20 de noviembre de 2022

Murió Hebe de Bonafini.

 

La histórica presidenta de Madres de Plaza de Mayo tenía 93 años

Murió Hebe de Bonafini

"Dios te llamó el día de la Soberanía Nacional… no debe ser casualidad. Simplemente gracias y hasta siempre", escribió la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. 

La presidenta de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, falleció este domingo a los 93 años, informaron fuentes cercanas a la referente de los derechos humanos.

Bonafini había sido dada de alta el 13 de octubre, después de haber estado internada tres días en el Hospital Italiano de la ciudad de La Plata para realizarse controles médicos. Siguió con controles médicos durante algunas semanas hasta que decidieron volver a internarla el sábado 12 de noviembre, comentaron fuentes oficiales que seguían de cerca la salud de la líder de la Asociación Madres de Plaza de Mayo.

Tras la muerte de la referente, el gobierno nacional decretó tres días de duelo en "homenaje a Hebe, su memoria y su lucha que estarán siempre presentes como guía en los momentos difíciles". 

El presidente Alberto Fernández, comunicó el Twitter de Casa Rosada, "despide con profundo dolor y respeto a Hebe de Bonafini, Madre de Plaza de Mayo y luchadora incansable por los derechos humanos".

"Queridísima Hebe, Madre de Plaza de Mayo, símbolo mundial de la lucha por los Derechos Humanos, orgullo de la Argentina. Dios te llamó el día de la Soberanía Nacional… no debe ser casualidad. Simplemente gracias y hasta siempre", escribió la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner a modo de despedida.

La Secretaría de Derechos Humanos, por su parte, compartió en un hilo de Twitter su "profundo pesar por el fallecimiento de Hebe de Bonafini, figura emblemática de la lucha de los derechos humanos en Argentina y en el mundo". 

A partir de la desaparición de dos de sus hijos durante la última dictadura cívico-militar, recordó el organismo, "Hebe compartió junto a las Madres un destino que las unió en la lucha contra la impunidad de los crímenes del terrorismo de Estado, resistiendo frente al silencio y el olvido".

"Su vida y su obra, su ejemplo de compromiso y entrega con las causas populares, constituyen un legado que nos acompañará por siempre, guiándonos en el camino de la defensa de los DDHH y la Memoria, Verdad y Justicia pero también de la lucha contra la impunidad y el neoliberalismo", añadió la cartera que conduce Horacio Pietragalla. 

Bonafini nació en 1928 en un barrio obrero de la localidad de Ensenada y el 4 de diciembre próximo hubiera cumplido 94 años.

El 29 de diciembre de 1942, a los 14 años, se casó con Humberto Alfredo Bonafini, con quien tuvo tres hijos: Jorge Omar, Raúl Alfredo y María Alejandra. 

El 8 de febrero de 1977, durante la última dictadura cívico militar, su hijo Jorge Omar fue secuestrado y desaparecido en La Plata. El 6 de diciembre de ese mismo año ocurrió lo mismo con Raúl Alfredo, en Berazategui. Un año después, el 25 de mayo de 1978, la dictadura militar también secuestró y desapareció a su nuera, María Elena Bugnone Cepeda, esposa de Jorge.

En 1979, se convirtió en la presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo y, desde entonces, es reconocida como una incansable activista por los derechos humanos.

Comunicado de prensa de la familia

Con mucho dolor informamos que hoy a las 9.20 falleció Hebe de Bonafini. Agradecemos enormemente las demostraciones de amor, acompañamiento y preocupación que en estos días de internación en el Hospital Italiano de la ciudad de La Plata, como en toda su trayectoria militante, ha recibido mi madre.

Son momentos muy difíciles y de profunda tristeza y comprendemos el amor del pueblo por Hebe, pero en este momento como familia tenemos la necesidad de llorar a la Madre de Plaza de Mayo, a Hebe, en intimidad, por lo que iremos informando a partir de mañana cuáles serán los espacios para los homenajes y recordatorios.

