embarazo, Seguro Desempleo, Seguro de Capacitación y Empleo, entre otros). Una maraña de “Programas”, “Planes” y subsidios se fueron superponiendo con la atención específica que demandaba la evidencia de los trabajadores desocupados o en negro, que –progresivamente- fue retomando su tendencia a seguir creciendo.
Todo ello formaba parte del aumento de las llamadas políticas sociales. Pero ese despliegue se dio sin los cambios de fondo, necesarios para evitar que el modelo económico vigente continuara siendo una “fábrica de pobres”.
De allí el embrollo en materia de datos y cifras que se acomodan a las conveniencias y los intereses de la capilla política que las usa. Encerrados en esas discusiones, nuestra dirigencia –carente de respuestas efectivas, disimulada en recurrentes cambios de denominación de sus propuestas- omite meterse en el tema real y significativo: La continuidad y aumento de la pobreza junto a la falta de respuestas, generando este desánimo colectivo que está instalado en la sociedad.
PLANES SOCIALES: ACTUALIDAD Y FALTA DE RESPUESTAS DE FONDO
El plan actualmente vigente se denomina “Potenciar Trabajo”.
Éste tiene como objetivo contribuir a mejorar el empleo y generar nuevas propuestas productivas. Tiene por fin promover la inclusión social plena y está destinado a las personas que se encuentren en situación de vulnerabilidad social y económica.
La prensa proveniente de los medios masivos, que es la que va modelando lo que se denomina “opinión pública”, nos bombardea –de múltiples modos- en el sentido que allí radica la causa de nuestros males. El carácter discriminador de ese modo de pensar está puesto de manifiesto en un par de evidencias.
Este “Potenciar Trabajo” es insuficiente para la realidad que vivimos, pero por razones muy distintas a las apuntadas por quienes los han tomado como eje de sus críticas. Al revés de lo que se suele decir, su problema real consiste en el reducido universo que lo recibe y el escaso monto del mismo. Temas sobre los cuales –habitualmente- esos medios no hablan.
En efecto, este Programa tiene 1.350.000 beneficiarios, que no alcanza ni al 10% de la población que vive en la pobreza. El monto de este Plan es de $ 22.770, cuando el ingreso de una familia tipo -para no ser pobre y según el INDEC- es de $ 99.677.
Estos datos nos muestran la distancia que hay entre las necesidades para evitar o salir de la pobreza y el escaso número de argentinos que reciben los beneficios de un “Plan Social” y que, cuando lo tienen, representa menos de la cuarta parte del ingreso digno para una familia de 4 miembros.
A pesar de la contundencia de estos datos nuestra dirigencia, conservadora y progresista, parece prisionera de un modo de pensar que solo sabe reproducir lo conocido. Los conservadores lo hacen en función de sus intereses concretos. Los progresistas, entre los cuales podemos anotar a la mayoría del peronismo, lo hacen por pereza mental, por tener la cabeza puesta en años de posibilismo, de apoyar al “mal menor” y por pensar que algún pasado de lucha les da impunidad.
Los efectos de una pandemia que todos los días se renueva y de una guerra que –en nuestros territorios- recién comienza a hacerse sentir, nos muestran la profundidad y extensión de esta crisis. Ella obliga a pensar de nuevo, a imaginar otros caminos.
La mera reproducción del pasado ya ha demostrado su fracaso.
Es de esperar que las dificultades nos ayuden a imaginar la existencia de nuevas rutas. El mal de muchos, no nos puede servir de consuelo.
El pueblo, ese gigantesco colectivo que permanece ignorado, tendrá que ser parte de la solución y dejar de ser considerado como causante del problema. Para eso será necesario que tenga el lugar protagónico que la situación requiere.
Habrá que imaginar nuevas formas de trabajar, de organizarnos para hacerlo, nuevos modo de construir el poder en el territorio y de un reparto más equitativo de la riqueza producida por el esfuerzo colectivo. Para ello habrá que invertir el modo de intervención del pueblo organizado en los problemas existentes.
Las respuestas estatales, de un poder vertical de arriba hacia abajo, han demostrado su insuficiencia. ¿Porqué no contar con la fuerza, decisión y experiencia del propio pueblo? Para ello habrá que avanzar de lo simple a lo complejo, de lo local a lo general.
Hoy los problemas afloran por todos lados, ello nos lleva a pensar que lo que no anda –más que un gobierno- es este modelo, organizado en torno al mercado y la ganancia. El modelo vigente sirve para la multiplicación de las grandes riquezas. Lo hace colocando el eje en esa creciente ganancia que permite y favorece un mayor poder de la concentración económica y es ajeno a la satisfacción de necesidades de las grandes mayorías.
En este sentido vale la pena citar un ejemplo. Se trata de la producción agropecuaria, base de nuestra economía y orgullo de la argentina oligárquica, que muchos critican pero donde –prácticamente- nadie se anima a meter mano.
La feracidad de nuestro territorio permite producir gigantescas cantidades de insumos alimentarios que los chinos (y otros) transforman en proteínas animales para alimentar a sus pueblos, mientras aquí el hambre se instala en nuestras barriadas. Hasta varias versiones de progresistas, andan de la mano y promocionando a quienes -como los Grobocopatel- crecen en esta economía agraria sin campesinos y sirven a la difusión de “paquetes tecnológicos” que nos vienen desde los grandes poderes, promoviendo los cultivos transgénicos que sirven a la destrucción de los campos, con la consecuente miseria y enfermedad en los pueblos.
Mientras tanto los campesinos pobres e indígenas resisten a una nueva “Conquista del Desierto”. Ella sirve a los dueños del poder y alienta la búsqueda de mayores y más rápidas riquezas. Pero los desplazados –entre otros- que reclaman derechos, trabajo y atención deben soportar las acusaciones de “vagos”, “planeros” y otras formas de discriminación. Para ellos no hay tierra, ni techo, ni trabajo. Un sistema injusto solo les permite amontonarse, hasta desbordar las periferias de las grandes ciudades.
