INHUMARON LOS RESTOS DE UN TRESARROYENSE DESAPARECIDO
Ayer tuvo lugar el sepelio de Aníbal Delfor Onzari. Sus hijos pudieron reconstruir lo sucedido a partir de una muestra de sangre. El Equipo Argentino de Antropología Forense estableció en 2011 que sus restos se encontraban como N.N. en Mar del Plata. Dos de sus integrantes llegaron a nuestra ciudad para acompañar a los familiares
Diana Miriam es la hija mayor de Aníbal Delfor Onzari, cuyos restos fueron inhumados en nuestra ciudad. "Se necesita un tiempo por el miedo, miedo, miedo, muchísimo miedo -reitera-. Pero el miedo en un momento se va". Los otros dos hijos son Adolfo Luis y Mónica Eva. Despidieron ayer a su padre, con el dolor por la ausencia y las características de la pérdida afectiva, pero también con la gratitud que genera haber podido reconstruir lo sucedido.
El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) pudo establecer en 2011 que Aníbal Delfor Onzari había sido sepultado como N.N. en el cementerio parque de Mar del Plata. Fue clave, en este sentido, la muestra de sangre que dieron familiares en la Campaña para la Identificación de los restos de Personas Desaparecidas por razones políticas. Su fallecimiento se produjo el 3 de marzo de 1978 en la mencionada ciudad, víctima del Terrorismo de Estado; la familia fue informada por entonces -de manera falsa- que había perdido la vida en un accidente y cuando uno de sus hermanos viajó, únicamente le permitieron ver un identikit y lo amedrentaron para que no realizara preguntas.
Mariela Fumagalli y Analía González Simonetto, del EAAF, viajaron a Tres Arroyos para acompañar a los hijos en el sepelio. Estuvieron en nuestra redacción junto a Diana Miriam y Adolfo Luis; José Villalba, asesor legal de la familia; y Jorge Pousa, integrante de la filial local de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos.
Otro camino
El resultado positivo surgió a partir de circunstancias que Diana Miriam subrayó. "Quiero agradecer al Equipo Argentino de Antropología Forense, es maravilloso como trabaja -indicó-. Pablo Gallo (uno de los miembros, que trabajó en el caso) no pudo venir, fue el primero en decirnos de la muestra de sangre, darnos la noticia sobre el análisis, nos acompañó muchísimo. Y el apoyo de los jueces de Mar del Plata, que preservaron el lugar, permitió que los restos estén aquí".
Para Mariela Fumagalli, fue muy valiosa la labor de los organismos de derechos humanos de Mar del Plata. En este sentido, dijo que "gracias a su trabajo de investigación, las visitas permanentes al cementerio y a los diferentes juzgados es que se logró establecer una orden de no innovar sobre las sepulturas del cementerio, que después nosotros pudimos exhumar. Sin esa orden probablemente hubieran pasado al osario común, que es lo que pasó en ese lugar con los restos de 1976 y 1977".
Por este motivo, cuando el EAAF concretó la exhumación en diciembre de 2008 "sólo se recuperaron los correspondientes a 1978. Por eso pudimos determinar lo que ocurrió con Delfor, quien falleció en marzo de ese año".
Las integrantes del EAAF coincidieron en afirmar que se trata de una situación dolorosa y difícil para la familia. "Cuesta tomar una decisión, pero es un proceso sanador, siempre la verdad libera -sostuvo Mariela Fumagalli-. En los casos de desaparición forzada se ha producido la imposibilidad de generar un duelo, cualquier ser humano de cualquier cultura y cualquier religión lleva a cabo ritos funerarios con sus muertos, lo que ha pasado con el Terrorismo de Estado en este país es que ese proceso se ha interrumpido, entonces no hay un pasaje de continuidad entre la vida y la muerte".
En este contexto y luego de dejar en claro que "somos muy conscientes de que han pasado 36 años en el caso de Delfor para poder llegar a esta instancia", puso de manifiesto que "es un proceso que más allá de la angustia y del impacto, tiene consecuencias positivas".
Es la posibilidad de dar "el puntapié para otro camino -consideró Analía González Simonetto-, otra forma de vivir lo que hasta entonces se vivía desde la incertidumbre".
Fuente:LaVozdelPueblo
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