Desde ya no hay palabras que signifiquen realmente mi profundo agradecimiento para con el equipo de salud médico que durante tantos años la asistieron y cuidaron como, así también, al equipo médico, de enfermería, auxiliares y directivos del Hospital Italiano de La Plata, que durante los días de internación estuvieron al lado de mi madre cuidándola con mucho amor y respeto.

¡La seguiremos encontrando a Hebe en la Plaza y en las luchas de pueblo!

Alejandra Bonafini

Entre la salud y la militancia

En octubre, Hebe estuvo internada en el Hospital Italiano de la ciudad de La Plata para realizarse controles médicos. "Después de 3 días de internación en sala general y varios estudios para la readecuación del tratamiento de sus enfermedades crónicas, con muy buen humor y la invaluable fuerza que la caracteriza, la Gran Hebe vuelve a su casa", había informado el pasado 13 de octubre el ministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak.

La semana previa a esa internación, la dirigente había encabezado la marcha que realiza todos los jueves, y en esa ocasión habían invitado a estudiantes secundarios para que expusieran sobre las tomas de escuelas en la ciudad de Buenos Aires.

El día anterior a esa actividad, el miércoles 5 de octubre, Bonafini había asistido al Centro Cultural Kirchner (CCK) para presenciar la inauguración de la muestra fotográfica que expuso en imágenes su biografía, titulada "Hebe de Bonafini, una madre rev/belada".

En la presentación, se refirió a su historia y a la de su familia, y agradeció al ver las fotos que captaban momentos de su vida y las de sus hijos Jorge Omar y Raúl Alfredo, secuestrados y desaparecidos por la dictadura cívico militar. "Me olvidé de quién era el día en que ellos desaparecieron, nunca pensé más en mí", dijo entonces.

Al repasar su biografía, contó que sus padres y su abuela le habían enseñado "el valor del trabajo" mientras que sus hijos desaparecidos le enseñaron "lo que es la política".

Despedida en redes sociales

Este domingo, las redes sociales se llenaron de mensajes de despedida y agradecimiento a la histórica activista.


"¿Qué hubiéra sido de este país sin su lucha?", se preguntó Horacio Pietragalla Corti

La emoción del secretario de Derechos Humanos al recordar a Hebe de Bonafini

Por AM750, el secretario de Derechos Humanos se emocionó al recordar a la presidenta de Madres de Plaza de Mayo, quien murió este domingo a los 93 años.

El secretario de Derechos Humanos de la Nación, Horacio Pietreagalla Corti, lamentó la muerte de la presidenta de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, y la recordó por haber transformado la historia. Emocionado, destacó la figura de la luchadora y relató cómo se conocieron hace casi 20 años, cuando él acababa de recuperar su identidad.

Es una noticia muy triste, se había agravado un poco el cuadro, nos entristece mucho por lo que son estas mujeres para nosotros”, afirmó emocionado, en diálogo con AM750. Además, recordó que “Hebe fue una madre con símbolos muy fuertes, transformó la maternidad en una maternidad colectiva”.

Esa lucha siempre la contaba y queda representada en una frase, que ella y las Madres sienten que sus hijos las parieron, porque empezaron una lucha en un momento durísimo en dictadura, pero en democracia las trataban de locas, Hebe con su templanza y su fuerza de denuncia en las violaciones a los derechos humanos y con todo lo que tiene que ver con el liberalismo en la región”, relató.

Pietragalla Corti afirmó además que “ser contemporáneos de estas mujeres valientes como Hebe es un orgullo”. “A las Madres y Abuelas las amo, son tan importantes para todos nosotros, nos duele un montón. ¿Qué hubiera sido de este país sin ellas?”, se emocionó.

“Siempre tuve mucho diálogo con todos los organismos de derechos humanos. La primera vez que me senté con Hebe fue en una marcha de la resistencia, le conté mi historia, mi experiencia, le conté quién era mi viejo, fue mi primer contacto con ella, en 2003, muy cerca de haber recuperado mi identidad. Hubo una embestida muy fuerte contra Hebe, estuvimos siempre bancando, no podíamos hacer otra cosa”, afirmó. 