Tenemos a la vista un problema, que viene de un arrastre de varias décadas, pero son contadas las voces que apuntan a su solución. Las tierras están y las posibilidades del trabajo también, pero la opción del sistema es otra: favorecer la concentración y no el trabajo familiar o comunitario de lo que suele conocerse como una economía popular.
Allí tenemos una de las bases de lo que se debería atender en este debatido tema. Para construir ese tipo de economía es indispensable que la misma vaya acompañada de un nuevo tipo de organización social y poder que la sostenga.
Esa perspectiva requiere de un Estado que ponga decisión en esa dirección, o -por lo menos- deje de apoyar de apoyar la tendencia contraria. Pero mucho más que eso, demanda nuevos objetivos para las organizaciones sociales, que podrían llevarlo a la práctica y lograr su reproducción en un nuevo modelo económico.
¡Hay soluciones!, lo que no hay es voluntad del poder para llevarlas adelante, ni una adecuada y suficiente organización popular para luchar por ellas y sostenerlas.
Se fue Guzmán. ¿Vuelve Cristina?
Por Guillermo Cieza, Resumen Latinoamericano, 3 de julio de 2022.
La renuncia de Guzmán parece producto de la percepción del Ministro que se había quedado sin espaldas dentro del propio gobierno para seguir gestionando los estrechos márgenes de la economía no comprometidos con el acuerdo con el FMI. Distintos movimientos de Cristina muestran su decisión de confrontar con Alberto Fernández por la fórmula presidencial de 2023.
El Ministro Guzmán venía herido desde el momento mismo en que presentó el resultado de la negociación con el Fondo como “el mejor acuerdo posible” y se encontró un fuerte rechazo en distintos sectores de la sociedad e incluso dentro el propio gobierno. Referentes importantes de derechos humanos, economistas, movimientos sociales y partidos de izquierda calificaron al acuerdo como el reconocimiento de una Estafa. La última movilización de Ni Una Menos marchó con la consigna “Vivas, libres y desendeudadas, nos queremos”. Incluso hacia el interior el Frente de Todos hubo críticas, abstenciones y votos negativos. Estos últimos rechazos surgieron del kirchnerismo que acordaba con que había que llegar a algún arreglo con el Fondo, pero no con la forma que negoció Guzmán. En los meses posteriores la gestión del Ministro se convirtió en un blanco de las intervenciones de Cristina Fernández, que incluso mantuvo reuniones con personajes como el ex-menemista y discípulo de Cavallo, Carlos Melconián, que se postula a sucederlo.
Pero parece evidente que lo que desencadenó la decisión de Guzmán es que había dejado de ser Ministro de Economía de un Frente de Todos unido, para convertirse en parte y blanco de una disputa de poder, que le quitaba capacidad de maniobra tanto para aplicar lo pactado con el Fondo, como para tomar decisiones económicas en el estrecho margen que le dejaba ese acuerdo.
Cristina va por todo.
Desde hace un tiempo, la vicepresidente Cristina Fernández ha ido dando pasos que estarían confirmando la decisión de salir a disputar en las PASO por la candidatura presidencial. Parece evidente que los cambios producidos en el tablero latinoamericano pueden haberla alentado para intentar un regreso.
Repasemos. En Honduras acompañó el triunfo de Xiomara Castro, la mujer del ex-presidente Zelaya, que asumió en un contexto extremadamente difícil. Con un país sumamente endeudado, fuertemente impactado por el narcotráfico y las pandillas, con elevados niveles de pobreza e indigencia. Cuando se han cumplido 100 días de gobierno Xiomara no sólo se ha mantenido en el gobierno, sino que va cumpliendo, una a una, sus promesas electorales. El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, que transitó exitosamente un plesbicito revocatorio, también parece consolidarse. En Chile la derrota el conjunto de las fuerzas de derecha por el socialdemócrata Gabriel Boric pareció una hazaña, pero lo fue mucho más el triunfo de Gustavo Petro y Francia Márquez en Colombia enfrentando a todo el poder de las mafias y el control mediático de quienes vienen gobernando desde hace décadas. Finalmente se suma un muy probable triunfo de Lula , acompañado con un vicepresidente como Geraldo Alckmin, de extrema confianza para los poderes económicos locales de Brasil.
Resulta azaroso ponerse en la cabeza de cualquier político y más todavía de Cristina Fernández pero sí pueden registrarse una serie de pasos que no hacen a su rol actual de vicepresidente, sino que parecen corresponder a quien se está planteando disputar poder con un proyecto definido.
Por un lado, ha intentado despegarse de la acción del gobierno de Alberto Fernández. Ha hecho críticas al manejo del acuerdo con el Fondo, a la relación con los empresarios, a funcionarios que no funcionan, al aumento de cupos de planes sociales etc. Todos estos movimentos de Cristina pretenden instalar en la base social del Frente de Todos y de sectores independientes, que la Vicepresidenta no es responsable y no está de acuerdo con las malas decisiones del Presidente.
Por otro lado, ha ido haciendo una serie de gestos hacia sectores que podrían vetar su candidatura, proponiéndoles ser socios en un futuro gobierno. Si no puede convencerlos, al menos intenta neutralizarlos como enemigos.
Cuando Estados Unidos eligió al nuevo embajador Marc Stanley, lo primero que se conocieron fueron sus declaraciones descalificatorias de que Argentina es un “hermoso autobús turístico al que no le funcionan las ruedas”. Sus antecedentes políticos lo presentaban como un prominente abogado representante del lobby sionista estadounidense. Fue recibido por la Cancillería, pero ni bien llegó al país, Cristina Fernández se reunió con Stanley.
El 26 de abril, llegó al país la Jefa del Comando Sur Laura Richardson, que está realizando una gira por Latinoamérica repasando lealtades en un contexto mundial donde su país, como dirigente de la OTAN está comprometido en la guerra de Ucrania. Como correspondía protocolarmente fue recibida por el ministro de Defensa, Jorge Taiana. Pero también la Vicepresidenta quiso reunirse con la visitante. La embajada de Estados Unidos la premió con un tweet que informaba sobre la reunión “la General Laura J. Richardson, primera mujer jefa del Comando Sur de Estados Unidos, se reunió con la Vicepresidenta Cristina Kirchner y conversaron sobre el importante rol de las mujeres en el mantenimiento de la paz y la seguridad en la región”
La disputa con Matías Kulfas, que provocó la renuncia del funcionario abrió interrogantes sobre quién podría sucederlo en el Ministerio de la Producción. Como antes sucedió con la llegada del empresario y señor feudal de Tucumán, Juan Pablo Manzur, a la Jefatura del Gabinete, el lobbista Daniel Scioli, contó con la aprobación de Cristina.
Hace poco más de una semana, Cristina Fernández retomó una iniciativa del Pro y los libertarios, que contaba con el beneplácito de la mayoría de los gobernadores, intendentes justicialistas y del Ministro de Desarrollo Social, Juan Zabaleta, de la necesidad de quitar el manejo de los planes a las organizaciones sociales. Esa postura tuvo un carácter simbólico porque se tomó a pocos días de conmemorarse el 20 aniversario de la Masacre de Avellaneda. Y también porque precisamente, la cuestión de fondo que se estaba discutiendo en esos días agitados era quiénes manejaban los planes y las contraprestaciones. En su momento, la posición que sostenía el gobierno de Duhalde era que los planes debían ser manejados por los municipios y gobernadores. La posición asumida hoy por Cristina Fernández en este tema, fortalece su alianza con los barones del conurbano y los señores feudales de las provincias, y va en desmedro del Movimiento Evita y otros movimientos sociales oficialistas y opositores.
En esa misma intervención y sin que estuviera urgida por ningún debate coyuntural, Cristina hizo un acto de fe de su identificación con el sistema capitalista. Un claro mensaje a los empresarios de que si llegara a ser Presidenta respetará la propiedad privada y todos los mecanismos de acumulación y obtención de ganancias inherentes a este sistema.
El último gesto ha sido la reunión con Carlos Melconián, habitualmente denostado por quienes adhieren al nacionalismo popular o al progresismo por su origen menemista, porque fue un bonista que acompañó la demanda que hicieron los fondos buitres frente al juez neoyorquino Thomas Griesa, y porque, como buen alumno de Cavallo, está vinculado a poderosos empresarios locales como el grupo Arcor.
Lo que dice Cristina, y lo que no dice, por ejemplo no emite comentario alguno sobre cuestiones ambientales, visto en conjunto, da muestras de una fuerte decisión de disputar poder político y sustentarlo en una alianza que sume a sus potenciales votantes, que son sectores populares, el apoyo de grandes empresarios locales, los sectores conservadores del Partido Justicialista y el eventual apoyo de la Embajada de Estados Unidos. En ese armado, la presencia de Sergio Massa, que desde hace años viene trabajando esos mismos contactos, es estratégica.
Tratando de encontrar parecidos en Latinoamerica, lo que vendría gestando Cristina, se parece a la apuesta de Lula en Brasil, que propone una alianza explícita con quien fue el candidato de los grandes empresarios. Algo así como una formula Cristina-Horacio Rodríguez Larreta, o Cristina-Gerardo Morales, acompañados por Melconian o Massa como Ministro de Economía.
Parece disparatado, pero en la Argentina donde un Presidente como Menem, que fue votado por millones de peronistas se abrazó con el Almirante Isaac Rojas, ideológo y gestor de la Revolución Fusiladora, todo es posible.
Fuente: Tramas
Silvina Batakis es la nueva ministra de
Economía
Resumen Latinoamericano, 3 de julio de 2022.
Hubo que esperar todo el domingo para que el gobierno nacional defina los cambios en el gabinete provocados por la renuncia de Martín Guzmán. Fue un largo día en la Quinta de Olivos, hasta que el presidente confirmó, vía la agencia oficial Telam, que Silvina Batakis, que hasta ahora se desempeñaba en el Ministerio del Interior, será la nueva ministra de Economía. (nota en desarrollo)
La vocera presidencial, Gabriela Cerruti, confirmo vía Twitter la designación de Silvina Batakis al frente del Ministerio que dejó Martín Guzmán. Cerruti recuerda que «la reconocida economista cumplió esa función en la provincia de Buenos Aires entre 2011 y 2015.
Se espera ahora si habrá más cambios, y en ese escenario aparece la figura de Sergio Massa como el principal candidato para ocupar la Jefatura de Gabinete, en lugar de José Manzur.
Fernández se enteró este sábado por teléfono, mientras estaba en un almuerzo familiar, que su ministro de Economía, Martín Guzmán, iba a abandonar el gobierno. Lo que Guzmán no le contó a Fernández en esa conversación telefónica es que presentaría su renuncia por redes sociales en medio del discurso que dio Cristina Fernández de Kirchner en Ensenada.
Tras la renuncia, fuentes del Gobierno indicaron a este diario que Fernández «lamenta profundamente la decisión de Guzmán, pero la respeta» y aseguraron que «el programa económico se mantendrá a rajatabla».
Fuente: Tiempo argentino
Apenas un tercio de los ministros del gabinete inicial de Alberto Fernández permanece en sus cargos
La reciente salida de Martín Guzmán del Gobierno nacional representa una pieza más de su equipo que pierde el presidente Alberto Fernández. El mandatario volvió a perder a un hombre de su confianza y el escenario político del oficialismo se sitúa, a un año de las elecciones presidenciales, en un clima de máxima incertidumbre.
De un repaso por la suerte de cada uno de los integrantes del Gabinete inicial -ministros y cargos clave- de Alberto Fernández, presentado el 6 de diciembre de 2019, poco antes de la asunción del presidente, se puede percibir que sólo la mitad de los que iniciaron el camino de la actual gestión todavía permanece en sus cargos.