¿Cómo será vivir y militar sin Hebe?

Por Marta Dillon
Sabemos que el tiempo no para pero no podemos imaginar un mundo sin Madres. ¿Cómo será vivir y militar sin Hebe? ¿Cómo será decir desaparecido y que Hebe no esté para reclamar por su sangre derramada, por sus actos revolucionarios, por una pureza que ningunx tuvo pero ella les exigía aún cuando no estaban? Hebe era esa madre dura, esa con la que te querías pelear, de la que había que separarse como nos separamos de las que no tienen mayúsculas, cuando las tenemos al lado. Incómoda, como nos gusta ser a las feministas aunque ella jamás de los jamases uso esa palabra. Áspera, como cuando quiso evitar que se abran fosas comunes para buscar los restos de los y las que nos faltan, desaparecidos y desaparecidas. Porque ella los quería con vida, como se los habían llevado. Ella no quería un saco de huesos, para nosotres, la generación de sus nietos, esos huesos eran y son el rastro de una historia, la materialidad del cariño que nos dieron. Nuestros huesos, nadie iba a Claudicar porque se identificaban y nadie lo hizo. Nadie claudicó con la reparación económica para nuestros padres y madres -que heredamos- aunque Hebe nos haya acusado de habernos prostituido. Áspera e inmensa, Hebe. En ese diálogo Inter generacional y peliagudo aprendimos que no hay vacas sagradas sino luchadoras con su propio peso y que para discutir había que ganarlo. No es poca cosa. ¿Quien más que Hebe, que las Madres, enseñó la perseverancia y también el error? La necesidad de pedir por el fin de la impunidad de los crímenes del terrorismo de Estado, de la Iglesias cómplice de las empresas que lo pidieron y financiaron y también de hundir las manos en los derechos humanos de les pibis ahora mismo, del pueblo empobrecido, de la política que tan poco se parece a este torpe pasó de baile entre la genuflexión a las deudas y la crueldad con quienes más padecen el extractivismo de todo lo que, encima, nos falta. Que se haya ido Hebe es volver a poner la orfandad en primer plano para un montón de gente grande, muchas veces perdida -como esta cronista, esta hija de una mujer desaparecida- por no saber cómo mover el piso y el techo de lo posible. Porque eso es lo que pidieron y piden las Madres, que hagamos lo imposible, que se devuelva a nuestrxs desaparecidos con vida, que la Justicia no sea simbólica sino ese rayo luminoso que como una bengala permite encontrar el camino. Ese legado deja esta “Vieja” -como históricamente se llamó a las Madres- la radicalidad, la perseverancia y las agallas para perseguir sus convicciones. Y por supuesto su pañuelo, que es de muchas, que no queremos perderlos a todos. Porque aunque estén pintados en la plaza y tantos lados, imaginar un mundo sin Madres es como si el sol se apagara un poco. Habrá que poner mucha imaginación, mucha vida, mucho amor militante para que ese sol siga calentándonos las sangre, así de calentona como era Hebe. Buen viaje, Madre querida, ojalá exista el más allá de los amores perdidos y ahora mismo tus hijos te estén abrazando para que descanses tranquila de una vez. Hasta la victoria siempre



El recuerdo de la presidenta de Abuelas

La despedida de Estela de Carlotto a Hebe de Bonafini: “Personas así llenan la historia”  

La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, recordó a Hebe de Bonafini como una gran luchadora. Por AM750, relató cómo se conocieron y afirmó que es un día de duelo para toda la Argentina. 

La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, despidió a Hebe de Bonafini, quien murió este domingo a los 93 años tras permanecer internada varios días en el Hospital Italiano de La Plata. En diálogo con AM750, aseguró que su voz y su temperamento van a quedar en la historia argentina. “Tuvimos diferencias, pero era una gran luchadora, es un día muy triste para todo el país”, sostuvo.