De los 32 funcionarios -21 ministros y el resto en puestos clave de la administración- designados por Alberto Fernández al iniciar su mandato –retratados en una escena muy estudiada, rodeando al entonces flamante presidente-, sólo 15 siguen en sus cargos.Foto de familia: los 21 ministros del Gabinete y otros funcionarios designados en cargos clave
De ellos, 11 fueron despedidos o presentaron sus renuncias, 5 se movieron de un puesto jerárquico en una cartera a otro cargo dentro del Gobierno y uno falleció -el ministro de Transporte, Mario Meoni, en un accidente de tránsito- mientras estaba en funciones.
Caso por caso, los 16 dirigentes de la foto inicial, nombrados en algún Ministerio o Secretaría y que, por diferentes razones, abandonaron la gestión o cambiaron de ubicación en el transcurso de los dos años y medio de mandato de Alberto Fernández.
Adriana Puiggrós
Adriana Puiggrós fue la primera funcionaria del gabinete de Alberto Fernández en presentar su renuncia. El 19 de agosto de 2020 dijo adiós a su cargo de viceministra de Educación y le presentó su carta de dimisión al entonces ministro Nicolás Trotta. Argumentó diferencias con la gestión de la cartera, diferencias que habían quedado expuestas en torno a las pruebas estandarizadas y las medidas en el inicio de la pandemia de coronavirus.
María Eugenia Bielsa
María Eugenia Bielsa renunció a su cargo como ministra de Desarrollo Territorial el 13 de noviembre de 2020, en medio de duras críticas a su gestión por masivas usurpaciones de tierras en el conurbano bonaerense y en el Sur del país. Gente cercana al Gobierno deslizó que la dirigente tenía problemas de gestión con La Cámpora y con varios intendentes.
Ginés González García
La salida de Ginés González García fue una de las más escandalosas de la gestión de Alberto Fernández como presidente. En plena pandemia, el sanitarista fue invitado a renunciar, después de que saliera a la luz el escándalo bautizado como “Vacunatorio VIP”: se trataba de una lista de personalidades que habían sido invitadas a vacunarse salteando las prioridades establecidas por la misma pandemia y antes de que se distribuyeran las primeras dosis de las vacunas contra el Covid-19 en todo el país.
Marcela Losardo
Con un perfil muy bajo, Marcela Losardo renunció oficialmente como ministra de Justicia el 18 de marzo de 2021, en medio de un clima cada vez más tenso entre el Presidente y su vice, Cristina Kirchner. Durante su gestión se había mostrado moderada y proclive a tender puentes con el Poder Judicial, incluida la Corte Suprema.La salida de Ginés González García del Ministerio de Salud fue una de las más escandalosas de toda la gestión de Alberto Fernández (REUTERS/Matias Baglietto)
Las salidas del 20 de septiembre de 2021
La derrota del Frente de Todos en las elecciones legislativas de septiembre de 2021 fueron un golpe de alto impacto para el oficialismo. Pero el Presidente no tomó ninguna decisión sobre su Gabinete hasta que Cristina Kirchner lo presionó mediante una carta abierta y varios ministros presentaron su renuncia, en una operación concertada. Alberto Fernández tuvo que reorganizar parcialmente su gabinete. Aceptó las renuncias de Sabina Frederic, como ministra de Seguridad, de Roberto Salvarezza, ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, de Luis Basterra, ministro de Agricultura, y -aunque no la había presentado- de Nicolás Trotta, titular de la cartera de Educación. Tanto Frederic como Trotta estaban en situación comprometida por su desempeño en dos áreas -seguridad y educación- muy condicionadas y a la vez críticas en el contexto de las medidas preventivas ante la pandemia de coronavirus.
Felipe Solá
A diferencia de los casos de Frederic, Trotta y Salvarezza, el entonces canciller Felipe Solá, que también perdió su cargo luego de la derrota electoral, el 20 de septiembre de 2021, se encargó de aclarar que él había sido despedido: “Al principio sentí un golpe porque me echaron sorpresivamente. Yo pensé que no estaba en ninguna lista”, dijo, unos días después. La salida del Canciller se produjo de un modo peculiar: se enteró de su despido -y su sustitución por Santiago Cafiero, hasta entonces jefe de Gabinete- en la escala de un vuelo hacia el exterior en plena misión diplomática…
Matías Kulfas
La salida de Matías Kulfas fue una de las más ruidosas de las últimas semanas y, junto a la reciente renuncia de Guzmán, completó el clima de ruptura y desestabilización dentro del Gobierno nacional. Pese a los síntomas de recuperación mostrados en la producción nacional post pandemia de coronavirus, el ministro de Desarrollo Productivo tuvo que presentar su renuncia al cargo por pedido del presidente Alberto Fernández. Antes, el dirigente había sido acusado por el ala kirchnerista del Gobierno de haber filtrado un off the record a los medios en el que se acusaba a funcionarios cercanos a la vicepresidenta en la Secretaría de Energía de haber licitado el gasoducto de Vaca Muerta a medida de las necesidades de la multinacional Techint, que fue la adjudicataria para fabricar los tubos.El ministro de Economía de Argentina, Martín Guzmán, anunció el sábado su renuncia al cargo en una carta al presidente Alberto Fernández que divulgó en su cuenta de Twitter.
Martín Guzmán
La renuncia del Ministro de Economía, por el peso de esa cartera y el contexto inflacionario, ha sido la más impactante, aunque no del todo inesperada. Cada vez más referentes del propio oficialismo se tomaban la libertad de criticarlo públicamente. Quien fuera uno de los caballos de batalla del presidente y cumpliera un rol preponderante en las negociaciones con el FMI presentó su carta de renuncia en simultáneo a un discurso de la vicepresidenta Cristina Kirchner en Ensenada. El hoy ex ministro de Economía se sinceró en su carta sobre las dificultades que tenía en su cartera, en especial en asuntos de materia energética.
Con la salida de Martín Guzmán, quedan sólo 8 de los 21 ministros inicialmente nombrados por Alberto Fernández en su gabinete a dos años y medio de gestión.
Mario Meoni
El caso de Mario Meoni estuvo signado por la tragedia. El viernes 23 de abril de 2021 por la noche, el dirigente de 53 años murió en un accidente de tránsito en la Ruta Nacional Nº 7, cuando viajaba hacia la ciudad bonaerense de Junín para visitar a su familia. Su cargo fue ocupado de manera interina por Gabriel Katopodis.
Los que cambiaron de cargo
Hubo casos de funcionarios que renunciaron a sus cargos pero para ocupar otra posición dentro del Gobierno nacional. Algunos estuvieron vinculados a candidaturas para las elecciones legislativas de 2021, como fueron los casos de Victoria Tolosa Paz, Daniel Arroyo y Agustín Rossi, quienes abandonaron sus tareas en el Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales, el Ministerio de Desarrollo Social y el Ministerio de Defensa respectivamente para lanzar sus candidaturas como diputados los dos primeros y como senador por Santa Fe el tercero. Hoy, Tolosa Paz y Arroyo ocupan sus bancas en el Congreso como legisladores de la Provincia de Buenos Aires y Rossi es, desde hace un mes, el nuevo titular de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI). Lo mismo ocurrió con Santiago Cafiero y Cecilia Todesca, quienes comandaban Jefatura de Gabinete y tras el desastre electoral de 2021 se mudaron a la Cancillería.
Envio:RL
Luego de la renuncia de Martín Guzman
Idas y vueltas entre Alberto y Cristina para el nombramiento de Batakis: Una buena designación tras un domingo extraño
El presidente y la vice tenían que conversar, después de meses de silencio. En un momento límite, ambos comprendieron que ningún nombramiento nacería vivo sin el espaldarazo de toda la cúpula del Frente de Todos. Es prematuro saber si el diálogo continuará. Sería un error no intentarlo.
El domingo, mientras la gente común vivía su día normal, el micro mundo político-mediático (una subcultura que integramos pocos) estaba pendiente de rumores, operaciones, auto instalaciones, esfuerzos por llenar el aire en radios y en la tele.
La clave de la jornada: el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner tenían que conversar, después de meses de silencio. Dejar de lado la intransigencia ante la magnitud de la crisis financiera-económica-política. Demostrar que están cooperando para enfrentarla.
El silencio resonante traducía, para el momento, un problema congénito de la coalición oficial: la ausencia de diálogo, de instancias orgánicas, de mecanismos de consulta y decisión de sus referentes. Un mecanismo nocivo que (contra lo que se dice a menudo) no afecta a otras coaliciones del planeta. La incomunicación se fue acentuando conforme pasaba el tiempo. Los dos protagonistas se alejaron, se mandaban mensajes por vía privadas o a través de discursos o reportajes. Ayer se puso en llaga que el sistema no sirve. Era forzoso concertar un gesto político motivado por la necesidad de reestructurar el Gabinete, de reemplazar a Guzmán, de sugerir que el Gobierno conserva el timón, de amortiguar un “lunes negro” en los mercados.
La llamada se demoraba. Desde Olivos o desde el kirchnerismo se imputaba a la otra parte la falta de palique. Varias personalidades mediaron La titular de Abuelas de Plaza de Mayo Estela de Carlotto intervino, le habló a su modo (cordial, dulce, con autoridad) al presidente, le cargó las pilas… el momento de la charla llegó cuando caía la noche. Carlotto venía mereciendo el Premio Nobel de la Paz por razones profundas, desde hace décadas. Habría que inventarle otro galardón criollo para su constructiva acción de estas horas.
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Con el correr de los días se irán conociendo versiones disímiles sobre esa charla para romper el hielo. Es prematuro imaginar si continuará. Sería un error no intentarlo. La coalición nació con un formato exótico: un binomio desparejo. El poder en una mano es arquetípico.
Triunviratos hubo pocos en Roma, en el siglo XIX por acá, en la CGT. Son inestables, parece, pero al menos se puede armar una mayoría de dos, desempatar. Las diarquías propenden a no existir; son altos los riesgos del empate o del aislamiento. Más enrevesada aún una diarquía compuesta con la líder como vice y el presidente como candidato, elegido por ella primero y luego por la ciudadanía.
La supresión de instancias o mecanismos que figuran en cualquier manual de política o gestión es una falla que costó mucho. Discutir qué protagonista o qué sector tuvo más responsabilidad es lógico, inevitable pero no acuciante hoy. Notar que el funcionamiento perjudica a los representados, un dato que conserva vigencia.
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Como fuera, en un momento límite ambos comprendieron que debían concertar una movida. Que ninguna nueva autoridad merecería el nombre de tal sin contar con espaldarazo de la cúpula del Frente de Todos. La fumata blanca para Silvina Batakis como nueva ministra de Economía surge auspiciosa en ese aspecto. El diputado Javier Milei grita que la designada carece de saber técnico: otro espaldarazo, la descalificación de un obtuso, de ultraderecha por añadidura. Desde las distintas facciones del peronismo la recepción fue muy buena. La funcionaria lo merece.
Lleva una larga carrera, en carteras difíciles, en la provincia de Buenos Aires y en la Nación. Hasta ahora revistaba en esta gestión, como secretaria de Provincias en el ministerio del Interior. Se lleva bien con Eduardo “Wado” de Pedro, con sus compañeros del Gabinete nacional. También con Daniel Scioli, a quien acompañó en la gobernación y de quien hubiera sido ministra nacional si se ganaban las elecciones de 2015. Desembarca en ese lugar años después en circunstancias desmesuradamente más graves. Tiene experiencia, conoce bien la Argentina.
Parece muy buena opción dentro de las que se barajaban. Ser mujer suma puntos. A partir de ahí conviene señalar que le toca una etapa complejísima.
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La torpe salida de Guzmán acentuó el daño, debilitó al presidente, desmereció su labor como ministro durante más de la mitad del mandato.