Es una enorme tristeza, sabemos que no somos eternas, pero compañeras de hace 46 años. Con dificultades. No deja nada que no sea su fuerza, la fuerza de Hebe, con errores como tenemos todas, caminó, hizo de esta necesidad de las mujeres, de las Madres y las Abuelas, de encontrar y saber dónde están y qué hicieron con ellos”, afirmó Estela de Carlotto en declaraciones a Deportivo 750, por AM750.

“No compartí muchas cosas, pero no significa que somos enemigos ni mucho menos, la lucha es la misma y el dolor es el mismo, es un día de duelo, seguramente la vamos a extrañar, porque personas así llenan la historia”, agregó la presidenta de Abuelas. “Su temperamento sembró mucho, la van a seguir quienes desde el cielo van a recibir sus reprimendas o sus halagos, hay que respetarla desde el dolor y el silencio”, puntualizó Estela.

En su recuerdo, Estela de Carlotto además relató cómo se conoció con Hebe de Bonafini. “Siempre fue una mujer fuerte, el dolor lo tenía por dentro, seguramente, como todas nosotras. La conocí porque cuando me transformé en una luchadora con las Abuelas, Chicha Mariani que había sufrido la primera pérdida y buscaba a su nietita y la seguimos buscando, vivía a unas cuadras de la casa de Hebe, estuvimos en su casa varias veces, compartiendo experiencias”, contó.

“La tarea de Abuelas se bifurcó porque no buscábamos de la misma manera que a los adultos. Ahí la conocí, me di cuenta que era una mujer fuerte, pero era una más, luego ella tomó el liderazgo. Son 45 años, la recuerdo como era, de proponer ideas, proponer a dónde ir y con quién hablar. Viajamos mucho por el exterior para tener ayuda, muchos organismos para que se supiera lo que pasaba en Argentina. Tengo muchos recuerdos de ella”, sintetizó. 



Opinión

Hebe, Cristina, el llamado

Por Eduardo Aliverti

Comparto esta columna habitual conmovido por la ¿muerte? de Hebe, de la que me enteré recién. Por ahora, sólo me sale decir que, a la cabeza del orgullo nacional, y de la admiración del mundo, hay un pañuelo blanco. Que eso es inmortal, como Hebe. Y que celebro -que no sé si es la palabra- la inmediata reacción de Cristina; la primera; la que comunicó la noticia a través de su tuit, aludiendo a que ese orgullo argentino fue llamado a la eternidad en el Día de la Soberanía Nacional. Y que no debe ser casualidad. El resto de este escrito quizá sea aleatorio. O no.

Esa centralidad de Cristina volvió a quedar demostrada en el acto de La Plata, a través de dos factores que se ensamblan perfectamente y que, lejos de ser una foto, son ya una película del escenario político.

Como es costumbre, con los canales y señales de noticias en cadena nacional a lo largo de todo el discurso; más una convocatoria con la que ningún otro dirigente puede siquiera fantasear; más los analistas de color y pelaje diverso que siguieron hasta la medianoche hablando de lo dicho, callado y especulado (y así se continúa); más el escudriño de cada gesto, de cada sorbo de agua al cabo de cuál frase, de cada adjetivo, de cada entonación, mejor que terminen de despertarse los dormidos que sueñan con una CFK remitida a liderar sólo una porción del peronismo.

Es raro que en el abordaje mediático no se haya priorizado su conjugación en tercera persona del singular, cuando Cristina dijo que “sin Cristina, hay peronismo posiblemente dividido, fracturado, enfrentado, inocuo y neutralizado para cualquier proceso de cambio”.

Esa oración es la clave respecto de qué decidirá en lo electoral. Subsume haber citado a Perón con “todo en su medida y armoniosamente”, como contestación al cántico que la exige presidenta. Hará lo que tenga que hacer, según ya había advertido en el acto de la UOM.

Eso significa que será de todo menos prescindente.

A muchos comentaristas, de uno y otro palo, les parece que lanzó su candidatura presidencial.

A valores de hoy, no estamos de acuerdo. En opinión personal, lo que imprime es el tono que tendrá la campaña. Candidatearse es otra cosa que irá midiendo hasta último momento, si es necesario, porque está sujeta a avatares que puede contemplar. Pero no certificar.

Si la economía careciera de signos estabilizadores, siquiera con alfileres; si la inflación no comienza a dar muestras de descenso sostenido; si el tipo de cambio se dispara, como ocurrió en estos días en que vuelve a hablarse de otro dólar-soja para allegar reservas de nuevo atenazadas, ¿sería lógico que Cristina corriera el riesgo de una candidatura presidencial probablemente destinada al fracaso?

Y, siendo obvios o no tanto (porque hay gente, mucha gente, que dibuja tableros como si la persona fuera objeto y no sujeto), cuenta lo emotivo. El deseo.

¿O acaso no se analiza el subtexto de señalar que Perón “no quería ser presidente” cuando le permitieron su retorno a un país demasiado convulsionado, y que “tal vez lo trajeron demasiado tarde”?

¿O acaso no cuenta que Cristina tiene larguísimo derecho a sentir que ya intentó y dio casi todo, y que no hay caso con una oposición violentamente irresponsable que pretende suprimir al peronismo, ni con el ensueño de que su retorno supondría tiempos felices así como así?

Es en ese sentido que surge el segundo factor de su discurso en La Plata.

Para pesar de los apurados, Cristina volvió a hablar mucho antes en rol de estadista que como candidata. O, si se prefiere y como escribió Luis Bruschtein en su columna del sábado en este diario, como jefa de su movimiento político.

Es injusto que se le reproche no hacer esfuerzos, enormes, para construir un capitalismo periférico menos salvaje.

Podrá cuestionársele que esmeriló al Presidente de la fórmula propuesta por ella misma, mediante excesos que no se condijeron con los hechos devenidos. Puesto en la simplificación corriente, ¿bombardear a Guzmán para terminar acompañando a Massa (que está muy bien, desde ya, porque no había opción real para radicalizarse, so pena del estallido financiero que amagó en julio)?

Podrá endilgársele haber erigido al Frente de Todos sin más ejecutividad que sacarse de encima al admirador de la raza superior. Y enrostrarle que accedió a repartir el poder institucional con una tribu en este ministerio, y esta otra en la secretaría, y esta otra en la subsecretaría, y esta otra por acá y por ahí.

Pero Cristina es irreprochable en sus advertencias constantes sobre el tema estructural que se quiera: la cultura bimonetaria argentina que ya nos llevó y volvería a llevarnos al desastre; una oligarquía colonialista sin más proyecto de país que quedarse la plata entre cuatro vivos; la judicial que le responde a rajatabla; los recursos estratégicos amenazados, con una geopolítica disputada al margen de nuestras posibilidades de intervenir o decidir; el pacto democrático que ahora parece haberse roto con el intento de asesinarla no solo por el hecho en sí, sino por la actitud miserable de figuras opositoras que reniegan de condenarlo.

Vengan, hablemos, les dijo en La Plata otra vez. Enésima vez. Discutamos si el ogro éste del peronismo les mete la mano en el bolsillo; o si fue con el peronismo, incluso en su versión kirchnerista, cuando ganaron más plata sin necesidad de unos bribones que, a la corta o la larga, se recrean las condiciones para volver a sentirse amenazados.

Sin embargo, y por fuera (como si eso se pudiese) de la descomunal entereza de esta mujer que viene de que le gatillaran la cabeza, es certero que esos apuntes son justamente de lo estructural. No de lo electoral.

El discurso de Cristina, al igual que el tono de la campaña de Lula que le permitió ganar raspando, se dirige exclusivamente a recuperar el pasado mejor.

Lo dijo casi con todas las letras al aludir a “condicionamientos tan graves y tan profundos”. No fue menor la sutileza de hablarle a “compatriotas”, en lugar de a “compañeros”.

En su búsqueda de amplitud, hasta se introdujo en un berenjenal inadecuado cuando mentó la “inseguridad” como un problema de debate berreta entre los mano dura y los garantistas. Un llamado que no sensibiliza ni al gorilaje ni a la tilinguería, claro. Que justo ella haya reclamado mandar gendarmes al conurbano sonó completamente extemporáneo, pero es simbólico sobre su urgencia por ensancharse más allá de las tropas propias.