Como es regla en los debates públicos y deporte nacional se patea al caído. Se lo acusa de todas las plagas que azotan a la Patria. Más de cuatro opinadores o dirigentes dan por sentado que su partida será una panacea, que todo se ordenará. Que un rumbo distinto, con otra funcionaria mejor encaminada, corregirá todas las anomalías, bajará la inflación. Nada de eso sucederá, si alguien lo sabe es Batakis.
Sobreviven problemas estructurales y también polémicas respecto de cómo asumirlas. El clásico argumento “los problemas son prioritariamente políticos” es imperfecto. Claro que sin poder público, sin lapicera, manejo del Estado y decisiones no hay política económica exitosa. O más aún: no hay política económica solo simulacros.
Pero, parafraseando algo de archivo: sin política no hay plan, programa, o modelo económico que funcione. Con solo la política, no alcanza.
Siguen en pie los enérgicos y polarizados debates acerca de qué hacer con los precios, las regulaciones, los mercados cambiarios, los sueldos, la inflación, los planes sociales, el Salario Básico Universal y un pilón de etcéteras.
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El oficialismo tabicó ministerios y reparticiones, lo parceló según pertenencias. No funcionó.
Es moroso en las decisiones y en varias carteras, lento en la ejecución presupuestaria.
Cuando Batakis asuma, cuando se complete el nuevo diseño del Gabinete, cuando se defina cuánto poder acumulan los ministros entrantes se verá.
Los adversarios acechan, disfrutan de los traspiés oficiales o los provocan con buenas o malas artes. El país y su gente que labura mucho por baja paga merecen un salto de calidad que abarca un manejo profesional y comprometido del gobierno y de la coalición oficialista.
Las anteriores crisis de Gabinete (post PASO, post renuncia de Matías Kulfas) no obraron milagros. Ni siquiera mejoraron mucho la gestión salvo en áreas específicas. No hay motivos para desbordes voluntaristas pero sí para laburar mucho y mejor. El mayor incentivo, valga la paradoja, son las dificultades a vencer.
El diseño total del Gabinete, el reparto interno del poder y los primeros resultados son hechos esenciales pendientes cuando se escribe esta nota en la medianoche de un domingo raro para los argentinos politizados. Quizá normal para el resto de la gente, cada vez menos interesada en la política. Esa distancia es una cuestión crucial que trasciende la economía y que impacta sobre el sistema democrático.
Fanática de Boca y experta en finanzas
Quién es Silvina Batakis, la nueva ministra de Economía elegida por el Gobierno
La decisión se dio luego de la comunicación telefónica entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner. Es economista, docente universitaria y hasta hoy secretaria de Provincias en el Ministerio del Interior. De 2011 a 2015 fue ministra de Economía de la provincia de Buenos Aires durante la gestión de Daniel Scioli.
La llegada de Batakis al Gabinete fue confirmada por la portavoz presidencial Gabriela Cerruti en redes sociales: “El presidente Alberto Fernández designó a Silvina Batakis al frente del Ministerio de Economía. Es una reconocida economista que cumplió esa función en la provincia de Buenos Aires entre 2011 y 2015”.
En una conversación telefónica entre Alberto y Cristina Fernández, contacto para el que contribuyó la titular de Abuelas de Plaza de Mayo Estela de Carlotto, su apellido logró dar tregua a una de las crisis más profundas de la coalición gobernante, tras la renuncia de Martín Guzmán como ministro de Economía.
Batakis ya fue "la primera mujer" dos veces
"No hay pobreza digna. Es pobreza y hay que combatirla. Se combate con un Estado que planifica e interviene, y con una sociedad que lo imponga como meta social". Es el tweet fijado que sus hasta ahora 67 mil seguidores ven apenas entran al perfil de Silvina Batakis, la segunda economista mujer en la historia argentina que tendrá a cargo el Ministerio de Economía.
No es la primera vez que rompe el techo de cristal: la frase "primera mujer en ocupar ese cargo" se repite en dos lineas de su currículum vitae. Cuando nombra haber sido ministra de Economía de la Provincia de Buenos Aires y en su actual puesto como Secretaria de Provincias del Ministerio del Interior.
De Boca a la Academia
De 54 años e hincha fanática de boca, Batakis cuenta con una extensa trayectoria laboral y académica. Su principal cargo hasta el que le otorgaron este domingo fue el de ministra de Economía de la provincia de Buenos Aires, cargo desde el cual traccionó el impuesto a la herencia y revalúos progresivos.
Antes de ingresar a la cartera que conduce Wado de Pedro fue asesora de Andrés Watson al frente del municipio de Florencio Varela. Fue directora provincial de Economía Ambiental y Energías Alternativas, directora de Zonas Francas, jefa de asesores del Gabinete de ministros y subsecretaria de Hacienda. Es además cofundadora del Centro de Estudios Federales (Cefed), que presidió en diferentes períodos. También es profesora en la cátedra Economía Ambiental en la Universidad Arturo Jauretche y ejerció la docencia en varias cátedras de universidades del conurbano bonaerense.
De Tierra del Fuego a La Plata
Nació en Río Grande, Tierra del Fuego y, tras egresar de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de La Plata, se diplomó con un máster en Finanzas públicas provinciales y uno en Economía ambiental de la Universidad de York, Inglaterra. Desde 2016 es doctoranda en Desarrollo Económico en la Universidad Nacional de Quilmes. Obtuvo diversos premios y becas en el exterior. Se capacitó en Francia, Inglaterra y Chile.
En términos políticos el apellido de Batakis se asocia de manera directa al de Daniel Scioli, ya que su nombre figuraba para ocupar el Ministerio de Economía en 2015 en el caso que el candidato ganase la elección presidencial. En efecto, el ministro de Desarrollo Productivo la definió como una persona "de gran calidad humana y amplia formación profesional".
Dólar, precios, Club de París, tarifas, FMI
Uno por uno, los temas urgentes que enfrentará Batakis
La inflación aparece como el tema central, pero también se esperan definiciones sobre la negociación con el FMI y el Club de París y la segmentación tarifaria.
La ex ministra de Economía de la provincia de Buenos Aires durante el gobierno de Daniel Scioli —y candidata al Ministerio de Economía nacional en el caso de que Scioli ganara en 2015— se desempeña como secretaria de relaciones con las provincias en el Ministerio del Interior, terreno de Wado de Pedro y donde llegó con el visto bueno de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
De bajo perfil, el apellido de la licenciada en Economía de la Universidad Nacional de La Plata se impuso entre la lista de candidatos que circulaban por los whatsapp de funcionarios y periodistas. Sonaba Marco Lavagna como bastión massista dentro del Ministerio de Economía, e incluso el propio Sergio Massa. También Martín Redrado y desde el sector privado pedían al consultor y exviceministro de Economía Emmanuel Álvarez Agis.
Uno por uno, los temas urgentes que enfrentará Batakis
Además de los problemas de fondo que condenaron a la gestión de Martín Guzmán al frente del Ministerio de Economía —la alta inflación y la pérdida del poder adquisitivo— el nuevo equipo de economía asume con temas urgentes a resolver apenas pise el quinto piso del edificio de Hipólito Yrigoyen.
- Club de París: Guzmán tenía pasaje para viajar a Francia esta semana para negociar la deuda de poco más de 2.000 millones de dólares con el Club de París. Aunque acordó un puente de tiempo para pagar los vencimientos de capital hasta el año entrante, el ahora exministro de Economía debía encarar el entendimiento al que se había llegado unas semanas antes al acuerdo del FMI, que pateaba el plazo para reestructurar la deuda a cambio de pagos parciales de intereses. Este acuerdo es condicionante sobre todo en la discusión de nuevas líneas de crédito para empresas privadas, porque el organismo otorgo crédito a exportadores.
- Dolar: Fue una semana difícil para el mercado cambiario, y el cambio de gabinete no brinda tranquilidad. La apertura del mercado de cambios por la mañana será un termómetro de la respuesta de los mercados ante el nuevo gabinete y la brecha cambiaria entre el dólar oficial y los financieros serán una variable clave a monitorear, que actualmente está en torno al 90 por ciento. No sería novedoso que la incertidumbre política genere una apertura agitada, aunque con la ventaja del feriado por el 4 de julio en Estados Unidos que le dará respiro al dólar CCL por lo menos hasta el martes, aunque no al dólar ilegal.
- Reservas: Para responder a una posible corrida cambiaria, Guzmán dejó un colchón previo al anuncio de su salida. Con las restricciones para acceder a los dólares para la importación de determinados productos anunciadas el lunes pasado, el Banco Central acumuló compras por 1.500 millones de dólares esta semana, aunque con ventas el viernes. Será clave la coordinación entre Economía y el Banco Central para cuidar las divisas e incrementar las exportaciones en un momento donde no se contará con el grueso de la cosecha.
- Segmentación de tarifas: Pasaron más de dos semanas desde la publicación del decreto que parecía dar fin a un conflicto que el Estado acarrea hace por lo menos una década, aplicar una segmentación de subsidios para las tarifas de luz y gas. La historia reciente exhibía dos vertientes, aquella que quería aplicar como criterio para la segmentación la zona geográfica, y la otra por nivel socioeconómico. El decreto se definió por la segunda aunque sin una hoja de ruta clara para implementarla, que la nueva gestión deberá acelerar o recalcular. La decisión deberá tener en cuenta que la quita de subsidios fue uno de los puntos que Guzmán cedió y dio como hecho para llevar adelante la negociación con el FMI.
- Precios Cuidados: la ola de renuncias de segunda línea del Ministerio no incluyó aún la de uno de los hombres de Guillermo Hang, secretario de Comercio Interior y hombre del riñón de Martin Guzmán. Aún bajo la órbita del Ministerio de Desarrollo Productivo de Daniel Scioli, tiene en sus manos la renovación de precios cuidados que vence el próximo 7 de julio.
- FMI: La deuda fue el eje sobre el que giró la gestión de Martín Guzmán, el negociador directo y garante de la implementación del acuerdo con el FMI. Fue este acuerdo el que detonó la interna que se venía gestando dentro del Frente de Todos, y la nueva ministra deberá decidir si seguirá con el compromiso asumido con el organismo. En ese caso, si bien el gobierno cumplió con la meta de reservas acordada con el Fondo para el segundo semestre, quedan dudas sobre el déficit fiscal y la sostenibilidad de las mismas para el tercer trimestre del año.
- Deuda en pesos: La caída del precio de los bonos en pesos ajustables por inflación, camino elegido por Guzmán para financiar al Tesoro y evitar la emisión monetaria, produjo un temblor en el mercado. Finanzas pudo sortear las últimas licitaciones con éxito, pero las incógnitas aparecen ante los próximos vencimientos. Recomponer las finanzas y la confianza del mercado será una tarea clave para la nueva responsable de la cartera económica.
- Pedidos de Cristina: A los problemas urgentes se les suman los estructurales. Una inflación proyectada en 70 por ciento anual y dos pedidos en los que hizo foco en el último discurso la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner: establecer un salario básico universal para llegar a la economía popular y aumentos salariales de suma fija por decreto para atender la problemática del trabajador pobre.
Las reuniones, el llamado a la vice, el lugar de Massa
Cómo se eligió a Silvina Batakis: el detrás de escena de un domingo agitado en Olivos
La Quinta de Olivos fue el bunker donde se gestó el nombramiento. El diálogo con una inesperada mediadora entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner y lo que Massa pidió y no obtuvo. Las coincidencias en el nombre y el traspaso que hará Guzmán.
Después de idas y vueltas, pasadas las 20 horas del domingo el Presidente le envió un mensaje a la vicepresidenta y se encerró en su despacho de la Jefatura de Gabinete en la Quinta de Olivos, para llamarla y poder conversar. La última vez que habían hablado fue de manera presencial, el 10 de junio en el acto por los 100 años de YPF. A las 21.54 la vocera presidencial, Gabriela Cerruti, fue la encargada de hacer el anuncio de forma oficial mediante sus redes sociales: "El presidente, Alberto Fernández designó a Silvina Batakis al frente del Ministerio de Economía. Batakis es una reconocida economista que cumplió esa función en la provincia de Buenos Aires entre 2011 y 2015", indicó.