Así también, “técnicamente” no desliza propuestas sobre aspectos de la economía que hagan a cuestiones concretas del cotidiano macro y micro.

La suerte de la lucha contra la inflación, los pagos al Fondo Monetario, el cuidado de las reservas y de los posicionamientos internacionales, la relación con los grupos de Poder y de qué modo tironearlos, forman parte del paquete que el Gobierno está aplicando y del que ella -presume uno- sabe que no puede moverse mucho porque los extremos serían peligrosísimos.

Precisamente y junto con la persecución judicial que sufre, el extremo que más le preocupa es que, previo a definiciones convencionales de izquierda o derecha, está en juego si todavía habrá democracia aun en su acepción relativa. O si definitivamente las corporaciones arrasarán con todo, y encima con tintes neofascistas.

La Cristina que hay es la que está, con todas sus contradicciones a cuestas. Con todo lo que ya entregó. Y con toda la sabiduría de que no es justo pedirle milagros, en el país y en el mundo donde nadie encuentra mayores respuestas.

Después está la Cristina que cada quien se construye. Pero eso no es problema de Cristina, sino de cada quien.  



El presidente la despidió con "profundo dolor y respeto"

El Gobierno decretó tres días de duelo por la muerte de Hebe de Bonafini

 Imagen: Tw Alberto Fernández

El presidente Alberto Fernández decretó este domingo tres días de duelo nacional en homenaje a la "memoria" de la titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, a quien despidió con "profundo dolor y respeto" y definió como una "luchadora incansable por los derechos humanos".

En el comunicado de la Presidencia, se expresó que "El Gobierno y el pueblo argentino reconocemos en ella un símbolo internacional de la búsqueda de memoria, verdad y justicia por los mil desaparecidos. Como fundadora de Madres de Plaza de Mayo puso luz en medio de la oscura noche de la dictadura militar y sembró el camino para la recuperación de la democracia hace 40 años".

Y se agrega que por este motivo, "el Poder Ejecutivo decretó tres días de duelo nacional y rinde homenaje a Hebe, su memoria y su lucha que estarán siempre presentes como guía en los momentos difíciles".

El tweet del Gobierno señala que "El Presidente despide con profundo dolor y respeto a Hebe de Bonafini, Madre de Plaza de Mayo y luchadora incansable por los derechos humanos. El Gobierno decreta 3 días de duelo nacional y le rinde homenaje a Hebe, su memoria y su lucha".

"Hasta siempre Hebe"

Por su parte, el propio presidente Alberto Fernández escribió unas emotivas líneas despidiendo a la activista de los Derechos Humanos: "Con la partida de Hebe de Bonafini perdimos una luchadora incansable. Reclamando verdad y justicia junto a las Madres y Abuelas, enfrentó a los genocidas cuando el sentido común colectivo iba en otra dirección", dijo el mandatario.

"Con enorme cariño y sincero pesar, la despido. Hasta siempre Hebe", concluyó Fernández su pésame.

Bonafini falleció esta mañana a los 93 años, informó su hija Alejandra Bonafini.

Alejandra Bonafini refirió en un comunicado que Bonafini falleció a las 9.20 y agradeció las "demostraciones de amor, acompañamiento y preocupación" que había recibido su madre tanto en "estos días de internación en el Hospital Italiano de la ciudad de La Plata como en toda su trayectoria militante".







Galería fotográfica

Hebe de Bonafini: Imágenes de una vida de lucha y militancia

Hebe de Bonafini murió poco antes de cumplir 94 años de una vida que condensa y dio sentido a la de millones de sus compatriotas. El surgimiento de las Madres de Plaza de Mayo puso en las primeras planas de todo el mundo al régimen más criminal de la historia nacional, pero también a lo mejor de la resistencia de la que fueron capaces los argentinos y, sobre todo, las argentinas. Un recorrido visual por su vida la muestra como lo que fue. Una madre parida por sus hijos desaparecidos, como nunca se cansó de decir.











Fuente:Pagina12

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