Cerca de las once de la noche la vocera y el jefe de Gabinete, Juan Manzur, iban a dar una conferencia de prensa en la sala de periodistas de la Quinta de Olivos, pero por la presencia de (literalmente) ocho personas que no dejaban de gritar y golpear cacerolas e insultar desde el Gobierno decidieron suspenderla. La escena adquirió por momentos ribetes tragicómicos, cuando la diezmada columna de caceroleros gritaba consignas como "Andate a Cuba, la p... que te parió", y dentro de la sala se buscaba la manera de seguir adelante.
La llamada más esperada
Después de un rato al teléfono con la vicepresidenta del otro lado, el mandatario salió de su despacho en Olivos y le comunicó a sus colaboradores más cercanos que le había "ido bien", y que junto con la vicepresidenta "habían coincidido en los nombres". Durante esa comunicación se terminó de definir el rumbo del gobierno y la reemplazante del ministro de Economía, Martín Guzmán, antes de que comience la semana y evitando la necesidad de decretar un feriado cambiario hoy lunes. Desde el gobierno puntualizaron en diálogo con este diario que ese será el único cambio y que no está definido si el Presidente le tomará juramento a Batakis hoy, o si el acto será otro día de la semana.
El que quedó en una posición incómoda dentro de la coalición gobernante fue el presidente de la Cámara de Dipudados, Sergio Massa. Según supo PáginaI12 el tigrense pidió ser jefe de Gabinete con un equipo de economía propio. También informaron que pidió la conducción de la AFIP y del Banco Central y si no, explicaron desde su entorno, pidió "seguir construyendo la unidad desde donde está".
Fernández finalmente decidió en diálogo con la vicepresidenta que el único cambio sería el de Batakis en Economía. También contaron que Massa estuvo el día entero hablando con "todos los sectores" del FdT intentando "tender puentes de contacto". Desde el Gobierno contaron que Fernández tomó esa definición porque "con Sergio pasa siempre lo mismo, se llega a un punto de la conversación donde no hay plan b para la cámara de Diputados y se estanca ahí". Sin embargo, destacaron que el tigrense y líder de la tercera parte de la coalición estuvo de acuerdo con la designación de Batakis y que "se quedó todo el día al lado del Presidente".
Paso de baile
Desde el sábado a las 18, cuando Guzmán publicó un tuit con la renuncia de siete páginas en medio del discurso de la vicepresidenta en Ensenada, comenzaron las reuniones dentro del Gobierno para encontrar su reemplazo. El Presidente se recluyó en la Quinta de Olivos desde el sábado a la noche y rodeado de sus funcionarios más cercanos evaluaron los pasos a seguir. Hasta las 20 el reemplazante de Guzmán no se había concretado porque el mandatario se negaba a llamar a la vicepresidenta y de ese modo poder llegar a un acuerdo.
La vicepresidenta, mientras tanto, expresaba a su entorno que ella estaba dispuesta a, incluso, dirigirse a la Quinta de Olivos si el llamado se efectuaba por parte de Fernández, pero que el que debía dar el primer paso era él. La persona que hizo de nexo todo el día fue Massa, con quién desde el entorno de CFK aseguraron que ella "siempre" habla.
También hubo llamados al Presidente por parte de los gobernadores que forman parte de la Liga, pidiendo que haya diálogo, y hasta hubo un llamado a Fernández de la presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo. La histórica luchadora contó que lo llamó cerca de las 17 y que el Presidente se excusó diciendo que había llamado a la vicepresidenta y no le había contestado. Carlotto le dijo: “Querido la patria está en juego, llamá 500 veces pero hablá con ella y resuelvan esto”.
El día había comenzado mucho antes. A las 11 de la mañana ingresó Massa a la Quinta de Olivos para reunirse con el Presidente. Minutos más tarde entraron por el portón de la calle Villate el secretario General de la Presidencia, Julio Vitobello y también Cerruti. Una menos 20 lo hizo el canciller, Santiago Cafiero.
El tigrense, luego de más de tres horas y media de reunión con el Presidente, dejó la quinta de Olivos, pero no por la entrada principal sino por el túnel de la avenida Libertador. De allí se dirigió a Tigre, para reunirse con su equipo y pasadas las 17 volvió a Olivos. Allí ya habían llegado Gustavo Beliz y el equipo de comunicación de presidencia completo. Los últimos en llegar fueron el jefe de gabinete, Juan Manzur, y la secretaria Legal y Técnica de la Presidencia, Vilma Ibarra. Otro de los presentes fue Juan Manuel Olmos, jefe de asesores del Presidente.
Guzmán y después
Los nombres que más habían sonado durante el día para reemplazar a Guzmán fueron el del titular de la cámara de Diputados, de quién también se dijo que podría hacerse cargo de la jefatura de Gabinete, y los de Emmanuel Álvarez Agis, Cecilia Todesca Bocco, actual secretaria de relaciones económicas de la Cancillería y hasta el del actual titular del INDEC, Marco Lavagna. Batakis, una persona muy cercana al ministro del Interior, Eduardo Wado de Pedro, fue la elegida.
El exministro de Economía, en tanto, estuvo toda la jornada reunido en el Palacio de Hacienda con su equipo cerrando temas pendientes que le quedaron en la cartera vinculados centralmente a las negociaciones con el FMI y posiblemente tenga en los próximos días una reunión con Batakis. La salida de Guzmán fue calificada por el Presidente como "irresponsable", y había asegurado que "el programa económico se mantendrá a rajatabla". Sin embargo, desde el Gobierno habían detallado que el Presidente "lamenta profundamente la decisión de Guzmán, pero la respeta".
Fuente:Pagina12
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